LO QUE QUEDA DE GOBIERNO
Thomas Villaseca Arroyo Miembro del Observatorio de Historia Reciente de Chile y América Latina, UDP.
El Mostrador, 12/05/2023
Las votaciones del pasado domingo demostraron un “tsunami republicano”, implicando una reorganización del panorama político, con las derechas siendo mayoría para el Consejo Constitucional.
La administración de Boric declaró que, independientemente de los resultados, el rumbo del Gobierno no sería cambiado.
A casi dos años de la próxima elección presidencial, y con una agenda copada de votaciones, en lo que queda de Gobierno el rumbo debe guiarse con un liderazgo sólido capaz de reagrupar a la izquierda y compensar la tendencia a la ultraderecha.
Las conclusiones sobre el 7 de mayo pueden ser variadas: por una parte, analizando el fenómeno de nulos y blancos en el resultado; la fuga de votos hacia el Partido Republicano por polémicas del Partido de la Gente; o la decisión de la izquierda de ir en listas separadas.
Desde las dos primeras perspectivas, en común está el desaliento y volatilidad ciudadana hacia la política y el proceso constituyente, pero en la última perspectiva se encuentra la división de fuerzas desde la izquierda.
Con las elecciones del domingo 7 de mayo se vislumbra que, para corregir un balance de poder político, la tesis de levantar un centro fuerte es improbable, porque, pese a presentar personeros con alta trayectoria, los escaños obtenidos fueron insuficientes. Para impulsar un equilibrio de fuerzas políticas, el rol de liderazgo de Gabriel Boric y su Gobierno será clave, en cuanto haga posible una reorganización estratégica entre las izquierdas, para proyectar un futuro político capaz de revertir la tendencia electoral a la ultraderecha.
Un fenómeno que resultó decisivo, pues el sistema D’Hondt privilegia matemáticamente los escaños obtenidos en proporción a sus votos por lista. En simple, una lista única significaba una mayor concentración de votos, por tanto, un equilibrio político dentro del Consejo Constitucional.
La posición de fragmentarse en dos listas era advertida como una mala decisión por figuras como la exPresidenta Michelle Bachelet, que incluso declaró su intención de ser candidata con la condición de una lista única.
Si un liderazgo histórico no pudo concretar la unidad del oficialismo, ¿cómo enfrentar el actual escenario político con una estrategia eficiente de cara a las futuras elecciones?
El panorama, aunque complejo, puede encauzarse y tener cierto rumbo basado en la capacidad de liderazgo que tenga Gabriel Boric para lo que queda de Gobierno. Pero con un Congreso altamente fragmentado y un proceso constituyente liderado por las derechas, se hace difícil un reordenamiento en la izquierda a corto plazo.
El calendario electoral es abultado, y en cada votación existe la posibilidad de que las derechas, especialmente la más radicalizada de ellas, reafirmen su posición hegemónica dentro del barómetro político, como lo ha venido haciendo desde 2017.
Pero, también, se habilita un espacio donde el liderazgo presidencial en la izquierda pueda influir para conciliar un escenario político que, poco a poco, se le ha escapado de las manos al oficialismo.
Con las elecciones del domingo 7 de mayo se vislumbra que, para corregir un balance de poder político, la tesis de levantar un centro fuerte es improbable, porque, pese a presentar personeros con alta trayectoria, los escaños obtenidos fueron insuficientes.
Para impulsar un equilibrio de fuerzas políticas, el rol de liderazgo de Gabriel Boric y su Gobierno será clave, en cuanto haga posible una reorganización estratégica entre las izquierdas, para proyectar un futuro político capaz de revertir la tendencia electoral a la ultraderecha.
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional