NUNCA NOS CANSEMOS DE AGRADECER
La agitada vida que llevamos en los tiempos actuales, cargada de los más diversos elementos, positivos y negativos por supuesto, en una policromía propia de los seres humanos, hacen muchas veces olvidarnos de agradecer a quienes, dentro del concierto de la sociedad en que vivimos, desarrollan funciones en beneficio de los demás.
Hay entonces una amplia gama de actividades ejecutadas por los habitantes de este país que nos benefician a diario, en una primera clasificación se incluyen las profesiones de servicio a la comunidad, pudiéndose citar a modo de ejemplo las policías, las que independiente de la retribución económica que reciben en sus funciones, demuestran, con infinidad de hechos por todos conocidos, que poseen una profunda vocación de servicio.
Pero, sin desconocer la importancia de quienes cumplen funciones profesionales remuneradas en beneficio de su entorno, quiero hoy efectuar un reconocimiento a un grupo de hombres y mujeres, que a lo largo del territorio nacional son voluntarios, con una característica muy especial, ya que unen dicho voluntariado a un profesionalismo del más alto nivel, me refiero a los Bomberos Voluntarios de Chile.
La semana recién pasada concurrí a un acto en que el Cuerpo de Bomberos de Rancagua efectuaba la premiación por años de servicio a sus voluntarios, en el cual desde mi anónimo asiento de espectador pude aquilatar, no sin asombro, la enrome importancia del acto que estaba observando.
En forma sucesiva salieron al frente a recibir un reconocimiento, consistente en un objeto de alto simbolismo, pero totalmente austero, los voluntarios que cumplieron 5, 10, 15, 20, 25 y 30 años de servicio.
Hasta ahí me pareció algo importante, pero esperable, los voluntarios que recibían los reconocimientos, habían perseverado por más de un tercio de su vida en las diversas compañías del Cuerpo, sirviendo a la comunidad en la cual están insertos y por tanto, en un mínimo gesto de justicia, les correspondía ser destacados.
Sin embargo, el reconocimiento no llegaba solo allí, ya que continuó aumentando, al llegar el momento de ser reconocidos aquellos que han permanecido en dicha institución por 35, 40, 45, 50, 55, 65 y 70 años.
Enorme ejemplo de servicio, cuando las fuerzas físicas les impidieron continuar sus funciones operativas, decidieron seguir en calidad de honorarios, unidos por siempre férreamente a sus compañías.
Para que seguir, el mensaje ya está claro, solo me queda reiterar el título de estas líneas, “Nunca nos cansemos de agradecer”.
ANTONIO YAKCICH FURCHE
Historiador
Un aporte de nuestro Pas presidente Gustavo Basso C.
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