¿Perdón sin memoria?
Durante la semana se produjo un hecho muy especial durante el lanzamiento del libro escrito por el Diputado Patricio Hales, “¿Perdón sin memoria? Respuesta a un General”. A dicho evento asistieron personas que, de alguna manera, representan un amplio espectro de quienes vivieron la difícil tarea de recuperación nacional luego del más profundo quiebre del sistema social, político y económico de nuestra historia.
Y aunque de tanto en tanto escuchamos de nuestros líderes que no debemos quedarnos entrampados en el pasado, sino que debemos mirar y orientarnos a los desafíos del futuro, el libro en comento y las expresiones de algunos asistentes, nos llevan exactamente en sentido contrario por lo que encuentro legítimo entrar en el tema.
Al hacerlo, espero que los reyes de la desinformación no me acusen de quedarme en el pasado, un pasado que por lo demás me llena de orgullo pues, para quienes tuvimos la oportunidad de vivir los mil días de la Unidad Popular y la forma sistemática en que el gobierno de Salvador Allende destruyó nuestra economía y , lo que es peor, nuestra convivencia ciudadana generando las condiciones para lograr el enfrentamiento final que afirmase el proyecto marxista en nuestro país, nos parece mentira como han cambiado la historia, al punto de levantarle un monumento en la plaza de la Constitución al responsable máximo del descalabro.
Pero en lo personal, lo que colmó mi capacidad de asombro, fueron las expresiones de antiguos y connotados personeros del gobierno de las Fuerzas Armadas, en particular, de quien sirviera el cargo de Subsecretario del Interior, el actual Diputado Alberto Cardemil que, en lo que él llama las “sombras” del gobierno del que formó parte dice: “Los que estuvimos en el gobierno militar sabemos ahora en toda su extensión, la comisión de delitos y crímenes sin justificación moral alguna”, como si pudiera no haber tenido conciencia del brutal enfrentamiento que se producía entre las fuerzas de orden y los grupos armados de la subversión, mientras era Subsecretario.
¿Es que alguien puede sostener aún en nuestros días, que un grupo de uniformados enloquecidos se dedicó a asesinar a indefensos ciudadanos, ignorando la violencia y el nivel de la lucha fraticida que se vivió en ese tiempo y que generó destrucción y muerte en ambos bandos? ¿Es que hemos olvidado la siembra sistemática de odio que nos condujo a este dramático resultado? ¿Es que hemos olvidado las violaciones a la propiedad, a los DDHH y a la vida misma de compatriotas nuestros, cometidos antes del 11 de septiembre de 1973?
No vaya a ser que en un futuro relativamente próximo, escuchemos de nuevo mea culpas de los mismos de siempre, perdones y arrepentimientos relacionados con la forma en que en nuestros días se está violando el estado de derecho en nuestro país, en procesos judiciales en los que no se están cumpliendo las leyes de la República ni las normas básicas del derecho, a vista y paciencia de quienes debieran resguardar la aplicación de una justicia justa y oportuna, como un bien fundamental para la sana convivencia ciudadana.
No vaya a ser que en ese futuro, alguien pueda decir que se acaba de enterar de la ficción del secuestro delito permanente, de la no aplicación de la Amnistía, de la Prescripción o de la Cosa Juzgada. Al menos, espero no sufrir esa desvergüenza.
Jorge P. Arancibia Reyes