Repitiendo el reciente episodio de la citación al Subsecretario de Defensa y en perfecta sincronización, ya se ha exigido que se le pida la renuncia al actual embajador de Chile en Panamá, por supuesto antes que siquiera preste declaración. Debemos decir que los miembros de las Fuerzas Armadas y de Orden ya estamos acostumbrados a semejante predicamento.
Prosiguiendo incansable su labor, el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, en realidad una de sus abogadas, ha procedido a obtener la citación como inculpado del actual embajador de Chile en Panamá.
Repitiendo el reciente episodio de la citación al Subsecretario de Defensa y en perfecta sincronización, ya se ha exigido que se le pida la renuncia, por supuesto antes que siquiera preste declaración.
Esto parece realmente un modelo de eficiencia, si de eliminar funcionarios nombrados por el actual gobierno se trata.
Para plantear esta extemporánea exigencia, por supuesto que se le presume culpable ya que el hecho que haya prestado servicios en la embajada de Chile en Argentina, durante el gobierno militar, aunque fuera en funciones muy subalternas, basta para fundamentarla.
No interesa que se trate de un distinguido funcionario de larga carrera y que haya servido en todos los diversos cargos y destinos propios del escalafón del Servicio Exterior.
Debemos decir que los miembros de las Fuerzas Armadas y de Orden ya estamos acostumbrados a semejante predicamento.
La presunción de culpabilidad se basa en haber pertenecido a estas instituciones y haber estado en servicio activo el 11 de septiembre de 1973.
Si no renunció inmediatamente significa que es cómplice, encubridor o autor de atroces crímenes, salvo que logre demostrar, cosa bastante difícil con el antiguo sistema penal que se nos aplica, que se estaba con licencia en algún lejano país.
El solo hecho de haber pertenecido a una unidad militar o policial ya es suficiente argumento: tuvo que tener participación en algo o, al menos, haberse enterado de algo.
En estos días, y a raíz de la citación al Subsecretario de Defensa, se ha llegado a sostener que esta autoridad debió concurrir voluntariamente a declarar, sin esperar que se le citara, aunque nada pueda aportar en el caso que se investiga.
A quien no lo haga, por absurdo que parezca, se le presume culpable.
2010-07-03