Los parámetros para conceder indultos o beneficios deben definirse y aplicarse con la más estricta objetividad.
Por la prensa nos hemos informado que la Iglesia Católica de Chile, a través de sus máximos representantes, ya hizo entrega al Presidente de la República del proyecto de indulto carcelario del Bicentenario.
Celebramos la materialización de esta valiosa iniciativa que implica el cumplimiento del compromiso que, reservadamente, asumieron dichas autoridades después de escuchar y conocer directamente la realidad afrontada en estos años por los miembros de la Defensa Nacional que tuvieron que enfrentar al extremismo.
Ahora la palabra la tiene el gobierno, el que también contrajo un compromiso de imponer el Estado de Derecho en los procesos que han afectado a estos servidores.
Esperamos que la propuesta sea estudiada y resuelta con equidad y justicia.
También quisiéramos expresar nuestro deseo que, en tan delicada materia, se imponga la prudencia y no se emitan “a priori”, opiniones quizás poco meditadas que vuelvan a plantear algún tipo de exclusión.
Que eso quede para quienes, anclados en el pasado y en una acomodaticia visión de la Historia, rechazarán siempre cualquier gesto de unidad o reconciliación.
Pero quienes representan a un gobierno elegido justamente por quienes escucharon su mensaje de cambio, no debieran caer en este juego.
Los parámetros para conceder indultos o beneficios deben definirse y aplicarse con la más estricta objetividad.
¡Sin exclusiones!
La Directiva
2010-05-09