Pretender satisfacer las aspiraciones bolivianas con nuevos acuerdos económicos u otras fórmulas que no impliquen transferencia de soberanía territorial, serán interpretadas por Bolivia como una debilidad de nuestra parte y talvez logren aquietar las aguas por algún tiempo, pero no debemos soñar que será una solución definitiva.
¡Una negociación de buena fe!
Después de conocer el texto del himno del mar de Bolivia que dice “Antofagasta tierra hermosa; Tocopilla Mejillones junto al mar; con Cobija y Calama; otra vez a la patria volverán”, no cabe duda que a consecuencia de las aspiraciones creadas en la opinión pública boliviana, independiente de los avances que se pudieran lograr en una eventual negociación “de buena fe”, siempre habrá un grupo más o menos significativo de bolivianos, que cuestionará un posible arreglo por estimarlo insuficiente y aun si se llegara a un acuerdo, a poco andar, –como sucedió con el tratado de 1904- Bolivia lo cuestionara por insatisfactorio. La afirmación es válida si se recuerda que este himno es cantado en los colegios y en ceremonias oficiales vinculadas a la demanda marítima,
En consecuencia, pretender satisfacer las aspiraciones bolivianas con nuevos acuerdos económicos u otras fórmulas que no impliquen transferencia de soberanía territorial, serán interpretadas por Bolivia como una debilidad de nuestra parte y talvez logren aquietar las aguas por algún tiempo, pero no debemos soñar que será una solución definitiva.
En consecuencia, solo cabe una Política de Estado permanente para que cada vez que Bolivia toque el tema en instancias internacionales o en la prensa local, hacer presente que:
El 14 de marzo de 1879 Chile reivindicó el litoral del paralelo 23° S, que había cedido a Bolivia a cambio de franquicias económicas establecidas en los Tratados de Límites de 1866 y 1874 y que Bolivia no Cumplió.
Chile asumió la administración temporal y ocupo el litoral boliviano, desde el rio Loa al paralelo 23° sur en virtud de lo acordado entre las partes y consagrado en el Pacto de Tregua de 1884.
La cesión de Bolivia a Chile a perpetuidad del litoral entre el rio Loa y el paralelo 23° sur y por consiguiente la renuncia, por parte de Bolivia, de un acceso soberano al océano Pacífico, no tuvo el carácter de compensación por la derrota en la Guerra de 1879, fue una transacción mediante la cual Chile pagó a Bolivia ese litoral, con generosas compensaciones económicas tales como construcción de ferrocarriles (Arica la Paz y otros interiores, para facilitar el acceso a los puertos chilenos), pagos de deudas del gobierno boliviano, indemnizaciones a particulares afectados por la transacción y dinero efectivo; más facilidades de libre tránsito del comercio boliviano por territorio chileno; derecho de uso de los puertos del litoral chileno y autorización para instalación de agencias aduaneras propias en los puertos que sean usados para atender su comercio. En consecuencia, por tratarse de una transacción cerrada que Chile ha cumplido plenamente y sigue cumpliendo con largueza, NO HAY NADA QUE CONVERSAR; NO MAS FACILIDADES ASIMETRICAS EN LAS CUALES BOLIVIA RECIBE Y CHILE ENTREGA, toda futura conversación debe ser independiente del tema de “soberanía marítima” y tratada en un plano de igualdad, sin concesiones especiales evitando dar la sensación de un sentimiento de culpa.
Enrique Maldonado Roi
RUT 3839692-7
Celular 999911952