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SE HA PERDIDO UNA BATALLA

Derecho al debido proceso y a la presunción de inocencia, para cualquiera que sea citado por tribunales o procesado. Derecho a ser juzgado por tribunales competentes y de acuerdo con las leyes vigentes al momento de cometerse los hechos que se investiguen

 

Sí, aunque nos duela reconocerlo, se ha perdido una batalla.
Desde hace años que nuestra Unión, junto a otras instituciones y diversas organizaciones y personas, ha estado firmemente empeñada en un esfuerzo por que se respeten los derechos de nuestros camaradas y se recupere la verdad histórica.
En el ya largo camino recorrido hemos encontrado desde indiferencia hasta franca oposición, pero también hemos logrado importantes apoyos.
La iniciativa del Indulto Bicentenario, planteada por la Iglesia Católica a nuestro Gobierno se contaba entre esos últimos.
Desafortunadamente no ha tenido acogida.
Sin embargo, aunque agradecíamos profundamente la valentía de plantearla, ella excedía nuestras pretensiones que no eran otra cosa que reclamar la igualdad ante la ley.
Eso es lo que seguiremos exigiendo a los responsables del Estado.
Ni perdón ni impunidad, sólo lo que nos corresponde como ciudadanos chilenos.
Derecho al debido proceso y a la presunción de inocencia, para cualquiera que sea citado por tribunales o procesado.
Derecho a ser juzgado por tribunales competentes y de acuerdo con las leyes vigentes al momento de cometerse los hechos que se investiguen.
Derecho a beneficios intrapenitenciarios en caso de ser condenado a pena efectiva.
Naturalmente que, en este último caso, desearíamos alguna muestra de humanidad respecto a nuestros camaradas enfermos o de avanzada edad que les permita volver junto a sus seres queridos aunque sea para vivir sus últimos días.
Nunca es tarde para recapacitar.
Se ha perdido una batalla, esperemos que no se pierda la guerra.
2010-08-01
Columna de Opinión

Carta abierta del General Hernán Nuñez Manríquez. En adjunto: Cardenal Raúl Silva Henríquez, justicia y venganza. (Adolfo Paúl Latorre). La verdad incontenible (Patricio Quilhot P.)

Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
”: “Ni amarilla ni roja, Presidente, una tricolor, con los colores de Chile, para que tras su visión de estadista ayude a los chilenos a reencontrarse”.
EXCELENTISIMO
SR. PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
DON SEBASTIAN PIÑERA ECHENIQUE
PRESENTE:
Estimado Presidente
Hace algunos años, 1998 para ser preciso, en el Aeropuerto de Barajas, mientras vitrineaba en una tienda, Ud. se acercó y me dijo: “Ayúdeme a escoger una corbata, mi general. Roja o amarilla”, me dí vuelta y me sorprendí al verlo y sobretodo, que me reconociera. Creo que después de preguntarme: “¿Cómo está su general Pinochet?”, quien estaba detenido en Londres, compró una corbata amarilla que en alguna ocasión, tiempo después, lució repetidamente. Quizás ni se acuerda de ese momento.
Le hago este preámbulo porque con la misma espontaneidad y confianza suya de esa ocasión, yo me aprovecho y le digo Sr. Presidente: “Ayude a los chilenos a reencontrarse”.
37 años han pasado y un sector de sociedad chilena, contaminada políticamente por una propaganda odiosa, persistente y financiada mañosamente, desea podrir en la cárcel a un grupo de compatriotas, que ya han pasado parte importante de su existencia tras las rejas. Por el solo hecho de ser militares.
Presos han visto crecer a sus hijos; han visto fotos y videos de los matrimonios de sus hijos en el calabozo, y han regaloneado a sus nietos en la cárcel. Se han ensañado con ellos, sin ningún beneficio – le repito -, por el solo hecho de ser militares.
Su pecado: Haber sido instrumentos que el Estado empleó – buena o malamente, no era su responsabilidad – en momentos que la Patria caía en un espiral de desorden institucional y el pueblo a gritos pedía la intervención de las FF.AA.
Lamentablemente, los años han pasado, hemos perdido la perspectiva, perdimos también la memoria, la viejita haciendo cola con el balón de gas se murió; y tanto el carabinero que sufría el “linchacazo” del extremista, como éste último, deben andar paseando a sus nietos en alguna plaza. Hoy políticos que fueron compañeros de ruta de los militares – muchos cooperando ahora en su gobierno-, “miran para el techo”, en una vergonzosa actitud, y conviven con aquellos que años atrás eran conocidos por sus “chapas” o “nombres de combate”. Los que expresaban al Gral. Pinochet que su error fue “no matar más comunistas”, no se encuentran en ninguna parte. Ese era y es el país real, no de panfleto ni pauteado desde las altas esferas de las sombras comunicacionales.
Entonces… ¿Es posible que un país que aumenta todos su índices, incluida la inteligencia, eche sobre los hombros de 100 o 200 militares, marinos, aviadores y carabineros presos o procesados, la responsabilidad de una crisis institucional que la incubaron los propios políticos y que ninguno de éstos hoy asuma su responsabilidad?
Se cometieron errores, y muchos; algunos francamente estúpidos y atroces. También hubo y subsisten dolores por ambos lados que nunca tendrán conformidad…pero…¿Puede un muchacho en la época del 73, de 23, 24 o 25 años de edad, sin responsabilidad de mando, en momentos de tensión, sin tiempo para reflexionar bajo una disciplina militar, “apechugar” por quienes hicieron de la política su forma de vida y fracasaron? ¿Por aquellos que hoy, lleno de prerrogativas y en elevados cargos o en constantes homenajes, no hicieron “su pega”, o si la hicieron, la hicieron mal? ¿No murió recién quien llamaba a “guardar los fierros por si acaso?
No quisiera emplear un chilenismo conocido, y perdone lo coloquial de mi escritura, pero… ¿no se ha actuado “hipócritamente” con estos militares, “sacándose el pillo” con ellos? ¿Por qué ha habido y hay un doble estándar? ¿Por qué murió un suboficial amputado de sus dos piernas, enjaulado, por ser un peligro para la sociedad?
¿Como es posible que la Concertación haya motejado como un Ejército de asesinos, a mi ejército, al ejército de mis hijos, al Ejército de mi orgullo; y que ellos, por obra de la magia y de la propaganda convirtieron en un “Nuevo Ejército” en 20 años, y ese estigma se traspasara a generaciones de jóvenes chilenos incluido a miembros de las FF.AA.?
Lo mismo que con la Iglesia, y ahora la Iglesia es mala y para desprestigiarla, hábilmente, confunden la presentación de petición de indulto, con situaciones puntuales lamentables que vive y la hacen fracasar en su misión de paz y reconciliación. O sea, quieren una iglesia “a su pinta”. Siempre actuando igual, “chuecamente”, “con la negra”. Primero fue “Verdad, Justicia y Reconciliación” ,para terminar en “Ni Perdón ni Olvido”. Siempre venganza y odio.
Presidente, y la “dura”: ¡Cuántas veces se dijo, entre muchas dudas, ´”Este gallo va a tener más pantalones que Sarkozy”! … y nos cuadramos con usted y votamos por usted. Confiados.
Me rebelo a sentirme arrepentido y engañado. No me quiero avergonzar de haber estado gritando con una bandera chilena el día de su victoria en el Apumanque. Pero veo que ha cedido ante las amenazas de la Concertación y agrupaciones afines, y no quiero ser como esos taxistas que al final del período de Michelle Bachelet le decían a su clientes:”Por suerte yo no voté por ella”.
Después de su mensaje ayer expresé que había que reaccionar con más razón que pasión porque deseo leer entrelíneas que tras sus palabras se desprenderán muchas orientaciones que le permitirán la gran oportunidad de actuar con humanidad
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Presidente, van a pasar 100 años más, los dos vamos a estar en el otro mundo; a lo mejor usted en mejor tumba que la mía, pero los hijos de nuestros nietos van a seguir discutiendo sobre la tierra por el “Sí” y por el “No”, o quizás todavía se estén presentado querellas. ¡Por favor!
Al igual que en Barajas, años atrás, cuando me pidió ayudarlo a elegir el color de la corbata, hoy le diría “patudamente”: “Ni amarilla ni roja, Presidente, una tricolor, con los colores de Chile, para que tras su visión de estadista ayude a los chilenos a reencontrarse”.
Lo saluda con afecto y respetuosamente
Fdo.) General HERNAN NUÑEZ MANRIQUEZ

 

Cardenal Silva Henríquez DEM.PDF
LA VERDAD INCONTENIBLE.pdf