Columna de Opinión

El presente de Javier Iturriaga: ¿En que está el general que aseguró no estar en guerra?

El presente de Javier Iturriaga: ¿En que está el general que aseguró no estar en guerra?
Sebastián Palma, The Clinic, 31/03/2021
Tras el término de sus funciones como jefe de la Defensa en la Región Metropolitana para el estallido social, el oficial retomó su rol en el Comando de Educación y Doctrina del Ejército y recibió la “Gran Estrella Ejército de Chile al Mérito Militar” por 40 años en la institución, donde hoy es la tercera antigüedad. En noviembre pasado, el presidente Piñera lo nombró titular del Estado Mayor Conjunto de la Defensa. Según cercanos al general, eso se lee como un espaldarazo tras su buena gestión en los días que sucedieron al 18 de octubre, donde dijo: “Soy un hombre feliz, no estoy en guerra con nadie”.

Luego de los nueve días en los que fue designado jefe de la Defensa Nacional en la Región Metropolitana durante las primeras horas del estallido social, la carrera militar del general Javier Iturriaga Del Campo ha estado intensamente movida.

Han pasado casi 17 meses desde aquel rol donde señaló: Soy un hombre feliz, no estoy en guerra con nadie”; época en que según la encuesta Cadem, difundida en octubre del 2019, mostró una altísima aprobación pública a su figura, con un 47%. Desde entonces, sus tareas, responsabilidades y condecoraciones han ido en aumento.

Durante los primeros meses luego de ese cargo, Iturriaga retomó sus funciones en el Comando de Educación y Doctrina del Ejército, unidad de la institución que responde a “todo el proceso de enseñanza y capacitación para el personal del Ejército” y que se encarga del desarrollo y evaluación de la doctrina institucional, de instrucción y entrenamiento, experimentación para el combate y diseñar la organización y equipamiento de las unidades.

Fue durante esos primeros días de aquel retorno cuando Iturriaga entregó un informe al entonces ministro de Defensa Alberto Espina, con la evaluación de la gestión de las Fuerzas Armadas y las policías en las horas más complejas desde que se decretó el estado de emergencia, según aseguraron a The Clinic autoridades de gobierno.

Ambos no eran desconocidos: fue con el propio Espina con quien Iturriaga había tenido una estrecha relación durante sus nueve días de gestión en el Estado de Emergencia, entre 19 de octubre hasta las 00:00 del 28 de octubre de 2019. En esos días, el general desempeñó la mayoría de sus funciones en la Comandancia en Jefe de la Guarnición de Santiago, ubicada en la calle Zenteno. Allí mantuvo su oficina, en las que tuvo constantes reuniones y conversaciones con el entonces ministro. Allí también, en una habitación, instaló un catre de campaña para dormir algunas horas luego del desempeño de sus funciones.

Según fuentes de gobierno, en aquellos días el general fue bien valorado por su capacidad de mando sobre las tropas, pero principalmente por sus rasgos de personalidad. Lo definían como una persona de buen humor, culta, criteriosa y que en el cargo supo “equilibrar muy bien la necesidad de cumplir la misión de orden público, con la capacidad de actuar con sobriedad y prudencia”.

Sobre las declaraciones en las que el general señaló: “Soy un hombre feliz, no estoy en guerra con nadie” -haciendo alusión a una aseveración del Presidente, de que había una “guerra contra un enemigo poderoso”-, fuentes cercanas a Sebastián Piñera precisan que esa declaraciones de Iturriaga no significaron una conversación entre el mandatario u otra autoridad del gobierno para decirle que había cometido un error. Más bien, agregan, las palabras del uniformado fueron entendidas como que daban una señal de tranquilidad “que era lo que había que hacer en ese momento”.

¿Posible Comandante en Jefe? Según explica Mario Desbordes, las rutinas de su trabajo como ministro de Defensa con Iturriaga a cargo del Estado Mayor Conjunto “consistieron en reuniones diarias encabezadas por él o por mí, junto a los jefes de defensa de todo Chile, además de comunicación directa las 24 horas y varias visitas a terreno juntos”.

“El Jefe del Estado Mayor Conjunto es el brazo derecho del ministro, sobre todo en pandemia con las Fuerzas Armadas desplegadas a lo largo de Chile”, agrega el actual candidato presidencial de RN.

Esa rutina de trabajo se mantiene hoy con el ministro Baldo Prokurica, quien en los últimos días tuvo con el general Iturriaga un saludo protocolar por el cumplimiento de los 207 años del ministerio de Defensa y con quien ha realizado distintas actividades relacionadas a los controles sanitarios por la pandemia.

En diciembre pasado, apenas un mes de asumido su nuevo rol en el ministerio de Defensa, el general Iturriaga recibió la condecoración “Gran Estrella Ejército de Chile al Mérito Militar” al haber cumplido 40 años de servicio. La distinción fue entregada por el Comandante en Jefe del Ejército Ricardo Martínez.

Hoy Iturriaga es la tercera antigüedad del Ejército luego del contralor de la institución, el General Hernán Araya, y del propio Comandante en Jefe.

Sus décadas de servicio, sumadas al reconocimiento tanto en el mundo militar como el político, hacen que el nombre de Javier Iturriaga -según señalan distintas fuentes a The Clinic– sea uno de que más suenan para suceder al Comandante en Jefe, Ricardo Martínez, quien se desempeñará en el cargo hasta marzo de 2022, mes en el que cumplirá los cuatro años correspondientes a su período.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

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Wrongful conception

Wrongful conception

Hernán Corral Talciani, Abogado, El Mercurio, Columnistas, 03/03/2021

Se da el absurdo jurídico de que la alegría de que llegue un nuevo ser humano al mundo debe ser calificada como un mal indemnizable.

Mientras la ciudadanía no se repone de la aparición del cadáver de Tomás y se estremece por la muerte a balazos de otros dos niños de 5 y 6 años, se anuncia que más de 100 mujeres, organizadas por la corporación Miles Chile, se proponen demandar al Estado porque van a tener un hijo que, según ellas, no habían previsto.

Alegan que quedaron embarazadas por haber tomado pastillas anticonceptivas defectuosas que les fueron proporcionadas por centros de salud públicos.

Se trataría de casos conocidos como wrongful conception o anticoncepción fallida, que consisten en procedimientos de esterilización (ligamiento de trompas, vasectomías, dispositivos intrauterinos) que, producto de una mala praxis médica, no funcionaron bien y permitieron un embarazo.

Por cierto, aunque es más complejo de acreditar, también se aplicarían a fallas en píldoras anticonceptivas o preservativos.

No profundizaremos aquí la cuestión de la moralidad de la anticoncepción por métodos artificiales, pero no podemos menos que dejar constancia que desde la encíclica Humanae vitae de Paulo VI, pasando por la Evangelium vitae de Juan Pablo II, hasta la Amoris laetitia del Papa Francisco, el Magisterio de la Iglesia Católica enseña que para que el acto conyugal sea un acto humano y digno ha de estar abierto a la transmisión de la vida y que para regular los nacimientos solo son admisibles los métodos naturales.

Incluso el Papa Francisco en numerosas ocasiones se ha referido como “colonización ideológica” a las políticas antinatalistas que las potencias y organismos internacionales imponen a los países más pobres.

Legalmente, sin embargo, hemos de constatar que el mismo Estado distribuye gratuitamente este tipo de anticonceptivos, lo que se remonta a políticas impuestas por Estados Unidos al gobierno de Eduardo Frei Montalva, con lo que se da la paradoja de que un país como Chile, en que la tasa de natalidad va en franco descenso, los órganos del Estado no solo permiten, sino que fomentan la anticoncepción como parte de la “salud reproductiva”.

En la responsabilidad civil por wrongful conception se da el absurdo jurídico de que la alegría de que llegue un nuevo ser humano al mundo debe ser calificada como un mal indemnizable ya sea por el médico, el laboratorio o por el Estado. El nacimiento de un niño es considerado un daño.

Se intenta soslayar esta consecuencia con la idea de que el daño no es el niño, sino la lesión al derecho a la autonomía reproductiva de la mujer, pero lo cierto es que esa lesión se da porque nace un hijo no deseado, con lo que finalmente es el niño el resultado dañino. Considerar la vida humana como daño, aunque sea excepcionalmente, es un debilitamiento de lo que debiera ser su inviolable dignidad.

Además, esta lógica utilitarista se expande y comienzan a concederse indemnizaciones en dinero por niños que nacen por errores de diagnóstico que impiden a la mujer abortar (wrongful birth: nacimiento erróneo) y si el niño nace con alguna enfermedad o discapacidad se admite que él mismo obtenga resarcimiento por haber sido traído a la existencia en esas condiciones (wrongful life: vida errónea).

Es célebre el caso Perruche, en el que la Corte de Casación francesa estimó que un niño que había nacido discapacitado porque su madre, debido a un diagnóstico erróneo, no pudo optar por abortarlo, debía ser indemnizado. Esto produjo un escándalo porque el fallo venía a decir que era mejor para los discapacitados no existir. La protesta fue tan fuerte que tuvo que dictarse una ley para disponer que nadie puede reclamar como perjuicio el solo hecho de nacer.

Si efectivamente mujeres quedaron embarazadas por un defecto de anticonceptivos proporcionados por el Estado, este debiera apoyarlas con los gastos del parto y otras prestaciones similares. Así se evitaría que el tema se judicialice y —aunque ha habido algunos casos en Cortes de Apelaciones por tratamientos de esterilidad fallidos— tengamos ahora una sentencia de Corte Suprema que introduzca en nuestra jurisprudencia la inhumana idea de que alumbrar un hijo es un daño indemnizable.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

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¿Por qué sentimos fatiga ocular y cómo podemos evitarla?

¿Por qué sentimos fatiga ocular y cómo podemos evitarla?
Juana Gallar Martínez, Catedrática de Fisiología en el Instituto de Neurociencias, Universidad Miguel Hernández y María del Carmen Acosta Boj, Catedrática de Fisiología, en el Instituto de Neurociencias, Universidad Miguel Hernández, The Conversation, 04/04/2021
El trabajo y las relaciones familiares, que por efecto de la pandemia han pasado a ser fundamentalmente a distancia, provocan lo denominado “Fatiga ocular” por el uso de diferentes dispositivos electrónicos.

 Durante la pandemia de covid-19 el trabajo y las relaciones familiares y sociales han pasado a ser fundamentalmente a distancia. Utilizamos a menudo dispositivos como el ordenador o el móvil. Dado que se entiende que estos dispositivos electrónicos producen “fatiga ocular”, podemos sentir que este problema ha aumentado en los últimos meses.

La fatiga ocular se manifiesta como sensación de malestar, sequedad o picazón de los ojos. Además, da lugar a una visión borrosa y puede producir intensos dolores de cabeza.

Pero ¿realmente se “fatigan” nuestros ojos? ¿A qué llamamos fatiga ocular? Actualmente, ya se habla del “síndrome visual informático”. Este último término parece adecuarse más a la problemática de la que hablaremos en este artículo, pues realmente no es cansancio lo que se produce en nuestros ojos. Es una suma de diferentes problemas oculares y visuales.

¿Qué parte del ojo se fatiga? Los músculos encargados de mover nuestros ojos son algunos de los más rápidos de nuestro organismo. Su forma y su metabolismo están preparados para contraerse y relajarse de manera continua. Los ojos se mueven para que enfoquemos los objetos de nuestro interés en la zona de la retina que mejor ve, la fóvea.

A diferencia de otros músculos de nuestro cuerpo, estos están dotados de determinados mecanismos que permiten realizar continuamente esa tarea. Tienen abundantes mitocondrias, los orgánulos intracelulares donde se produce la energía necesaria para realizar la contracción. Precisamente por esa alta capacidad metabólica, estos músculos no se fatigan ni provocan agujetas.

Tampoco se produce fatiga en nuestra retina, una estructura capaz de realizar constantemente el proceso de transducción sensorial (la transformación de la luz en señales eléctricas) durante horas y horas, día tras día. Para ello, está dotada de mecanismos que regeneran las moléculas que se “consumen” durante el proceso que pone en marcha la visión.

La falta de parpadeo puede dañar el ojo. Mientras prestamos atención a una tarea visual (trabajar con dispositivos electrónicos o leer un libro), nuestra frecuencia de parpadeo disminuye para que no perdamos nada de vista.

El parpadeo tiene como función proteger el ojo, pero también renovar y distribuir la película lagrimal que hidrata y nutre la superficie ocular. Por tanto, si nuestra frecuencia de parpadeo disminuye, nuestros ojos se secan, provocando irritación y en algunos casos extremos, dolor.

Si, además, tenemos baja producción de lágrimas (enfermedades generales u oculares que causan ojo seco, menopausia, etc.) o trabajamos en un ambiente seco (con aire acondicionado), el problema se agrava. Por supuesto, el uso de lentes de contacto complica esta situación, ya que dificultan el paso del oxígeno y la distribución de la película lagrimal sobre la superficie ocular.

Como consecuencia de la sequedad de la superficie de nuestros ojos, las células más externas quedan poco protegidas y pueden lesionarse. Esto provocaría una ligera inflamación local que hace que los ojos enrojezcan y que aparezcan las sensaciones de malestar. En ocasiones, estos síntomas van acompañados de dolor de ojos o de cabeza.

Este problema se podría evitar, si fuese necesario, aumentando voluntariamente nuestra frecuencia de parpadeo o usando lágrimas artificiales para compensar la sequedad ocular.

Colocar la pantalla adecuadamente. Otro factor a considerar es la altura y la distancia a la que colocamos la pantalla que utilizamos. Cuanto más alta esté, más abiertos tendremos los ojos, lo que contribuirá a evaporar esa película de lágrimas que cubre la superficie del ojo, aumentando el problema.

Por tanto, debemos siempre regular la altura de la pantalla para que no esté alta pero tampoco tan baja que nos obligue a flexionar demasiado el cuello. En general, bastará con que el marco superior de la pantalla quede a la altura de nuestros ojos o nuestra nariz. En cuanto a la distancia entre nuestros ojos y la pantalla, se recomienda que sea de entre 50 y 60 cm.

Enfoque cercano: acomodación. Nuestros ojos, están preparados para ver objetos de cerca y de lejos, cambiando el enfoque continuamente. Sin embargo, cuando estamos trabajando con pantallas, pasamos muchas horas seguidas enfocando solo a un objeto cercano (a menos de 60 cm).

Esto también va a provocar que cuando cambiemos de un plano cercano a uno lejano, tengamos problemas de enfoque y visión borrosa que pueden dar lugar a dolores de cabeza. Este fenómeno se puede apreciar aún más a partir de los 45 años, con la aparición de la vista “cansada” o presbicia.

En este sentido, es muy importante que, si llevamos lentes correctoras, estén bien graduadas.

Iluminación de las pantallas: el problema de la “luz azul”. Se ha extendido la creencia de que la luz azul de las pantallas de los dispositivos producen “fatiga” e incluso daño ocular. Sin embargo, nuestro ojo está preparado para “trabajar” con esta y otras longitudes de onda (el denominado espectro visible, la pequeña franja de longitudes de onda del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir).

Las de la luz azul (entre 400 y 500 nm aproximadamente) forman parte de la luz blanca con la que nos ilumina el sol durante el día. Si realmente la luz azul fuera dañina para nuestros ojos, también lo sería, por ejemplo, contemplar el mar, cuyo color percibimos porque envía hacia nuestros ojos precisamente esas longitudes de onda.

Sin embargo, el uso de esta “luz azul” durante la noche activaría una serie de neuronas de nuestra retina que conectan directamente con los centros del cerebro que regulan los ritmos circadianos, marcando el momento de dormir y el momento de activarse para comenzar la actividad diaria.

Si utilizamos pantallas por la noche, la luz que emiten engañará a nuestro cerebro. Este percibe que sigue siendo de día y no pone en marcha los mecanismos que nos ayudan a conciliar el sueño reparador que todos necesitamos al final de una larga jornada de trabajo.

Muchos dispositivos electrónicos permiten reducir el nivel de luminosidad e, incluso, vuelven más amarillo el tono de luz que emiten en las horas nocturnas. Esto nos ayuda a reducir la intensidad de la luz que incide sobre nuestra retina. No obstante, deberíamos reducir al máximo su uso en las horas del crepúsculo, con el objetivo de ayudar a nuestro organismo a conciliar el sueño.

En definitiva, lo que comúnmente llamamos “fatiga ocular” es una suma de sensaciones de malestar e irritación derivadas de la sequedad ocular (que se produce por mantener los ojos abiertos durante mucho tiempo) y de una visión ligeramente borrosa debida, en parte, a la sequedad y a problemas de enfoque.

Para evitarla deberemos, por tanto, aumentar nuestra frecuencia de parpadeo (y, eventualmente, utilizar lágrimas artificiales). Además, es importante realizar descansos en los que realicemos actividades que no requieran atención continua y permita cambios de enfoque (mirar a lo lejos).

Por último, tenemos que asegurarnos de que la climatización, la iluminación y tanto nuestra posición como la de las pantallas (ergonomía) sean las adecuadas.

 

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

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Preste atención en el súper: así utilizan las marcas el neuromarketing

Preste atención en el súper: así utilizan las marcas el neuromarketing
Jordi Campo, Profesor de Marketing de la Universidad de Barcelona, Universitat de Barcelona, The Conversation, 1/04/2021
El empleo del neuromarketing para atraer a los compradores hacia deteminadas marcas y productos

¿Por qué compramos una determinada marca de detergente o de cualquier otro producto? Los supermercados están llenos de marcas que luchan por atraer nuestra atención como consumidor, un consumidor saturado de mensajes publicitarios, con un cerebro cuya atención no es ilimitada, y que cuando va a comprar el bote de detergente se encuentra con multitud de opciones donde elegir.

Es la gran lucha por la venta, donde las marcas hacen todo lo posible para atraer a los consumidores –hay quien habla directamente de “manipulación”–. Es aquí donde la ciencia del neuromarketing entra en juego.

Más allá de las opiniones de manipulación, el neuromarketing está basado en la neurociencia y la neuropsicología, y estudia la forma en la que el cerebro responde a los estímulos, por ejemplo, de los mensajes publicitarios.

Tal y como afirmó el psiquiatra Carl Gustav Jung (1875-1961) “las grandes decisiones implícitas en la vida humana tienen como regla general mucho más que ver con los instintos y otros misteriosos factores inconscientes que con aspectos conscientes y una razonabilidad bien intencionada”.

Decisiones inconscientes. Por eso, posiblemente la elección de esa marca de refresco que tanto nos gusta comprar, tenga que ver más con los factores inconscientes y emocionales de nuestro cerebro que con otros elementos más racionales.

Y es difícil escapar de estos factores emocionales porque, por mucho que queramos ser racionales, el cerebro primitivo (instintivo) y el límbico (emocional) siempre prevalecen sobre la parte racional del mismo.

El neuromarketing se utiliza en multitud de sectores, y uno de los que más destaca, además del de la publicidad, es el de la alimentación de gran consumo. Más allá de la vertiente curiosa que puede despertar la palabra de neuromarketing, su fiabilidad se basa en la evidencia científica con el objetivo de seducir al consumidor y fidelizarlo mediante diversas técnicas. Una evidencia de la que la mayoría de los consumidores somos ajenos.

El desvío intencionado de los carros. Por ejemplo, ¿sabía que cuanto más grande es el carrito de la compra, más lo llenamos? Otro clásico de las grandes superficies comerciales: las ruedas de los carros siempre se desvían hacia la estantería para impulsarte a comprar más.

Hay algunas técnicas bastantes conocidas: los productos de las estanterías que más interesa vender están al alcance de nuestra vista y de nuestras manos. Y son los que más se venden. Aquellos que no interesa vender o promocionar son los que están colocados en la parte más baja.

Las palabras “gratis”, “oferta”, “descuentos”, “liquidación” o “rebajas” son un imán para el cerebro del consumidor. El ejemplo del precio de 9,99€ es casi lo mismo que 10€, pero nuestro cerebro percibe el 9,99€ mucho más barato por un simple céntimo de euro. Son numerosos los casos en este sentido que utilizan los precios para vender más.

Otra técnica es la del aire acondicionado. Sabemos que el ser humano se mueve cómodamente a una temperatura de 22-23 grados. Cuando hace más frío o más calor nos encontramos más incómodos y compramos menos.

Nos rendimos ante los olores agradablesEl marketing experiencial o sensorial también es muy importante para el neuromarketing. El marketing olfativo es una técnica muy utilizada: ¿quién no ha caído rendido al olor de pan recién hecho al pasar por delante de una panadería?

El cerebro no solo recuerda mucho mejor los olores, sino que los procesa a unos niveles superiores que el sentido de la vista. Podemos reconocer y evocar los recuerdos de la infancia con tan solo oler un perfume. Las fragancias florares sugieren feminismo y las amaderadas provocan sensaciones de masculinidad.

Un poco de música para facilitar la compra. La música (neuromarketing auditivo) también es una técnica destacada en la respuesta del cerebro a los impulsos de compra. Una melodía suave nos invita a relajarnos y recrearnos. En cambio, una música con más ritmo hace que el proceso de compra sea más rápido.

El neuromarketing auditivo también segmenta por tipos de perfiles, tratando de emocionar a cada perfil de público objetivo interpelando a las emociones universales que suscita la música y sus diferentes ritmos.

El branding y el empaquetado son también técnicas que ayudan a las marcas a posicionarse mejor en el mercado, comunicar su identidad y lograr así una ventaja competitiva con mensajes publicitarios que impactan positivamente en la mente del consumidor.

Si tenemos presente que hasta dos tercios de la información llegan al cerebro a través de la vista, nos daremos cuenta de la importancia que tiene todo el proceso de branding, merchandising y comunicación en el punto de venta.

Basta mencionar cómo se trabajan desde el neuromarketing todas las formas, líneas, los volúmenes y los colores de todo el empaquetado, desde el producto en sí, pasando por el envoltorio y el embalaje. Todo, teniendo presente las características del perfil del consumidor al cual va dirigido en términos sensoriales y emocionales, al igual que con branding auditivo.

Mejor cuanto más pese. Un frasco de un perfume de lujo o una botella de un vino exquisito siempre van acompañados de una botella y un envoltorio a la altura del producto. El envase pesa más que una botella normal, y este peso extra hace que el consumidor lo perciba con más valor.

Otro ejemplo sería el rediseño de un envase con otros colores y formas a través de los que el consumidor percibe el producto como saludable o más natural. Por ejemplo, el color azul se asocia con el frescor y el verde provoca sensaciones relacionadas con la naturaleza.

Todas y cada una de las técnicas utilizadas (un anuncio, un envase, un producto promocional, el diseño, el olor, la música, el precio, las formas…) están perfectamente analizadas por las herramientas de neuromarketing –al fin y al cabo, no deja de ser una investigación de mercados para observar cómo reacciona el cliente– con el objetivo único de seducir al consumidor para vender más.

Hay que tener presente que el 85 % de las decisiones de compra son inconscientes. Las marcas lo saben, y por ello utilizan todas las técnicas y herramientas del neuromarketing a su alcance, pero aún y así no lo tienen fácil: el cerebro solo nos permite el acceso de aproximadamente un 1 % del total de la información que llega del entorno.

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La reservada audiencia en que la fiscal que investiga delitos de lesa humanidad contra policías y autoridades, fijó los límites de su investigación

La reservada audiencia en que la fiscal que investiga delitos de lesa humanidad contra policías y autoridades, fijó los límites de su investigación
Víctor Rivera, La Tercera PM, 08/04/2021
Claudia Perivancich, fiscal regional de Valparaíso, quien indaga eventuales delitos de lesa humanidad durante el estallido social, expuso ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago sobre las complejidades para perseguir esos ilícitos. En ese alegato reveló que su indagatoria comprende los hechos ocurridos entre el estallido social y marzo de 2020, y que la mayor parte de sus diligencias están abocadas a indagar eventuales abusos policiales que se produjeron en la Plaza Baquedano.

Que el 7 de noviembre de 2019, en plenas manifestaciones del denominado estallido social, que la Fiscalía Nacional decidió nombrar a la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, para que indagara todas las querellas en que se invocaban eventuales delitos de lesa humanidad que habían sido declaradas admisibles por tribunales y que eran dirigidas en contra de los altos mandos de Carabineros, así como también los exministros de Interior Andrés Chadwick y Gonzalo Blumel, y hasta el propio Presidente Sebastián Piñera.

Estas acciones judiciales actualmente suman más de 20 y están patrocinadas, principalmente, por organismos de derechos humanos, y también, en algunos casos, por el senador Alejandro Navarro.

El caso avanza y ya se han concretado rondas de interrogatorios, el expediente cuenta con la declaración de los extitulares de la cartera de Interior, el exgeneral director de Carabineros Mario Rozas y ayer fue el turno del actual jefe de la policía uniformada, Ricardo Yáñez.

Asimismo, Perivancich -según consta en el expediente- ha realizado una decena de requerimientos de información a quienes estaban a cargo de los operativos de orden público en el sector de Plaza Baquedano, además de varios peritajes.

La importancia del contexto. La fiscal comenzó abordando los alcances de la resolución del fiscal nacional, Jorge Abbott, el que la designa para el caso. “Para estar frente a delitos de lesa humanidad debe concurrir (…) el contexto de lesa humanidad, y ese contexto supone la existencia de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil, y lo más relevante acá es que indica los elementos para entender que este ataque generalizado o sistemático a la población civil responda a una política de Estado o de sus agentes”, expuso el 5 de marzo ante el tribunal.

Perivancich agregó que “debemos entender cuándo podemos estar frente a un contexto de ataque generalizado o sistemático a la población civil. Hay que darle sentido. Los propios querellantes estarán de acuerdo en que el sentido que pretenden otorgar a esta serie de manifestaciones concretas de hechos que pueden haber ocurrido, efectivamente, en cualquier lugar del territorio del país, es que haya un contexto preciso que, como sabemos, tuvo lugar a partir del 18 de octubre del año 2019. Este contexto ¿cuál es? Es que haya tenido lugar la actuación del Estado, a través de la autoridad política, por una parte, y de agentes del Estado, como pueden ser las fuerzas policiales u otras ramas de las Fuerzas Armadas competentes, en acciones de control del orden público, controlando masas, manifestaciones”.

La fiscal explicó que para sancionar las acciones policiales y determinar si éstas tuvieron sistematicidad resulta clave el contexto en que éstas ocurrieron. “Lo más relevante en esta indagación es el contexto, y en principio, tratándose además de una naturaleza de investigación inédita en nuestro sistema, es relevante tener en cuenta que corresponde al Ministerio Público dar contexto a su investigación, más allá de que pueda haber debates respecto de una competencia territorial”, dijo.

En esa misma línea, la persecutora agregó que “hay que tener claro que el contexto en esta investigación son los eventos acaecidos en el control del orden público, a propósito de la serie de manifestaciones iniciadas en nuestro país a contar del 18 de octubre (de 2019). Contexto, situación, manifestaciones, presencia de civiles en las calles de forma masiva que cesaron, a lo menos con fecha 18 de marzo del año 2020″.

El límite: hasta marzo de 2020. El tiempo que abarca esta indagatoria también es clave. Para Perivancich, la investigación debiera estar suscrita desde el 18 de octubre de 2019 hasta marzo de 2020

¿Por qué ese límite? “Se advierte que cesan las manifestaciones en la calle producto de las restricciones en torno a la pandemia y ello es evidente durante el año 2020. Por eso sostenemos que un hecho que haya tenido lugar en enero o febrero del año 2021 no pertenece a ese contexto”, manifestó.

De todas maneras, la investigadora advirtió que “no resulta esperable que la ley haya establecido un plazo, por cierto, que la ley no lo va a establecer, pero establece parámetros o criterios en virtud de los cuales se debe fijar ese contexto, y ese contexto es el control del orden público por manifestaciones ocurridas en el marco de esto que hemos llamado socialmente el ‘estallido social’, no se extienden, sino hasta marzo del 2020. Eso son elementos de facto que constan”.

Finalmente, la persecutora a cargo del caso explicó que, si bien la investigación toma los presuntos crímenes de lesa humanidad, cometidos en el periodo de tiempo antes señalado, esta aborda todo el territorio nacional. Sin embargo, reconoce que la mayoría de los casos asociados a la causa están radicados en Plaza Baquedano.

“La mayor parte de las agresiones que esta investigación ha orientado a focalizar desde el punto de vista de la gravedad de la incidencia en las mismas es su eventual sistematicidad, y sin hacer mayores alegaciones, porque, insisto, no estoy dando cuenta de ellas desde el punto de vista del fondo, pero la mayor parte de esas, que dicen además relación con daños oculares, han tenido lugar en las inmediaciones de Plaza Baquedano, Plaza Italia”, sostuvo.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

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El Ejército y las nuevas exigencias

El Ejército y las nuevas exigencias

GDB Enrique Slater E., Presidente del Centro de Generales de Ejército

Los nuevos desafíos del Ejército en sus labores en tiempo de paz que dejan las lecciones aprendidas derivadas de su acción durante el período de emergencia por la pandemia.

Hace un año que la pandemia del Coronavirus afecta la salud y la vida de muchas personas en el mundo y específicamente, en Chile.

Casi paralelamente el país debió enfrentar por más de un año una permanente violencia y vandalismo en varias ciudades y, desde hace años, un descontrolado terrorismo en la Macrozona Sur.

Derivado de lo anterior, es necesario hacer un comentario del rol que han desarrollado las instituciones civiles y militares en el amplio y abnegado trabajo que, conforme a sus posibilidades y capacidades, les ha correspondido para aportar a la salud y a la seguridad de los chilenos.

Quiero referirme a las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad, en general; y a los miles de hombres y mujeres integrantes del Ejército de Chile, en particular; que con gran espíritu de servicio y patriotismo, como lo señala su Juramento a la bandera –“Juro por Dios y esta bandera, servir fielmente a mi Patria…”– han desarrollado durante muchos meses, un esfuerzo que ha sido gravitante en el ámbito principal de la seguridad nacional, conforme a lo que establece la Constitución Política, para el empleo de las Fuerzas Armadas en Estado de Excepción Constitucional.

Todo lo anterior, sin perjuicio de continuar cumpliendo con las variadas misiones permanentes que el Estado le demanda, como institución fundamental de la República.

La dualidad de tareas, tanto las derivadas del Estado de Excepción vigente, como las propias de la naturaleza y fines mismos del Ejército, han demandado a sus miles de integrantes, un esfuerzo extraordinario, pero realizado con vocación y compromiso por el bien de Chile y sus ciudadanos.

En este marco general, cabe señalar, que siendo los medios humanos y materiales limitados para la variedad y cantidad de tareas que la crisis impuso, las respuestas de los componentes de la fuerza militar a lo largo del territorio nacional, han sido valoradas por la ciudadanía y la propia institución, produciéndose un trabajo mancomunado y coordinado entre el estamento civil y militar que ha posibilitado enfrentar simultáneamente los frentes de apoyo a la pandemia propiamente tal y las acciones conjuntas fundamentalmente de apoyo, a las Fuerzas de Orden y Seguridad en la Macrozona Sur del país.

Es necesario tener presente que un esfuerzo de largo aliento en misiones de orden interior afecta y debilita las tareas permanentes del Ejército, que dicen relación con su misión: “Contribuir de manera principal a preservar la paz. Su misión primordial es garantizar la soberanía nacional, mantener la integridad territorial y proteger a la población, instituciones y recursos vitales del país, frente a cualquier amenaza o agresión externa, así como constituir una importante herramienta de la política exterior de Chile”.

Chile es un país con una compleja geografía, expuesto a diversos desastres naturales, que cada cierto tiempo nos afectan y demandan el empleo de todas las capacidades del Estado. Los cambios climáticos que ya son una realidad en el planeta y también en nuestro continente, nos depararán nuevos desafíos y especiales esfuerzos a nuestros científicos.

Hoy, la actual pandemia que afecta al mundo y trágicamente a Chile, nos debe alertar y demandar prepararnos para posibles futuras y nuevas amenazas en el área de la salud que como estamos observando, requerirá disponer con profesionales cada vez más capacitados y de una tecnología e infraestructura cada vez más exigente.

En el contexto descrito, se evidencia la necesidad que el Estado fortalezca en personal, capacitación y medios materiales, a las Fuerzas Armadas, las que, por su organización, disciplina y polivalencia, continuarán teniendo un rol gravitante en la seguridad humana y nacional. Será fundamental para el logro de una mejor relación y trabajo conjunto entre civiles y militares, optimizar la confianza de la población en sus Fuerzas Armadas, debiendo ser esto, un objetivo de país.

Toda acción tendiente a debilitar sus capacidades afectará el apoyo que la fuerza militar deba otorgar en las nuevas situaciones antes descritas, que se vislumbran cada vez más complejas en el futuro de Chile, y por supuesto, en las que tienen directa relación con la mantención de la soberanía nacional y defensa de la patria.