Columna de Opinión

La mirada perversa por Pilar Molina (Columna de opinión 02 de agosto del 2021)— ¿ Que es el efecto 2038? por Sarah Romero (Muy Interesante)

La mirada perversa por Pilar Molina (Columna de opinión 02 de agosto del 2021)— ¿ Que es el efecto 2038? por Sarah Romero (Muy Interesante)
LAS OPINIONES EN ESTA SECCIÓN, SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE LA UNIÓN.
Basta con leer la prensa de los últimos días para ver cómo se multiplican los actos de violencia y desde las autoridades de distintos poderes se propala priorizar la vulneración de los DDHH que sufren quienes delinquen o sufren excesos de parte de la policía a cargo de controlar el orden público y mantener la paz social.
Mientras más se debilita el Estado de Derecho, mayor preocupación parece haber por priorizar el resguardo de los derechos humanos de quienes compiten por deteriorar y socavar la paz social y la seguridad que el Estado debe procurar a todos los ciudadanos con el monopolio del uso de las armas.
Basta con leer la prensa de los últimos días para ver cómo se multiplican los actos de violencia y desde las autoridades de distintos poderes se propala priorizar la vulneración de los DDHH que sufren quienes delinquen o sufren excesos de parte de la policía a cargo de controlar el orden público y mantener la paz social.
Esos ilícitos son preocupantes, claro que sí, pero más alarmante es ver que se focaliza la acción de protección del Estado no en las víctimas de la destrucción y el incendio, como lo vimos el viernes en el barrio Lastarria, sino que en los perpetradores de esa fuerza bruta que no reconoce brújula ni timón.
Si no, pregúntenles a los candidatos Boric y Provoste, que a pesar de su ambivalencia frente a la violencia de la ultraizquierda, tampoco logran salvarse de ella.
Ministerio Público: violencia rural en La Araucanía aumenta en un 71% - La  Tercera
 Imagen diario La tercera
Mirar el balance de destrucción del conflicto mapuche en las regiones es aterrador. El martes último (27), un nuevo ataque al fundo Santa Ana en Carahue, zona costera de la Araucanía, marcó una diferencia, según Interior, con los 286 atentados anteriores contra faenas forestales.
Esta vez los agresores no se concentraron en agregar más maquinaria o vehículos a los más de mil que llevan destruidas y quemadas, sino que se focalizaron en balear a los carabineros que cuidan el predio y a sus trabajadores. Los dos carabineros y un trabajador heridos graves, que fue el saldo, ya son pan de cada día en una zona donde los hechos de fuerza en el primer semestre, comparado con igual período de 2020, subieron en un 94%, incluyendo 4 homicidios.
Los delitos asociados a ataques incendiarios, narcotráfico, robo de madera y porte ilegal de armas se concentraron en un 68% en la Araucanía.
Las autoridades electas para redactar la nueva Constitución suspenden sesiones en solidaridad con los victimarios en el sur y solicitan amnistiar a los que llaman “presos políticos”. Les dan esa categoría, no obstante que no se puede distinguir cuáles de los 41 mil 75 delitos ingresados a la estadística del Ministerio Público, cometidos entre el 18 de octubre y 31 de diciembre de ese año, no fueron comunes, sino que “políticos”.
Difícil cuando se trata de daños, robos, desórdenes y personas armadas, y muchos de ellos con prontuario (que habría que investigar si también se originan en ilícitos “políticos”).
Los convencionales van más allá de crear una comisión de DDHH para establecer una verdad histórica y buscar reparación. Se dan el gusto de tratar de excluir a un convencional ex almirante, que seguramente fue electo con más votos que ellos.
Desde el Estado, porque representan hoy autoridades, están decididos a instalar la política de la cancelación en la CC, impidiendo cualquier opinión contraria a sus criterios de violaciones a los DDHH, calificándola de “negacionista”.
Parecieran sostener que “los grupos vulnerables o históricamente excluidos” no pueden violar nunca los DDHH. Son siempre víctimas, aunque infieran daños graves a terceros y sean en realidad victimarios.
No hay otra explicación para que 6 diputados comunistas y 7 del Frente Amplio votaran en contra, el jueves pasado, un proyecto de resolución para solicitar al gobierno recursos para las pymes saqueadas y dañadas después del 18 de octubre. Hubo otros, como el candidato presidencial Gabriel Boric, que prefirieron abstenerse antes de aparecer dando beneficios a los que ellos no consideran víctimas, las pymes y restoranes destruidos y quemados.
También acabamos de conocer un nuevo instructivo del fiscal nacional haciendo más duros los criterios de actuación del Ministerio Público frente a los delitos de violencia institucional. “Una de las principales novedades”, dice el documento de 56 páginas, “son los acápites específicos sobre el ejercicio ilegítimo de la fuerza por parte de funcionarios policiales en el contexto del mantenimiento del orden público en manifestaciones sociales masivas”.
Advierte que estas causas, “donde los perpetradores son los agentes del Estado, deben terminar en juicio oral y no pueden pasar al archivo provisional sin la autorización del fiscal regional”.
Muchos damnificados de la acción devastadora de la fuerza bárbara quisieran ver la misma diligencia de las fiscalías frente a los delitos que les arrebatan su vida y forma de ganársela. Pero no es así, porque pareciera que el ilícito que ellos sufren tiene un “interés público” menor que cuando se trata de perseguir a un policía que usa la coacción más allá de lo permitido.
Los tribunales amenazan con retirar la protección de la justicia por la inseguridad que ellos también padecen, pero piden lo que no siempre dan. La Corte Suprema solicitó al Gobierno la semana pasada protección especial para jueces y funcionarios judiciales por la violencia en Cañete.
En paralelo, sin embargo, los magistrados de la Corte de Apelaciones de Temuco dejaron en libertad al vocero de Temucuicui, Jorge Huenchumán, formalizado por trafico de drogas y porte ilegal de armas. Estaba prófugo desde febrero pasado y pudo ser detenido, en medio de incidentes, sólo porque -complicado por el Covid 19- ingresó al hospital de Victoria.
El jueves pasado, como era previsible, incumplió el compromiso de entrar a la cárcel de Angol para iniciar la cautelar de prisión preventiva y es improbable que se pueda ejecutar su detención porque en enero pasado la diligencia frustrada de 800 PDI dejó en evidencia que el Estado no entra a la comunidad Temucuicui.
La CAM declaró la guerra al Estado, pero autoridades de ese mismo Estado le otorgan privilegios como minorías víctimas.
Es cierto que el Presidente llama a cada rato a condenar la violencia, pero también lo hemos visto poner el foco en el agresor. Fue lo que ocurrió cuando el 9 de julio, cuando le expresó sus condolencias a la familia de Pablo Marchant, quien, señaló, murió en un acto de “sabotaje”. Ese es el término con que la CAM define sus ataques armados, en la guerra que declaró al Estado y las forestales. En uno de ellos murió Marchant, armado de un fusil M5 y donde quedó gravemente herido un trabajador.
Se ha ido evidenciando un temor presidencial a una persecución en su contra en materia de DDHH que parece inmovilizar la respuesta coercitiva necesaria, con grave daño a la gobernabilidad y la paz social.
Son muchos los ejemplos, pero quedó claramente establecido de qué lado estaba en su última cuenta pública. Casi omitió el drama en la Araucanía, pero hizo todo tipo de anuncios para fortalecer los DDHH, desde la perspectiva del Estado violador, por supuesto: crear una fiscalía especializada, aumentar los recursos del INDH y de la Defensoría de la Niñez y fortalecer los programas para atención de las víctimas de trauma ocular y lesiones graves.

Esta mirada perversa frente al delito y las violaciones a los derechos humanos nos ha conducido a esta grave falta de gobernabilidad, comprometiendo sin duda el futuro de Chile. El Presidente Piñera le ofreció toda la protección necesaria a la presidenta de la CC, Elisa Loncón.

Su Ministro del Interior dio la misma seguridad a los candidatos Provoste y Boric. Y el resto, ¿qué?

¿QUÉ ES EL EFECTO 2038?
Sarah Romero
Muy Interesante, 02/02/2021

Allá por 1999, la amenaza de un colapso a nivel tecnológico por el temido “Efecto 2000” o “Error del milenio” provocó un temor generalizado en la sociedad ante el fallo que provocaría que tras el 31 de diciembre de 1999 los sistemas informáticos pasarían al 1 de enero de 1900 en vez de al 1 de enero de 2000 debido a que muchos sistemas codificaban el año en dos dígitos.
Este “Efecto 2000” que se corrigió con unos miles de millones de euros, nos sirve para explicar el “Efecto 2038” o “Y2K38”.
El “Efecto 2038” no es sino otro “bug” relativo, en este caso, a la codificación del tiempo en los sistemas de 32 bits (el reloj que usan), que nos afectaría en enero del año 2038. Y es que el reloj que tienen muchos equipos se basa en POSIX, un simple contador de segundos que va ascendiendo con cada segundo que pasa y que tiene como fecha de referencia el 1 de enero de 1970; por tanto, el tiempo es igual al número de segundos transcurridos desde esta fecha de referencia.
Sin embargo, como en los sistemas de 32 bits los tiempos se codifican con un número entero y un signo, llegará un momento en que el contador llegará al número máximo que es capaz de almacenar en positivo y comenzará a contar en negativo (volveremos a 1901).
Los sistemas que cuentan la hora desde (21:00 31/12/1969) provocarían el error de cálculo a las 00:14:07 del 19 de enero de 2038, ya que confundirán la fecha con el 13 de diciembre de 1901.
Tras el “Efecto 2000” o “Error del milenio” llega… el “Efecto 2038”. ¿Un nuevo apocalipsis informático?
Por el momento se desconocen las consecuencias exactas que este problema informático provocará en algo más de 20 años, pero está claro que aún hay tiempo para solventarlo con eficaciay sin crear el pánico que se generó con el Y2K o Efecto 2000.
El “Efecto 2038” afectará principalmente al sistema operativo Unix, sobre el que se asientan tanto Android como iOS así como muchos servidores de Internet, puntos de acceso Wi-Fi o routers.
Casi todos los sistemas operativos que se utilizan hoy en día se remontan a UNIX. Cuando los ingenieros desarrollaron el primer sistema operativo para máquinas UNIX en la década de 1970, decidieron arbitrariamente que el tiempo se representaría como un entero de 32 bits con signo y se mediría como el número de segundos desde las 12:00:00 am del 1 de enero de 1970. Los sistemas de fecha y hora de bits solo pueden contar hasta 2,147,483,647, lo que se traduce en el 19 de enero de 2038 (3:14:08 am).
En esta fecha, cualquier programa en C que utilice la biblioteca time_t estándar de 32 bits tendrá problemas para calcular la fecha.
La mayoría de las funciones de soporte que utilizan el tipo de datos time_t no pueden manejar valores time_t negativos. Fallan y devuelven un código de error, y esto hace que el programa de llamada se bloquee espectacularmente.
Para la planificación de 2038, se necesita un enfoque progresivo y proactivo en esta etapa. Para solucionarlo, hay que centrarse en:
1)          Software que se ocupa de fechas y horas futuras;
2)          Formatos de archivos y mensajes online;
3)          Dispositivos con una larga vida útil y sus dependencias.

Un aporte de nuestro Director Antonio Varas C.