Columna de Opinión

LOS TALIBANES, 20 AÑOS DESPUÉS: QUIENES SON Y DONDE HA ESTADO TODOS ESTOS AÑOS por Victoria García, Madrid—EL GOBIERNO AFGANO SE DESMORONA TRAS LA LLEGADA A KABUL DE LOS TALIBANES por Sayed Salahuddin

LOS TALIBANES, 20 AÑOS DESPUÉS: QUIENES SON Y DONDE HA ESTADO TODOS ESTOS AÑOS por Victoria García, Madrid—EL GOBIERNO AFGANO SE DESMORONA TRAS LA LLEGADA A KABUL DE LOS TALIBANES por Sayed Salahuddin

LAS OPINIONES EN ESTA SECCIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE LA UNIÓN

Allí entrenaba Al Qaeda y tras los ataques a las Torres Gemelas el 11 de septiembre, y la petición de Estados Unidos de que les entregara a Bin Laden, terminó en una invasión internacional el 7 de octubre del 2001 bajo el nombre de ‘Libertad duradera’.

Los talibanes surgieron como muyahidines guerreros contra la ocupación rusa del país. A partir de ahí, los gobiernos corruptos, líderes pastunes dictadores hicieron que el pueblo apoyara a este movimiento que defiende la versión más radical del islam y que se ha hecho con el control de Afganistán tras una fugaz ofensiva en las últimas semanas.

En la jornada de este lunes los movimientos recientes de los talibanes han desatado el caos en el aeropuerto de Kabul, donde miles de personas han intentado abordar vuelos de repatriación en el que era el primer día del país bajo el control de los talibanes después de que el propio presidente afgano, Ashra Ghani, saliera del país este domingo en secreto.

 Los primeros datos que se tienen de la existencia de los talibanes son los combatientes muyahidines que se enfrentaron a la ocupación soviética en los primeros años de la década de los 90.

Entonces Afganistán era un estado fallido, destruido por años de enfrentamientos contra los rusos y conflictos internos entre los llamados señores de la guerra que se enriquecían a costa de enfrentamientos étnicos y tribales.

La entonces Unión Soviética trataba desde principios de los 80 crear en Afganistán un gobierno socialista que respondiera a las directrices de Moscú.

 Para conseguirlo invadió el país, que por entonces era un territorio rural y muy pobre. Pensaba que iba a ser una ocupación exprés, una guerra sin apenas resistencia que les permitiría establecer su poder inmediatamente, pero ese fue su primer error.

Esa invasión provocó una guerra que parecía interminable. Tras gastar millones de rublos tuvieron que terminar marchándose de allí. Con el fin de esa aventura Afganistán entró en un periodo de inestabilidad política que aprovecharon los llamados señores de la guerra para establecer su poder en zonas del país, realizando enfrentamientos y escaramuzas étnicas y tribales.

  ¿Quiénes son? ¿De dónde proceden? ¿Cómo surgieron? ¿Dónde han estado todos estos años? Respondemos algunas de las preguntas más frecuentes

 

Estos señores de la guerra manejaban el tráfico de opio, del que Afganistán es el principal proveedor. Se estima que el 90% de la heroína del mundo proviene del opio. Las ganancias que genera la producción de la heroína son utilizadas para financiar a los talibanes y otros grupos islamistas.

Los antiguos soldados muyahidines que lucharon contra la invasión rusa son el germen de lo que luego se llamarían talibanes, cuya traducción podría ser “estudiante religioso” que siguen una doctrina islamista en la que se condena la anarquía que pululó en Afganistán durante esos años de libertinaje y de influencia occidental decían.

Los pastunes, la etnia que domina mayoritariamente Afganistán controlaba el sur y el centro del país, y allí es donde tienen su caldo de cultivo los talibanes. En el norte del país, el apoyo que reciben es mucho menor.

Pakistán y Arabia Saudí fueron sus mentores en aquella época y les dieron medios para que se enfrentaran a los señores de la guerra. Tras varios años de luchas, consiguieron entrar en Kabul y expulsar al último gran señor de la guerra, Ahmed Shah Massoud.

El Mulá Mohammed Omar era el líder de los talibanes en aquella época. De él apenas hay imágenes. Siempre se cuidó mucho de ser reconocido y apenas hay cuatro o cinco imágenes suyas.

En aquella época, una buena parte de los afganos celebró que los talibanes llegaran al poder. Ellos acabaron con la inestabilidad política y social que habían provocado años de conflictos internos. Castigaron con dureza la corrupción endémica del estado afgano e impusieron una serie de normas estrictas cuya base es una interpretación radical de la ley islámica.

Las mujeres quedan relegadas a un papel testimonial. No podían trabajar o estudiar, tampoco salir de casa sin compañía de algún familiar. El adultero conllevaba ejecución publica, el robo, amputación y las restricciones incluían cualquier tipo de arte.

A pesar de las denuncias de violación de derechos humanos, la atención del mundo se focalizó en Afganistán cuando surgieron las primeras pruebas de que acogía a terroristas. El aislamiento internacional incluyó a sus otrora padrinos.

 Allí entrenaba Al Qaeda y tras los ataques a las Torres Gemelas el 11 de septiembre, y la petición de Estados Unidos de que les entregara a Bin Laden, terminó en una invasión internacional el 7 de octubre del 2001 bajo el nombre de ‘Libertad duradera’.

En tres meses, los talibanes abandonaron y desaparecieron, pero lejos de diluirse lo que ha hecho estos años es aumentar su poder en las regiones periféricas de Afganistán. El modelo prooccidental que impusieron los americanos y británicos en Afganistán no solo no se consolidó, sino que la irrealidad económica del país estalló en la capital y nunca llegó al campo, donde la pobreza y el descontento crecían a igual ritmo que el poder talibán. Durante los años de ocupación occidental han realizado atentados y ataques a objetivos estadounidenses, pero poco más.

El gobierno central de Kabul recuperó las viejas acciones de corrupción, problemas incumplidos, caldo de cultivo perfecto para que los talibanes engrosaran sus filas y se prepararan para la lucha. Una lucha que ni les ha hecho falta.

En cuanto las tropas americanas han comenzado a retirarse, los talibanes han comenzado un recorrido en el que han ido haciéndose con todos los territorios por los que pasaban.

Fuente: Cadena SER, 16/08/2021

EL GOBIERNO AFGANO SE DESMORONA TRAS LA LLEGADA A KABUL DE LOS TALIBANES

Sayed Salahuddin

El País, desde Kabul, 15/08/2021

Veinte años después de que la invasión de Estados Unidos echara del poder a los talibanes, Afganistán vuelve a estar a merced de la milicia fundamentalista.

Los insurgentes han rodeado este domingo Kabul desde todos los frentes antes de entrar finalmente en la ciudad, tras una ofensiva relámpago en la que han conquistado en dos semanas una capital provincial tras otra (30 de 34), hasta hacerse con el 90% del territorio del país centroasiático.

Poco después de que se anunciara por la mañana la toma de Jalalabad, cerca de la frontera con Pakistán y la única gran urbe que le quedaba al Gobierno fuera de Kabul, la milicia inició el asedio con la orden a sus miembros de que evitaran un derramamiento de sangre.

La salida del país del presidente, Ashraf Ghani, conocida horas después, encarna la imagen de un Gobierno en vías del colapso un día después de que insistiera en “removilizar” sus fuerzas para detener un avance talibán que ha resultado imparable desde que lanzaron sus ataques en mayo, coincidiendo con el inicio de la retirada de las tropas de EE UU y sus aliados.

Abdullah Abdullah, el que fuera el gran rival político de Ghani, ha confirmado en medio de la confusión la salida del ya “expresidente” y ha criticado que dejara a su pueblo “en una mala situación”. La oficina de Ghani rechazó informar de su paradero “por seguridad”.

Abdullah, que integra junto a otros líderes políticos un consejo de coordinación para intentar gestionar un traspaso de poder, ha pedido a los ciudadanos “paciencia para estos días difíciles”.

Horas después de su marcha, Ghani ha asegurado que se marchó para evitar “un derramamiento de sangre en Kabul”. El presidente afirma en un mensaje publicado en la red social Facebook que decidió dejar el país para evitar choques con las milicias fundamentalistas que habrían puesto en peligro a los habitantes de la capital.

El presidente sale del país mientras los insurgentes entran en la capital para tomar el poder 20 años después de la caída de su régimen del terror. El miedo a la violencia se extiende por la ciudad.

De acuerdo con el portavoz habitual de los talibanes, Zabiulá Muyahid, han tomado la decisión de entrar en la ciudad después de horas apostados en los accesos para evitar “el caos y los saqueos” tras recibir información que aseguraba que las fuerzas de seguridad habían abandonado partes de la ciudad de Kabul y sus puestos de control. Los talibanes han anunciado la ocupación del palacio presidencial, lo que el Gobierno no ha confirmado.

El ministro del Interior en funciones, Abdul Sattar Mirzakawal, ha afirmado poco antes de conocerse la salida del mandatario que se avecina un traspaso pacífico del poder a un “Gobierno de transición”. En un mensaje de vídeo, ha dicho que los talibanes no atacarían Kabul como parte de un acuerdo. “La seguridad de la ciudad está garantizada, no será atacada (…), y el trato es transferir el poder pacíficamente al liderazgo de una Administración de transición, inshallah (si Dios quiere). Kabul está a salvo, pueden estar seguros”, ha dicho.

Suhail Shahein, un portavoz de los insurgentes ha asegurado en declaraciones a la cadena británica BBC que la milicia busca una transición de poder pacífica que se produzca en los próximos días. “No queremos ni un solo civil afgano inocente herido o muerto mientras tomamos el poder, pero no hemos declarado un alto el fuego”, ha declarado, por su parte, un jefe talibán en Doha (Qatar), donde se estaban manteniendo conversaciones con el Gobierno para el cese de las hostilidades.

Sin embargo, otros miembros de la milicia dijeron a la agencia Reuters que no buscan un Ejecutivo de transición tras su fulgurante victoria. En todo caso, los talibanes han lanzado llamamientos a la calma e insisten en que no pretenden una toma del poder violenta.

Estos anuncios, sin embargo, no evitaron que el miedo se apoderara de los alrededor de 4,5 millones de habitantes de Kabul, a los que se suman los miles de desplazados que han huido de otras zonas ante el avance de la milicia y se han instalado en parques y calles.

En el recuerdo de muchos está el anterior régimen talibán entre 1996 y 2001, cuando se aplicó una interpretación rigurosa del islam por la que se impusieron castigos físicos como latigazos y amputaciones por delitos como un robo, y se obligó a las mujeres a cubrirse con el burka y se les prohibió estudiar desde los 10 años. Ahora, los fundamentalistas intentan dar una imagen de mayor pragmatismo y moderación.

La inminencia de la llegada de la milicia ha provocado escenas de pánico y grandes atascos. Muchos ciudadanos se han apresurado a ir a los bancos para sacar dinero en efectivo y han descubierto en ese momento que el Gobierno ha restringido la retirada a 2.000 dólares.

Los habitantes de Kabul también han empezado a acopiar víveres en tiendas que también están a punto de cerrar por temor a una inseguridad prolongada, como ha ocurrido en el pasado cuando ciudad ha cambiado de manos.

Algunas calles están abandonadas, mientras que otras están congestionadas mientras la gente en automóviles se da prisa para llegar a casa -el Gobierno ha impuesto un toque de queda. “La gente tiene miedo de un posible saqueo generalizado por parte de hombres armados, delincuentes, secuestros, ataques y otros actos inmorales como las violaciones. Tememos que haya un vacío de poder”, ha afirmado Haji Imamd Dad, un funcionario de 48 años. En algunas zonas se han reportado ya saqueos menores y que dos policías han sido desarmados por una turba de jóvenes.

Las embajadas han acelerado la evacuación de su personal y las agencias de viaje han cerrado, según testigos. Se han cancelado vuelos nacionales e internacionales desde y hacia Kabul. Solo los aviones militares y las aeronaves de Estados Unidos y otras naciones de la coalición internacional que apoyaba al Gobierno han podido sacar a sus ciudadanos y diplomáticos, según varias fuentes.

Fuentes diplomáticas y medios locales apuntan a que Ali Ahmad Jalali, un antiguo ministro de Interior y académico que se formó en EE. UU., podría encabezar un Ejecutivo interino de transición, aunque no está confirmado si los talibanes estuviesen de acuerdo.

Según varias fuentes, un grupo de líderes de la guerrilla ha llegado a entrar en el palacio presidencial para hablar con Ghani sobre un traspaso del poder, pero este ha abandonado finalmente el país. Los talibanes han exigido durante su ofensiva en la dimisión de Ghani, que hasta este domingo lo ha rechazado. Horas antes de su marcha, su oficina incluso ha tuiteado que “las fuerzas de seguridad del país, en coordinación con los socios internacionales, controlan la situación de seguridad en Kabul”.

La escala y velocidad del avance de los talibanes ha tomado por sorpresa a los afganos y a la alianza liderada por Estados Unidos, en las dos últimas décadas ha invertido 83.000 millones de dólares (70.400 millones de euros) en equipar y entrenar a un ejército gubernamental que en muchos casos ha entregado las plazas sin resistencia o ha huido ante los insurgentes, que se han quedado con su armamento.

“Veinte años después de la invasión, Estados Unidos está abandonando Afganistán y deja un desorden. No sabemos qué pasará con este país, pero todos hemos perdido la esperanza de mejorar la situación”, afirma Tajuddin, un comerciante de alfombras de Kabul. “El mundo y los afganos deben responsabilizar a los líderes estadounidenses de iniciar esta guerra y, sin encontrar la manera de ponerle fin, irse ahora dejando a Afganistán en una situación peor que antes de la expulsión de los talibanes”, opinaba en medio de la incertidumbre que reina en Kabul.

“Es hora de que los líderes afganos se reconcilien y formen un Gobierno aceptable para todos. Los últimos 42 años de guerra demostraron que nadie ganará luchando, así que es hora de que forjemos un acuerdo, vivamos juntos y construyamos este país”, terciaba Rashid Sorosh, un maestro de escuela.

Los talibanes están pidiendo a los afganos que no se marchen del país por miedo. El principal portavoz, Zabihullah Mujahid, ha insistido en que se ha ordenado a los militantes que permanezcan a las puertas de Kabul y que la capital será entregada pacíficamente. Los combatientes tienen instrucciones de evitar la venganza o atacar propiedades.

Los hospitales y el aeropuerto seguirán operando y los suministros de emergencia no se verán interrumpidos, ha asegurado también la milicia, según Reuters. Los extranjeros que se encuentran en Kabul podrán salir de la ciudad, si así lo desean.

Evacuación de personal internacional y colaboradores. Las labores de evacuación del personal diplomático y colaboradores se han acelerado y Estados Unidos ha comenzado ya a evacuar su Embajada con helicópteros que conectan con el aeropuerto, tras el envío de tropas para proteger al personal. La semana pasada, la inteligencia estadounidense estimaba que los talibanes tardarían al menos tres meses en llegar a Kabul.

Este sábado aún se creía que contaban con al menos otras 72 horas antes de que conquistasen la ciudad. Este lunes el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de emergencia para tratar la situación en el país.

Miembros de equipos esenciales estadounidenses trabajan desde el aeropuerto de Kabul, según fuentes estadounidenses. Una fuente de la OTAN asegura que la organización “está evaluando los desarrollos en Afganistán de manera constante”. Estamos ayudando a mantener las operaciones en el aeropuerto de Kabul para mantener a Afganistán conectado con el resto del mundo”, ha aclarado la fuente, que ha añadido que la seguridad del personal es “primordial”.

El Ministerio de Exteriores español también acelera los planes para la evacuación de españoles y colaboradores afganos en Kabul, que se realizará “en cuanto sea posible”. El Gobierno británico ha manifestado que están trabajando en estos momentos para proteger al personal británico y ayudar a antiguos colaboradores a viajar a Reino Unido. El Ejército alemán iniciará este lunes los preparativos para evacuar a sus ciudadanos, personal de la embajada y trabajadores locales de Afganistán sin esperar al mandato del Parlamento, informa el diario Bild.

Tras la toma de Jalalabad este domingo por la mañana, Pakistán ha cerrado su frontera con Afganistán, un territorio que ahora está bajo control talibán, según ha informado el ministro del Interior pakistaní, Sheikh Rashid Ahmad. El único punto de salida del país en estos momentos es el aeropuerto de Kabul, todavía bajo control gubernamental.

Desde que el pasado abril el presidente estadounidense Joe Biden anunciase la retirada de todas sus tropas del país después de 20 años de guerra antes de la fecha simbólica del 11 de septiembre, los talibanes han tomado el país a una velocidad de vértigo.

A principios de mayo la guerrilla inició una gran ofensiva en la provincia de Helmand. Para mediados de julio los insurgentes controlaban ya la mitad de los distritos del país, según un general estadounidense.

El 6 de agosto, la ciudad de Zaranj, en el sur, se convirtió en la primera capital de provincia en caer a manos de la milicia. Desde entonces, han ido tomando una tras otra en una ofensiva relámpago hasta llegar este domingo a Kabul.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas C.

Columna de Opinión

Las últimas cartas al Director, de Adolfo Paúl Latorre.. Desarme de la población — Derecho a la vida — Vende patria.

Las últimas cartas al Director, de Adolfo Paúl Latorre.. Desarme de la población — Derecho a la vida — Vende patria.

LAS OPINIONES EN ESTA SECCIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE LA UNIÓN.

Cartas al los Medios de Comunicación de nuestro Director Adolfo Paúl Latorre

 Señor Director:

A continuación le hago llegar tres cartas motivadas por los siguientes artículos publicados en las ediciones del Chile Informa correspondientes a los días 12 y 13 de agosto:

—“Civiles desarmados y delincuentes armados” de Jaime Ojeda Torrent.

—“Candidata en apuros” de Raúl Rojas.

—“La cosa chilena de hoy” de Hermógenes Pérez de Arce.

                       Atentamente le saluda.

                                                                     Adolfo Paúl Latorre

                                                              

                                                                              

Desarme de la población

Los ciudadanos tienen el derecho a poseer y utilizar armas de fuego para poder defenderse de agresiones que pongan en peligro su vida, la de su familia o su propiedad; cumpliendo ciertos requisitos legales que sean razonables pero que no afecten este derecho en su esencia.

Hay personas que piensan, de buena fe, que mientras menos acceso tenga la población a armas es mejor. Otras piensan así en conformidad con el postulado 10 del “Decálogo de Lenin” —conocido como “Manual para tomar el control de una sociedad”—: “Registre a todos aquellos que posean armas de fuego, para que sean confiscadas en el momento oportuno, haciendo imposible cualquier resistencia a la causa” o bien con el postulado 10 del “Decálogo del joven socialista” de Santiago Carrillo: “Ármate tú, mientras haces todo lo posible por desarmar a un enemigo”.

Derecho a la vida

El derecho a la vida es el más fundamental de los derechos humanos; derecho que es vulnerado por quienes practican abortos directos provocados, denominados eufemísticamente “interrupción del embarazo”.

El no nacido o nasciturus es un ser humano distinto a su madre, con su propio código genético, aunque necesita de un entorno necesario para su desarrollo.

Hay quienes dicen que la mujer es la única que tiene el derecho a decidir sobre la vida del ser que lleva en su vientre. ¿No tienen derecho alguno ni el padre ni el nasciturus a quien se le está dando muerte?

Otras personas argumentan que el nasciturus no tiene derecho a la vida, por no ser jurídicamente una persona, olvidando que el Código Civil no dice que la persona comienza al nacer, sino que la existencia “legal” de toda persona principia al nacer, lo que es muy diferente.

 

Vendepatria

 

         Doña Michelle Bachelet no solo condecoró al promotor de la denominada “Enmienda Kennedy”. También condecoró con la medalla Bernardo O´Higgins a tres trabajadores de la empresa Rolls Royce que iniciaron un boicot para negarse a realizar la mantención a los motores de los aviones Hawker Hunter        —Bob Fulton, Robert Somerville y John Keenan; honor que les fue conferido en abril de 2015 por el embajador de Chile en el Reino Unido— en circunstancias que Chile estaba enfrentando delicadas situaciones de crisis con sus vecinos.

Viña del Mar, 15 de agosto 2021