Debemos Exorcizar la Política por Cristián Labbé Galilea —— Optimismo, pesimismo y realismo por nuestro Director Adolfo Paúl Latorre (Carta publicada en este sitio el 05 de octubre)
Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales de la Defensa Nacional
Debemos exorcizar nuestra realidad y para ello, un sólo camino… “la cruz” que, con el lápiz, hay que hacer en noviembre.
Que el Presidente de la República apareciera a nivel mundial entre los personajes implicados en supuestos delitos económicos, producto de transacciones comerciales realizadas en las Islas Vírgenes, era lo que nos faltaba en nuestra ya convulsionada contingencia política.
Es tan asombroso lo que está pasando en el país, que hay quienes sospechan -con algún fundamento- que el gobierno estaría poseído por un maleficio concertado entre algunos “brujos políticos” y el mismísimo diablo; y si no… ¿Cómo explicarse tanto desvarío?
Si la política estaba endemoniada, los “Pandora Paper” vinieron a azuzar el infierno político en el que estamos.
Elecciones presidenciales y parlamentarias “a la vuelta de la esquina” con encuestas que suben y bajan candidatos; tensos forcejeos para aprobar o rechazar un cuarto retiro de los fondos previsionales; una Convención Constitucional que sigue “haciendo de las suyas” sin ningún contrapeso; un gobierno ausente que “no se la puede” con la inmigración ni con la Araucanía… En esta suerte de maldición… aparece, además, la amenaza de destituir al Presidente.
La actual situación se presenta muy compleja en al menos tres dimensiones, una de orden jurídico, otra de carácter ético y una política, esta última, de insospechadas consecuencias.
En lo jurídico hay mucho paño que cortar: las discusiones se han centrado en si existió o no el delito de “notable abandono de funciones”, si se comprometió el “honor y seguridad nacional” o si se “infringió la constitución y las leyes”. Hay también quienes sostienen que el caso está prescrito, que ya fue investigado y que se cerró sin acreditar ningún ilícito… Lo cierto es que las opiniones jurídicas sobran, por lo que es fácil suponer que el tema se mantendrá por un largo tiempo.
En lo ético, el tema es muy complejo porque cualquier persona puede tener cuentas en “paraísos tributarios” sin que ello sea un ilícito, pero en ningún caso un mandatario y menos el nuestro a quien se le conocen ciertas “mañas” en materias de negocios. Sobre el tema, la opinión pública tiene su veredicto… el Presidente ha faltado a la probidad y una vez más aparece involucrado en negocios de dudosa trasparencia.
En lo político el asunto es aún más grave: los “Panamá Paper” representan un “golpe de gracia” al sector de la Sociedad Libre (derecha y centro derecha) y constituyen “un regalo” para la izquierda, la que se está dando un festín con el caso procurando, a su vez, causarles el mayor daño posible a los candidatos Sichel y Kast, y no descartan la posibilidad de destituir al Primer Mandatario, antes que termine su mandato.
Así las cosas, como nunca en nuestra historia, estamos ad-portas que se concrete un “maleficio político” tan grave como serían la destitución del Presidente junto a una debacle electoral parlamentaria. Por lo mismo, “no podemos caer poseídos en el infierno al que nos quieren arrastrar los hechiceros de la política”.
Debemos exorcizar nuestra realidad y para ello, un sólo camino… “la cruz” que, con el lápiz, hay que hacer en noviembre.
Debemos Exorcizar la Política
Fuente de la imagen: https://aterceiramargem.org/2020/07/23/e-preciso-exorcizar-a-politica-fiscal/
Optimismo, pesimismo y realismo
Señor Director:
¿Cómo aprecia la situación que estamos viviendo una persona optimista, una pesimista y otra realista?
El realista ve las cosas tal como son: el extraordinario avance de las posiciones de izquierda radical que atentan contra los principios de una sociedad libre y que llevan en sí el germen del totalitarismo y la posibilidad real que una coalición en la que el Partido Comunista es una pieza clave, conquiste la Presidencia de la República; la ausencia del Estado de Derecho y el terrorismo desatado e impune en La Araucanía; la lenidad de las autoridades de gobierno que no se atreven a usar la violencia física legítima del Estado para cumplir con su obligación esencial que es la conservación del orden público y la promoción del bien común, dejándole el campo libre a vándalos, guerrilleros y terroristas; la vulneración por parte de los congresistas de la Constitución que juraron o prometieron guardar; la actuación desorbitada de la Convención Constitucional y su empeño por derribar la institucionalidad vigente y refundar a Chile; un proceso revolucionario marxista que amenaza con destruir a Chile y una insurrección revolucionaria latente; jueces que fallan contra leyes expresas y vigentes; la caída de la inversión y del crecimiento; la elevada deuda pública, etc.
En fin, el realista piensa que estamos ante una situación de incertidumbre tal, que cualquier cosa podría pasar: desde que primarán la cordura y la sensatez y superaremos exitosamente esta crisis hasta una catástrofe política, económica, social e institucional monumental.
El pesimista solo ve tres opciones: a) una revolución tipo bolchevique y la instauración del comunismo puro y duro con todo lo que ello significa, que podría serlo con o sin una cruenta guerra civil de por medio -si las Fuerzas Armadas tomaren partido y se dividieran-; b) una situación como la de Venezuela y c) en el mejor de los casos, una situación como la de Argentina.
El optimista piensa que no debemos desanimarnos, pues siempre queda la posibilidad de un milagro.
EL LÍBERO, publicada el 4 de octubre 2021
Adolfo Paúl Latorre Abogado