Efemerides

EFEMÉRIDES DEL MES DE JULIO

Efemérides del mes de julio

08/07/1826 Denominación de “Presidente de la República”. Se dispuso que el Jefe del Estado de Chile se denomine “Presidente de la República”, asumiendo el Almirante don Manuel Blanco Encalada, como primer Presidente de Chile. Imagen foto_00000002
09/07/1882 Combate de la Concepción. En el poblado de Concepción, en el Perú, 77 integrantes de la 4ª. Compañía del Regimiento de Infantería 6° de Línea “Chacabuco”, fieles a su lealtad a la Patria y a su bandera, murieron combatiendo contra fuerzas muy superiores de soldados regulares peruanos y de una gran cantidad de irregulares indígenas comandadas por el coronel Gastó. Entre los muertos se encontraban 3 mujeres cantineras y un niño nacido durante el combate. Los corazones de los oficiales se encuentran conservados en la Catedral de Santiago. En su homenaje, se instituyó el 9 de julio como el Día de la Bandera y es la fecha en que tradicionalmente los nuevos contingentes de oficiales, clases y soldados efectúan su juramento a la Bandera de Chile. COMBATE DE LA CONCEPCIÓN – Academia de Historia Militar de Chile
09/07/1882 Combate de Marcavalle y Pucará. En esa fecha tuvo lugar el combate entre 2.000 combatientes peruanos bien armados y la 4° Compañía del Batallón N°5 de Línea “Santiago” de guarnición en el pequeño asentamiento de Marcavalle, ubicado al sur de Pucará. A los pocos minutos de iniciado el enfrentamiento ya la compañía había sufrido duras pérdidas, pereciendo dos oficiales y 17 soldados de tropa. Aceptando la insostenibilidad de su posición y ordenando la retirada de su compañía, su comandante, el capitán Diógenes de la Torre, se propuso quebrar el cerco enemigo y resguardarse en la vecina Pucará. Alertada por los disparos, la guarnición de Pucará envió inmediatamente refuerzos en auxilio de sus compatriotas y miembros de la 3° Compañía del Batallón N°5 de Línea “Santiago” defendieron exitosamente la retirada de las fuerzas dirigidas por el capitán de la Torre, logrando contener el ataque peruano redirigido a Pucará con un gran número de bajas enemigas. La defensa chilena pronto obtuvo el soporte del resto del batallón “Santiago” proveniente de la vecina Sapallanga y se retiró ordenadamente a esta localidad al cabo de una hora después. Para el momento en que el coronel del Canto llegó con el grueso de su división al lugar de los hechos, el enemigo se había dispersado con la misma fugacidad con la que había iniciado el combate. Con este enfrentamiento, de una duración de apenas 15 minutos, se dio comienzo al término de la Segunda Expedición a la Sierra, un proyecto de ardua realización y tristes resultados que tuvo su gestación a fines del año anterior. Humanidades y Ciencias: ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE HUAMACHUCO. VEA VIDEO
10/07/1821 Chile recupera en Lima las banderas de la Patria Vieja, perdidas en Rancagua. La bandera nacional de Chile, conocida como la Estrella Solitaria, fue adoptada oficialmente hace 198 años, el 18 de octubre de 1817. Está dividida horizontalmente en dos franjas: la superior es azul y blanca mientras que la inferior es roja; en el cantón azul se ubica una estrella de cinco puntas en color blanco. Imagen foto_00000004
10/07/1879 Segundo combate de Iquique (Nocturno) El día 10 y huyendo del “Huáscar”, el “Matías Cousiño” enfiló hacia el sur, seguido de cerca por el monitor peruano. La cañonera “Magallanes” al mando de Juan José Latorre acudió en su auxilio enfrentando al buque peruano. El enfrentamiento entre estas dos naves comandadas por los hombres que se volverían a enfrentar en el Combate de Angamos del 8 de octubre, apenas duró media hora, desplegando ambos bandos una gran habilidad y maestría en su proceder. Estando muy cerca los combatientes entre sí para emplear su artillería principal y mostrándose ineficiente el fuego de fusil proveniente de su cubierta, el “Huáscar” enfocó sus esfuerzos en hundir la “Magallanes” con la embestida de su espolón. Dicho buque respondió con una serie de medidas evasivas exitosas y una nutrida carga de artillería menos triunfante, logrando el blindaje del “Huáscar” resistir un impacto directo de 115 libras proveniente de la “Magallanes”. Así se mantuvo la situación hasta la llegada del blindado “Cochrane”. Viéndose sobrepasado en número y sabedor que no podía enfrentarse directamente al “Cochrane”, Grau ordenó la retirada hacia el norte. El “Huáscar” fue perseguido por la “Magallanes” y el “Cochrane” hasta la altura de Pisagua, en dónde la velocidad del monitor logró sobrepasar definitivamente el lento avance del pesado blindado.
10/07/1883 Batalla de Huamachuco. Un destacamento al mando del coronel Alejandro Gorostiaga, fue enfrentado y atacado por el general Cáceres en persona, cuyas fuerzas alcanzaban a los 3.000 hombres, en la localidad de Huamachuco, en circunstancias que las fuerzas chilenas solo ascendían a los 2.200 efectivos. Al amanecer del 10 se dio inicio al combate. Hubo un momento en que el ímpetú peruano parecía que vencerían el enfrentamiento, pero hubo una detención inesperada: se habían acabado las municiones de los atacantes. Gorostiaga rápidamente se dio cuenta de la situación, y ordenó a todos los clarines y tambores chilenos que tocaran a degüello. “Los jinetes guiados por el sargento mayor Sofanor Parra bajan como celaje por la ladera del Sazón, chivateando como lo hicieran nuestros ancestros araucanos y haciendo temblar el suelo con los duros cascos del caballo chileno.” Gorostiaga, sorprendiendo a sus tropas, cargó contra los enemigos junto con su Estado Mayor y con su ejemplo incitó a sus soldados a que lo siguieran. Había llegado el momento del combate cuerpo a cuerpo y fue entonces cuando la lucha se tornó encarnizada. Las fuerzas peruanas poco pudieron hacer para aguantar esta embestida y pronto huyeron en desbande, sin que los oficiales lograran contenerlos. Esta batalla dio término a la Guerra del Pacífico. Batalla de Huamacucho - EcuRed
13/07/1882 Combate de San Pablo. El héroe peruano del Morro del Solar, coronel Miguel Iglesias, donde se inmolara uno de sus hijos, volvía, no obstante, a empuñar las armas contra los chilenos en este combate. Allí, junto con su hermano, el coronel Lorenzo Iglesias y unidades peruanas de las tres armas, atacaron a la guarnición chilena del batallón “Concepción”, comandado por el sargento mayor Luis A. Saldes. Después de dos horas de combate, contra fuerzas superiores, los chilenos consiguieron romper el cerco y replegarse hacia la costa, hasta el pueblo de Tembladera. Reforzados los chilenos, se retiraron las fuerzas de los hermanos Iglesias, que tuvieron “200 bajas de tropa, un coronel y 10 oficiales, más todo el parque y ambulancia”, reza el parte.

Las bajas chilenas se estimaron en treinta y un (31) soldados y un oficial herido.

San Pablo fue el último acto de guerra del general Miguel Iglesias contra fuerzas de ocupación del ejército chileno.

El Fin De La Guerra Y Sus Consecuencia
21/07/1990 La Armada de Chile recibe la espada que el Comandante de la Corbeta “Esmeralda” usó el 21 de mayo de 1879 para saltar al abordaje del “Huáscar”. Junto con la reliquia, se entregó a la Escuela Naval la carta mediante la cual el Comandante Grau remitió el arma y otros objetos personales a la viuda del jefe naval chileno, doña Carmela Carvajal.

En la ceremonia se cumple con los deseos del nieto del héroe de Iquique, quien en su testamento estipuló: “Lego a la Armada Nacional la espada que perteneció a mi abuelo, Capitán don Arturo Prat Chacón, y que portaba el 21 de mayo de 1879 al abordar el “Huáscar”, y que recibí por testamento de mi padre, don Arturo Prat Carvajal. Este legado lo condiciono a que la Armada Nacional mantenga esta reliquia histórica en la Escuela Naval, en un lugar especial y exclusivo que permita resaltar su importancia histórica”.

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25/07/1811 El mayor del Regimiento “Húsares de Galicia” de España, don José Miguel Carrera Verdugo, arriba a Valparaíso. Durante la Patria Vieja, Carrera dictó disposiciones tendientes a organizar una Marina de Guerra para Chile; entre ellas, la norma que el 25 de septiembre de 1814 fijó el uniforme que debían usar sus oficiales: “Casaca, cuello, bota y solapa azul. Cabos amarillos. En la faltriquera, cuatro y tres a lo largo del faldón. Espada, sable y sombrero de picos”. Imagen foto_00000002
Columna de Opinión

DERECHO A COMPRENDER (El Mercurio, Editorial, 08/01/2022)

DERECHO A COMPRENDER (El Mercurio, Editorial, 08/01/2022)

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

Si bien es entendible que el discurso público esté impregnado por visiones ideológicas y políticas, resulta complejo pretender modificar en función de ellas las formas de expresión y escritura, particularmente cuando se trata de normas y textos oficiales.

En permanente cambio y actualización, la lengua permite a las personas interrelacionarse, conformando una comunidad con una cultura común que traspasa generaciones.

Al decir del nuevo director de la Academia Chilena de la Lengua, Guillermo Soto, en reciente entrevista en Artes y Letras, “el lenguaje, al ser tan propio del ser humano, nos conecta con casi todas las dimensiones de lo que somos”. Sus formas, expresiones y vocablos van variando en el tiempo, pero siempre en función de contribuir a una mejor comprensión de lo comunicado.

Particular relevancia asume el lenguaje en una sociedad democrática, cuyas bases normativas deben ser aprehendidas por la ciudadanía; de allí la necesidad del uso de un lenguaje claro en sus leyes y regulaciones, para una transversal comprensión y apreciación.

El empleo de un lenguaje claro en el texto constitucional es un valor democrático

En palabras de Soto, “una condición para vivir en democracia es que podamos entendernos” y para ello se requiere un lenguaje público directo, respetuoso, sin eufemismos ni vaguedades.

Preocupa así también el extendido mal uso del idioma, incluyendo el reiterado empleo de insultos y groserías por parte de autoridades y parlamentarios, las que debieran ser referente ciudadano en su comportamiento.

Si bien es entendible que el discurso público esté impregnado por visiones ideológicas y políticas, resulta complejo pretender modificar en función de ellas las formas de expresión y escritura, particularmente cuando se trata de normas y textos oficiales.

Como ha señalado la Real Academia Española, el llamado “lenguaje inclusivo” altera gravemente las reglas gramaticales básicas del idioma, afectando seriamente su comprensión y conservación, pudiendo derivar en un desperfilamiento del uso del lenguaje de manera forzada y artificial.

Al respecto, sorprende que, sin mayor análisis crítico, universidades y autoridades institucionales lo adopten en documentos oficiales y textos académicos.

Especial importancia adopta este tema cuando la Convención se apresta a redactar una nueva Constitución, texto que requiere definiciones que permitan enmarcar la institucionalidad democrática, evitando interpretaciones antojadizas. El básico “derecho a comprender”, como señala Soto, debe consagrarse mediante escritos accesibles para el ciudadano común.

Por lo mismo, el empeño de ciertos grupos por plasmar allí sus aspiraciones no debe llevar a la adopción de terminologías o formas de lenguaje que terminen oscureciendo su sentido.

La crítica generalizada a la “letra chica” en reglamentos y contratos también debe ser recogida. Ello demandará una redacción precisa, que no caiga en generalizaciones que intenten abarcar todos los ámbitos debatidos.

Se esperan de una Carta Magna lineamientos establecidos mediante un lenguaje claro, sobre los cuales construir la institucionalidad futura.