Directorio UNOFAR V
NOMBRE Y APELLIDO
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RUT
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CARGO
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TELÈFONO
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CORREO ELECTRÓNICO
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Eugenio Herrero López
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5.427.986-8
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Presidente (FACH)
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032 – 2775493 89330733
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ventas@ionchile.cl
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Luis Arangua Ojeda
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4.091.364-5
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1er Co-Presidente (E)
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09 – 89223533
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larangua@vtr.net
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Francisco Alomar Marchant
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5.520.589-2
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2º Co-Presidente (A)
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032-2967394 09-87176260
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alomarfran@vtr.net
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Gustavo Bendel Vidal
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7.580.162-9
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Secretario (A)
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09 – 92308655
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gbendel@vtr.net
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Patricia Molina Osses
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5.479.358-5
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Pro-Secretaria (A)
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09 – 92328431
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patriciamolina60@gmail.com
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Enrique Maldonado Roi
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3.839.692-7
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Tesorero (A)
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09 – 99911952
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maldonadoroi@vtr.net
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Magdalena Aguilera Marín
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4.120.595-4
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Directora (A)
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032 – 2712620
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magda_aguilera@yahoo.com.ar
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Esteban Alfaro Berenguela
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3.659.685-5
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Director (A)
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09 – 98742567
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egalfaro@gmail.com
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Mario Alsina Calderón
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1.818.731-0
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Director (A)
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032 – 2721856
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malsina@vtr.net
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Alfredo Ramos Guerrero
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3.674.947-4
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Director (A)
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032 – 2678518
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Juan Castro Mardones
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5.583.367-2
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Director (A)
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09 – 88379702
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juancastrom@vtr.net
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Jorge Turres Mery
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3.722.260-7
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Director (E)
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09 – 92366643
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jorgeturres@yahoo.es
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Omar Carvajal Martínez
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2.793.502-8
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Director (E)
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09 – 93663012
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ocarvajal@vtr.net
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Lionel Curti Leite
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Director (E)
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09 – 98463785
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lionel.curti@gmail.com
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Eduardo Correa Salinas
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7.146867-7
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Director S. (E)
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09 – 92623395
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cdtecorrea@gmail.com
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Osvaldo Ibarra Cañas
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2.935.574-6
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Director (FACH)
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09 – 92200593
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osvaldo153@hotmail.com
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Ricardo Bottinelli Canepa
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Director S. (FACH)
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032 – 2484262
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bottinelli@hotmail.com
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Editorial de un periódico en El Salvador (Centroamérica). Artículo, en especial que se ha difundido en Centroamérica. Muchas veces en nuestro país no se reconoce tan bien la labor hecha en el Gobierno Militar. Ver en adjunto caso Podlech
Muy interesante artículo, en especial que se ha difundido en Centroamérica. Muchas veces en nuestro país no se reconoce tan bien la labor hecha en el Gobierno Militar.
* Apareció en el editorial de un periódico en El Salvador (Centroamérica).
Por Hermann W. Bruch |
Pocos líderes han logrado captar la atención de tantos millones de personas alrededor del planeta de la manera que este militar chileno
lo hizo. Sé que a muchos les causó mucha molestia. También sé que a muchos les causó tranquilidad. El mundo se mueve de manera que algunos entendemos y otros sólo presenciamos.
¿Quién fue Augusto Pinochet Ugarte?.
La historia se escribirá de muchas formas. Las más notorias hablarán de un hombre sin escrúpulos que sólo quiso someter a un pueblo
haciendo uso de la fuerza bruta. Esto porque la izquierda ha logrado tomar control de las comunicaciones a nivel mundial. Otras, menos
vociferantes, pero más analíticas y sensatas, hablarán de un personaje que logró aglutinar a una gran parte de su país en torno a corregir el
rumbo mal tomado por fuerzas políticas desquiciadas que pretendían llevar a un gran país hacia un derrotero equivocado, tenebroso y
malévolo.
No soy quien deba calificar a unos y a otros excepto porque me acompaña la seguridad de haber mantenido una observancia bastante
objetiva del acontecer chileno mientras tuve la oportunidad de vivir en ese gran país. Lo digo así, con certeza y con la frente en alto. Un
país que merece que lo veamos con respeto, tal y como el país se respeta a sí mismo. Un país que desde hace mucho tiempo, desde su
orígenes, se distinguió del resto de países latinoamericanos, quién sabe por qué. No soy experto en antropología ni en sociología. No
quiero serlo. Sólo sé que Chile fué diferente desde el inicio de la conquista. Quizás se deba a que sus aborígenes eran unos indios indomables, amantes de la libertad en su más preciado sentido.
La historia se escribe de muchas maneras y desde diferentes ángulos. Eso lo sabemos todos, o al menos algunos. También lo comprendemos
todos o al menos algunos. No quiero hacer referencia a perspectivas ni a posturas ideológicas. Mi análisis tiene una intención mucho más
pragmática y mucho menos emocional. Pinochet lideró una reacción a un intento de asalto a un país que no quería ser asaltado. Un país que se resistía desde todos los aspectos imaginables a ser asaltado por unos bandoleros ideológicos que perseguían objetivos que nada tenían que ver con la idiosincrasia chilena.
Pinochet fué un mapuche. Pinochet no permitió que llegaran conquistadores ideológicos a instalarse en su país como lo
pretendieron quinientos años atrás hacer unos facinerosos e inescrupulosos españoles. Hay que conocer la historia de ese pueblo para entender lo que sucedió en los años setenta y ochenta. No es fácil para nosotros los salvadoreños acostumbrados a permitir que cualquier pirata mercader llegue a nuestras tierras a imponer su voluntad. En estos paralelos los españoles lograron intercambiar espejitos por el oro. Pero en Chile la cosa fue diferente.
Primero porque los indígenas mapuches no cultivaban el oro. No tenían aspiraciones voraces. Eran seres libres. Libres de solemnidad. Libres de prejuicios. Y eso hizo que la gesta de Pedro de Valdivia se convirtiera en algo totalmente diferente al resto de países
conquistados por la corona española. El mismo Pedro de Valdivia era una clase diferente de conquistador.
El mestizaje chileno es un mestizaje diferente el peruano y al mejicano por no mencionar al centroamericano. Y de ese mestizaje surge
una casta diferente de gente. Gente que aspira a superarse por la vía del aprendizaje, de la educación, del aprecio a su cultura. No es un
dato desconocido para mucha gente el hecho de que los chilenos, al igual que los cubanos, tenían desde siempre las tasas más bajas de
analfabetismo de todo el continente incluyendo los Estados Unidos. De ahí que sus Fuerzas Armadas eran también algo diferente. No tenían la vocación golpista del sus congéneres latinoamericanos. Y eran y son muy disciplinados.
Pinochet y su régimen tienen un origen democrático y esto, aunque le duela a muchos, es una verdad que nadie puede negar. La democracia
cristiana, que no logró operativizar una verdadera democracia mientras ostentó el poder en Chile, al ver que su país se precipitaba hacia un
abismo político y social, no tuvo reparos para llamar a las Fuerzas Armadas de su país para que restauraran el orden constitucional e
institucional ante la amenaza comunista internacional. Y fue así, que bajo la presión política y ciudadana, las disciplinadas Fuerzas
Armadas Chilenas no tuvieron más remedio que intervenir.
De allí en adelante la historia cambió y todos sabemos de una forma u otra algo acerca de Chile, un país que logra romper las cadenas de la
estupidez para adelantarse al resto de sus mal llamados congéneres latinoamericanos en el camino hacia la modernidad, el progreso y el
desarrollo. Nadie se atrevería a contradecir esta realidad.
Por supuesto que en el camino, se olvidan algunas cosas y se prostituyen los análisis. La política no permite otra cosa diferente.
Pero yo no estoy escribiendo como político sino como un simple observador de realidades. Observador y admirador. Augusto Pinochet Ugarte ha muerto, pero su legado es indiscutible.
Latinoamérica le debe un homenaje a este personaje que sin pretender ser un intelectual, ni un filósofo, fue un militar disciplinado amante
de su país y comprometido con su llamado a ser el gestor del cambio más importante en el rumbo de la historia latinoamericana
contemporánea. De paso considero que fue un estadista sin precedentes.
¡Gracias don Augusto Pinochet Ugarte!. Que descanse en paz.
ATENTAMENTE
LUIS ARANGUA O.
Absuelven a ex fiscal militar Alfonso Podlech en Italia
INVITACIÓN A ADHERIR VIGÉSIMO ANIVERSARIO
Eugenio Herrero López, Comandante de Grupo ®, Presidente de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional, Sede V Región, saluda con especial atención a los Señores Socios de UNOFAR Nacional y tiene el agrado de invitarlos junto a sus Señoras a la Asamblea del Vigésimo Segundo Aniversario de la Unión y, posteriormente, a un Almuerzo de Camaradería que se realizará el día Viernes 24 de Junio, a las 12:00 horas, en los salones del Club Naval de Valparaíso.
En la ocasión, el Ingeniero Civil de la U. T. F. S. M. Don Jaime Díaz, expondrá sobre “La Matriz Energética y el Proyecto HidroAysén”.
Eugenio Herrero, junto al Directorio de UNOFAR V Región, agradecerá contar con su distinguida presencia, la cual dará mayor realce a esta ceremonia.
Almuerzo de camaradería Socios: sin costo Señoras y simpatizantes: $ 8.000
SCA: unofarv@gmail.com Fonos: 99911952 (E. Maldonado)
32-2486908 u 88868438 (MC.Palma)
Valparaíso, Junio de 2011
LA RUINA por Juan Pablo Zúñiga H. VivaChile.org, Política, 29/04/2022—– LA VIOLENCIA SIN FIN por Carmen Gloria Aravena. Senadora de la República
LA RUINA por Juan Pablo Zúñiga H. VivaChile.org, Política, 29/04/2022—– LA VIOLENCIA SIN FIN por Carmen Gloria Aravena. Senadora de la República
Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión
Sí, la revolución está en curso hace al menos 10 años. Sin embargo, impresiona y duele ver cómo en tres años, en que las izquierdas tomaron las riendas del país por la fuerza, consiguieron destruir décadas de avance y sepultar a Chile, el país modelo de América Latina. Tres años.
El Panteón, el Coliseo, el Muro de los Lamentos son tres ejemplos de las tantas ruinas famosas que hay en el mundo. Sin ir más lejos, son representativas de tres de los cuatro pilares de nuestra civilización.
Las ruinas son el vestigio de un pasado de esplendor, las cuales se niegan tercamente a ser devastadas por el paso del tiempo para así cumplir su última labor en esta tierra: recordarnos un pasado glorioso, la importancia de cuidar lo alcanzado y el amargo sabor de la destrucción del esplendor.
El monolito que aún permanece en Plaza Baquedano -desprovisto del altivo General de la República y del gallardo soldado desconocido que llenaran de gloria a nuestro país en la Guerra del Pacífico- es una ruina que nos recuerda hoy, un Chile que se nos cae a pedazos. Nos enrostra, nos encara y nos avergüenza porque nos recuerda día tras día, por una parte, el dolor de la insurrección que ha devastado nuestra nación, y, por otra, el hecho de que no supimos defenderla.
La extrema izquierda chilena -organizada con su contraparte latinoamericana-consiguió lo que tanto quería: dividir a Chile en su alma, al punto de que no podamos más mirarnos como conciudadanos y como hermanos hijos de una misma patria.
Lograron crear “el caos y profundizar las contradicciones” que tanto anunciaba Marx, el dios de las izquierdas. No nos engañemos más: todo esto es el preludio de una guerra civil.
En la Araucanía, los civiles, agotados de la guerrilla, se están armando para resistir; ya no podemos ni siquiera salir a manifestarnos sin que aparezcan antifaz, anarquistas o cualquier otro grupo armado de la extrema izquierda para acuchillar o disparar a matar a todo aquel que piense diferente de las izquierdas. Estamos caminando a la ruina.
El gobierno de Boric es la ruina para Chile. No se engañe con esto de que son niños inexpertos. Es cierto, el lenguaje usa la ironía y el sarcasmo para enrostrar al gobierno sus incapacidades, su inutilidad e inviabilidad, sin embargo, estos niños tienen muy claro lo que quieren: destruir Chile para reinventarlo desde las ruinas.
Tan claro lo tienen, que poco les importa desplomarse en las encuestas y ser el gobierno peor evaluado en la historia de Chile en sus primeros dos meses.
Mientras tanto, están trabajando arduamente en el desarrollo de su plan.
Pero como las izquierdas, al tiempo que abogan por el odio contra quien ha conseguido avanzar en la vida fruto del trabajo y que privilegian en cambio la presencia omnipotente del estado -que castra la libertad llevando a una sociedad a transformarse en invalida mental- son naturalmente malas gestoras (deficientes con los números, el orden y la economía), es evidente que jamás podrán concretar bien su plan de construir un nuevo Chile a partir de las ruinas.
Es que construir no es parte del ADN de las izquierdas. Por lo tanto, sólo quedarán las ruinas.
A su vez, no se engañe, a meses del plebiscito, le aseguro que poco antes de este, tal como vimos un Boric “social demócrata” y “moderado” durante la segunda vuelta, tendremos acontecimientos que tenderán a convencer a la misma masa de incautos y jovencitos ABC1 con sueños de revolución: la CC presentará artículos más moderados y más ofertones; y el gobierno, a través de un pacto secreto con la CAM (recuerde, son de los mismos), conseguirán que cese la violencia en la Araucanía, al menos temporalmente, hasta pasado el plebiscito.
Sí, la revolución está en curso hace al menos 10 años. Sin embargo, impresiona y duele ver cómo en tres años, en que las izquierdas tomaron las riendas del país por la fuerza, consiguieron destruir décadas de avance y sepultar a Chile, el país modelo de América Latina. Tres años.
Se confirma, trágicamente, una vez más, que ellos sólo saben arruinar países.
No es necesario nombrar los ya clásicos ejemplos de estados fallidos que ha dejado la izquierda latinoamericana, simplemente dese una vuelta por Chile y vea comunas como Santiago, Recoleta, Valparaíso, y tantas otras donde opera, si no el Partido Comunista, un partido del Frente Amplio, apéndice del marxismo leninista que los inspira.
Verá como estas comunas son verdaderos basurales, letrinas a cielo abierto, ni una sola muralla sin grafitis, prostitución en las plazas a la luz del día, tráfico de drogas a vista y paciencia de todos, asaltos con armas en cada esquina, edificios precarizados viniéndose abajo, el comercio formal siendo destruido, al tiempo que sobreabundan las fritangueras y el comercio ambulante que tiene las calles y el metro convertidos en tendederos de ropa con las poleras y los calzones ondeando al viento esperando un comprador.
Un asco.
Dicho claramente: el actuar de la extrema izquierda -tanto en el gobierno como en la CC- presenta un nivel de ignorancia, pobreza intelectual, rabia y rencor, simplemente asqueroso y diabólico. Así mismo, digámoslo con todas sus letras: Boric es y será la ruina de Chile.
La vergüenza y el dolor también motiva al cambio, al arrepentimiento y a la corrección de nuestros errores. Si el miedo nos domina ahora y no hacemos lo imposible para conquistar el rechazo de la nueva constitución, estaremos perdidos y tendremos que prepararnos para el choque fratricida.
Nos cabe a todos tomar acción y hacer de nuestra parte. No hay espacio para no involucrarse en esta verdadera operación de rescate de Chile. Ya sufrimos la tragedia del socialismo y aquí estamos de nuevo, con la inflación, el caos y el desabastecimiento asomándose en el horizonte.
Actúe ahora. No tenga miedo de la nueva insurrección con la que nos tienen amenazados si gana el rechazo: es mejor enfrentar una nueva insurrección en libertad que caer en el yugo opresor del marxismo totalitario que ya empieza a ceñirse sobre nuestras espaldas .
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas C.
La violencia sin fin por Carmen Gloria Aravena. Senadora de la República
La tolerancia a la violencia también tiene sus límites. Para quienes vieron la serie “Fauda” en Netflix, habrán advertido que incluso para quienes están inmersos en la violencia, o la ejercen, a ratos la violencia se les hace intolerable, aún cuando no pueden salir de ese círculo.
El problema está en que cuando la violencia alcanza los límites de lo tolerable, la respuesta a ella es una reacción igual o más violenta, que puede provenir desde el propio Estado o de la sociedad civil, con ingentes costos para los países.
En Chile llevamos más de dos años y medio tolerando una violencia sostenida que se manifiesta de diferentes formas, desde la que se expresa en la calle, en forma de vandalismo, la que está asociada a la delincuencia común, y la terrorista que está instalada desde hace bastante tiempo en La Macrozona Sur.
Esto no quiere decir que la violencia se inició en Chile hace dos años y medio. Es cierto que la violencia siempre ha estado presente en la sociedad chilena, pero lo que viene ocurriendo en Chile desde 2019 es que esa violencia se institucionalizó.
¿Qué significa esto? Que la violencia fue validada como mecanismo de expresión política para conseguir determinados objetivos y demandas, como respuesta a lo que algunos sectores consideraron 30 años de abusos desde el retorno a la democracia, como parte de una retórica falaz, que sólo buscaba dar legitimidad a esa violencia irracional que se instaló hace dos años y medio y que no ha podido ser desmontada.
En Chile pareciera que estamos frente a una escalada de violencia sin fin, con una agravante adicional: que esa institucionalización de la violencia se vio doblemente reforzada cuando asumieron el Gobierno los mismos que desde la oposición validaron la violencia estos últimos años.
Y el resultado de aquello es que siendo el Estado el llamado a resguardar la seguridad de los ciudadanos, la mantención del orden público y el respeto a la ley, utilizando para ello el legítimo uso de la fuerza que le confiere la Constitución y las normas, ese Estado está hoy amordazado por sus actuales administradores, que ya han dado muestras suficientes -a un mes de iniciada su gestión- de que no harán uso de esa coerción legítima para frenar la violencia.
Y si el Estado no es capaz de enfrentar y tratar de controlar la violencia desatada que exhibe hoy el país, ¿cuáles son las alternativas que quedan? Quizás nadie se atreva a decirlo a viva voz, aunque lo piensen. Pero si el Estado no es capaz de enfrentar institucionalmente la violencia, porque institucionalmente se le ha dado validez, cuando se supere el límite de lo tolerable, se corre el riesgo de que sean sectores de la propia sociedad civil quienes salgan a enfrentarla con sus propios medios por fuera de la vía institucional.
Nadie sensato en Chile quisiera llegar a ese escenario, por eso es fundamental levantar las banderas de alerta, antes de que esta violencia sin límites choque con la frontera de lo tolerable y el torrente de violencia se desborde por los cuatro costados del país.
Y esto no lo digo yo, lo dice la historia y sus reiteradas lecciones al respecto, donde algunos parecen perseverar en mover el avispero de las pasiones que desata la violencia descontrolada. Porque aunque esos sectores sigan sin verlo, la violencia sin límites, también tiene sus límites. ¿Cuán cerca estamos de ese escenario? No lo sabemos. Lo que si está claro, es que si el Estado no enfrenta la violencia de forma decidida, el desborde será como un aluvión, sin previo aviso.