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Bitácora del Socio. ASOFAR Noviembre 2023

 

                                                Bitácora del Socio

Presentamos la Bitácora del Socio de ASOFAR, correspondiente al mes de noviembre de 2023.

Puede verla en forma completa pinchando el link que se acompaña a continuación.

Bitacora-del-Socio-Lunes-13-de-Noviembre-de-2023

Un aporte de Francisco Alomar. Sede Valparaíso de la Unión.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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Fallece el Coronel Hipólito Beauchemin

                                                                Fallece el Coronel Hipólito Beauchemin

24 enero 1887

Fallece víctima de una epidemia de cólera el destacado Comandante del Regimiento de Marina y comandante general de armas Aconcagua, coronel Hipólito Beauchemin

Fue uno de los fundadores del Círculo Naval, institución cuyos estatutos aprobados en diciembre de 1894 establecieron, que su objeto era propender al adelanto de los conocimientos profesionales técnicos y prácticos del Cuerpo de oficiales de la Armada, pionero en la creación del Club Naval y Revista de Marina.

El coronel fue uno de los muchos oficiales de Ejército que durante la segunda mitad del siglo XIX conformaron el regimiento de Artillería de Marina, unidad orgánica de la Armada a la que se integraban como comisionados, sin pertenecer en rigor al Cuerpo de oficiales de guerra de la Armada, pero asumiendo funciones militares bajo la dependencia plena de la Comandancia General de Marina o de los comandantes de buque en los que prestaren servicios.

Un aporte de nuestro socio Francisco Alomar

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Los hijos, como los buques. Autor desconocido

                        Los hijos, como los buques

Al mirar un buque en el puerto, imaginamos que está en su lugar más seguro, protegido por un fuerte amarre. Sin embargo, sabemos que ese buque está allí preparándose para zarpar, cumpliendo así con el destino para el cual fue creado, yendo al encuentro de sus propias aventuras y riesgos.

Dependiendo de lo que la fuerza de la naturaleza le reserve en el camino, el buque probablemente tendrá que desviar su ruta, trazar otros rumbos y buscar otros puertos.
Pero retornará fortalecido por el conocimiento adquirido, enriquecido por las diferentes culturas recorridas.
Así, como los barcos, son nuestros HIJOS. Nos tienen a nosotros, sus PADRES, como puerto seguro, hasta que se tornan independientes y se hacen a la mar para surcar los océanos de la vida, corriendo sus propios riesgos y viviendo sus propias aventuras.

El lugar más seguro para el buque, es el puerto, y el de los hijos, sus padres. Pero ni el buque ni los hijos fueron construidos para permanecer anclados en un solo lugar.
Los padres piensan que son el puerto seguro de sus hijos, pero no pueden olvidarse que deben prepararse para navegar mar adentro y encontrar su propio lugar donde se sientan seguros, con la certeza de que más adelante, en otro tiempo, deberán ser un puerto seguro para otros seres (nuestros nietos).

Es cierto que no podemos trazar la ruta de nuestros hijos. Lo que sí podemos hacer es ayudarlos a que lleven un buen equipaje, lleno de humildad, solidaridad, honestidad, disciplina, gratitud y generosidad. Podemos desear su felicidad, pero no ser felices por ellos.

No podemos seguir su travesía, ni ellos descansar en nuestros logros.
Los hijos deben hacerse a la mar desde el puerto donde sus padres llegaron y -como los buques- partir en busca de sus propias conquistas y aventuras con la preparación suficiente para navegar un largo viaje llamado Vida.

¡Cuán difícil es soltar las amarras y dejar zarpar el buque…! Sin embargo, el regalo de amor más grande que puede dar un padre a sus hijos, es la autonomía.
¡Hijos, buen viento y buena mar…!

(Autor desconocido).

Un aporte de nuestro socio Francisco Alomar

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Mes del Mar

             Mes del Mar
A quienes en alguna fría madrugada sobre la mar se reconfortaron con un pan con huevo y cebolla o con café dulce y aguachento.
A quienes aprendieron a guardar y ordenar su uniforme, enseres y equipo en un ropero minúsculo, para que una vez pasada la marejada todo siga en su lugar.
A quienes se sintieron orgullosos por el trabajo realizado, sobre todo cuando se hizo bajo duras condiciones meteorológicas.
A quienes se les puso la «piel de gallina« cuando gritaron con orgullo: ¡SI JURO!.
A quienes pasaron horas, días y semanas vigilando el horizonte y no vieron más que mar o estrellas.
A quienes, intranquilos por el viento o tras sacudirse la tierra con violencia, dejaron a los suyos partieron apresurados a bordo.
A quienes tras llegar a puerto después de haber capeado un temporal, estaban dispuestos a hacerse nuevamente a la mar.
A quienes pasaron largas jornadas y se desvelaron por tener sus sistemas operativos para el momento que se requería.
A quienes sintieron la adrenalina de operar bajo condiciones de riesgo, manteniendo la calma y sabiendo que la satisfacción de hacerlo bien era el único premio y que serían designados responsables ante cualquier fracaso.
A quienes se enteraron por el Comandante de la partida de un ser querido o del nacimiento de un hijo y a los que perdieron fechas importantes cumpliendo con su deber.
A quienes al mirarse al espejo disfrutaron de ese momento al comprobar que su uniforme de trabajo no era de «trabajo» sino de una forma de vida.
A quienes tras días o semanas de navegación al regresar a casa junto a la familia le dijeron: “hueles a buque”.
A quienes se les hincha el pecho escuchando el Himno Nacional y viendo nuestro pabellón subir a lo alto de un mástil.
A quienes la distancia del hogar, el frío, calor, hambre, sueño, cansancio, les enseñó a valorar y disfrutar de las cosas simples de la vida.
A quienes de todo esto aprendieron y reforzaron conceptos como el honor, el respeto, la integridad, el sacrificio, el valor, la disciplina, el compañerismo y tantas otras virtudes más para poder considerarse un hombre de bien.
A quienes sintieron como un «hermano» al camarada que pasó por lo mismo estando a su lado.
A los que se fueron, pero estuvieron ahí con nosotros en los mejores y peores momentos.

A todos mis camaradas de armas… les deseo un muy Feliz Mes del Mar.

Francisco Alomar

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¡COMO DIRÍA UN MARINO!

Deseo que la felicidad se abarloe a nuestro costado y la salud nos permita ganar barlovento.

Deseo que la Rosa de los Vientos del corazón nos guíe por los mejores derroteros de la vida y nos impida perder el Norte.

Deseo que la Caña del Timón de la conciencia nos permita mantenernos adrizados y a Rumbo Seguro en demanda del honor.

Deseo que derrochemos cariño, amor y ternura por las Amuras y que arrojemos la basura del odio, la maldad y la envidia por las Aletas.

Deseo que nuestra integridad nos permita tener a los seres queridos al socaire de todo mal y que la lealtad haga que se sientan seguros al abrigo de nuestra escollera.

Deseo que cuando nos toque enfrentarnos con el temporal, cuando la mar se suelte la melena, sepamos apechar proa al oleaje para mantenernos al pairo y compensar el abatimiento sin temor a zozobrar.

Deseo que estemos listos para navegar a contraviento, de bolina, para alcanzar siempre el bienestar y la alegría; preparados para cuando nos atravesamos a la mar de los contratiempos y atentos para no varar en el bajío de la tristeza.

Deseo que custodiemos en la Santabárbara del recuerdo a aquellos que pusieron rumbo a la estrella polar.

Deseo que el corazón sea la tronera por la que podamos disparar andanadas de cariño, ternura, besos abrazos, consuelo y solidaridad.

Deseo que estemos listos para repeler el abordaje. Que los bucaneros de la indigencia moral no saqueen las posesiones del alma, que los piratas de la mezquindad no nos roben nuestra nobleza, que los filibusteros de la irracionalidad no nos conviertan en sus correligionarios y que a los corsarios de la ruindad no se les otorgue Patente de Corso.

En fin, que quiero que el impulso de este nuevo año despliegue el velamen de la esperanza y nos permita dar la maniobra con maestría para sortear todos y cada uno de los temporales que nos surjan en el dia a dia de todo el 2021.

¡FELICES FIESTAS y MEJOR 2021!

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Algo marinero para mi familia es este día.

A punto de rendir esta singladura y despuntando por la proa el alborear de un nuevo año, quiero felicitar tan entrañables fiestas a mi dotación de familiares, compañeros y amigos y hacerles llegar por este andarivel electrónico mis mejores deseos.

Deseo que la felicidad se abarloe a nuestro costado y la salud nos permita ganar barlovento.
Deseo que la Rosa de los Vientos del corazón nos guíe por los mejores derroteros de la vida y nos impida perder el Norte.
Deseo que la Caña del Timón de la conciencia nos permita mantenernos adrizados y a Rumbo Seguro en demanda del honor.
Deseo que derrochemos cariño, amor y ternura por las Amuras y que arrojemos la basura del odio, la maldad y la envidia por las Aletas.
Deseo que nuestra integridad nos permita tener a los seres queridos al socaire de todo mal y que la lealtad haga que se sientan seguros al abrigo de nuestra escollera.
Deseo que cuando nos toque enfrentarnos con el temporal, cuando la mar se suelte la melena, sepamos apechar proa al oleaje para mantenernos al pairo y compensar el abatimiento sin temor a zozobrar.
Deseo que estemos listos para navegar a contraviento, de bolina, para alcanzar siempre el bienestar y la alegría; preparados para cuando nos atravesamos a la mar de los contratiempos y atentos para no varar en el bajío de la tristeza.
Deseo que custodiemos en la Santabárbara del recuerdo a aquellos que pusieron rumbo a la estrella polar.
Deseo que el corazón sea la tronera por la que podamos disparar andanadas de cariño, ternura, besos abrazos, consuelo y solidaridad.
Deseo que estemos listos para repeler el abordaje. Que los bucaneros de la indigencia moral no saqueen las posesiones del alma, que los piratas de la mezquindad no nos roben nuestra nobleza, que los filibusteros de la irracionalidad no nos conviertan en sus correligionarios y que a los corsarios de la ruindad no se les otorgue Patente de Corso.
En fin, que quiero que el impulso de este nuevo año despliegue el velamen de la esperanza y nos permita dar la maniobra con maestría para sortear todos y cada uno de lo temporales que nos surjan en el día a día de todo el 2021.
¡¡¡ FELICES FIESTAS y MEJOR 2021!!!

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Escrito por Jaime Chaparro: Hoy hace cuarenta y dos años atrás, me encontraba en el puente del almirante en el crucero CL03 Capitán Prat rumbo al encuentro de la Flomar. Recuerdo que el día estaba nublado, con el mar del Drake picado y fuertes vientos.

Hoy 21 de julio se cumplen 30 años desde que la Espada de Arturo Prat Chacón fuera recibida por la Armada para ser custodiada en la Escuela Naval.
Cómo llegar ahí?
Entre a la Armada el año 1973, y con 16 años ingrese a la Armada, a la Esgrum. Tuvimos o más bien fuimos la promoción especial de la Escuela, ya que fuimos testigos de muchos hechos que marcaron y cambiaron a nuestro país.
No me referiré al 11 de Septiembre de 1973, ya que mucho se a hablado y la historia juzgará lo que fue para el país y a sus promotores.
Bueno volviendo año que me convoca, la casi guerra del Beagle, yo el año 1974 estudie Radio telegrafía en la extinta Escuela de Operaciones en la salinas, posteriormente me fui embarcado al AO 53 Araucano(CCAR).
El año 1977 fui seleccionado para estudiar electrónica en la Esoper. El año 1978 a mediados de año se nos informa que nuestro curso se debe terminar el 1 de septiembre y debemos embarcarnos después del 18 de septiembre de ese año en las unidades de la escuadra. Mi destinación fue el Crucero Prat, en el cual me presenté tal como se nos había indicado.
Lleve a la división Tango, nuestro jefe era el teniente García, conocido como el pantera, de ayudante estaba el subteniente González y el SO. Arias nuestro jefe. Compartimos muy buenos momentos con nuestros camaradas ya sea , sargentos, cabos y marineros. Recuerdo al sargento Espina, el Jetty Morales, el hocicon Contreras, el huaso Quiñones, el cochino Rojas,el cacuca Machuca, el Bonifacio. González, Eulices Castillo, el chico Aravena, el cubanito Luis Cancino, el loco Ulloa.
Sí se me olvida alguno lo siento.
Zarpamos la primera semana de Octubre con rumbo al sur, recalando a Talcahuano para efectuar faena de armamento, abastecernos con armas de guerra. Posteriormente navegamos hacia el sur, pasando por muchas partes del sur de chile. Al mando de la escuadra estaba el Almirante Raúl López Silva, jefe de estado mayor el CN. Hernan Rivera Calderón, comandante del buque el CN. Eri Solís Oyarzun y de segundo comandante el CF. Sergio O’ryan. Estuvimos navegando por casi 60 días y llegamos a Valparaíso app 30 de Noviembre. A la semana siguiente , día viernes a mediodía nos informan que debemos ir a buscar ropa, despedirnos de la familia porque zarpamos a las 23 horas hacia el sur , previa pasada por Thno. El crucero iba con dotación de guerra(1200). El espíritu en el buque era de ansiedad por enfrentarnos con nuestro destino que era el enfrentamiento con el invasor. El tanto el segundo comandante fue desembarcado y el su reemplazo llegó el CF. Sñ. Jorge Martínez Buch.
Recuerdo que por el día 14 o 15 de diciembre, navegando por los canales del sur rumbo a las islas. Cómo a las 23 hrs. Suena el gong de combate. Al zarpar se nos informo que cualquier zafarrancho es real. En pocos minutos todos estábamos en nuestros puestos de combate. Después de un tiempo se informa que es una .falsa alarma producto de un vuelo comercial que sobrevoló por el área donde navegábamos. Al otro día se efectuó un simulacro de zafarrancho. Yo cubría en la partida de reparaciones en la C.I.C. de la insignia. Era el encargado del repetidor de radar Spa-25. En el simulacro se detecto que en el puente del almirante había un repetidor de radar, el cual no tenía operador. Por lo que se debía nombrar a alguien que lo operará. Uds recordarán, los que conocieron el crucero que el puente del almirante estaba ubicado delante de la C.I.C. de la insignia el la segunda sobrecubierta, era de vidrio amplia y sin puertas. Había un repetidor de radar por babor, al centro el sillón del almirante y atrás una pequeña oficina , habilitada como oficina para los elementos que necesitaba el Almirante y además de una despensa.
Bueno, en ese momento el jefe de operaciones, CF. Swett me preguntó cuál era mi puesto y función, le dije mi función y en ese momento me mandó a cubrir el puesto del repetidor de radar del puente del almirante. Desde ese momento hasta que llegamos de vuelta a Valparaíso
Ese fue mi puesto de combate.
Así fue como llegue a estar ese 19 de diciembre del Año1978, el año que fuimos a la guerra que nosotros no queríamos pero no eludiríamos. Los que vivimos todo este proceso, sabemos que desde el Almirante hasta el último soldado conscripto embarcado en las diferentes unidades de la escuadra teníamos claro cuál era nuestro destino y que haríamos cumplir el juramento que hicimos a nuestro pabellón patrio. Todos y cada uno de nosotros tuvimos un alto espíritu de cuerpo y nuestra mentalidad siempre fue a la victoria y hasta rendir la vida si fuese necesario.
Ese día cuando se ordenó volver a nuestros fondeaderos de guerra, todos estábamos satisfechos y a la vez contentos por con nuestra actitud firme se estaba evitando una guerra que a ninguno de los dos países le haría bien.
He visto reportajes en varios canales de TV. Y he escuchado personas que dicen que los llevaron casi obligados a defender a su país, que fueron torturados y que piden reconocimiento monetario y no sé qué más. Cuando a una persona se le prepara para la guerra debe ser una preparación realista, pues no iban a un campamento de scout, iban a la guerra, a defender su país y su vida.
Da rabia del aprovechamiento político y monetario de algunos.
Después de la intervención del Papa, nos desplazamos a Punta Arenas. El día 30 de Diciembre zarpamos en la noche rumbo al norte. Pasamos el año nuevo a la altura de las Guaitecas, se lanzaron salvas de colores.
El Crucero se quedó el Thno por un problema que se nos presento en un desalinizadora de agua.
Llegamos un día 3 De Enero de 1979.
A nosotros, los marinos que participamos de este episodio no se nos dio ni medalla, ni bono, ni se nos subió el sueldo. No se nos entrego un galvano, ni un gorro o polera. Hasta el día de mi retiro de la Armada a fines del 1993, jamás nadie me dijo nada y yo tampoco mencioné ni pedí nada, reconocimiento, algo económico, nada.
Porque el mejor regalo fue haber contribuido con nuestra presencia, con nuestro sacrificio impedir una guerra, fue demostrar que estábamos dispuesto a todo no por algo material sino por algo que ya no existe en nuestro país: por nuestro país, por nuestro honor y principios inculcado en nuestra institución. Cumplimos con nuestro deber, sin esperar nada a cambio, solo la satisfacción del deber cumplido.
Vivimos El 11, vivimos el conflicto que casi nadie supo con Perú el 1975, el1978 con Argentina y muchos episodios durante los años 80 y al principio De los 90. Y siempre cumplimos con nuestro deber. Estoy con mi conciencia tranquila que cumplí con mi labor, con lo que el país me pidió en el momento en que me necesito. No espero que me de nada solo quiero que se respete a todos y cada uno de los que con nuestro esfuerzo y sacrificio contribuimos para que esté país sea siempre libre grande y dónde caigan todos los chilenos de corazón que amamos a nuestro país.
Gracias a todos por dejar algo para nuestros hijos ,nietos y a todos los chilenos de corazón.
Buenos dias
JAIME CHAPARRO

Gran relato. Sólo decir que al segundo comandante “no lo desembarcaron” (cómo está escrito suena a casi sanción). El comandante Sergio O’Ryan Rocuant “fue trasbordado” de comandante del Buque Escuela Esmeralda y por eso fue relevado por el CF Jorge Martínez, quien venía de la academia de guerra, donde el curso EM, del cual era alumno, fue adelantado.
Ambos segundos comandantes fueron excelentes profesionales y líderes.