Dicen que la voz del pueblo es la voz de Dios. Sin embargo, muchas veces los pueblos se ciegan, hasta el punto de equivocarse, persistiendo en el equívoco hasta cuando las consecuencias de sus errores son insalvables. Le sucedió a los pueblos de la Unión Soviética, que con delirante entusiasmo apoyó la Revolución bolchevique de 1917 y que sólo 70 años después vino a d…arse cuenta de su error, pero ya Stalin se había comprometido de tal como dictador, que envió a varios millones de opositores a la muerte o al destierro en Siberia. Le sucedió al pueblo cubano, que apoyó ciega y delirantemente la Revolución Castrista y Fidel Castro, con poderes omnipotentes mandó al paredón oa las mazmorras a quienes se le opusieron, no importante que ocasionalmente sus propios compañeros iniciales, cuando éstos se dieron cuenta y lo representaron , que Castro había traicionado los principios del movimiento. Y ya lleva más de cincuenta años en el poder, ahora, cuando él está decrépito, a través de su hermano menor Raúl. Y así la está sucediendo a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina, donde sus pueblos enceguecidos ya aprobaron la reelección indefinida de Hugo Chávez (hoy al sucesor monárquico de éste, Nicolás Maduro); de Evo Morales, de Rafael Correa, de Daniel Ortega, de la Cristina Fernández, y se cierra, por ahora, el círculo de los países con dictaduras populistas. donde sus pueblos enceguecidos ya aprobaron la reelección indefinida de Hugo Chávez (hoy al sucesor monárquico de éste, Nicolás Maduro); de Evo Morales, de Rafael Correa, de Daniel Ortega, de la Cristina Fernández, y se cierra, por ahora, el círculo de los países con dictaduras populistas. donde sus pueblos enceguecidos ya aprobaron la reelección indefinida de Hugo Chávez (hoy al sucesor monárquico de éste, Nicolás Maduro); de Evo Morales, de Rafael Correa, de Daniel Ortega, de la Cristina Fernández, y se cierra, por ahora, el círculo de los países con dictaduras populistas.
Pero llegamos al caso chileno, donde Michelle Bachelet, en medio del también delirante apoyo, grato por sus sonrisas mefistofélicas, de un pueblo ciego, se ha ido transformando en la Eva Perón o en la santa popular de los milagros de los bonitos cohechadores, y que la postulan nuevamente para la Presidencia de Chile, a pesar de que el país en su anterior mandato quedó paralizado, con alto índice de pobreza y avance
cero. Y no cabe dudas que fomentará para sí el mismo beneficio de sus congéneres: la reelección indefinida. Por eso el pueblo independiente, aquel que cumple su deber cívico sólo yendo a sufragar, sin mezclar
en la pelea callejera, debe pensarlo mucho y no permitir, por alguna razón, que doña Michelle Bachelet resulta electa el 17 de Noviembre próximo, porque esa sería provocarle a Chile una de las mayores desgracias de su historia, como la que tuvimos el 4 de Septiembre de 1970.
Artículo del Abogado Don Washington Sandoval
Dicen que la voz del pueblo es la voz de Dios. Sin embargo, muchas veces los pueblos se ciegan, hasta el punto de equivocarse, persistiendo en el equívoco hasta cuando las consecuencias de sus errores son insalvables. Le sucedió a los pueblos de la Unión Soviética, que con delirante entusiasmo apoyó la Revolución bolchevique de 1917 y que sólo 70 años después vino a d…arse cuenta de su error, pero ya Stalin se había comprometido de tal como dictador, que envió a varios millones de opositores a la muerte o al destierro en Siberia. Le sucedió al pueblo cubano, que apoyó ciega y delirantemente la Revolución Castrista y Fidel Castro, con poderes omnipotentes mandó al paredón oa las mazmorras a quienes se le opusieron, no importante que ocasionalmente sus propios compañeros iniciales, cuando éstos se dieron cuenta y lo representaron , que Castro había traicionado los principios del movimiento. Y ya lleva más de cincuenta años en el poder, ahora, cuando él está decrépito, a través de su hermano menor Raúl. Y así la está sucediendo a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina, donde sus pueblos enceguecidos ya aprobaron la reelección indefinida de Hugo Chávez (hoy al sucesor monárquico de éste, Nicolás Maduro); de Evo Morales, de Rafael Correa, de Daniel Ortega, de la Cristina Fernández, y se cierra, por ahora, el círculo de los países con dictaduras populistas. donde sus pueblos enceguecidos ya aprobaron la reelección indefinida de Hugo Chávez (hoy al sucesor monárquico de éste, Nicolás Maduro); de Evo Morales, de Rafael Correa, de Daniel Ortega, de la Cristina Fernández, y se cierra, por ahora, el círculo de los países con dictaduras populistas. donde sus pueblos enceguecidos ya aprobaron la reelección indefinida de Hugo Chávez (hoy al sucesor monárquico de éste, Nicolás Maduro); de Evo Morales, de Rafael Correa, de Daniel Ortega, de la Cristina Fernández, y se cierra, por ahora, el círculo de los países con dictaduras populistas.
Pero llegamos al caso chileno, donde Michelle Bachelet, en medio del también delirante apoyo, grato por sus sonrisas mefistofélicas, de un pueblo ciego, se ha ido transformando en la Eva Perón o en la santa popular de los milagros de los bonitos cohechadores, y que la postulan nuevamente para la Presidencia de Chile, a pesar de que el país en su anterior mandato quedó paralizado, con alto índice de pobreza y avance
cero. Y no cabe dudas que fomentará para sí el mismo beneficio de sus congéneres: la reelección indefinida. Por eso el pueblo independiente, aquel que cumple su deber cívico sólo yendo a sufragar, sin mezclar
en la pelea callejera, debe pensarlo mucho y no permitir, por alguna razón, que doña Michelle Bachelet resulta electa el 17 de Noviembre próximo, porque esa sería provocarle a Chile una de las mayores desgracias de su historia, como la que tuvimos el 4 de Septiembre de 1970.
Artículo del Abogado Don Washington Sandoval