Columna de Opinión

UNA EXPOSICIÓN REVELADORA. El Mercurio, Editorial, 18/06/2022

UNA EXPOSICIÓN REVELADORA. El Mercurio, Editorial, 18/06/2022

Las opiniones en esta columna son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

No debieran ignorar las autoridades edilicias que los grupos que se denominaron “primera línea” fueron protagonistas de algunas de las más graves acciones de destrucción ocurridas en las ciudades del país en esos días, incluida su comuna.

Polémica ha causado la exposición “Memoria gráfica de Chile MMXIX”, que reúne la visión de 31 artistas sobre el estallido de octubre de 2019 y que se exhibe en el recién restaurado Palacio Vergara, perteneciente a la Municipalidad de Viña del Mar.

La muestra incluye esculturas, fotografías, litografías y óleos que exaltan y dan un carácter heroico a las manifestaciones del período, incluidas las acciones de violencia. El nombre de una de las obras, la escultura “Homenaje a la Primera Línea”, sintetiza el tono dominante.

No se puede pedir objetividad a las manifestaciones artísticas, y forma parte de la libertad de expresión de cada creador plasmar su visión de los acontecimientos sociales. Sin embargo, es inquietante que sea el Municipio de Viña del Mar el que ponga sus instalaciones al servicio de una exposición como esta y convoque a asistir.

No debieran ignorar las autoridades edilicias que los grupos que se denominaron “primera línea” fueron protagonistas de algunas de las más graves acciones de destrucción ocurridas en las ciudades del país en esos días, incluida su comuna.

No es casualidad que hoy las encuestas muestren un profundo rechazo a propuestas como la del indulto a los imputados por esos actos. Y es que ellos tuvieron víctimas concretas: carabineros heridos, pequeños comerciantes que vieron saqueados sus negocios, trabajadores que producto de esto perdieron sus empleos, comunidades cuyas iglesias fueron quemadas y vecinos que aún hoy sufren la degradación de sus barrios.

Es curioso que autoridades de una tendencia política que suele acusar “violencia” en dichos y acciones que estima ofensivos por parte de otros, no repare en lo violento que ha de ser para esas víctimas ver homenajeados en un recinto público a sus victimarios.

Junto con los particulares estándares del municipio viñamarino, la muestra refleja los sesgos de una parte del mundo cultural.

Imposible es no recordar también que ese mismo municipio rehusó hace unos meses prestar sus instalaciones para actividades del festival Puerto de Ideas, simplemente —según denunciaron los organizadores— porque este contaba entre sus auspiciadores a la embajada de Israel.

Y si ello habla de los particulares estándares de las autoridades viñamarinas, la exposición misma viene a confirmar el sesgo que ha predominado en todo un sector del mundo cultural frente a la violencia de octubre de 2019, romantizada por artistas e intelectuales que, al suponerla funcional a sus posiciones políticas, la invistieron de heroicidad.

Sin mínima empatía por la obra de creadores que los antecedieron, guardaron silencio o incluso aplaudieron la destrucción del patrimonio cultural de nuestras ciudades.

Con su actitud, sumados a sectores políticos que hoy integran el Gobierno, contribuyeron a validar la violencia y a deslegitimar el uso legítimo de la fuerza por parte del Estado para enfrentarla, banalizando de paso el concepto de derechos humanos, con el consiguiente retroceso en los consensos que el país había construido a partir de dolorosas experiencias.

Los efectos se viven hasta hoy, con una situación de desborde en la seguridad pública y un clima de polarización e inestabilidad.

Es en parte la “obra” de todos ellos.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas C.