RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

DERECHOS HUMANOS EN XINJIANG: EL INFORME QUE PONE A PRUEBA A BACHELET AL FIN DE SU MANDATO EN LA ONU

DERECHOS HUMANOS EN XINJIANG: EL INFORME QUE PONE A PRUEBA A BACHELET AL FIN DE SU MANDATO EN LA ONU

José Ignacio Araya

La Tercera, 25/08/2022

Cuando un comité de expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) afirmó que existían “informes creíbles” sobre presuntas violaciones a los derechos humanos por parte de China en contra de los uigures, cuatro años atrás, agrupaciones de la sociedad civil celebraron el comienzo de una investigación formal.

Este jueves, esa esperanza volvió a remecerse cuando Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los DD.HH., afirmó que necesitaba más tiempo para integrar y discutir nueva información relacionada con su viaje al país oriental y el diálogo con sus autoridades.

Durante su última conferencia de prensa al mando del organismo internacional, la exmandataria chilena dijo que se está “esforzando mucho para cumplir con lo que prometí”, en referencia a la entrega del informe previo a su salida del cargo, el que se concretará el miércoles 31 de agosto.

Las acusaciones al gigante asiático refieren a la reclusión forzada por razones políticas y religiosas –según los denunciantes– de más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas en la región de Xinjiang, al noroeste de China. Personas que luego serían internadas en campamentos extrajudiciales para su “reeducación” bajo la cultura y tradición.

“He recibido tremendas presiones para que publique o no, pero no retendré la publicación debido a dichas amenazas”, dijo Bachelet en el punto de prensa a los reporteros en Ginebra, resaltando la importancia que suscita la entrega del informe.

La supuesta falta de firmeza a la hora de criticar lo ocurrido en China por parte de la alta comisionada fue reiterada este jueves por Sophie Richardson, directora de China de Human Rights Watch, quien dijo a Reuters que la respuesta de Bachelet fue “lamentablemente inadecuada”, considerando la magnitud de la acusación.

Por otro lado, la embajadora de Estados Unidos ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Michele Taylor, se sumó a los cuestionamientos por el aparente retraso en la publicación del informe, al comentar que “el mundo merece un relato independiente y honesto”, consignó la misma agencia de noticias.

A menos de una semana de que deje el cargo de alta comisionada de la ONU para los DD.HH., Michelle Bachelet reconoció una “presión tremenda” por la publicación del reporte sobre posibles abusos del régimen de Beijing contra minorías uigures. Si bien se comprometió a entregarlo antes de fines de agosto, CNN asegura que el informe “puede retrasarse aún más, estancando lo que se considera una oportunidad crítica para pedir cuentas a China”.

Presiones por la publicación. “Tenía toda la intención de que se publicara antes del final de mi mandato, y lo estamos intentando”, fueron las palabras de la expresidenta chilena.

En respuesta, el director de Human Rights Watch en Ginebra, John Fisher, la interpeló directamente. “¡Esfuércese más! Cualquier otra cosa sería una vergüenza para su oficina y una traición a las víctimas”, dijo en duros términos a través de Twitter, luego del discurso entregado este jueves por la alta comisionada.

Sin embargo, las presiones no solo llegan desde estas agrupaciones. En julio de este año, Reuters informó que el propio gobierno de Xi Jinping estaba intentando enterrar la publicación del informe sobre violaciones a los derechos humanos. Acción realizada a través de una carta a la que la agencia tuvo acceso y que fue confirmada por diplomáticos de tres países que también la recibieron.

En dicha misiva, Beijing expresó una “grave preocupación” por el informe de Xinjiang, expresando abiertamente su contrariedad frente al eventual efecto de su publicación.

Según China, “si se publica (el informe sobre Xinjiang), intensificará la politización y la confrontación de bloques en el ámbito de los derechos humanos, socavará la credibilidad de la OACDH (Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos) y perjudicará la cooperación entre la OACDH y los Estados miembros”.

“Instamos encarecidamente a la señora alta comisionada a que no publique dicha evaluación”, agregaban en la carta. Durante la conferencia de este jueves, Bachelet confirmó que había recibido el mensaje, que fue firmado por otros 40 Estados, para luego asegurar que no caerían ante tal presión.

El atraso de cerca de un año en la difusión del informe explicó Bachelet, se debería a que enviaron sus “hallazgos” a China y estos habrían devuelto “aportes sustanciales” sobre la investigación, relató VOA News, lo que se enmarca en su polémico viaje al país asiático en mayo de este año, debido a las restricciones impuestas por Beijing.

“Nuestra preocupación es que mientras más tiempo pase sin que se publique el informe, es más probable que se blanquee”, dijo a Reuters la directora de la Red de Defensores de los Derechos Humanos de China, Renee Xia.

En conversación con CNN, el exfiscal de crímenes de guerra y embajador general de EE.UU. para Justicia Penal Global, Stephen Rapp, dijo que esto es “claramente un caso atípico (…), y eso es un reflejo no de la evidencia presentada, sino del poder político de China”.

Para Rapp, esto se demuestra en que “hay muchas más pruebas creíbles de las necesarias para justificar una investigación sobre derechos humanos (…) y (las pruebas) son más sólidas que en múltiples situaciones en las que ha habido votos abrumadores para establecer comisiones de investigación”, añadió.

Si bien aún no se define un sucesor, Bachelet finalizará la próxima semana su gestión a cargo de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, labor iniciada en septiembre de 2018 y que se ha visto enlodada en los últimos meses debido al atraso en la entrega del informe sobre posibles violaciones a los derechos humanos en China.

De hecho, CNN aseguró que el informe en sí parece estar “empantanado” en la revisión, luego de lo que ya han sido meses de retraso, tras destacar que Bachelet dijo este jueves que su oficina estaba “tratando” de publicarlo antes del final de su mandato, el 31 de agosto, como prometió en junio.

“Un informe largamente esperado de la ONU sobre Xinjiang puede retrasarse aún más, estancando lo que se considera una oportunidad crítica para pedir cuentas a China”, insistió la cadena estadounidense.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel.

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Columna de Opinión

¿CÓMO ENFRENTAR EL 5 DE SEPTIEMBRE?

¿CÓMO ENFRENTAR EL 5 DE SEPTIEMBRE?

El Mercurio, Editorial, 26/08/2022

Es muy probable que el país amanezca, al día siguiente del plebiscito del 4 de septiembre, sin haber resuelto la “cuestión constitucional”. Ya sea que triunfe el Rechazo o gane el Apruebo, las encuestas conocidas sugieren que ninguna opción habrá conseguido una mayoría aplastante o siquiera comparable con aquella del plebiscito de entrada.

Aun cuando se diseñó un proceso democrático y participativo para redactar la nueva Carta Fundamental, la dinámica interna de la Convención, alimentada por un entusiasmo refundacional mal concebido, y su desconexión con amplios sectores del país le impidieron llegar a un texto que resultara convocante para las grandes mayorías.

La manera en que se enfrente la coyuntura posplebiscito por el Presidente de la República, quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos del país, y por los líderes del Congreso, tendrá una importancia crucial.

Los últimos tres años se han caracterizado por una fuerte tensión social, producto de la crítica radical que algunos sectores han promovido respecto de la sociedad chilena construida en los 30 años anteriores.

La población ha sido expuesta a un prolongado período de violencia, desorden y desencuentro, al que se han agregado problemas económicos —varios de ellos, producto de lo anterior—, agravados luego por una pandemia y, recientemente, por las repercusiones que la guerra en Ucrania ha provocado en el mundo.

La convicción que el país y sus líderes tengan respecto de la necesidad de construir nuevos consensos será clave.

La ciudadanía está dando muestras de un cierto hastío con todo ello, pues no solo no se han generado mejores condiciones de vida, sino que las expectativas de la mayoría han empeorado, como lo indican los distintos índices que intentan medirlas.

En ese escenario, el que el resultado del plebiscito no resulte en una nueva Constitución, o en una que concite la adhesión de una inmensa mayoría, puede ser aprovechado como una oportunidad para reconducir el proceso político en una dirección distinta.

En vez de ahondar en las diferencias que los distintos grupos tienen respecto del futuro y en vez de generar mayores desencuentros entre “ellos y nosotros” —siendo ese ellos los “malos” y ese nosotros los “buenos”—, al día siguiente del plebiscito habrá llegado quizás el momento de convocar a la población en la búsqueda de nuevos consensos, abandonando las posiciones de trinchera que han marcado el pasado reciente, para buscar compromisos que recuperen la fe en un destino común, pues el país es uno solo y sus ciudadanos son todos merecedores de la misma dignidad.

Así, si gana el Apruebo, el Presidente de la República y el Congreso estarán llamados a concordar las modificaciones que la nueva Carta Magna evidentemente requiere —algunas de las cuales ya han sido explicitadas por la coalición oficialista y otras deberán convenirse con generosidad política de todos los involucrados—, para concitar un apoyo supramayoritario, que supere largamente al conseguido en el plebiscito.

Si, por el contrario, triunfa el Rechazo, como las encuestas sugieren, serán aún más fundamentales el liderazgo presidencial y el papel del Congreso para encontrar las formas de dar continuidad al proceso constituyente, teniendo como objetivo una Constitución que interprete a las grandes mayorías del país.

Fundamental será —cualquiera sea el camino que con ese objetivo se siga— corregir los errores y dinámicas que, según se admite hoy transversalmente, incidieron en el frustrante resultado de la Convención, desde su cuestionado diseño electoral hasta los modos en que sus integrantes encararon su tarea.

La convicción que el país tenga respecto de la necesidad de construir nuevos consensos será clave para resolver exitosamente la cuestión constitucional, pero, sobre todo, para enfrentar los abrumadoramente complejos problemas —económicos y sociales— que estos tres años han ido acumulando.

Si los líderes políticos tienen la grandeza y la visión para conducirlo, la política podrá, por fin, recuperar el prestigio que nunca debió perder, y el país retornar a una senda de progreso que tanta falta hace.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional