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EL HIMNO MÁS HERMOSO, EL MIO

EL HIMNO MÁS HERMOSO, EL MIO

 

Los himnos del Ejército fueron y son parte de los recuerdos maravillosos de nuestra carrera Militar.

El himno se canta en alguna ceremonia, efemérides, marcha, desfile, celebración de casino o reencuentro de retirados.

Con tenida Militar o de civil, el sentimiento y amor al Ejército, arma o unidad, es el mismo.

Cuantas veces lo cantamos en ciudades y pueblos, de vuelta de instrucción, ya cansados con gente mirando extrañada el paso del Militar cantando, serios concentrados, al mismo paso y compás.

Ese himno era y es algo nuestro, algo personal del Militar, algo que no se canta así no más, es algo que se interpreta, que se siente, algo que nos inspira a veces a gritarlo, demostrando todo el amor que sentimos por nuestra Institución y nuestra Unidad.

¿Cuántos profesionales, comerciantes, emprendedores, feriantes, campesinos, profesores y personajes de diferentes clases sociales o actividades cantaron ese himno? ¿Cuántos salieron a las calles y derramaron más de una lagrima cuando lo escucharon?

Independiente del color político, cuantos chilenos van en Septiembre al parque, o a las plazas de Regiones a mirar sus Soldados como espectador y en silencio? Cuantos balbucean para sí, algunas estrofas como “Infantes de la Patria, de altivo corazón” o “Tarapacá, sabe de nuestro heroísmo” o “Ya se van los Zapadores, ya se van a trabajar” o “Nuestra sangre viril y lozana, es la misma de Maipo y Yungay “ o “Ceso, el tronar de cañones” o finalmente “Yo tenía un camarada , otro igual no encontrare”.

Cuantos miles de chilenos con sus niños salieron a las calles cuando escucharon cajas, trompetas e instrumentos, con un Tambor Mayor, una Banda y una compañía del Ejército con una gallardía no vista y cantando a viva voz al compás de una hermosa marcha. Muchos aplaudieron el paso de la tropa, otros sacaron fotos, otros recordaron con nostalgia, que alguna vez ellos estuvieron ahí y vistieron ese uniforma y también cantaron esa bella canción.

La banda, las marchas, los desfiles muchas veces fueron la alegría de los pueblos. Los himnos hasta hoy son el sello personal de la Unidad y reflejan la tradición y la vida de ella.

Si le preguntas a un soldado Infante, Artillero, de  Caballería Blindada, Ingeniero, Telecomunicador, de Intendencia, Material de Guerra , Transporte o Sanidad cual es el Himno más hermoso ,seguramente te contestara en voz alta y con su pecho inflado…EL HIMNO MAS HERMOSO ES EL MIO  “

RENE NORAMBUENA VELIZ

General de Brigada ( R )

Portada: Fuente Spotify.com

HISTORIA MILITAR Y HÉROES OLVIDADOS

UNA VISITA AL MUSEO DE HISTORIA MILITAR

UNA VISITA AL MUSEO DE HISTORIA MILITAR

                   Humberto Julio Reyes

         Hoy, 21 de noviembre, he vuelto a visitar este museo que alberga la historia de nuestro querido Ejército.

         Integrando una delegación del Regimiento Tradicional de Artillería “Santa Bárbara” hemos sido acogidos y guiados por sus tres salas de exposición permanente, escuchando a una simpática profesora de historia quien, didácticamente y respetando nuestra disponibilidad de tiempo, nos condujo desde la prehistoria de Chile hasta la década de 1960.

Posteriormente su dinámico director, General Antonio Yakcich, hombre profundamente estudioso de la historia nacional, nos llevó a la más reciente exposición temporal montada en homenaje al invicto General Manuel Baquedano González.

Pudimos también advertir que se preparaba otra próxima exposición cuyo tema no adelantaré en estas líneas.

Finalizamos compartiendo unos gratos momentos en su cafetería y entregamos al Director, a nombre de nuestro regimiento, una réplica de la blusa que lució en vida el Coronel Santiago Polanco Nuño, autor de tantos versos militares, himnos varios y amenas columnas de prensa de la más variada índole exaltando siempre los valores patrios y el espíritu militar.

En la réplica destacan sus parches negros y la insignia de su querido Regimiento “Tacna” que comandó en los años 1957 y 1958 siendo Teniente Coronel.

La prenda en cuestión está destinada a adornar una sala de la biblioteca del museo que ocupa, después de la remodelación, lo que fue el casino de alumnos en mis tiempos de cadete.

Para más de alguno en nuestra delegación fue una grata sorpresa visitar una exhibición que nada tiene que envidiar a museos de países desarrollados lo que me lleva a recomendar, a quienes lean esta columna y que aún no conozcan el museo, que no pierdan la oportunidad de recorrerlo, aprovechando de rememorar los años en que fuera cuartel militar, el “Alcázar de las 100 águilas” y, después de un tiempo en que funcionaron en él diversas reparticiones, destinársele como sede de la Escuela de Suboficiales.

Termino recordando que actualmente el museo custodia en forma temporal el monumento ecuestre del General Baquedano que ha sido restaurado y que actualmente compite con la tradicional escalera de piedra como lugar de preferencia para llevarse un testimonio gráfico de la visita a esta obra de muchos que han aportado con esfuerzo y dedicación para contar con un museo militar que debiera enorgullecernos.