ENTRE CUENTAS ALEGRES Y EXPECTATIVAS FRUSTRADAS
Humberto Julio Reyes
Tras “la cuenta pública más extensa de los últimos 30 años” (he copiado ese titular), las reacciones de políticos y comentaristas diversos me parece que fluctúan entre ambos extremos.
Confieso que yo no estoy en ninguno.
Ningún anuncio de los que me he enterado me ha llevado a alegrarme y, por otra parte, practicando en mi vida un prudente escepticismo, me considero inmune a la frustración ya que al respecto no albergaba expectativa alguna.
Dicho esto, como está de moda intercalar, debo hacer una necesaria precisión respecto a este intrascendente y aburrido acto considerado parte de las tradiciones republicanas. Otros hablan de la liturgia democrática.
Escuché en un programa radial que quien por primera vez rindió cuenta pública, recurriendo simultáneamente a la trasmisión por ese medio, habría sido don Arturo Alessandri Palma.
Su hijo, don Jorge Alessandri Rodríguez, empleó con el mismo propósito por primera vez la televisión.
No escuché las primeras cuentas de los tiempos radicales y tengo un vago recuerdo de lo tediosas y largas que me parecían las posteriores, aunque debo reconocer la sobriedad de don Jorge en contraste con lo demagógicas e histriónicas que me parecieron las de sus sucesores.
Durante el Gobierno Militar me correspondió participar en la elaboración del anexo pertinente al ministerio en que yo servía y que sumado a la información que proporcionaba el resto de los ministerios, servía de base para redactar la parte medular de la cuenta.
Sin embargo, ello no me hizo cambiar de opinión respecto a parecerme algo que podía obviarse ya que, obras son amores y no buenas razones.
La extensión habitual ya constituía una prueba para los asistentes al acto o para quienes lo seguían por radio y televisión.
La cantidad de información que se entregaba habitualmente, sin mayor esfuerzo de síntesis, hacía improbable llegar a memorizar parte importante del texto leído. Por lo demás la información de respaldo quedaba almacenada y hoy por hoy está disponible en muchas formas.
Finalmente, ¿cuántos serán los que cambian su percepción de la situación que vivimos después de escuchar una interminable perorata?
¡Cómo no recordar a mi querido tío Luciano! En lugar visible de su oficina-biblioteca había un aviso que advertía: Sea breve, la única demostración de inteligencia reside en el poder de síntesis.
Lo breve si bueno, dos veces bueno (Baltasar Gracián, España, 1601-1658).
Hay personas que acostumbran presumir de lo que dicen haber leído (¿y comprendido?) pero parece que el poder de síntesis no es apreciado por los políticos de nuestros días. Será que su tiempo lo pagamos con nuestros impuestos o que realmente piensan que hablando mucho y diciendo poco pueden confundir al fatigado auditorio y desdecirse posteriormente con facilidad.
Vuelvo al inicio.
Después de leer y escuchar comentarios, así como enfrentamientos entre quienes sustentan posiciones irreconciliables, quisiera aproximarme cuantitativamente al resultado inmediato de esta cuenta.
Asumo que el irreductible tercio de apoyo al gobierno ha sacado justamente cuentas alegres y ha reforzado su convicción de seguir adelante (avanzar sin transar) y que el tercio de la oposición ha confirmado la validez de sus críticas lo que implicaría un virtual empate en las opiniones.
Pero el tercio restante, donde yo me cuento como independiente, ¿habremos modificado nuestra opinión respecto a lo bien o mal que lo está haciendo el gobierno?
Esperemos las próximas encuestas o, mejor aún, las próximas votaciones a que seremos convocados.
He dejado para el final a quienes, desde ambos extremos, tenían expectativas ahora frustradas, pero quien crea en promesas electoreras cuyo cumplimiento está alejado de la realidad o sobrevalore “gestos” y escuche cantos de sirena, bien puede ser considerado una víctima de su propia ingenuidad y le vale el dicho “quien por su gusto padece, vaya al infierno a quejarse”.
3 de jun. de 23
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional