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NAVIDAD Y AÑO NUEVO ¿UN CONTINUO COMENZAR? Autor: Antonio Yakcich Furche.

 

                                                            NAVIDAD Y AÑO NUEVO ¿UN CONTINUO COMENZAR?

 

Autor: Antonio Yakcich Furche.

Historiador.

 

Diciembre está marcado, sin duda alguna, por las llamadas festividades de fin de año, las que claramente son navidad y año nuevo.

La forma de celebrarlas varía dependiendo del país y en especial de las creencias religiosas, cuando se trata de la primera de ellas.

Navidad está marcada por la imagen de la Sagrada Familia en un portal de Belén, protegiendo a un niño recién nacido, mientras que humildes pastores observan, sin saber probablemente de quien se trata, pero percibiendo en sus corazones, sin una clara conciencia del acontecimiento, que era alguien que marcaría el futuro de la humanidad.

La llegada de los reyes magos unos días después con presentes para el recién nacido, da pie a la entrega de regalos que hacemos en estas fechas a nuestros seres queridos.

Por su parte el año nuevo, se ha convertido con el paso del tiempo en una celebración habitualmente llena de algarabía y alegría, en la que festejamos el término de un largo año y el advenimiento de otro, siendo ello motivo más que suficiente para compartir.

Ahora bien, hay críticos de ambas, para muchos la navidad no es más que un acontecimiento de carácter claramente comercial, donde el consumismo se hace presente en gloria y majestad, sin que el sentido inicial y profundo, que para los católicos no es otro que la llegada del Salvador al mundo, se tome en cuenta.

El año nuevo por su parte, deriva para otros, en una celebración centrada en la autosatisfacción, donde prima pasarlo bien, con alcohol de por medio y exceso de comida, dejando de lado la necesaria reflexión de lo hecho en el año que finaliza.

Sin embargo, hay un factor que iguala en gran medida a las mencionadas celebraciones, el que no es otro que la predisposición de los seres humanos, de la gran mayoría al menos, de fijarse nuevas metas, de proponerse objetivos para el nuevo ciclo que comienza, tratando de mejorar en lo individual y que los integrantes de su grupo familiar o entorno, también lo hagan.

En tal sentido, el fin de año es el término de un etapa en el camino de los seres humanos, que induce, a lo menos por unos minutos, al necesario momento de reflexión para saber si la senda por la cual marcho en la vida, me permite realmente avanzar en el logro de mis aspiraciones.

Lo hecho el año anterior ya está, bien o mal, no es más que un referente, convirtiéndose simultáneamente en el final de una etapa y en el comienzo de otra.

No hay duda alguna, las fiestas de fin de año son un continuo comenzar.

 

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

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UNA OPINIÓN POLÍTICA NO TIENE EXIGENCIA DE VERACIDAD. Humberto Julio Reyes

                                                                         UNA OPINIÓN POLÍTICA NO TIENE EXIGENCIA DE VERACIDAD

Humberto Julio Reyes

Esa curiosa afirmación no me pertenece, es lo que recientemente ha dicho la vocera de gobierno en su asumido rol de ministro de la desinformación.

Lo anterior a raíz del lanzamiento del libro “¡Y todo era mentira!” de la periodista Pilar Molina Armas, en que aborda el caso Spiniak donde se intentara involucrar a políticos mediante una falsa denuncia de pedofilia.

El caso fue resuelto por la Corte Suprema hace más de 15 años absolviendo al fallecido exsenador Jovino Novoa, pero la vocera insiste en que murió “en la impunidad” y que sus dichos no tienen exigencia de veracidad por tratarse de una opinión política.

¿Sorprendente?: en absoluto, viniendo de una notoria representante del comunismo criollo.

Ante un enemigo jurado, como fue considerado en vida Novoa por el PC, todo vale, así esté fallecido e incapacitado de defenderse ante esta acusación que carece absolutamente de respaldo legal y que ignora una resolución a firme del poder judicial.

¿Extraño?:tampoco.

Si los hechos no me respaldan yo cambio los hechos; ese es el mensaje que me recuerda a la venerada Gladys Marín por su “coherencia”.

No sería primera vez que la izquierda y afines desconocen resoluciones judiciales o insisten en victimizarse mediante interminables procesos destinados a condenar delitos que no existieron.

Recientemente fue el magnicidio que nunca existió y por enésima vez se insiste en el supuesto asesinato de Neruda, sin importar lo que resuelva fundadamente quien lleva la causa.

En el primero de los casos otra valiente periodista, Lilian Olivares de la Barra, ha dejado al descubierto una verdad indesmentible tras el fallo unánime de ocho jueces: no hubo tal crimen.

Bravo por dos profesionales que no se han arredrado ante los riesgos implicados en pregonar una incómoda verdad en una sociedad que parece preferir la tranquilizadora ambigüedad.

Mujeres como ellas no necesitan paridad de entrada y menos de salida.

La vocera podrá seguir tratando de desinformarnos, pero la verdad tiene su hora cuando existen personas capaces de imponerla.

Por mi parte, también tengo una “opinión política” sobre ella, pudiendo recurrir a la expresión recientemente usada por el representante del gobierno en Estados Unidos para descalificar a un hombre de estado, pero me abstendré, aunque, en este caso, cumpliría con la exigencia de veracidad, ya que sólo alguien que se sienta por sobre el bien y el mal puede expresarse en esa forma de otro ser humano.

8 de dic. de 23

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