News, Seguridad y defensa

EL CONSEJO DE SEGURIDAD NACIONAL. Miguel Navarro Meza, Abogado y cientista político. Académico de la ANEPE y vicepresidente del Instituto Chileno de Derecho Aeronáutico y Espacial.

 

                                                                           EL CONSEJO DE SEGURIDAD NACIONAL

Miguel Navarro Meza, Abogado y cientista político. Académico de la ANEPE y vicepresidente del Instituto Chileno de Derecho Aeronáutico y Espacial.

El Mostrador, 19/03/2024

Ante la necesidad cada vez más consensuada de contar con una arquitectura de seguridad nacional, moderna y funcional, centrada en un genuino “Consejo de Seguridad Nacional”, la experiencia comparada constituye una guía para el fortalecimiento de su estructura superior de seguridad y defensa.

Los debates previos y posteriores a la convocatoria al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), en febrero pasado, y acontecimientos ulteriores, han reactivado la discusión en torno a la institucionalidad superior de la seguridad y la defensa en Chile.

El tema ha sido discutido antes, pero, en esta oportunidad y por razones muy atendibles, la polémica ha sido más intensa e incisiva y se ha focalizado, fundamentalmente, en la naturaleza del Cosena y sus atribuciones.

El Consejo de Seguridad Nacional está actualmente establecido y regulado en el Capítulo XII de la Constitución. En su forma original era un componente del “Poder de Seguridad”, una suerte de mecanismo de tutela sobre el funcionamiento del sistema político, pero que, objetivamente, resultaba incompatible con un régimen democrático.

En definitiva, el “Poder de Seguridad” no se incluyó en la Constitución de 1980, pero algunos componentes suyos, incluyendo el Cosena, subsistieron en su texto.

Sucesivas reformas modificaron su composición y atribuciones, proceso que culminó el 2005 con la Ley de Reforma Constitucional Nº 20.050 de 2005.

En definitiva, el Cosena quedó integrado por una mayoría civil y su atribución principal es asesorar al Presidente de la República en materias vinculadas a la seguridad nacional. Además, es de convocatoria eventual, a discreción del Jefe del Estado.

Las sucesivas reformas hicieron al Cosena compatible con un sistema democrático, pero, irónicamente, lo alejaron de lo que en los sistemas políticos comparados se entiende por un consejo de seguridad nacional.

En los últimos 25 o 30 años, muchos países han creado “consejos de seguridad nacional” casi siempre con esa denominación o con una muy similar.

Las crecientes complejidades de la seguridad internacional y domésticas han cimentado la necesidad de una visión holística sobre el tema, así como la conveniencia de coordinar a la totalidad de las agencias públicas responsables y/o relacionadas con la seguridad exterior e interior del Estado.

Hoy, más de 60 países cuentan con cuerpos colegiados de este tipo en su institucionalidad superior de seguridad y defensa, incluyendo naciones tan distintas como la República Islámica de Irán, Indonesia, Grecia, el Reino Unido, Angola o Japón.

Aunque cada consejo obedece a las peculiares políticas, estratégicas e históricas del país, su análisis comparado permite identificar ciertos rasgos comunes tanto en su naturaleza como en sus cometidos y funciones, cuanto en su integración. Todo esto ha sido sintetizado en una renovada producción académica acerca de las estructuras superiores de seguridad nacional en el sistema internacional.

Desde luego se trata de organismos permanentes, con una estructura organizacional igualmente estable, ubicada en el entorno de la jefatura del Estado y/o del Gobierno.

Sus funciones principales son la estructuración de una estrategia nacional de seguridad y defensa, planificación estratégica de alto nivel, definiciones basales de política de defensa y de política exterior, coordinación interagencial de todos los entes involucrados en la seguridad nacional, externa y doméstica (la aproximación “whole-of-government”), análisis político de coyuntura y prospectiva, doméstico e internacional, además –por cierto– de asesoría al más alto nivel político, al jefe del Estado y/o de Gobierno.

Las funciones de los consejos de seguridad nacional orientan asimismo su composición. Normalmente, sus integrantes son miembros del Ejecutivo, ministros y funcionarios de alto nivel. De igual modo, pueden integrar a otros funcionarios, conforme a sus necesidades coyunturales, bajo diversas modalidades. Además, tienen una muy limitada presencia castrense como integrantes titulares, en muchos casos ninguna, aunque sí hay militares (y policías) en cometidos de asesoría.

Esto, naturalmente, se explica por la naturaleza eminentemente política de los consejos de seguridad nacional, lo que se contrapone con la condición apolítica de los militares, así como con la subordinación castrense a las autoridades civiles.

Esto mismo explica que los consejos usualmente tampoco tengan integración de miembros de otros poderes del Estado, por cuanto su presencia afectaría el principio de separación de poderes inherente al sistema democrático y, bajo ciertas circunstancias, podrían trabar su acción.

Aunque la ausencia de integrantes de los otros poderes del Estado pudiera parecer contraintuitiva, considerando los fines de coordinación interagencial de los consejos, la experiencia comparada es conteste en este aspecto por las razones indicadas.

Por otra parte, en el ámbito funcional los consejos tienen un staff permanente, ya sea de origen propio o comisionado de otras agencias públicas, o mixto. Este staff profesional proporciona la continuidad de gestión y la memoria histórica de cada consejo, de modo que su funcionamiento no se vea afectado por los cambios en sus integrantes titulares.

En muchos países, asociado al consejo de seguridad nacional existe la figura del “consejero de seguridad nacional”. Aunque sus cometidos y responsabilidades varían ligeramente de caso a caso, el consejero siempre está ubicado en el nivel más alto del Gobierno, junto al jefe del Estado y/o de Gobierno a quien asesora e informa.

De igual modo, efectúa la coordinación cotidiana en temas de seguridad nacional, política de defensa, política exterior e inteligencia. Asimismo, usualmente este consejero se desempeña como coordinador ejecutivo del consejo mismo.

Es una figura que, progresivamente, ha tomado mayor relevancia en las estructuras de seguridad nacional de muchos países, por cuanto constituye una forma ágil y funcional de asesoría al más alto nivel.

Además, el cargo de consejero de seguridad nacional es en cierto modo tributario del prestigio de quienes lo han servido en Estados Unidos, primer país en el que se instaló la figura: McGeorge Bundy, Kissinger, Brzezinski, Condeleezza Rice y varios otros, lo que ha contribuido a su difusión.

De todo lo expresado, resulta evidente que el Consejo de Seguridad Nacional del Capítulo XII de la Constitución nunca ha tenido las facultades propias ni la integración de un consejo según se entiende tal organización en los demás países. Tampoco ha existido la figura del consejero de seguridad nacional.

Todo esto ha constituido, objetivamente, un eslabón débil en la seguridad nacional, tal como ha quedado demostrado en los debates actuales acerca del Cosena. Pero ante la necesidad cada vez más consensuada de contar con una arquitectura de seguridad nacional, moderna y funcional, centrada en un genuino “Consejo de Seguridad Nacional”, la experiencia comparada constituye una guía eficaz para desarrollarla, en la medida que todo lo expresado se aplicaría en la especie a Chile en una eventual modernización.

La complejidad de la problemática de seguridad de la República hace de este ejercicio algo, diríase, casi urgente.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

News, RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

RESTRICCIONES DE ACCESO Y ZONA DE GUERRA: LAS RAZONES POR LAS QUE NO LLEGA MÁS AYUDA A GAZA. Cristina Cifuentes. La Tercera

 

                                                                          RESTRICCIONES DE ACCESO Y ZONA DE GUERRA: LAS                                                                                        RAZONES POR LAS QUE NO LLEGA MÁS AYUDA A GAZA

Cristina Cifuentes

La Tercera, 20/03/2024

De continuar la situación, hasta 1,1 millones de personas podrían enfrentarse a niveles mortales de hambre a mediados de julio, según las últimas conclusiones de la Asociación para la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC).

A cinco meses de una devastadora campaña militar israelí en Gaza, que ha dejado al menos 31.819 personas muertas según la ONU, la crisis del hambre en el enclave palestino se ha ido deteriorando rápidamente, especialmente en el norte donde la gente se está quedando sin ningún tipo de ayuda.

A pesar de un leve aumento en el flujo de suministros en las últimas semanas, Gaza sigue recibiendo menos de la mitad de la cantidad de alimentos que necesita para satisfacer sus necesidades mínimas.

Gaza ha dependido durante mucho tiempo de la ayuda humanitaria, ya que el territorio ha estado bajo un bloqueo de años por parte de Israel y Egipto. Antes de que comenzara la guerra en octubre, dos tercios de los habitantes de Gaza recibían ayuda alimentaria.

En momentos que países como Estados Unidos y otros están buscando nuevas rutas, tanto aéreas como marítimas, para entregar alimentos y suministros a Gaza, los expertos -consultados por el diario The New York Times- dicen que las entregas terrestres siguen siendo, en teoría, la ruta más eficiente y rentable.

Sin embargo, de continuar la situación, hasta 1,1 millones de personas podrían enfrentarse a niveles mortales de hambre a mediados de julio, según las últimas conclusiones de la Asociación para la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC).

Además, estarán en riesgo de sufrir hambruna en Gaza el mayor número de personas jamás registrado en esta categoría por el sistema IPC. Esto incluye a más de 200.000 personas en las gobernaciones de Gaza y el norte de Gaza que corren un riesgo inminente de sufrir hambruna en cualquier momento entre mediados de marzo y mayo de 2024, porque habrán agotado por completo sus suministros de alimentos y su capacidad de sobrevivencia.

Durante las últimas cuatro semanas, un promedio de unos 140 camiones que transportan alimentos y otro tipo de ayuda han llegado a Gaza cada día, según una base de datos mantenida por la UNRWA, la agencia de la ONU que apoya a los palestinos.

Pero el Programa Mundial de Alimentos estima que se necesitan 300 camiones de alimentos diariamente para comenzar a satisfacer las necesidades básicas de la gente. Hasta el martes, unos 1.200 camiones esperaban en El Arish, Egipto; entre ellos, más de 800 con suministros de alimentos.

La UNRWA ha sido responsable de la mayor parte de la coordinación de la ayuda en Gaza desde que comenzó la guerra. En enero, Israel acusó a una docena de empleados de la agencia de estar involucrados en el ataque contra Israel liderado por Hamas el 7 de octubre pasado. La ONU dijo que despidió a varios empleados después de haber sido informada sobre las acusaciones, que están investigando junto con Estados Unidos.

Las organizaciones humanitarias han dicho que el problema no es la falta de ayuda disponible: Naciones Unidas asegura que tiene suficiente comida en la frontera de Gaza o cerca de ella para alimentar a los 2,2 millones de habitantes del enclave. “La gente se ha quedado sin ayuda vital, los mercados han colapsado y los campos han sido destruidos”, afirmó el subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths.

El Comité Global de Revisión de la Hambruna (FRC) del IPC ha enfatizado que la hambruna en Gaza puede detenerse siempre que las partes en el conflicto y la comunidad internacional adopten medidas urgentes y proactivas.

Además de las recomendaciones programáticas específicas, el FRC recomienda: el restablecimiento del acceso humanitario, así como de los servicios de salud, nutrición, agua, sanitización e higiene; la protección de los civiles; el suministro de alimentos inocuos, nutritivos y suficientes a todas las poblaciones necesitadas; el suministro y movimiento sostenido de suficientes productos de ayuda, desde alimentos hasta medicinas, productos nutricionales especializados y combustible, en toda la Franja de Gaza; y la plena reanudación del flujo de mercancías comerciales.

Griffiths enfatizó la urgencia de evitar la hambruna: “Debemos inundar Gaza con alimentos y otra ayuda que salve vidas. No hay tiempo que perder. Renuevo mi llamado a las autoridades israelíes para que permitan el acceso completo y sin restricciones a los bienes humanitarios”.

En la misma línea, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, afirmó el martes que esta catástrofe provocada por el hombre “puede y debe prevenirse”, instando a Israel, como país ocupante, a “facilitar la entrada y distribución sin obstáculos de la asistencia humanitaria y los bienes comerciales necesarios”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, destacó los impactos inmediatos y a largo plazo de la desnutrición y las enfermedades en la salud de los niños: “La desnutrición hace que las personas sean más vulnerables a enfermarse gravemente, experimentar una recuperación lenta o morir cuando contraen una enfermedad. Los efectos a largo plazo de la desnutrición, el bajo consumo de alimentos ricos en nutrientes, las infecciones repetidas y la falta de servicios de higiene y saneamiento frenan el crecimiento general de los niños. Esto compromete la salud y el bienestar de toda una generación futura”.

A lo anterior se suma la ofensiva que Israel lanzaría en Rafah. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, volvió el miércoles a declarar la intención de Israel de lanzar una ofensiva terrestre contra esa ciudad en el sur de la Franja de Gaza, pero advirtió que “llevará algún tiempo” hasta que las fuerzas de Israel estén listas.

Reuters informó que Netanyahu dijo que pronto aprobará un plan para la evacuación de civiles palestinos de las zonas de combate después de haber dado luz verde a los planes operativos militares para Rafah. Israel ha dicho repetidamente a los palestinos en Gaza que huyan a Rafah por su seguridad, y ahora hay una enorme población desplazada que vive allí en carpas improvisadas. Un ataque aéreo en Rafah mató este miércoles a más palestinos.

Las razones de la falta de ayuda. Los trabajadores humanitarios han señalado que enfrentan desafíos en cada punto del proceso de entrega de ayuda, a través de los puestos de control de seguridad de Israel y en una zona de guerra activa.

Una de las explicaciones por las que la entrega de la ayuda tarda en llegar es que la ruta de entrega terrestre es compleja, porque sólo funcionan regularmente dos puntos de entrada al territorio y ambos se encuentran en el sur. Por lo general, la ayuda debe viajar decenas de kilómetros y hacer múltiples paradas, un proceso que puede llevar tres semanas, indicó el diario The New York Times.

El periódico explica que la mayor parte de la ayuda internacional de Gaza está inventariada en almacenes cerca de El Arish, después de haber sido trasladada por avión al aeropuerto de El Arish o transportada en camión desde Port Sa’id o cualquier otro lugar de Egipto. Parte de la ayuda también se entrega a través de una ruta diferente desde Jordania.

Desde El Arish, los camiones pasan controles de seguridad en Rafah, Egipto, poco antes de llegar a la frontera con Gaza. La ayuda debe dirigirse hacia la inspección israelí -que suele ser larga- en el cruce de Kerem Shalom o el cruce de Nitzana, a unos 40 kilómetros al sureste.

Posteriormente, los camiones en Nitzana podrían dirigirse al cruce de Rafah o a Kerem Shalom. Es allí donde hacen su descarga en los cruces, donde se carga en diferentes camiones y se lleva a instalaciones de almacenamiento en el lado de Gaza. La ayuda se almacena en una bodega y, a veces, en otra, antes de distribuirse por todo el sur y el centro de Gaza.

“La ayuda dirigida al norte de Gaza tiene que pasar por uno de los otros dos puestos de control israelíes. Las agencias de ayuda, citando restricciones israelíes, problemas de seguridad y malas condiciones de las carreteras, han detenido en gran medida las entregas al norte”, indicó el Times.

Por otro lado, se encuentran las inspecciones israelíes. La UNRWA ha dicho que éstas han retrasado la ayuda. Los camiones se ven obligados a hacer fila nuevamente si se rechaza incluso un artículo del interior.

“Algunos trabajadores humanitarios han dicho que no está claro por qué un envío podría no pasar la inspección. Los inspectores normalmente no dicen por qué se rechaza un artículo, han dicho los funcionarios de ayuda, y si se rechaza uno solo, el camión debe ser enviado de regreso a El Arish con su carga y reembalado”, detalló The New York Times.

“Funcionarios británicos y de la ONU han dicho que productos críticos, como filtros de agua y tijeras incluidos en botiquines médicos para el tratamiento de niños, están siendo rechazados porque podrían usarse con fines militares. COGAT, la unidad israelí que supervisa las entregas de ayuda a Gaza, lo negó y dijo que sólo el 1,5 % de los camiones son rechazados”, añadió el periódico.

En tanto, las carreteras destruidas y la escasez de recursos hacen que la distribución de ayuda dentro de Gaza sea un desafío, especialmente en el norte. “Los camiones conducidos por contratistas y personal de la ONU que se dirigen al norte deben pasar por un puesto de control adicional y atravesar escombros y caminos en ruinas. Las operaciones militares en curso también obstaculizan el movimiento de ayuda”, dijo el diario.

“Las agencias de ayuda han suspendido en gran medida las entregas en el norte y ha habido pocas oportunidades para que las organizaciones distribuyan ayuda a la gente allí”, añadió.

Según el Times, las amenazas de multitudes desesperadas y los disparos israelíes hacen que la transferencia de alimentos a la gente sea peligrosa.

Y recordó que más de 100 habitantes de Gaza murieron cerca de un convoy el 29 de febrero, después de que miles se concentraran alrededor de camiones de ayuda.

Israel dijo que la mayoría de las víctimas fueron pisoteadas por la multitud. Sin embargo, los testigos describieron disparos por parte de las fuerzas israelíes, y los médicos del hospital dijeron que la mayoría de las víctimas se debieron a impactos de balas.

Al menos 20 personas murieron en otro convoy el 14 de marzo. Los funcionarios de salud de Gaza acusaron a Israel de un ataque dirigido, pero el Ejército israelí culpó a pistoleros palestinos.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de  Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.