Desconociendo su misión fundamental, medios e instrucción para resguardar nuestra soberanía, por hechos en ferias, terminales de buses, baleos entre bandas, asaltos a cuchillo, encerronas, y descubrimiento de asesinados en autos, vemos a diario solicitudes de Alcaldes por presencia de Fuerzas Armadas para solucionar estos casos “absolutamente policiales”.
Si se dispone que los militares salgan a la calle a cumplir una misión superior, no hay que olvidar que su preparación es otra, no son delincuentes y que ante una acción decidida de ellos por ataques en su contra, seguramente de inmediato serán acusados por DDHH y para eso el Estado y sus propias instituciones debieran crear fuertes organismos de defensa ya que si no es así, seguramente serán dados de baja de inmediato para aumentar la lista de condenados en Punta Peuco, Colina o Centro penitenciario de Mujeres, a lo mejor sin derechos y condenados por la ley procesal antigua.
Si los uniformados salen a la calle sin protección jurídica y con reglas de uso de la fuerza absolutamente proteccionistas con los delincuentes, su actuar individual estará muy complicado y será absolutamente limitado.
René Norambuena Veliz
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