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Medio Oriente: Escala el conflicto. El Mercurio, Editorial

 

                                                                              MEDIO ORIENTE: ESCALA EL CONFLICTO

El Mercurio, Editorial, 05/10/2024

La probable reacción del gobierno de Benjamin Netanyahu a los 180 misiles hipersónicos lanzados el martes desde Irán a Israel podría desencadenar un nuevo escalamiento en el conflicto entre Israel, Irán y sus instrumentales aliados Hamas, Hezbolá y Houthis, con repercusiones en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Aunque las autoridades iraníes han manifestado que no persistirían en nuevos ataques, Netanyahu ha declarado que habrá consecuencias; de hecho, ayer lanzó un nuevo bombardeo en el Líbano contra los líderes de Hezbolá.

El despliegue balístico iraní, frustrado en gran parte por las defensas aéreas de EE. UU. e Israel, fue una reacción a la operación aérea que culminó con la muerte de Hassan Nasralá, clérigo libanés, secretario general de Hezbolá y cercano a Alí Jamenei, autoridad suprema de Irán.

La evolución podría incluso repercutir en la elección presidencial estadounidense.

Dos meses antes, Israel, en una operación de inteligencia, había dado muerte, en Irán, al presidente del buró político de Hamas.

Irán no podría permanecer indiferente a los ataques israelíes, que han provocado presiones de sus sectores más duros, los que alegan humillaciones, desprestigio, abandono a sus aliados y fortalecimiento del gobierno de Netanyahu, que se opone al cese el fuego apoyado por Estados Unidos y líderes europeos.

Hasta ahora Teherán se había negado a participar directamente en operaciones de gran escala, delegando en las organizaciones terroristas aliadas la primera línea. Le preocupa evitar el riesgo de forzar la intervención directa de Estados Unidos y sus aliados, postergando negociaciones para romper con su aislamiento y levantar las severas sanciones que mantienen deprimida su economía y debilitadas sus capacidades militares.

Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y varios otros europeos han sido explícitos en condenar el ataque iraní y, a la vez, en exigir restricción en la respuesta israelí, rechazando cualquier golpe a la infraestructura para el desarrollo nuclear iraní.

Hay, en efecto, inquietud por una eventual reacción desmesurada de Israel que agrave el conflicto, aportando, además, un elemento de lo que los norteamericanos califican como “sorpresa de octubre”, un acontecimiento, a semanas de la elección presidencial, que pueda influir significativamente en sus resultados.

Así ocurrió con el anuncio de las negociaciones para poner fin a la guerra de Vietnam, que favoreció a Richard Nixon, y también con el fracasado rescate de los diplomáticos norteamericanos secuestrados por Teherán, que influyó en la derrota de Jimmy Carter frente a Ronald Reagan.

Mientras Donald Trump, cercano a Netanyahu, es defensor incondicional de Israel y duro opositor de Irán, Kamala Harris se distancia del líder judío y matiza su apoyo a Israel, con sensibilidad acerca de los aspectos humanitarios del conflicto.

Así, el aumento de las tensiones con Israel perjudicaría a Harris y favorecería a Trump, que se presenta como el único presidente —salvo el centenario Carter— que en más de 50 años no ha introducido a Estados Unidos en guerras.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de  Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

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¿DÓNDE ESTÁ EL EJÉRCITO DE EL LÍBANO MIENTRAS SE ENFRENTAN ISRAEL Y HEZBOLÁ? Carine Torbey BBC News

                                                                            ¿DÓNDE ESTÁ EL EJÉRCITO DE EL LÍBANO MIENTRAS

                                                                                      SE ENFRENTAN ISRAEL Y HEZBOLÁ?

Carine Torbey

BBC News, Beirut, 02/10/2024

El conflicto actual entre Israel y el grupo armado chiita Hezbolá se basa en dos posiciones claramente definidas, que se han mantenido afianzadas durante más de cuatro décadas.

Israel dice que está decidido a eliminar la amenaza que Hezbolá representa desde el vecino Líbano, mientras que Hezbolá sigue atacando posiciones israelíes en un esfuerzo por destruir el Estado de Israel.

Durante los últimos 11 meses, las hostilidades transfronterizas diarias entre ambos bandos han aumentado aún más la tensión. Ahora que está en marcha una invasión israelí en el Líbano, por primera vez desde 2006, muchos se preguntan dónde está el ejército libanés en toda esta situación y qué hizo para evitar que esto sucediera, dadas las ramificaciones de tal escalada para toda la región.

Sin recursos. A primera vista, el ejército libanés ha estado ausente de las hostilidades, mientras que Israel y Hezbolá (que está proscrito como organización terrorista por Estados Unidos, el Reino Unido y otros países) han asumido el centro de atención. En teoría, es tarea del ejército luchar contra el enemigo de la nación, e Israel es oficialmente el enemigo del Líbano. Pero el ejército libanés carece de equipo y del arsenal necesario para semejante enfrentamiento.

El ejército israelí está sólidamente equipado y posiblemente cuenta con el mayor apoyo de las potencias occidentales, tanto financieramente como en términos del arsenal más avanzado. Además, existe una creencia generalizada, apoyada por testimonios de varios exoficiales de alto rango, que acusa a Estados Unidos de presionar activamente a sucesivos gobiernos libaneses para impedir que el Estado adquiera armas sofisticadas que puedan suponer una amenaza para Israel.

Una profunda crisis económica, agravada por la devastadora explosión del almacén de fertilizantes de Beirut en 2020, ha empeorado mucho las cosas para el ejército libanés.

La falta de fondos ha afectado a su personal y a sus necesidades operativas más básicas, como el combustible.

Para complicar aún más las cosas, EE. UU., considerado por Hezbolá como su mayor enemigo, es el principal donante del ejército libanés. Durante un tiempo, Washington contribuyó a los magros salarios del personal de este ejército. Pero su ayuda se limita a vehículos, accesorios y armas individuales y no se compara con la ayuda que proporciona a Israel.

Mientras tanto, algunos observadores señalan que la ineficacia del ejército libanés contra Israel es similar a la de todos los demás ejércitos nacionales de la región. “Ni el ejército libanés ni ningún ejército árabe tiene la capacidad para enfrentarse al enemigo israelí”, señala el general Mounir Shehade, excoordinador del gobierno libanés en la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL). “Con el ejército israelí, ninguna lucha es adecuada, salvo la guerra de guerrillas, similar a la que ocurrió en Gaza”.

Khalil El Helou, general retirado del ejército libanés, afirma que “el papel del ejército libanés es mantener la estabilidad interna, porque hoy la situación interna es delicada”. “El desplazamiento de medio millón de partidarios libaneses de Hezbolá a zonas que están en contra de Hezbolá crea fricciones que podrían derivar en disturbios de seguridad y quizás en una guerra civil”, agrega.

Tras la muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, a manos de Israel, el ejército libanés se desplegó en gran medida en muchas zonas consideradas “sensibles” donde había una gran posibilidad de tensión entre los diferentes grupos del país. El domingo también emitió un comunicado en el que instaba a “los ciudadanos a preservar la unidad nacional”, subrayando que seguía tomando medidas para preservar la paz civil en el país.

El frente de combate ¿Tiene entonces el ejército algún papel en las hostilidades actuales? En realidad no.

Sin embargo, está presente en el sur y en cantidades significativas.

El ejército anunció recientemente que un soldado libanés murió por un dron israelí que atacó una motocicleta cuando pasaba por un puesto de control.

Además, es probable que cualquier alto el fuego futuro implique un mayor despliegue del ejército en el sur, algo que el primer ministro libanés ha insinuado recientemente.

Todo esto, sin embargo, implicará su propio conjunto de desafíos. Se necesita más personal y, para ello, se requiere más dinero, fondos que el ejército simplemente no tiene.