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ELIZALDE VS. DE URRESTI: PROYECTO DE REFORMA AL SISTEMA POLÍTICO TENSIONA AL OFICIALISMO

Carlos Saldivia, Periodista de El Mostrador – El Mostrador, 04/12/2024

En mayo de este año, el senador Alfonso de Urresti tenía listo el proyecto de reforma al sistema político y reunía consenso en la obra gruesa con el PPD y Chile Vamos.

Sin embargo, el Presidente Gabriel Boric lo llamó por teléfono para solicitarle esperar un poco antes de presentarlo para la discusión en la Comisión de Constitución del Senado.

El jefe de bancada de los socialistas, Daniel Melo, manifestó molestia por no conocer el contenido del proyecto, ni el momento en que iba a ser presentado. Otros afirman que el proyecto de De Urresti es concreto, tiene los votos del Senado y apoyo opositor; mientras el de Elizalde se desconoce.

Lo anterior, porque la propuesta de De Urresti había generado controversia y críticas en partidos más pequeños, entre ellos, el Partido Comunista (PC) y la Federación Regionalista Verde y Social (FRVS). Mientras que, en el caso de la oposición, también en Demócratas y Amarillos.

Si bien en el Senado se contaba entre los socialistas, el PPD y la UDI, RN y Evópoli con los 29 votos para la reforma constitucional, en la Cámara de Diputadas y Diputados faltarían votos para llegar a los 89 necesarios.

El debate sobre la fragmentación y los problemas de gobernabilidad, a juicio de los firmantes del pacto, se debía a la cantidad de pequeños partidos y los 40 independientes, que fragmentaban la negociación con el Gobierno y los sectores políticos con mayor cantidad de legisladores.

En ese contexto, a fines de la semana pasada, diputados y senadores y la mesa del Partido Socialista se reunieron para abordar el proyecto de reforma al sistema político presentado el jueves pasado.

En una serie de reuniones sobre el tema, algunos legisladores señalan que hubo tensión entre el ministro Elizalde y los senadores, porque el secretario de Estado advirtió que sería un insumo más que el Gobierno consideraría para presentar su propio proyecto.

Según los presentes, el ministro no precisó fecha de presentación, sino que solo hizo hincapié en conversar para lograr un entendimiento en la Cámara Baja con los partidos más pequeños, donde –sostienen legisladores– faltarían a lo menos 10 votos.

“Por lo menos este proyecto se va a debatir y se va a tratar en la Comisión de Constitución del Senado y es el que va a llegar a la Sala, esperamos dentro de la primera semana de enero, para que tengamos entonces unas dos semanas de indicaciones y a ver si alcanzamos la última semana de enero a aprobarlo en el Senado. Y correrá en paralelo la reforma de Elizalde, que no ha llegado y no sabemos cuándo llegará ni se vislumbra cuándo pueda llegar. No hay tensión con Elizalde, él sabe que es necesario que haya una reforma”, puntualizó el senador Gastón Saavedra (PS).

Algunos parlamentarios del Socialismo Democrático afirmaron que se habían sorprendido cuando el jueves se enteraron por la prensa de la presentación de la moción de De Urresti.

El jefe de bancada de los socialistas, Daniel Melo, manifestó molestia por no conocer el contenido del proyecto ni el momento en que iba a ser presentado. Del mismo modo, señalan que otros parlamentarios también exhibieron su molestia.

“En el caso de la Cámara no se nos consultó absolutamente nada”, afirmó Melo en La Tercera. Consultado si este lo puso al tanto, Melo afirmó: “Llegaron solo los titulares (…). Nunca lo tuve a la mano (el documento). Uno esperaría un poco más de diálogo, más conversación, que es a lo que aspiramos todos en democracia”, indicó el diputado.

No obstante, el senador Alfonso de Urresti se mostró sorprendido por la molestia de algunos diputados, ya que afirmó que “en la reunión que sostuvimos senadores, diputados y la mesa del PS, en una cena el martes, se les informó a todos el contenido y que se presentaría”.

Parlamentarias del Socialismo Democrático afirman que el único descontento es de parlamentarios elegidos por arrastre y que obtuvieron menos del 2 % de los votos.

“Esta es una propuesta de reforma acotada, pero necesaria. Va a encontrar oposición en los diputados del 1%, en partidos uniparlamentarios y en los partidos que actúan como pymes familiares. Los denominados partidos fungi, que no representan prácticamente a nadie, pero se sientan a las mesas a pedir cupos y cargos, y andan vendiendo sus votos en cada votación importante como bandidos”, sostiene una legisladora.

El proyecto que impulsó De Urresti que logró apoyo opositor. Según el proyecto que se indica en la web del Senado, una de las principales modificaciones es la adición de un nuevo inciso al artículo 47, que establece que el Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel) deberá actualizar la asignación de escaños de diputados cada diez años. Esta actualización se realizará conforme a la ley orgánica y no podrá alterar el número total de diputados.

Además, se introduce un nuevo artículo que estipula que solo los partidos que obtengan al menos el 5% de los votos válidos a nivel nacional en las elecciones de la Cámara de Diputados podrán participar en la distribución de escaños.

Según se desprende del texto, los votos de los partidos que no consigan escaños se asignarán proporcionalmente a aquellos que cumplan con los requisitos establecidos. Los candidatos independientes en listas de partidos también seguirán las mismas reglas. La ley determinará los requisitos para la formación y disolución de partidos, así como las normas sobre financiamiento público.

La reforma también contempla la modificación del artículo 60, que incluye nuevos incisos que disponen que un diputado o senador cesará en su cargo si renuncia al partido que declaró su candidatura.

Los diputados o senadores independientes que cambien de partido o renuncien a su comité, también perderán su cargo. En estos casos, los reemplazos serán designados por el partido que declaró la candidatura.

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FELIPE HARBOE: “EL MINISTRO DE SEGURIDAD VA A TENER MENOS PODER QUE EL ACTUAL SUBSECRETARIO DEL INTERIOR”

Este miércoles la Cámara aprobó -con 91 votos a favor, 28 en contra y seis abstenciones– la ley que crea el nuevo Ministerio de Seguridad Pública, que entrará en funciones en junio de 2025, y que busca combatir la delincuencia, dirigir a las policías y mantener el orden público.

Así, el gobierno se anotó un logro con la creación de este nuevo ministerio, que tendrá como prioridad el resguardo de la seguridad y el orden del país, la prevención del delito, y la atención y asistencia a víctimas, e implicará la creación de una nueva institucionalidad, junto con cambios en el actual Ministerio del Interior.

En entrevista con El Líbero, el exsubsecretario del Interior criticó la ley que crea el nuevo Ministerio de Seguridad. A su juicio, “cuando se logra un acuerdo con una mala solución no hay mucho mérito”, ya que aseguró que “llegó tarde y el próximo gobierno va a tener que corregir el proyecto”. “Se podría haber hecho una limpieza de la burocracia mucho más inteligente que la que quedó”, agregó.

Entrevistado en “Mirada Líbero”, el exsubsecretario del Interior, Felipe Harboe, abordó sus principales reparos respecto a la creación de este ministerio.

– ¿Cuál es la evaluación que hace sobre la ley que crea el nuevo Ministerio de Seguridad Pública?

– Hay un gran consenso político y técnico en la necesidad de contar con una autoridad 24/7 dedicada a la principal preocupación de la ciudadanía, la inseguridad. Y por tanto, la creación del ministerio como estructura parece adecuada (…), pero el problema radica en torno a cómo quedó el texto del Ministerio de Seguridad.

– ¿Quedó con deficiencias el texto?

– Estamos creando un Ministerio de Seguridad que si bien, y esto es positivo, consagra la existencia de un sistema de seguridad donde participan las policías, el Ministerio Público, y el gobierno, este ministro de Seguridad va a tener menos poder que lo que hasta ahora tenía el subsecretario del Interior (…).

Eso es un problema, porque en materia de seguridad se requiere poder, mando único, decisión y capacidad de inteligencia y operativa. Entonces, desde el punto de vista práctico, en la bajada territorial, vamos a tener un ministro de Seguridad que va a tener dos subsecretarios.

Primero, no se justifica la existencia de dos subsecretarías, podría perfectamente eliminarse una, porque la Subsecretaría de Prevención del Delito, como la conocemos hoy día, no tiene justificación de existir, en la medida que es obvio que la prevención del delito es parte estructural del Ministerio de Seguridad.

– ¿Usted eliminaría esa subsecretaría?

– Yo habría eliminado una subsecretaría, habría dejado un solo subsecretario de Seguridad a cargo de todo, incluida la prevención del delito. Luego, en la bajada territorial de las regiones se va a crear la figura de un seremi de seguridad.

¿Cuál es el problema acá? Que el seremi de seguridad va a depender del ministro de Seguridad Pública y va a coordinar a las policías en materia de seguridad pública, pero no va a depender del ministro de Seguridad Pública, sino del ministro del Interior, a través del delegado presidencial, cuando sean temas de orden público, es decir manifestaciones…

La pregunta es por qué un seremi tendría que tener dos jefes. Además, va a poner al subsecretario del Interior a cargo de las policías para el orden público y al subsecretario de Seguridad a cargo de las policías para la seguridad. Es decir, no va a haber dos subsecretarios vinculados a las policías, va a haber tres: el de Interior, el de Seguridad y el de Prevención del Delito.

Entonces, hay un problema estructural. Esta solución es una mala solución en términos prácticos.

– ¿Esto podría confundir a las policías?

– Esto va a confundir a las policías, esto va a generar que el seremi de Seguridad tenga dos jefes, que muchas veces puede ser incluso contradictorio, y lo que es peor, ese seremi, además va a tener que lidiar con los gobernadores regionales, porque si bien no tienen potestades en temas operativos, tienen la billetera…

Y hoy día los que financian los vehículos policiales, las comisarías, son los gobiernos regionales. Entonces, va a llegar el gobernador regional y va a decir, ‘mire, ¿sabe qué? Yo no mando a las policías, pero si no me hacen caso en un plan regional de seguridad que yo voy a hacer, no financio un peso a las policías’.

Entonces, las policías van a estar entre el que las financia, el gobierno regional, del cual dependen los ascensos, el ministro de Seguridad Pública, del cual depende el orden público, que es por donde caen presos. Entonces, no es una buena solución institucional.

“Se podría haber hecho una limpieza de la burocracia mucho más inteligente que la que quedó”

– Hay quienes proponen también eliminar el Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia, ¿está de acuerdo?

-Sí, aquí se buscó una fórmula para mejorar la gobernanza en Chile, pero aquí se pudo haber hecho mucho más. No tiene razón de existir la Secretaría General de la Presidencia si es que usted va a considerar que el ministro del Interior va a ser el coordinador político y se le encargará la agenda legislativa. Usted podría haber eliminado el Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia o el cargo del ministro, y haber pasado eso al Ministerio del Interior… Y ahí realmente se transforma en el jefe de gabinete, porque tiene la coordinación interna. Se ahorra completo otro ministerio. Es decir, se podría haber hecho una limpieza de la burocracia mucho más inteligente que la que quedó.

Al crear otro ministerio quedaremos con 25, ¿se aumenta la burocracia estatal con la creación de más cargos públicos?

-Obvio, y además, yo habría aprovechado de que todos los nuevos cargos del Ministerio de Seguridad Pública debieran haber estado bajo la modalidad de contrato del trabajo, porque esta cosa de que vayan apernando gente los diferentes partidos que se van metiendo en la subsecretaría, los van dejando con contrato y después quieren que sea inamovible. Y, al final del día, en materia de seguridad, un ministro de Seguridad, un subsecretario de Seguridad requiere de personal capacitado, de personal de confianza, porque finalmente las labores de seguridad requieren una sintonía muy fina entre quien es el encargado de dirigirla y el encargado operativo.

“Cuando se logra un acuerdo con una mala solución no hay mucho mérito”

– ¿Y cree usted que en un futuro se podrían eliminar ministerios o esto ya quedó estipulado?

– Yo me imagino que el próximo Presidente debiera corregir ciertas cosas, porque esta bajada territorial no va a ser buena. Cuando se logra un acuerdo con una mala solución no hay mucho mérito.

Acá hay un problema, que se privilegió mostrar un logro por sobre lo que va a ocurrir en el futuro, que es que la seguridad y la lucha contra la delincuencia sea mucho más eficiente.

En el proyecto de ley de Inteligencia que este mismo gobierno está impulsando, no se le encarga al ministro de Seguridad e inteligencia, sino al ministro del Interior. ¿Cómo se entiende un ministro de Seguridad que no tiene a su cargo la inteligencia?

Si la inteligencia es la base fundamental de la seguridad, entonces creo que hay un problema de diseño.

– Usted dice que se privilegió mostrar un logro, ¿por qué?

– Yo encuentro muy meritorio que le hayan puesto urgencia y que hayan logrado un acuerdo. Políticamente me parece correcto, porque el gobierno tiene que mostrar logros. Pero mirando la experiencia comparada y habiendo estado en la función de seguridad, creo que el mando único de poder y la coordinación regional son claves para poder tener una política mucho más eficiente.

“El próximo ministro de Seguridad no tiene que ser el mejor compañero… A lo mejor hay que temerle”

¿Y usted cree que este proyecto pasa por un tema político? Porque con esto el gobierno se anota un punto y éste se convierte en un logro de la ministra Tohá.

– Ah, obvio. Pero es súper legítimo, eso lo sabíamos siempre. Pero todos los gobiernos tratan de tirar agua a su molino. Lo que pasa es que estamos en una crisis de seguridad tan grande que aquí habría que dejar de lado las proyecciones propias y entender que el próximo ministro de Seguridad no tiene que ser el mejor compañero.

No hay que quererlo mucho, a lo mejor hay que temerle. Con ciertas restricciones y marcos regulatorios para que no abuse, pero tiene que tener potestades.

Y cuando usted empieza a crear consejos ciudadanos en materia de seguridad, cuando empieza a democratizar cada una de las decisiones de la seguridad, déjeme decirles que en la práctica genera o inmovilismo o falta de eficiencia.

Y aquí se requiere mucha eficiencia, porque el crimen organizado está cada día con más presencia en nuestro país.

– Y desde el punto de vista político, ¿esto implica que la actual ministra Tohá se libera de las tareas de seguridad?

– No, yo creo que el juicio ciudadano respecto a la gestión del actual gobierno en materia de seguridad está hecho, es evidente. Hay una gran mayoría de los ciudadanos que consideran que en materia de seguridad lo han hecho mal (…).

Ya tienen un juicio ciudadano negativo en materia de seguridad, por muy loables que hayan sido los esfuerzos del equipo de gobierno en general.

Entonces, pretender decir que la ministra del Interior se va a liberar de la seguridad porque se va a crear el Ministerio Seguridad, que además que se va a crear en junio del próximo año, cuando ya estemos a un mes de la primaria presidencial, creo que esto ya se politizó, estamos en un escenario donde el gobierno va de salida.

Ya el síndrome del pato cojo está instalado, las policías están pensando en quién va a ser el próximo Presidente para ver cómo quedan los ascensos… Entonces esto llegó tarde y el próximo gobierno va a tener que intentar corregir ciertas falencias de este proyecto y del diseño de la gobernanza.

– El plazo que se puso la ministra fue junio del próximo año para que esto entre en vigencia. ¿Estamos preparados para eso realmente? 

– Si la ministra de Interior renuncia para ser candidata presidencial en algún minuto y deja a Luis Cordero como ministro, que más o menos es la sospecha que uno tiene, pueden pretender ponerlo a él de ministro de Seguridad…

Pero lo que alcance a hacer un ministro de Seguridad en seis meses de un gobierno que se va, es bastante poco. La crisis de inseguridad tiene como principal actor al crimen organizado, este no es un lanza, un delincuente común, entonces aquí no se puede poner gente que venga a aprender, a ensayar, el gobierno no es una sala de práctica (…).

Quien realmente va a implementar este ministerio es el próximo gobierno en marzo del 2026.

“El problema es que todo es a la chilean way”

– ¿Y cómo quedará el ministro del Interior con este cambio? ¿Efectivamente se convierte en una especie de primer ministro o jefe de gobierno al estar a cargo de la coordinación política?

– El problema es que todo es a la chilean way, todo queda a medias.

Porque se dice que el ministro de Interior se va a encargar de la agenda política y de la coordinación ministerial, de todos los ministerios, que vamos a tener un primer ministro, pero tiene que ver el orden público, y el orden público le va a llevar al ministro de Interior por lo menos un 30 % o 40 % de la jornada laboral, porque los grandes problemas que ha tenido Chile en el último tiempo han venido por orden público.

Y la seguridad pública, entendida como la delincuencia, queda en el Ministerio de Seguridad, pero el orden público queda en Interior.

Entonces usted va a tener al ministro de Interior a cargo del orden público y al ministro de Seguridad a cargo de la seguridad. La pregunta es, cuando en una manifestación haya delitos y se saquee un local comercial, ¿Qué es eso? ¿Orden público o seguridad? ¿Quién define?

– Entonces, ¿hay que bajar las expectativas por ahora respecto a este nuevo ministerio? 

-Totalmente. Hay que ser muy cuidadoso, porque se va a crear una expectativa de que ahora con el Ministerio de Seguridad se va a disminuir la delincuencia y puede que no mueva la aguja, si es que no logra coordinar el sistema de seguridad.

Columna de Opinión

EL USO (Y ABUSO) DE PANTALLAS PUEDE RESECAR SERIAMENTE SU VISTA: QUÉ HACER PARA EVITARLO

Jacobo García Queiruga, Profesor Interino en el Área de Optometría (OD, MSc, PhD), Universidade de Santiago de Compostela y Belen Sabucedo Villamarín, Investigador predoctoral en Medicina Molecular del GI-2092 en Optometría, Universidade de Santiago de Compostela, Universidade de Santiago de Compostela – The Conversation, 01/01/2024

Cada día acuden más pacientes a las consultas de los profesionales con molestias oculares tras intensas jornadas de trabajo en el ordenador. Los síntomas más habituales son la irritación ocular, el picor de ojos y las sensaciones de sequedad y de tener arenilla en la superficie del ojo.

Así se manifiesta la enfermedad de ojo seco, que afecta a entre el 5 % y el 50 % de la población mundial.

El origen del trastorno puede deberse a múltiples causas, pero el estilo de vida juega un papel importante. Y entre los principales factores de riesgo encontramos el uso (y abuso) de las pantallas.

El tiempo que pasamos delante de ordenadores, teléfonos móviles o tabletas reduce el número de parpadeos y aumenta la cantidad de parpadeos incompletos, lo que impide un reparto adecuado de la lágrima por la superficie del ojo. Además, las pantallas son una fuente de luz proyectada que eleva la temperatura de la superficie ocular e incrementa la evaporación de la lágrima.

Por ejemplo, en la Universidade de Santiago de Compostela llevamos a cabo un estudio con estudiantes universitarios que se vieron obligados a recibir docencia mixta durante la pandemia de covid: el 50 % de las clases eran presenciales y el 50 %, telemáticas.

Según los datos que recabamos, el aumento del tiempo frente a las pantallas estaba relacionado con síntomas de sequedad más severos. Los usuarios que empleaban pantallas para otras actividades además de para las clases (o sea, más de 8 horas) mostraron valores de sintomatología más altos.

Aunque en ciertos trabajos es imposible reducir las horas que pasamos pegados a estos dispositivos, es posible disminuir las molestias siguiendo ciertas recomendaciones. Pero antes hay que tener claros unos conceptos básicos.

De lágrimas y parpadeos. La superficie ocular está formada por los párpados, la lágrima, la córnea y la conjuntiva, tejidos cuya salud está ligada a su buen funcionamiento. Si alguno se ve alterado, puede desencadenarse una serie de anomalías que provocarán las molestias oculares.

La lágrima que cubre la superficie del ojo está compuesta por dos capas, una formada por agua y proteínas y otra por grasa. La primera es la responsable de hidratar el ojo, mientras que la segunda evita que la lágrima se evapore rápidamente.

Una alteración en cualquiera de las dos desajustará las propiedades de la lágrima, lo cual impedirá que se distribuya bien en la superficie ocular y comiencen las molestias.

Por último, los párpados son los encargados de distribuir la lágrima por la superficie ocular, además de protegerla de agentes externos. Parpadear poco, como cuando utilizamos el ordenador, contribuye a que la lágrima no se reparta adecuadamente sobre el ojo.

¿Padezco ojo seco? Ante todo no hay que alarmarse: manifestar síntomas de sequedad ocular no quiere decir que estemos sufriendo esta dolencia. La guía elaborada por la Tear Film & Ocular Surface Society deja claro que, además de manifestar síntomas, los pacientes deben presentar signos de daño en la superficie ocular. Es el profesional de la visión quien debe determinar si existe ese daño y qué medidas tienen que tomarse.

Hay una serie de señales que deben ponernos en guardia. Entre estos síntomas se encuentran la sensación de sequedad, picor, quemazón, irritación ocular y ojos llorosos. Aunque los investigadores han identificado que tras el uso de pantallas el síntoma más habitual es el de irritación.

¿Qué puedo hacer para disminuir estas molestias?Si seguimos una serie de precauciones, nuestra relación con las pantallas puede ser más amigable.

  • Disposición y altura de la pantalla. Es recomendable que se encuentre siempre por debajo de la posición primaria de mirada. Esto ayuda a que la apertura de los párpados sea menor y, por lo tanto, el ojo esté menos expuesto.
  • Posición de la pantalla en relación a la iluminación. Debemos evitar que haya lámparas sobre la pantalla o ventanas detrás del usuario. También se puede solucionar poniendo filtros antireflejos, ya que estos nos obligan a concentrarnos más, y por consiguiente, reducen nuestra tasa de parpadeo.
  • Descansos. Van a ser nuestros grandes aliados. Una norma que se recomienda habitualmente es la regla 20-20-20. Es decir, que por cada 20 minutos de trabajo miremos objetos alejados a más de 20 pies (unos seis metros) durante 20 segundos. Aplicar esta técnica va a reducir notablemente los síntomas de de sequedad. Dejar de mirar a la pantalla durante ese tiempo restablecerá nuestro parpadeo normal.
  • Condiciones ambientales poco propicias. La humedad baja, las altas temperaturas, las corrientes de aire –ya provengan de ventanas abiertas o aires acondicionados–, el humo del tabaco y el exceso de ambientadores perjudican a la salud ocular.
  • Hidratación de ojos. Puede ser la mejor opción en días de intenso trabajo. Hay que evitar los sueros salinos, ya que su composición no es igual a la de la lágrima. Al carecer de grasa y proteínas, pueden desestabilizar la película lagrimal. La mejor opción son las lágrimas artificiales en versión monodosis, que carecen de conservantes y no dañan los tejidos oculares.

En definitiva, presentar síntomas de sequedad ocular es habitual en los tiempos que vivimos. Si les hacemos frente con las estrategias adecuadas, eso repercutirá positivamente en nuestra cali

Columna de Opinión

LA PLENITUD DE LOS CHILENOS – POR QUÉ LOS ADULTOS MAYORES SON LOS MÁS FELICES

Rosario Gallardo – La Tercera, 07/12/2024

A fines de marzo, en el marco del Día de la Felicidad, se publicaron los resultados del World Happiness Report (WHR), un estudio publicado cada año por Naciones Unidas y que mide el nivel de felicidad en más de cien países.

Si bien Chile ranqueó más arriba que varios países de la región, quedando 38° a nivel global, hubo una noticia no tan alentadora: había caído tres puestos con respecto a la medición anterior.

En paralelo, Ipsos lanzaba su informe “Felicidad Mundial 2024″, donde un 68 % de los chilenos se declaraba una persona “feliz” o “muy feliz”, pero también el país descendió 11 puntos respecto de 2023.

¿Se puede afirmar, entonces, que somos felices?

Según los resultados del estudio “Tres generaciones de chilenos” de Cadem, en alianza con La Tercera, el 53 % de las personas entre 65 y 74 años declaró sentirse muy o bastante feliz con su vida en general. El escenario es opuesto en el sector más joven: solo el 33 % de los encuestados entre 18 y 25 años dijo sentirse de igual forma. ¿La paradoja? Los mas jóvenes son los mas optimistas con el devenir del país. Aquí, por qué.

El profesor asociado de la Escuela de Negocios de la UAI y director del Instituto del Bienestar (IBE), Wenceslao Unanue, dice que hay que distinguir dos visiones de felicidad: el llamado modelo hedónico -que ve la felicidad desde la búsqueda del placer, pero es más transitorio- y el eudaimónico -relacionado más bien con un bienestar más duradero.

Dice que en el caso, por ejemplo, del WHR la medición se centra más en el primer modelo.

Dicho eso recuerda que la primera medición de este estudio -en 2012- nos situó en el lugar 53. Por lo tanto -aunque recalca que no hay respuesta blanco y negro-, “si vemos en términos generales, Chile ha subido en el ranking, manteniendo incluso el promedio de felicidad que tenía en 2012 (6,3). Entonces, en términos relativos, somos mucho más felices que lo que éramos hace una década”.

Para el psicólogo y director del Instituto de Bienestar Socioemocional (IBEM) de la UDD, Jaime Silva, Chile no tiene un nivel bajo de felicidad -más bien se mantiene relativamente moderado a alto-, pero efectivamente el indicador se ha ido moviendo con los años en respuesta a las contingencias del país. Ahora, aclara, “decir que Chile ha tenido cambios drásticos en sus niveles de felicidad sería equivocado”.

“En general, los chilenos tienden a puntuar bastante bien en satisfacción personal con su vida, pero hay bastante malestar social que impacta en los resultados. La desigualdad, la desconfianza y el individualismo son temas que como sociedad impactan muy fuerte en el bienestar”, explica, por su parte, Mónica López, psicóloga, terapeuta familiar y de pareja, y directora del Instituto del Bienestar (IBE).

La pregunta ahora es quiénes son más felices.

La generación más feliz. El estudio “Tres generaciones de chilenos” desarrollado por Cadem -en alianza con La Tercera- arroja algunas luces.

Bajo la pregunta: “Si tuvieras que evaluar tu vida general en estos días, ¿cuán feliz dirías que eres?” se midió la respuesta de tres grupos etarios: 18 a 25 años, 40 a 49 años y 65 a 74 años. En el fondo, hijos, padres y abuelos.

De estos tres grupos, el que se mostró menos feliz fue, de hecho, el más joven. Sólo el 33 % de este grupo diría que es muy feliz o bastante feliz con su vida.

Un escenario distinto mostró los mayores.

De hecho, los encuestados de 40 y 49 años se muestran un poco más felices que sus pares más jóvenes: en concreto, 45 % de ellos dijo sentirse muy o bastante feliz con su vida.

Sin embargo, el primer lugar de la felicidad recae en los de más de 65 años, ya que un 53 % de ellos dijo sentirse de esta forma.

Para Roberto Izikson, gerente general de Cadem, este nivel de felicidad en jóvenes más bajo que las otras generaciones puede explicarse por dos razones: cortoplacismo y la búsqueda de satisfacción inmediata, influenciada por la masificación de nuevas tecnologías.

“La tecnología nos abre las posibilidades a millones de fuentes de bienes y servicios, y mirar el mundo desde el ‘ideal’. Tampoco vemos en esa generación la idea de que las cosas las voy consiguiendo con trabajo, con esfuerzo, paso a paso, sino que más bien el ‘lo quiero ahora ya’. Pero como no tenemos esa capacidad, como país, de satisfacer eso, se genera en los jóvenes una frustración que no vemos en los mayores”, dice.

En las generaciones mayores sus contextos han sido distintos: “Son hijos del trabajo y del esfuerzo del desarrollo económico de Chile en los últimos 30 años, de haber ido adquiriendo cosas que no tenían en base a su propio esfuerzo y, por lo tanto, entienden probablemente que las cosas no son fruto de la espontaneidad. Eso genera un nivel de resiliencia mayor”.

Silva, por su parte, explica que la relación entre felicidad y edad ha sido estudiada en varias oportunidades y se ha determinado que, efectivamente, se han observado mayores niveles de felicidad en la infancia y en la vejez.

De hecho, curiosamente, la curva que se forma al analizar esta relación es una “U” o una sonrisa, comenta. En tanto, la “edad mediana” es donde se vive con demandas más altas. “Son momentos en la vida donde tú tienes que jugarte muchas decisiones que son de largo plazo y hay mucha presión social también por esas decisiones que tomas o no. Entonces se produce una especie de valle asociado al estrés. También hay mucho desajuste entre la expectativa y la realidad; uno se imagina para uno mismo ciertas cosas que luego después no pasan”, detalla.

Mónica López concuerda en que la felicidad comienza a aumentar progresivamente luego de los 55 años, porque las personas aceptan mejor quiénes son, sueltan el ‘qué dirán’ y disfrutan más de lo que ya han construido.

Y los más jóvenes, en cambio, viven otras incertidumbres. “Muchos ven que cada vez es más complejo tener una casa propia o estabilidad laboral. Las redes sociales y la hiperconectividad digital los ha ido desconectando y generando muchas veces dificultades en sus habilidades sociales e incluso mayor aislamiento, lo cual está teniendo un gran impacto en su salud mental”, dice.

No son sólo malas noticias: López asegura que la nueva generación está más consciente de sus emociones difíciles, “por eso muchas veces puntúa más bajo en las encuestas de felicidad”. Pero se atreve a pedir ayuda con mayor facilidad y tiene mayor apertura para trabajar en su bienestar que otras.

Satisfacción con la vida. Otra de las preguntas que incluye el estudio se relaciona con la satisfacción con la vida y, similar a lo que ocurre con la medición de felicidad, el grupo de más de 65 años se siente más satisfecho.

De hecho, un 49 % califica este factor con notas 6 y 7. En comparación, de quienes están en sus 40, sólo el 44 % declara estar satisfecho y la cifra se reduce aún más en los más jóvenes, llegando al 38 %.

Los encuestados también respondieron en qué ámbitos consideran que son aquellos en los que están más satisfechos.

En el caso de los mayores de 65 estos corresponden a su relación con familia y amigos, el nivel de educación personal y su relación de pareja. El mismo orden se repite para las personas de 40 a 49 años.

Sin embargo, los más jóvenes dicen sentirse más satisfechos, en primer lugar, con su nivel de educación personal, luego con sus relaciones de familia y amigos y, por último, empatados, la relación de pareja y la satisfacción con su trabajo.

En esa línea, el director del IBEM detalla que si bien la felicidad o la experiencia de satisfacción con la vida tiene distintos componentes –“no hay un secreto o un solo factor”, comenta-, hay cuatro pilares que caracterizan a las personas que tienen más bienestar: el primero, y el más importante según Silva, es la satisfacción con las relaciones interpersonales.

Le siguen la capacidad de conectarse con el presente –“vivir el aquí y ahora”-, tener un propósito o un sentido a largo plazo y, por último, tener conciencia del propio mundo emocional.

Paradójico optimismo. Curiosamente, se produjo una paradoja cuando se les consultó por cómo veían el futuro del país y si creían que Chile va por un buen o un mal camino. Si bien los mayores de 65 fueron los “más felices”, también son el grupo que mira el futuro con más pesimismo.

De hecho, el 59 % de ellos dijo sentirse muy pesimista acerca del futuro del país y 73 % que vamos por mal camino (el 20 % afirmó que vamos por buen camino).

En el grupo de 40 a 49 años, un 46 % reconoció sentirse pesimista por el porvenir y 77 % dijo que vamos por mal camino como país (el 19 % por buen camino).

En cambio, el 35 % de los jóvenes dice estar muy optimista por el futuro y 29 % -casi 10 puntos porcentuales más que los otros grupos- dice que Chile va por buen camino.

¿La razón? Izikson apunta más bien a una explicación política y un apoyo mayor a la figura del Presidente Gabriel Boric en los jóvenes. “La correlación que existe entre la aprobación presidencial y la percepción de si Chile va por un buen camino o no está demasiado condicionada a la aprobación del Presidente. Siempre ha sido así. Acá se da esta paradoja interesante que los jóvenes son menos felices, están menos satisfechos con su calidad de vida en todas las dimensiones, pero responden de manera más positiva que Chile va por un buen camino. Puede sonar paradójico ese contraste, pero me parece que la respuesta tiene que ver más bien con hacer una declaración de apoyo al Presidente”.

Es más, se aventura a decir que si la presidenta fuera, por ejemplo, Evelyn Matthei, “la percepción de que Chile va por un buen camino sería más baja en los jóvenes”.

En opinión de Wenceslao Unanue, una explicación a este fenómeno podría estar en el modelo eudaimónico y uno de sus elementos fundamentales: el propósito, el sentido de vida. “Viendo datos globales, especialmente en el mundo occidental, se ha encontrado que los grupos que más propósito y sentido de vida tienen son los más jóvenes, ligado, además, con que son muy optimistas. Sienten que pueden cambiar la realidad que no les gusta”, dice.

Camino por recorrer. La directora del IBE, Mónica López, opina que falta muchísimo que trabajar en cuento a políticas públicas dirigidas al bienestar. “Hoy la soledad es lo que genera mayores trastornos de salud mental, de hecho, quita más años de vida que el tabaquismo y el sedentarismo, tenemos poco tiempo para el autocuidado, pocas amistades, y las que tenemos las vemos poco”.

Destaca, por ejemplo, que podrían implementarse iniciativas como asignaturas en el colegio donde se aprenda inteligencia social y emocional; que las organizaciones puedan invertir en programas de bienestar -más allá de charlas motivacionales esporádicas-, y que existan programas de envejecimiento positivo.

Unanue remarca que si bien “falta mucho”, hemos avanzado como con la reducción de jornada laboral a 40 horas. Una de las medidas en las que enfatiza es la creación de indicador sobre el bienestar y medir el progreso más allá del PIB.

“Si nosotros logramos construir un indicador que tome estas determinaciones vamos a avanzar, porque los gobiernos se empiezan a preocupar de salir bien en estas mediciones, de que el país esté bien y van a hacer políticas en pos de estos indicadores. La OCDE, por ejemplo, hace años que está trabajando en el indicador de una mejor calidad de vida de bienestar y felicidad”.

Por su parte, Jaime Silva también apunta a elementos que van moviendo indirectamente los indicadores de felicidad, por ejemplo, políticas que tengan que ver con la confianza a las instituciones, salud, ingresos y la desigualdad.

Trabajar en ellos, dice, va a tener efectos positivos en la percepción de bienestar de los chilenos. Además, en línea con lo que menciona López, también plantea la idea de educación emocional.

Ahora, advierte que “hay que tener ojo, que los países que tienden a sobrevalorar la felicidad como experiencia emocional producen un factor contraproducente, que es lo que se ha llamado la tiranía de la felicidad. La ‘obligación’ a ser feliz genera presión y más estrés y, por tanto, esa población es menos feliz, paradójicamente”.

Columna de Opinión

JUAN FERNÁNDEZ: ESE ARCHIPIÉLAGO REAL Y FICTICIO

Juan Rodríguez Medina – El Mercurio, Artes y Letras, Revista de Libros, 01/12/2024

Quizás haya sido Daniel Defoe, con su novela “Robinson Crusoe“, quien puso en el mapa de la cultura universal a Juan Fernández. O tal vez hayan sido esas islas, descubiertas hace 450 años por el marinero que les da su nombre, las que le regalaron al mundo uno de sus personajes arquetípicos. O puede que las dos alternativas sean ciertas.

Porque, claro, la realidad nutre a la ficción que nutre a la realidad. Etcétera. A lo mejor, lo más sensato sería dejar de distinguir entre historia y leyenda, por imposible, porque hacen a un mismo guiso. La leyenda tiene peso histórico. La historia es legendaria.

El 22 de noviembre se cumplieron 450 años de su descubrimiento. Para celebrarlo, se reeditan la primera crónica sobre el lugar, firmada por Vicuña Mackenna, y “La justicia de los Maurelio”, novela de Jorge Inostroza. Además, la escritora Maura Brescia, que visitó hace 50 años la isla y devino fernandeciana, publica un relato histórico-cultural del mundo que inspiró a Daniel Defoe su más famoso personaje: Robinson Crusoe.

Al menos es lo que ocurre con Juan Fernández, esa parte del territorio chileno ubicada 670 kilómetros mar adentro, parte de la Región de Valparaíso, conformada por las islas Robinson Crusoe y Alexander Selkirk, además de algunos islotes, el más importante: Santa Clara. Ya el nombre de las islas da cuenta de la naturaleza real y ficticia del lugar.

La primera, que hasta 1966 se llamaba Más a Tierra, lleva el del inmortal náufrago creado por Defoe en 1719, quien pasa 28 años aislado; la otra, alguna vez conocida como Más Afuera, recuerda al corsario que fue abandonado en ese rincón, que vivió allí, solo, cuatro años y cuatro meses, entre 1704 y 1709, conocido desde entonces como el Solitario, y que inspiró a Defoe su novela. “Corsarios buscando refugio, fortificaciones españolas del siglo XVII, personajes novelescos, tesoros escondidos, reos comunes y relegados políticos. Todo eso y mucho más hay en el imaginario del pueblo fernandeciano”, dice la periodista y escritora Maura Brescia de Val en “Juan Fernández: islas de navegantes”.

“Su aislamiento en medio del océano Pacífico ha despertado la imaginación y la pasión de escritores, exploradores, científicos, novelistas, artistas y todo aquel que hizo de la isla su tesoro”.

El libro, un repaso de la historia y de las historias del archipiélago, incluida la de la autora, que vive allí, acaba de ser publicado por Rapanui Press, con apoyo del Fondo Nacional de Fomento del libro y la Lectura, para conmemorar los 450 años de su descubrimiento.

Llega a librerías acompañado de otros dos títulos, dos rescates: “Juan Fernández: historia verdadera de la isla de Robinson Crusoe”, de Benjamín Vicuña Mackenna, la primera crónica sobre ese mundo, con todos los matices que quepa hacer a la palabra “verdadera” cuando se trata del historiador y exintendente de Santiago; y “La justicia de los Maurelio: un drama en las islas de Juan Fernández”, la novela familiar y judicial, basada en hechos reales, de Jorge Inostroza.

Eduardo Ruiz-Tagle, fundador y editor de Rapanui Press, lee estos libros como “las bases para conocer la historia del archipiélago y el alma fernandeciana”. El de Vicuña Mackenna relata desde el descubrimiento de las islas hasta su colonización, época de piratas y grandes aventuras.

La novela de Inostrosa “nos adentra en la vida cotidiana de un colono en estas tierras volcánicas, en tiempos sangrientos y peligrosos”. Mientras que en el de Brescia está toda la historia y la magia, 450 años, incluidos grabados y fotografías, algunas de ellas patrimoniales.

Al cine con lluvia. Marzo de 1973; enviada por un programa de televisión y acompañada de su filmadora, Maura Brescia aterrizó en el aeródromo de la isla mayor del archipiélago. “Recorrí con la mirada los parajes donde Alexander Selkirk vivió su soledad”, recuerda.
Fue subyugada por la magia de sus paredes verdes, por las olas acariciantes, por la exuberante naturaleza: “Muchos nombres bullían en mi pensamientos, Juan Fernández, Alexander Selkirk, Lord Cochrane, Lord Anson, sus valientes colonizadores, entre estos, un gran impulsor, el barón Alfred de Rodt”. Pero algo la interrumpió: “Mis pensamientos y el paisaje se desvanecieron detrás de una silueta que se convirtió en mi compañero de vida”.

Se refiere a José de Val, un isleño. “El 27 de marzo de 1973, al subir al muelle, avisté la silueta de un hombre de mirada profunda y barba frondosa. A partir de ese vital instante, comenzó nuestro romance de cuatro décadas de felicidad.
José me enseñó a amar esa tierra de hombres aventureros y mujeres empoderadas, con quien aprendí que el Solitario navegante también puede existir en pleno siglo XXI”.

Así comenzó su relación con Juan Fernández, donde aún vive. Y que antes del libro que nos convoca supo de otros dos: “Mares de leyenda” y “Selkirk/Robinson, el mito“.

“Nuestro más celebrado logro fue la instalación de una proyectora cinematográfica en el gimnasio local. La novedad que atrajo a los isleños durante el lluvioso invierno. Muchos de ellos nunca habían visto cine”, cuenta Brescia.

“Al atardecer, las familias descendían desde los cerros, abrigados con ponchos y alumbrados con chonchonas, lámparas construidas con tarros de leche que protegían frágiles llamas de ráfagas huracanadas de apasionado viento que acariciaba casi permanentemente la isla. Las películas llegaban del continente enviadas en los pocos aviones que viajaban durante la estación invernal”.

Tenía razón Vicuña Mackenna, parece, cuando dijo que en Juan Fernández se hacen realidad la historia, el mito, la leyenda. Brescia lo pone así: “Es un paisaje verde azulado alzado desde el fondo del mar por poderosas fuerzas tectónicas y volcánicas. Cuando los miles de volcanes se apagaron, sus laderas se animaron de vidas muy reales cargada de historias, mitos y leyendas”.

Es a la vez una persona y el archipiélago que lleva su nombre, agrega: “Un piloto que navegaba apegado a la costa, sin perder de vista sus montes y radas de abrigo, luchando cada día contra los vientos y las frías corrientes, guareciéndose cada noche, en travesías que duraban seis meses para llevar sus preciadas cargas desde el Callao a Penco”.

En una de esas odiseas, hace 450 años, el piloto se atrevió a perder de vista la costa y así, “afianzándose en sus conocimientos sobre vientos y corrientes, sobre las estrellas y sus rudos instrumentos para guiarse por ellas”, descubrió las islas.

Cuando los miles de volcanes se apagaron, sus laderas se animaron de vidas muy reales cargadas de historias, mitos y leyendas”. Maura Brescia.

“Lo tildaron de brujo, fue sometido a los terribles juicios de la Inquisición, que podían llevarle a la hoguera”, relata Brescia. “El y Alexander Selkirk, el brujo y el Solitario, son los primeros navegantes de mis libros, ambos son mucho más de todo lo que se pueda escribir sobre ellos.”

Cazar chivos. Es 1994, han pasado veintiún años desde el viaje que hizo de Brescia una fernandeciana. Eduardo Ruiz-Tagle hace su propio viaje, uno que definirá su carrera y futuro como diseñador y editor: “Fui invitado a participar en una expedición de la National Geographic y Conaf a la isla Marinero Alejandro Selkirk. El objetivo era seguir la ruta del botánico Johow y tratar de encontrar el aparentemente extinto árbol del sándalo”, cuenta.

“La isla presenta profundos acantilados de un kilómetro de vertical filo, su parte más alta, el monte Los Inocentes, tiene 1650 metros; es una isla impresionante, cuyas cumbres en invierno se cubren de nieve”.

La expedición iba a durar un mes, pero el barco que debía recogerlos tuvo desperfectos técnicos en Valparaíso, lo que, sumado a problemas económicos, impidió que partiera.

“Estuvimos casi tres meses aislados, y ya sin víveres, debimos sobrevivir cazando chivos salvajes, aquellos que los piratas dejaron abandonados como fuente de carne cuando se servían de las islas como apoyo. La tnecia de armas estaba prohibida, por lo que debíamos cazar con perros y cuchillos.

La pesca era muy difícil, ya que entraba el invierno y las olas azotaban las abruptas costas con gran fuerza. Un avión de la Armada nos tiró comida por paracaídas, que solo nos duró una semana. Luego, debimos seguir cazando hasta que finalmente la Armada obligó al barco a emprender nuestro rescate”. Tras una experiencia así, no sería raro que alguien no quisiera saber nada más del archipiélago. Ruiz-Tagle, en cambio, quedó enganchado: “Esta aventura me marcó de tal manera que al año siguiente regresé, terminé mi proyecto de título como diseñador gráfico, que versaba sobre la historia de la isla, una exposición fotográfica itinerante, que luego llevé a un folleto y fue la primera publicación de la naciente editorial Rapanui Press”.

“Siempre me gustaron las aventuras en la naturaleza y la historia”, aclara Ruiz-Tagle, como queriendo explicar su fascinación con Juan Fernández, no a pesar, sino que debido a ese varamiento.

“Para mí, el archipiélago es una mezcla perfecta entre flora, fauna, historia, magia y un pueblo de colonos navegantes muy especial. Recorrer las selvas, acantilados y cascadas de Robinson o Selkirk son una aventura incomparable. Tradiciones como la caza del chivo salvaje, la pesca de la incomparable langosta, el bacalao o la vidriola, manjares que echo profundamente de menos, así como disfrutar de una flora que nos remonta a los profundos bosques valdivianos, o bucear junto a lobos marinos de dos pelos, muy similares a las focas, curiosos y amistosos, son experiencias que añoro volver a disfrutar”.

Hay algo de Selkirk en lo que dice Ruiz-Tagle y en cómo lo dice. El corsario, ya rescatado y reinstalado en el Viejo Mundo, escribió en su diario: “¡Oh, mi amada isla!, ¿por qué te abandoné?”.

“El archipiélago que conocí en los años 80 y 90 era otro mundo al de ahora”, advierte Ruiz-Tagle. “Había solo un par de vuelos semanales de avionetas durante el verano, que aterrizaban en una irregular pista de tierra entre dos acantilados, y casi ningún vuelo en invierno, solo la visita de un barco cada dos o tres meses. Sin teléfono ni televisión, una verdadera dimensión paralela al Chile continental”.

“Antes de quedarnos abandonados, yo ya llevaba varios años de investigación, me quedaba por dos meses al año en las islas, y el último año lo pasé íntegro allá, casi me quedé a vivir, pero la vida tenía otros rumbos para mí”.

Maura Brescia sí se quedó. Al preguntarle si “soledad” es una buena palabra para decir “Juan Fernández”, contesta: “Indudablemente lo fue en el universo solitario de Selkirk. Hoy es un entorno verde azulado con una vigorosa comunidad humana, vegetal y animal, separados del continente por 670 kilómetros de mar. Hay aviones, más y mejores barcos, telefonía, radio, televisión e internet. Hoy la palabra es distancia”.

“El pueblo fernandeciano –responde Ruiz-Tagle-es un grupo de esforzada gente de mar que ya lleva un siglo pidiendo mayor atención al continente”. Eduardo Ruiz-Tagle.

¿Chile debe mirar más, ocuparse más de Juan Fernández? “El pueblo fernandeciano” responde Ruiz-Tagle “es un grupo de esforzada gente de mar que ya lleva un siglo pidiendo mayor atención al continente.

“Lo que me sucedió en Selkirk durante aquella expedición es un claro ejemplo de lo sufrida que puede ser la vida en una isla que, pese a estar tan solo a 670 kilómetros de las costas, está, en la realidad operativa y política, mucho más lejos de los 5.000 kilómetros de RapaNui. El costo de la vida, el transporte por vía aérea es un tema de prioritaria necesidad de solución. El precio del viaje a la isla es de un millón de pesos, algo realmente surrealista. Por otro lado, los niños siguen estudiando en un container de emergencia desde el tsunami que asoló la isla tras el último terremoto, en febrero de 2010; aún siguen allí”.

“Esta y otras necesidades son reflejo de políticas que no han sabido llevar el merecido bienestar a esta gente esforzada, que hace patria en un punto estratégico de nuestro mar, y que merecen más atención”.

“Un todo debe ser una fructífera relación entre sus partes –complementa Brescia–, Chile es mucho más si se entrelazan el continente, sus islas y su mar.
Como dice un marino, navegante: nuestro país no limita al oeste con el océano Pacífico, limita con Asia, Japón, la Polinesia, y todo lo que existe más allá del horizonte”.

Columna de Opinión

EL ESTADO DE CHILE CONTRA PARTICULARES. UNA LUCHA DESIGUAL.

Humberto Julio Reyes – 06/12/2024

A raíz de la inminente creación de un nuevo ministerio, el de seguridad, se nos ha recordado que la función de proteger a sus ciudadanos es una responsabilidad básica del Estado. Pero ocurre que, desde hace años, el Estado de Chile ha entablado una desigual lucha en contra de algunos, a título de obtener justicia verdad y reparación.

Procuraré respaldar este juicio.

El poder ejecutivo, sin importar el gobierno, ha llevado adelante por años una serie de acciones tendientes, no sólo a que se cumplan esos deseables propósitos, sino que paralelamente, rechazar toda proposición tendiente a apaciguar los ánimos, tratar con una mirada humanitaria a ancianos y enfermos condenados o negarles, por vía administrativa, los derechos que el ordenamiento legal les concede.

Todo aniversario que permite reabrir heridas del pasado, es ocasión para pedir más, a título de una supuesta impunidad que las propias estadísticas del poder judicial no confirman.

Es la ideología.

El poder judicial, por su parte, es el agente más activo en la persecución implacable de los supuestos culpables de delitos cometidos hace ya medio siglo o más, atropellando flagrantemente la ley vigente en esos años al objeto de condenar a toda costa a durísimas penas a quienes, a estas alturas, poca o ninguna responsabilidad tuvieron en los hechos investigados.

Trabajo frustrante para los abogados defensores que rara vez obtienen sentencia favorable para sus defendidos y que los ha llevado a intentar, sin éxito, que el colegio respectivo se pronuncie frente a la incapacidad práctica de ejercer su profesión cuando todo recurso es rechazado.

Ni qué decir del mantenimiento de dos sistemas procesales distintos, aplicando el que ya no debiera existir, a pesar de todas las razones esgrimidas para eliminarlo, solamente a las causas llamadas genéricamente de derechos humanos. Digno de Ripley.

Es el Lawfare, todo vale para reivindicarse de pasadas inacciones, menos la ley.

Por su parte el poder legislativo, cada vez que debe votar algún proyecto referido al tema, termina sometido a los que se alinean bajo el lema“Ni perdón ni olvido”.

Es aritmética. No están los votos.

Vemos entonces, bajo ese peso incontrarrestable de los tres poderes del Estado, a un grupo de particulares que, en forma individual o colectiva, más o menos organizados, intenta defender los derechos atropellados de quienes merecen justicia justa y ser tratados igual que todos los ciudadanos de nuestro país.

Entre ellos los abogados defensores que rara vez son exitosos, algunas ONG’s que aportan con recursos privados e ideas, las organizaciones de personal en retiro, creadas con otro propósito pero que, por compañerismo y elemental solidaridad con quien está en desgracia, también procuran ayudar o mitigar los efectos de los habituales malos resultados.

A veces alguien consigue que su carta se publique en algún medio de comunicación pero, salvo recordar que existe un problema que no ha sido resuelto satisfactoriamente, todo sigue igual. Incluso fallos judiciales favorables, contados con los dedos de la mano, logran ser burlados por la burocracia estatal, especialmente en los referidos al actual hacinamiento en los penales especiales y la situación de ancianos aquejados por graves situaciones de salud.

Todos entendemos que enfrenta nuestro país problemas más graves, ya que afectan a un universo mucho mayor de personas y que debieran ser prioritarios, pero justamente por ello son de mayor complejidad y requieren para su solución ingentes recursos.

No es el caso de lo reseñado. Aquí el tema es sólo de voluntad, ya que se ha impuesto la de quienes han sido exitosos en prolongar indefinidamente la búsqueda y castigo de culpables, junto con reclamar cuantiosas reparaciones, frente a quienes han optado por desentenderse de un tema incómodo o, peor aún, sumarse a ella para no ser considerados “cómplices pasivos”.

Casi dejaba en el tintero al Consejo de Defensa del Estado que no defiende a quienes actuaron como funcionarios del Estado, los que por triquiñuela consentida son tratados como simples particulares. Pero, su condena da pie para demandar al Estado en la parte civil, donde, después de una defensa de este organismo“por cumplir”, se otorgan subidas reparaciones sin límite alguno, incentivo perverso para abrir nuevas causas o reabrir las ya falladas.

La lucha es desigual, qué duda cabe.

Columna de Opinión

DOS AÑOS DE CHATGPT: REFLEXIONES SOBRE LA FIEBRE TECNOLÓGICA

Wired – Javier Manzanera, Aníbal Abarca y Garcí IñigoCultura Digital, 05/12/2024

A dos años del lanzamiento de ChatGPT, la inteligencia artificial generativa (GenAI) se encuentra en un momento crítico. Esta tecnología, que deslumbró al mundo desde su debut, ha transformado nuestras vidas personales y profesionales a una velocidad sin precedentes.

Pero el segundo cumpleaños de ChatGPT no solo es motivo de celebración, sino también una oportunidad para reflexionar sobre las tensiones que definen este momento histórico: los avances espectaculares en tecnología frente a las desmedidas expectativas económicas que la rodean.

En esta entrega de ‘PROMPTING’, la columna de WIRED en Español dedicada a explorar los alcances de la inteligencia artificial, reflexionaremos sobre qué nos ha dado y qué nos ha quedado a deber ChatGPT a dos años de nacimiento.

La pregunta que surge es si la IA puede cumplir con estas expectativas de mercado y, al mismo tiempo, sostener un progreso técnico y ético que beneficie a la humanidad.

Cuando ChatGPT debutó en noviembre de 2022, no solo capturó la atención de tecnólogos y científicos, sino que democratizó el acceso a herramientas de inteligencia artificial de una manera que nunca antes habíamos visto.

Desde entonces, la GenAI ha irrumpido en sectores como la creatividad, la educación y los negocios, con promesas de cambiarlo todo, desde cómo aprendemos hasta cómo trabajamos.

Ingeniería de IA y Compositor de productos: el nacimiento de dos nuevos roles profesionales. En esta entrega de PROMPTING, la columna de WIRED en Español dedicada a explorar los alcances de la inteligencia artificial, veremos dos roles laborales que tendrán un gran porvenir en un mundo protagonizado por esta tecnología.

Pero este deslumbramiento inicial también desató una fiebre del oro moderna. Tal como ocurrió en California en el siglo XIX, los actores principales —empresas tecnológicas, gobiernos e inversionistas— han corrido a reclamar su parcela en este nuevo territorio.

Según un análisis de Sequoia Capital, la GenAI no solo representa una oportunidad de mercado de 600 mil millones de dólares, sino también un escenario de competencia feroz por el control del futuro tecnológico.

Ritmo de progreso v/s. Expectativas de mercado. El progreso de la GenAI ha sido impresionante, pero también no lineal.

Los avances en generación de video, por ejemplo, han asombrado al mundo: desde videos virales como los de Will Smith comiendo espaguetis hasta aplicaciones en cine y publicidad.

Estas imágenes son una evidencia visual clara del poder transformador de esta tecnología. No obstante, investigaciones recientes, como el estudio ‘Understanding the Limitations of Mathematical Reasoning in Large Language Models’ publicado en arXiv, destacan las limitaciones actuales.

La GenAI enfrenta serios desafíos en áreas como la comprensión contextual, el razonamiento lógico y la capacidad de generalizar en tareas complejas.

La trampa de delegar nuestras capacidades a la IA. En esta nueva entrega de PROMPTING, argumentamos que es necesario cambiar la forma en que se están ofreciendo las herramientas de inteligencia artificial. ¿Pero cuál debería ser el nuevo enfoque?

Este desajuste entre lo que la tecnología puede mostrar y sus carencias más profundas subraya una verdad incómoda: la inteligencia artificial necesita tiempo para alcanzar su verdadero potencial.

Este desfase entre el ritmo del progreso y las expectativas del mercado plantea un dilema para los inversionistas: ¿están dispuestos a ser pacientes y apoyar un desarrollo responsable, o se dejarán llevar por la urgencia de obtener retornos inmediatos?

Como señala el concepto del ciclo del hype tecnológico, estamos entrando en lo que podría llamarse el “valle de la decepción”. Este es el momento en el que las expectativas iniciales chocan con las realidades del progreso, y es también donde se separan los verdaderos visionarios de quienes buscan recompensas rápidas.

Este debe ser el momento en que demostremos que hemos evolucionado como humanidad, dejando atrás la codicia y las búsquedas inmediatas que definieron épocas como la fiebre del oro del siglo XIX.

En lugar de repetir esos errores, debemos actuar con paciencia, responsabilidad y un compromiso ético, asegurando que esta tecnología no solo responda a presiones económicas, sino que también se alinee con los valores humanos, transformando el futuro en beneficio de todos.

¿Qué futuro construiremos? El segundo aniversario de ChatGPT nos ofrece una oportunidad única para reflexionar sobre el papel que queremos que desempeñe la inteligencia artificial en nuestras vidas. Estamos ante una tecnología con un potencial transformador inmenso, pero también con riesgos significativos.

La pregunta que debemos hacernos como sociedad es si seremos lo suficientemente valientes y pacientes para invertir en un desarrollo ético y sostenible, o si permitiremos que las promesas inmediatas eclipsen el potencial a largo plazo.

En esta fiebre tecnológica, el verdadero éxito no será solo económico, sino humano.