EL ACOTADO ROL DEL PRESIDENTE BORIC
Patricio Navia, Sociólogo, cientista político y académico UDP – El Líbero, 13/06/2025
La inverosímil declaración que envió el Presidente Gabriel Boric a la Comisión Especial Investigadora de la compra de la casa del ex Pdte. Salvador Allende Gossens puede servir como una metáfora perfecta de lo que terminó siendo el gobierno del Frente Amplio. A lo más, el impacto del gobierno y el legado del Presidente Boric serán solo acotados
Aunque su generación política llegó al poder prometiendo grandes transformaciones, cuando faltan menos de 6 meses para la próxima elección presidencial, va quedando claro que el legado de este gobierno ha sido solo acotado |
Boric intentó deslindarse de la responsabilidad constitucional y política que le cabe en este escándalo declarando que “dada la naturaleza de mi función, mi rol en el proceso de adquisición de la casa del Presidente Allende fue acotado y se redujo a la decisión inicial y a la firma del decreto que autorizaba la compra”.
“Si alguien da la idea y termina poniendo la firma para que se ejecute esa idea, esa persona es la principal responsable del proyecto”
Tanto en su forma como en su fondo, la declaración de Boric es insólita. Cualquier persona que reconoce ser el responsable de una decisión inicial y de una autorización final para cualquier proyecto no puede alegar haber tenido una participación acotada. De hecho, si alguien da la idea y termina poniendo la firma para que se ejecute esa idea, esa persona es la principal responsable del proyecto.
Además, considerando que Boric es egresado de la carrera de derecho, aunque nunca se tituló de abogado, parecería razonable esperar que el Presidente estuviera al tanto de que cualquier decisión administrativa tiene implicaciones legales que deben ser tomadas en cuenta antes de firmar un decreto.
Puede ser cierto que Boric haya optado por entregar a personas de su confianza la responsabilidad de conocer la Constitución y las leyes. Pero ese es un asunto que el Presidente, especialmente cuando es egresado de derecho, debiese conocer relativamente bien (al menos en cuestiones tan centrales como la prohibición de que ministros de estado y parlamentarios celebren contratos con el Estado). Con todo, si las personas de su confianza fallaron en su tarea de advertir sobre la inconstitucionalidad de este contrato, la responsabilidad política también recae en el Presidente.
Más allá de que resulte inverosímil cree que nadie se percató de la inconstitucionalidad que implica que un gobierno discrecionalmente decida comprar la casa del expresidente sabiendo que esa propiedad pertenece a la familia directa de Allende, que incluye a la que entonces era la senadora Isabel Allende y a la entonces ministra de Defensa Maya Fernández Allende, el hecho que tantos abogados que revisaron el decreto y tanta gente que estuvo al tanto de la operación no se haya percatado de la inconstitucionalidad de ese acto solo subraya la ineptitud, incapacidad, y falta de profesionalismo de los líderes del del gobierno del Frente Amplio y del círculo de hierro del propio Boric.
Además, resulta irónico que Boric y sus aliados hayan demostrado tener tan poco conocimiento de lo que dice la Constitución de la República toda vez que hicieron carrera política tratando de derogar esa Constitución para remplazarla por un texto diferente.
Todavía peor, la propuesta de Constitución que Boric y su gobierno apoyaron, y por la que hicieron campaña, explícitamente establecía, en su artículo 266 (de los 388 artículos que contenía ese excesivamente largo texto), que cesarían en su cargo los parlamentarios que, “durante su ejercicio, celebre o caucione contratos con el Estado, o actúe como procuradora o procurador o agente en gestiones particulares de carácter administrativo, en la provisión de empleos públicos, consejerías, funciones o comisiones de similar naturaleza. Esta inhabilidad tendrá lugar sea que actúe por sí o por interpósita persona, natural o jurídica”.
Pero más allá de las implicaciones políticas y legales de este inverosímil escándalo de la fallida compra de la casa que fue de Salvador Allende (que incluyó la destitución de la senadora Isabel Allende y la renuncia de la ministra Maya Fernández Allende, dos golpes muy humillantes para el socialismo), la declaración que envió Boric a la Comisión Investigadora constituye una gran metáfora de lo que ha terminado siendo el legado del Presidente Boric.
Aunque su generación política llegó al poder prometiendo grandes transformaciones, cuando faltan menos de 6 meses para la próxima elección presidencial, va quedando claro que el legado de este gobierno ha sido solo acotado.
Habiendo podido hacerlo (o al menos intentarlo), Boric no se la jugó por lograr que la Convención Constitucional redactara un texto que fuera aceptable para una mayoría del electorado. Después del fracaso del proyecto constitucional de 2022, el propio Boric terminó votando a favor de mantener la Constitución de Pinochet en el plebiscito de 2023.
Aunque el gobierno buscó remplazar primero, y debilitar después, el modelo de libre mercado en Chile, Boric perdió las batallas más simbólicas. Es cierto que el gobierno hizo daño y que sus errores y fallas, especialmente en materia de seguridad ciudadana y de política de inmigración, nos seguirán pasando la cuenta por varios años.
La legitimización de la violencia que hicieron Boric y muchos otros líderes del Frente Amplio son una herida abierta en el país. Pero en lo que se refiere a reformas institucionales y al modelo económico vigente en el país, el impacto del Presidente Gabriel Boric y de su desastroso gobierno ha sido, efectivamente, acotado.
Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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