
La bandera chilena – octubre de 1817
José Miguel Carrasco Silva*
El 15 de octubre de 1817 se crea el puesto de comandante de Marina, para separar los asuntos de la marina de la autoridad del Gobernador Político y Militar de Valparaíso y depender directamente de la autoridad suprema. Se nombra a Tortel a sus 54 años como interino en dicho puesto. Tres días después, se firma el decreto oficializando nuestro pabellón nacional, con fecha 18 de octubre de 1817,22 que tuvo como impulsores al abogado, militar y político José Ignacio Zenteno del Pozo y Silva (1786-1847), de tan solo 31 años y al ingeniero militar español, que abrazara la causa independentista donde fue ayudante de campo como sargento mayor del Ejército de los Andes, Antonio Arcos y Arjona (1762-1851), de 55 años, quien llegaría años después a ser el primer banquero de Chile.
No es de extrañarse entonces que, habiendo un ingeniero detrás del diseño, haya considerado la geometría y la matemática para apoyarse. El problema es que entonces no existían las unidades de medidas métricas que usamos hoy: kilo, metro, etc., ya que recién fueron introducidas por ley a mediados del siglo XIX (1848), por lo que debemos emplear unidades de medidas coloniales en uso en la época, en este caso la Vara Castellana, medida de longitud lineal que se usaba en distintas regiones de España con valores diferentes, que oscilaban entre 768 y 912 mm. Se dividía esta vara en pulgadas, las que variaban en extensión dependiendo de la ciudad en que se empleaban, pero siempre eran 36 pulgadas por vara. En el Chile Colonial se empleaba mayoritariamente la vara de Cádiz que equivalía a 836 mm, por lo que cada pulgada tendría hoy una extensión de 23,2 mm (inferior a la pulgada anglosajona de 25,4 mm) y ésta a su vez se podía dividir en 12 líneas. Sin embargo, se usaba en el codo por los géneros, que equivalía a media vara.
Centros y ángulos de inclinación de la estrella.

Sabemos, por el excelente trabajo de restauración del Museo Histórico Nacional, que las medidas originales del primer pabellón nacional son de 2,40 m largo (vaina) y de 1,43 m de alto (vuelo), además se pudo establecer que ésta fue confeccionada con un paño para cada color, de 0,710 m de alto, donde el paño azul tiene un largo de 0,865 m de largo y el paño blanco tiene un largo de 1,535 m. La tela de color rojo está doblada por el medio y cosida en los extremos (vaina y vuelo) y “conservan ambas orillas, lo que indica que se utilizó su ancho total para la confección.” Además, se mantienen algunas de las lentejuelas metálicas con que se destacó la estrella solitaria, pero se perdió gran parte del trazado de la estrella mapuche en forma de asterisco (de ocho brazos) que tenía bordada al centro de la estrella.
El hecho de que se pudiera determinar en esta restauración que se utilizó su ancho total para la confección nos señala que la dimensión de 4,8 m era el ancho del telar empleado, lo que limitaba el tamaño máximo que medía una bandera en esa época.
En medidas coloniales de la época la bandera habría medido 103 pulgadas de ancho por 61 pulgadas de alto, lo que da una forma armónica a la vista por la proporción 10:6 o 5:3, que sorprende por la belleza del diseño, lo que se explica con la relación áurea que queda entre el color azul y blanco es de 1,774561, y entre el color azul y rojo es de 1,688524, muy cercano al número oro (phi): 1,618033988749…, que, como dijera Leonardo Da Vinci, el matemático y fraile franciscano Fray Luca Pacioli bautizó como la “Divina Proporción”, que se manifiesta en la naturaleza con las más bellas proporciones y que muchos artistas y arquitectos han usado para sus creaciones.
Comparación de proporciones entre banderas (3,5 v/s
El diseño de la bandera de octubre de 1817 sorprende a los observadores, dado que los diseñadores consideraron inclinar en 18° la estrella hacia la vaina, la que cumple perfectamente con la divina proporción, por ser esta la característica de una estrella realizada con triángulos isósceles mágicos con dos ángulos interiores de 72° y uno de 36°, que se puede circunscribir dentro de un pentágono o al cruzar las líneas de la estrella, y se forma otro pentágono en el centro de ésta. Obviamente, esto ha dado pie a múltiples especulaciones, las que han sido muy bien explicadas por el presidente de la Sociedad de Matemáticas de Chile, Dr. Andrés Navas Flores, en su artículo “Algunas consideraciones geométricas sobre el diseño de la bandera de la Independencia de Chile”, publicado en Revista Bicentenario el año 2015. Sin embargo, en la primera bandera la estrella no quedó centrada, tal como se observa al trazar líneas que unan los vértices del rectángulo que la contiene, técnica empleada por los antiguos carpinteros para encontrar los centros, al tornear una pieza de madera con extremos rectangulares.
En La Gaceta de Santiago 8 de noviembre de 1817 se publica la “Proclama de despedida de Valparaíso” del coronel Rucedindo Alvarado. Se alejaba del puerto ese noble oficial argentino quien fue ascendido por sus méritos y que alcanzará el grado de brigadier general en el Ejército Argentino y fuera nombrado primero Gobernador de Mendoza y más adelante Gobernador de Salta en su dilatada trayectoria militar y política, falleciendo a los 80 años.
Durante el primer gobierno del presidente Manuel Montt Torres (1809-1880), y a escasos 47 años después del primer diseño, se produce el cambio más trascendente de nuestro pabellón nacional. Don Pedro Nolasco Vidal (1790-1856), antiguo teniente coronel y luego diputado propietario por Chillán, además de integrante de la comisión permanente de guerra y marina, ante requerimiento del encargado de negocios de Francia, firma con fecha 7 de Julio de 1854 el decreto donde se da a conocer oficialmente el diseño exacto del pabellón de la República de Chile.
“El Pabellón de Chile lo componen los tres colores, blanco, azul i rojo, combinados del modo siguiente: Dos fajas horizontales dividen por mitad el ancho de la bandera, la faja inferior roja la superior blanca en los dos tercios de su vuelo i azul en su tercera parte inmediata a la vaina, con una estrella blanca de cinco picos en medio del cuadro azul. Las dimensiones de la bandera son, en la vaina dos tercios de su vuelo.”
Se cambiaba así la divina proporción que había inspirado a los padres de la patria, por el pragmatismo de mediados del siglo XIX, quedando la proporción 2:3 establecida, la misma proporción de la bandera de Francia, que es la que se usa hasta hoy.
La bandera chilena también al inicio del siglo XX continuó siendo precisada. Por Ley N° 2.597 de fecha 11 de enero de 1912 el Presidente Ramón Barros Luco disponía en el Artículo Primero:
La Bandera de la República de Chile, se compondrá de los tres colores azul turquí, blanco i rojo combinados del modo siguiente: la bandera se dividirá en dos fajas horizontales de igual anchura; la faja inferior será roja, la faja superior será azul en su tercera parte inmediata a la vaina, i blanca en los dos tercios de su vuelo, con una estrella blanca de cinco picos en medio del cuadro azul. El diámetro de la estrella será igual a la mitad de un costado del cuadro azul. Las proporciones de la bandera son: en la vaina, dos tercios de su vuelo.
Nuestro actual pabellón nacional, que finalmente en octubre de ese año se oficializó y a contar de noviembre comenzó a ser usada y frente a la cual se juró la independencia de Chile el 12 de febrero de 1818.
Ese mismo año de 1818, nuestra Bandera fue izada a tope en los mástiles para el primer zarpe de la Escuadra Nacional, que dio a Chile la primera gran victoria en el mar, al mando de ese joven patriota rescatado el año anterior de su presidio insular y que llegara a ser el Vicealmirante Manuel Blanco Encalada. Luego el gran Almirante Lord Cochrane daría las victorias más decisivas contra la corona española tanto en Chile, Perú y las costas americanas del Pacífico, ganándose el aprecio de muchas naciones, el título de “Libertador del Pacífico” y la condecoración “Pacífico Libre” en 1820, donde sólo ondeaba el pabellón chileno en los buques de guerra en todas las costas del Pacífico americano.
Bandera de la Jura de Independencia en 1818 (Museo Histórico Nacional)
El 18 de octubre de 1817, por decreto oficial se instaura la nueva enseña nacional.
Esta bandera es ideada por Bernardo O’Higgins, pero son Antonio Arcos y José Ignacio Zenteno quienes la materializaron. Esta enseña se conoce como la de “Patria Nueva”.
Se usó desde 1817 hasta 1819.
El gobernador de Valparaíso, Francisco de la Lastra, reclama el 3 de octubre de 1817 la forma del emblema nacional, pues necesitaba incorporarlas a los buques de la Escuadra Nacional. Ante la premura, se le hizo llegar el diseño. De la misma manera, se le hace llegar a Bernardo O’Higgins, quien sitiab[a] a las tropas españolas en el sur.
La bandera consta dos franjas horizontales, no simétricas, y dentro de la franja superior un rectángulo que contiene una estrella. La franja inferior de color rojo y, la superior blanca y azul. La estrella está inclinada y dentro de ella un asterisco de diez puntas. Además, un escudo ovalado, con dos caras. La bandera se construye a partir de las medidas áureas.
Se sigue manteniendo el significado primigenio de los colores de la bandera, de tal forma: el blanco simbolizará la autoridad del pueblo, el azul la justicia y el rojo la sangre de los patriotas, la fuerza.
La bandera consta dos franjas horizontales, no simétricas, y dentro de la franja superior un rectángulo que contiene una estrella. La franja inferior de color rojo y, la superior blanca y azul. La estrella está inclinada y dentro de ella un asterisco de diez puntas. Además, un escudo ovalado, con dos caras. La bandera se construye a partir de las medidas áureas.
Se sigue manteniendo el significado primigenio de los colores de la bandera, de tal forma: el blanco simbolizará la autoridad del pueblo, el azul la justicia y el rojo la sangre de los patriotas, la fuerza.
El 12 de noviembre de 1817, por primera vez se presenta la bandera patria en la festividad de la Virgen del Carmen en Concepción. La enseña fue hecha por las hermanas Pineda, de manera gratuita para honrar a la Patrona del Ejército. El único cambio, es que no respetan las medidas áureas y al asterisco de diez puntas, le faltan dos. Pese a eso, se usó oficialmente.
Otro aspecto importante en la bandera es la estrella de cinco puntas inclinada que representa a la wuñelfe, nombre con que los indígenas mapuches asignaban al planeta Venus, y que usó Lautaro como pendón de guerra contra las huestes españolas. La bandera se diseñó con un asterisco de diez puntas que se situaba en el centro de la estrella, y que completaba su interior.
De esta manera, ambas culturas se unían férreamente. O’Higgins lo entendió así, la unión de ambas es más fuerte que cada una por separado. La bandera simbolizaba la nueva república y al chileno.
Una particularidad no menor, es que al poner el emblema en posición vertical, la estrella se ve en posición recta. Esto se hizo así, pues era normal que el pabellón se colgara verticalmente desde los balcones o en forma de pendón.
La bandera guarda un significado simbólico, pues se trató de unir a las dos culturas que fueron el pilar de nuestra nación: la occidental y la mapuche. La cultura occidental, se representa siguiendo la continuidad histórica de las enseñas precedentes, en los colores, guardando relación con las medidas áureas del símbolo patrio y la estrella como representación máxima del hombre.
La cultura mapuche, se observa en la Wüñelfe. Los colores, guardan una similitud con que usaban los konas mapuches. Así lo señaló Alonso de Ercilla y Zúñiga, en “La Araucana”, cuando Caupolicán pasa revista a las tropas que combatirán contra los españoles, y se acerca uno de ellos, Talcawano y sus konas que llevan:
“por los pechos al sesgo atravesadas bandas azules, blancas y encarnadas.”
A fines de 1817, Bernardo O’Higgins estaba enfrentado a una situación militar adversa, pues se vio obligado a levantar el sitio que había levantado a las tropas realistas en Talcahuano. Ante esa perspectiva, fue capaz de dar vuelta una circunstancia desfavorable y transformó el hecho en un evento favorable para el pueblo chileno.
En la ciudad de Concepción, bajo la bandera nacional, las tropas formadas en cuadro y en presencia del pueblo, el 1 de enero de 1818, proclamó la Independencia de Chile. En 1842, pocos días antes de morir, escribió: el “…primero de enero de 1818, como órgano de la voluntad nacional, declaré solemnemente la independencia de Chile en la ciudad de Concepción”. Se basó en la votación popular, que por decreto supremo del 13 de noviembre de 1817, llamaba a votar en los cuarteles de cada ciudad por la Independencia o no, el resultado fue proclive a la Independencia.
Desde ese momento, el ejército realista se convertía en una fuerza invasora sobre el suelo patrio.
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José Miguel Carrasco Silva. CDE, Ingeniero Politécnico Militar, Profesor de Academia, MBA por la PUC. Presidente de COSUR.
Fuente: Edición del sitio Web de Cosur Chile y de su revista digital “Tres Espadas”
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Un aporte de nuestro socio Nelson Cabezas Flores
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