HACIÉNDOSE EL LESO ¿O haciéndose el vivo?
Humberto Julio Reyes
Leo la columna de opinión de un respetado colaborador semanal de El Mercurio, donde, bajo el título “Octubre”, reprocha a quienes pudieran “conservar memoria sólo del vandalismo de hace cuatro años, haciéndonos otra vez los lesos respecto de desigualdades y abusos.”
Como yo podría ser considerado en esa categoría, he resuelto salirle al paso.
Previamente él deja constancia de la imposibilidad de concordar en las interpretaciones de lo acaecido hace 50 años, así como respecto al comúnmente llamado “estallido social”.
Nos advierte también que, respecto a fenómenos como estos, no existen causas únicas y si bien existen los hechos, abundan las distintas interpretaciones según el color del cristal con que se mira. Esto último no lo dice él, pero es lo que se deduce de la lectura de la columna.
En consecuencia, siendo difícil concordar en las causas, resultaría preferible referirse a antecedentes y, al respecto, postula que lo que motivó a millones a salir a las calles no fue la aprobación del vandalismo de esos momentos, sino que “la convicción de que en Chile subsisten hondas y permanentes desigualdades en las condiciones materiales de existencia de las personas y sus familias” y, por ello, mal haríamos en ignorarlas, haciéndonos los lesos.
Probablemente tenga razón, pero creo que convendría agregar que, cuando se acordó el proceso constitucional como solución de la crisis, ello también podría considerarse una forma de hacernos los lesos con los reales problemas donde dichas desigualdades quedaban en evidencia: salud, educación y pensiones, por ejemplo.
Participar posteriormente en dicho proceso, donde pudo comprobar personalmente la poco democrática forma en que se llegó a redactar la propuesta de nuevo texto constitucional, minimizando la influencia de moderados como él y, sin embargo, mantener contra viento y marea su posición favorable al texto que felizmente fue rechazado el 4 de septiembre, ¿no sería otra forma de hacerse el leso respecto a sus contenidos y las consecuencias que tendría su aprobación?
Yo estoy plenamente de acuerdo en que la búsqueda de soluciones para disminuir las desigualdades a niveles razonables debiera ser permanente preocupación del sistema político, sin esperar a contar con un nuevo texto constitucional que probablemente tampoco las solucione por si solo, pero eso no debiera significar que respecto al vandalismo se asuma que basta con declarar que no habría sido la principal expresión de indignación ciudadana. Eso también implicaría hacernos los lesos con una de las formas más violentas y cotidianas de la delincuencia que nos mantiene viviendo en condiciones récord de inseguridad.
Resumo, hoy en día existen muchas formas de hacerse el leso, todo depende de la prioridad que asignemos a la solución de los problemas, no equivocándola al ignorar las periódicas encuestas.
21 de oct. de 23
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