TESTIMONIO DESDE EL INDH.
El Mercurio, Editorial, 12/09/2025
El libro de Sergio Micco “Ocurrió en octubre, diario del estallido y mi paso por el INDH”, próximo a lanzarse, aporta un testimonio fundamental para comprender lo que ocurrió en Chile a partir del 18 de octubre de 2019.
Desde su posición como director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Micco vivió en primera fila los días más críticos del estallido y entrega un relato que combina la observación directa de lo ocurrido, el análisis político, la autocrítica y una reflexión institucional.
Lo hace con una tesis que seguramente incomodará a algunos, pero que, dados los antecedentes que se han venido acumulando, resulta muy difícil de soslayar: hubo actores que intentaron destituir a un Presidente de la República democráticamente electo por vías ajenas a la Constitución.
Si bien el autor sostiene que durante el estallido hubo graves violaciones a los derechos humanos por parte de agentes del Estado —el libro las documenta, las condena y recuerda la serie de denuncias presentadas y las actuaciones desplegadas para evitar que se siguieran produciendo—, descarta que ellas hayan sido sistemáticas.
Detrás de la presión de la izquierda sobre Micco y el instituto se escondía el propósito de forzar la salida del Presidente Piñera al margen de las reglas democráticas.
Fue esta última convicción, que Micco se formó junto a una mayoría de consejeros del INDH, la principal causa de una implacable persecución en su contra dentro y fuera del instituto.
No solo fue objeto de querellas —de forma disparatada, se llegaron a presentar acciones penales por una supuesta responsabilidad por encubrimiento de crímenes contra la humanidad—, acusado de “negacionismo” y víctima de funas —incluyendo una en su casa y otra en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile—, sino que también debió sufrir por meses la toma de la sede central del INDH sin que un sector del Consejo le diera la unanimidad para rechazar esa demostración de fuerza o siquiera para lamentarla.
Detrás de la presión de dirigentes políticos de izquierda y de algunas agrupaciones de DD. HH. para 
que el instituto estableciera a como diera lugar, y más allá de una justa valoración de las pruebas recabadas, que había una coordinación del Estado para violar sistemáticamente los derechos humanos, se escondía un propósito claro:
darle sustento a una acusación constitucional para destituir al Presidente de la República, aportar razones para perseguirlo penalmente por delitos de lesa humanidad y deslegitimar la acción de las fuerzas policiales encargadas del control del orden público.
Así, a la violencia y el vandalismo imperantes, se agregaba esta forma de presión que buscaba forzar la salida de Piñera al margen de las reglas democráticas.
Micco subraya una y otra vez en su libro que en ningún caso las violaciones a los derechos humanos justifican la violencia como medio de acción política. Allí está una de sus advertencias principales: una democracia puede malherirse no solo por la extralimitación de la acción del Estado, sino también por quienes creen que el descontento social les otorga licencia para saltarse las reglas.
Esto, que para cualquier demócrata resulta evidente, fue soslayado durante
el estallido por importantes sectores de la oposición que celebraban la “vía de los hechos” y el que las movilizaciones en las calles habían “corrido el cerco de lo posible”.
Hoy, cuando vuelven a escucharse voces que anuncian nuevos estallidos si gana tal candidato o no se aprueban ciertas modificaciones o proyectos, “Ocurrió en octubre” recuerda que la democracia no puede volver a estar al borde del abismo. Chile necesita avanzar en múltiples reformas, pero debe hacerlas dentro del marco constitucional y sin aceptar el chantaje de la violencia como método de acción política También, el testimonio de Micco sobre su paso por el INDH y la instrumentalización que muchos quisieron hacer del tema de los derechos humanos exige una reflexión profunda sobre lo ocurrido en el instituto, con miras a que se adopten los cambios necesarios para que esa repartición pueda cumplir su tarea sin sesgos ni capturas, entendiendo que está al servicio del país y no de un sector determinado.
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio varas Clavel