𝑷𝑼𝑵𝑻𝑨 𝑷𝑬𝑼𝑪𝑶
Escribe: Miguel A. Vergara Villalobos
Me imagino que muchos de los pacifistas de hoy, que ayer validaban la lucha armada como un medio legitimo para alcanzar el poder y que buscaban instaurar un régimen contrario a la tradición republicana de Chile, hoy-cual Pilatos -sienten aliviadas sus conciencias al ver cómo los militares que debieron combatir la subversión cumplen condena como violadores de los derechos humanos.
A nadie interesa que muchas de tales condenas claman al cielo por su arbitrariedad, amparadas en un sistema abolido hace ya 25 años, precisamente por no respetar el debido proceso. Poco importa la liviandad con que ciertos magistrados validan las pruebas, o que apliquen ficciones jurídicas o leyes con efecto retroactivo. En los hechos, tácitamente se ignoran los derechos de quienes son prejuzgados como “criminales de lesa humanidad”. )
Ahora, con una hipocresia inaudita, se esgrime la igualdad ante la ley para transformar el penal especial de Punta Peuco en una cárcel común, no importando que la mayoría de los uniformados allí detenidos son octogenarios y muchos con enfermedades terminales. El supuesto privilegio de aquel recinto, que a tantos incomoda, es producto del orden, disciplina y peculio de los propios internos.
En definitiva, es difícil no pensar en la palabra “venganza”, por la que en estos días se han rasgado tantas vestiduras.
Un aporte del Secretario de la Unión y Director Luis Cabezón
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