U al dia

LA IGUALDAD ANTE LA LEY, SIEMPRE, SIN EXCLUSIONES

En la realidad, no todos podemos celebrar, especialmente cuando persisten situaciones que obligan a mirar el futuro con menos optimismo que el que se proclama. Para nuestros compatriotas que aguardan esperanzados su rescate desde las profundidades de la tierra, así como para sus familias y amigos, el festivo ánimo generalizado quizás sea sólo un alivio para su aflictiva situación. Para otros compatriotas que han resuelto mantener una huelga de hambre para presionar a las autoridades para que no se les apliquen las leyes vigentes, tampoco sería esta una ocasión de alegría. ¿Y para nuestros camaradas en prisión o que siguen enfrentando interminables procesos?. ¿Habría algo que celebrar?

 
            En estos días en que según las expresiones del Cardenal Francisco Javier Errázuriz, “Chile entero está de fiesta”, ¿qué sentido tiene insistir nuevamente en una de nuestras principales motivaciones?
            Lo que ocurre es que tan bien intencionada afirmación nos parece más bien un ideal que todos quisiéramos que se hubiera hecho realidad para poder recordar, sin sentimientos encontrados, los 200 años de la Primera Junta Nacional de Gobierno.
            En la realidad, no todos podemos celebrar, especialmente cuando persisten situaciones que obligan a mirar el futuro con menos optimismo que el que se proclama.
            Para nuestros compatriotas que aguardan esperanzados su rescate desde las profundidades de la tierra, así como para sus familias y amigos, el festivo ánimo generalizado quizás sea sólo un alivio para su aflictiva situación.
            Para otros compatriotas que han resuelto mantener una huelga de hambre para presionar a las autoridades para que no se les apliquen las leyes vigentes, tampoco sería esta una ocasión de alegría.
            ¿Y para nuestros camaradas en prisión o que siguen enfrentando interminables procesos?
            ¿Habría algo que celebrar?
            Ha habido numerosas y comprensibles demostraciones de apoyo, preocupación y solidaridad hacia quienes laboran diariamente en situaciones de alto riesgo y que todos quisiéramos que no se vuelvan a repetir.
            También se ha expresado en todo discurso la preocupación por los comuneros en huelga de hambre, así como los llamados a que depongan su actitud, mientras se avanza diligentemente para modificar la normativa legal, a posteriori.
            ¿Y para quienes sólo pretendemos el cumplimiento de la ley vigente?
            Salvo algunos llamados en abstracto a la unidad, que cada cual puede seguir interpretando a su manera, sólo el silencio generalizado, a excepción de una nueva intervención, solitaria e inequívoca, de la cual nos hemos permitido extractar el título para esta columna.
            Así se ha expresado, en parte, Clara Szczaranski, ante la pregunta ¿Qué desear para nuestro país?
            Bueno sería para la paz social no estirar ni restringir circunstancialmente las normas según nuestros intereses o militancias.
            Es posible y necesario concordar en un mínimo común denominador: la igualdad ante la ley, siempre, sin exclusiones. Debemos rehusar en conciencia emplear una norma de manera dispar según nuestra relación de simpatía o rechazo hacia los destinatarios de ella, evitar toda discriminación para hacer, así, realidad la organización jurídica de la sociedad, dejando atrás la ley del más fuerte.
            A muchos les vendría bien ponerse este sayo, comenzando por nuestra ilustre visitante, la Presidente de Argentina, quien dilata la requerida extradición de un terrorista pidiendo que ello no sea “dramatizado”.
            También podría hacerlo nuestro Ministro de Justicia, en lo que le es propio, o los jueces prevaricadores que fallan contra la ley expresa con tal de condenar a como de lugar.
            Cada lector podrá agregar nombres y cargos según su personal experiencia y podrá también intentar responder la pregunta:
            ¿Qué podemos celebrar? 
2010-09-20
U al dia

OTRO 11 DE SEPTIEMBRE

También, sin alterar el orden público ni ofender a quienes pudieran aun percibirnos como enemigos, hemos rendido homenaje a esos grandes hombres que asumieron la tremenda responsabilidad de encabezar la reconstrucción de un país al borde del abismo.

            Seguramente, nadie que no haya vivido los 1000 días de la Unidad Popular podrá entender y justificar el 11 de septiembre de 1973.
            Hace 37 años, y a la misma hora en que se escriben estas líneas, ya nos habíamos enterado de la identidad de nuestros primeros camaradas caídos.
            Todos muy jóvenes, todos subalternos.
            Ninguno deliberó ni participó de las decisiones que llevaron a reemplazar por la fuerza un gobierno caído en la ilegitimidad.
            Se limitaron a cumplir con su deber de obediencia, a costa de sus vidas.
            Honraron su juramento a la Bandera y murieron sin saber si su temprano sacrificio tendría valor y significado para nuestra Patria.
            Hoy los hemos recordado nuevamente en forma privada y respetuosa, con aprecio por los camaradas perdidos y rogando porque algo similar no vuelva a producirse en el devenir de nuestra sociedad.
            También, sin alterar el orden público ni ofender a quienes pudieran aun percibirnos como enemigos, hemos rendido homenaje a esos grandes hombres que asumieron la tremenda responsabilidad de encabezar la reconstrucción de un país al borde del abismo.
            Mientras ello sucedía en nuestra sede, una masiva manifestación se organizaba en las proximidades del palacio de La Moneda.
            El ambiente se apreciaba festivo, mientras predominaban banderas rojas y emblemas de los partidos que conformaban la Unidad Popular de triste recuerdo, junto con himnos y canciones de esos felizmente lejanos 1000 días.
            ¿Algo que celebrar?
            Probablemente la respuesta sea positiva para quienes han logrado imponer su sesgada versión de la Historia.
            Para quienes seguimos asumiendo todos los costos, nada habría que celebrar, sólo recordar con la esperanza de días mejores en un país más justo.
2010-09-11
U al dia

Eficiencia en lo equivocado. Vea títulos y temas que se encuentran en nuestra biblioteca

Mientras en otras situaciones las autoridades hacen oídos sordos a todos los argumentos esgrimidos para que se respete el Estado de Derecho en Chile, en este caso se cede a las presiones de quienes lo han violentado y lo desconocen, invocando derechos ancestrales.

            La huelga de hambre declarada por 32 comuneros mapuches ha desencadenado una rápida respuesta por parte del Gobierno con miras a modificar la Ley Antiterrorista y el Código de Justicia Militar.
            Con diligencia digna de mejor causa, se legisla al revés, modificando las normas vigentes a objeto se adapten a una demanda de discutible legitimidad.
            ¡Envidiable eficiencia!
            Pero nos parece que en lo equivocado.
            Mientras en otras situaciones las autoridades hacen oídos sordos a todos los argumentos esgrimidos para que se respete el Estado de Derecho en Chile, en este caso se cede a las presiones de quienes lo han violentado y lo desconocen, invocando derechos ancestrales.
            ¿Hasta dónde se llegará por este camino?
            Paralelamente, las declaraciones de un terrorista que cumple pena en el extranjero han obligado a reactivar la causa por el asesinato del Senador Jaime Guzmán Errázuriz (QEPD).
            Después de 19 años en que los hechores materiales han permanecido impunes y los autores intelectuales ignorados, se enciende una luz de esperanza para aclarar este crimen odioso y cobarde.

 

            Lo anterior se une a la denuncia de la Fiscalía Colombiana relativa a los nexos entre la guerrilla de las FARC y el inefable Partido Comunista, cuyo brazo armado, el FPMR, realizara innumerables actos de violencia, incluso durante los gobiernos de la Concertación.
            Los dirigentes de este último partido piden explicaciones.
Sin comentario.
¿Y qué hay de las armas internadas ilegalmente por Carrizal Bajo y que nunca han sido encontradas?
¿Habrá algún día similar diligencia para buscarlas?
2010-09-04         
Columna de Opinión

Asesinato de un Senador

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Para quienes sufren el efecto de esta asimetría judicial, lo anterior no es más que otra farsa de una izquierda que se aprovechó del poder ejercido casi sin oposición durante veinte años para llevar a cabo su venganza en contra de quienes impidieron la concreción de su sueño revolucionario de los años 70.

 

Durante los últimos años Chile y el mundo han sido testigos de una persecución implacable en contra de los militares en retiro, promovida por la izquierda política y ejecutada por un sector del Poder Judicial, abiertamente proclive a sus ideas. Junto con la ficción jurídica del “secuestro permanente”, uno de los delitos más denunciados corresponde al de “asociación ilícita”, habiéndose llegado incluso a calificar como tal a la simple pertenencia a un organismo público, creado por Ley de la República, con planta establecida y al cual los miembros de las FF.AA. eran destinados sin que se les preguntara su opinión. ?con un poco de empeño? acusados de delitos de “lesa humanidad”.
Al reconocer los tribunales la existencia del delito por la sola causa señalada, lo que es ratificado por la Corte Suprema de Justicia cuando califica a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) como una gran “asociación ilícita”, se está cometiendo un abuso jurídico de dimensiones incalificables, atribuyendo el carácter de delincuente a todo aquel que integró este organismo público, sin consideración al rol que hubiese desempeñado, ya que la obligatoriedad de su destinación y su ratificación por la Contraloría General de la República ni siquiera concitó el menor interés de parte los magistrados.
Para la izquierda política y algunos ingenuos infaltables, la calificación del delito está muy clara y todos quienes integraron las filas de la DINA deben ser tratados como delincuentes, encasillados como violadores de los derechos humanos y
Para quienes sufren el efecto de esta asimetría judicial, lo anterior no es más que otra farsa de una izquierda que se aprovechó del poder ejercido casi sin oposición durante veinte años para llevar a cabo su venganza en contra de quienes impidieron la concreción de su sueño revolucionario de los años 70.
La discusión casi no existe al respecto, por cuanto quien se atreve a alzar la voz en defensa de los militares es denostado públicamente, no solo por los más fieros representantes de la izquierda, si no que también por aquellos inconsecuentes que tratan de congraciarse con ella para cosechar algún mezquino aplauso, soñando con alcanzar su simpatía y en una de esas, incluso conseguir su apoyo.
Hoy sin embargo, a partir de las declaraciones de uno de los asesinos del Senador Jaime Guzmán Errázuriz, nos encontramos ante la inédita situación en que los mismos que instauraron, fomentaron o permitieron la implantación de todo tipo de artimañas jurídicas para encarcelar a los militares, comenzando por la no aplicación de la Ley de Amnistía y de la Prescripción, se encuentran siendo desenmascarados por haber encubierto y quizás promovido el mayor crimen político habido en la historia patria, desde el asesinato de Portales, en el Siglo XIX.
Como parte de esta sorprendente noticia, denunciada sin éxito en su momento por un honesto y hoy exonerado policía, queda en evidencia que las autoridades de la época fueron informadas oportunamente de los planes terroristas y una vez concretado el crimen, supieron exactamente quienes y por qué lo habían cometido. Esto, hasta ahora, sin descartar que se pueda llegar a saber si les cupo participación en la selección del blanco a ejecutar. Total, la lucha armada había sido aprobada, armada y dirigida por quienes hoy son sus socios políticos, mientras la eliminación del Senador Guzmán sacó convenientemente de circulación a un opositor temible por su inteligencia, oratoria y por sobre todo, por poseer una visión ideológica única y de una proyección incalculable. La fuerza ideológica creada por Jaime Guzmán representaba en ese entonces la luz que hoy se echa de menos en una derecha que fue capaz de llegar a disputar al apoyo popular en las propias poblaciones donde el comunismo reinaba sin discusión. ?mejor aún? de declarada antipatía por la izquierda y que se sirvan del sistema procesal penal antiguo, ese que permite que a los militares les investigue, acuse y condene una sola persona y donde la presunción de inocencia no existe y el acusado debe realizar infructuosos esfuerzos para demostrarla.
Al conocerse las declaraciones de Hernández Norambuena, es posible comprender las intrigas vividas por el gobierno de la época, donde interactuaron muchas más fuerzas que las que se conocieron en forma pública y que buscaban consolidar el poder apenas alcanzado en las urnas. Así, es posible visualizar desde el grave debilitamiento de la justicia a través de las Leyes Cumplido, hasta la manipulación de los movimientos subversivos bajo la falsa imagen de buscar su neutralización.
Tan inmoral fue esta tarea que se llegó a permitir el sacrificio de informantes, al liberarlos de la prisión para dejarlos indefensos frente a la venganza de sus socios criminales. En ese marco, la designación de un mirista a cargo del organismo superior de inteligencia, conocido como “la Oficina” y la integración a éste de delincuentes subversivos con amplia formación criminal lograda en Cuba y Nicaragua, demuestra que las autoridades de la época no son inocentes y que lo ocurrido debe ser investigado hasta sus últimas consecuencias. Eso sí, sin que aparezcan “salvavidas” como aquel que rescató en el último momento a uno que hoy está muy callado al respecto, mientras dicta charlas al mundo sobre su gran experiencia y liderazgo.
Para que a las autoridades de aquellos años se le de un trato justo, necesariamente se debieran aplicar para ellos los mismos criterios en uso en contra de los militares. Para tal efecto, la investigación judicial debiera ser llevada bajo los mismos principios y con el mismo sistema de justicia aplicado para los uniformados, designándose jueces especiales, de reconocida simpatía por la derecha o
Obviamente, aquí no puede haber ni prescripción ni amnistía y los delitos que se comprueben deben ser considerados de “lesa humanidad”, puesto que se trató de un asesinato cometido por motivaciones evidentemente políticas y con el propósito de imponerse por la fuerza del amedrentamiento sobre un sector de la población que profesaba una ideología distinta de los que detentaban el poder.
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española (RAE), la palabra “concertación” corresponde a la “acción de concertar, pactar o tratar un negocio o asunto”, es decir, materializa o concreta una asociación para fines determinados. Siendo el delito de “asociación ilícita” aquel en el que más de tres personas se asocian o conciertan para cometer otro delito, podemos entonces considerar que estamos frente a un claro caso criminal y que el gobierno de la época constituyó una “concertación ilícita” que merece el repudio público y el encauzamiento de sus dirigentes y responsables. Eso sí que ojala en esta oportunidad no terminen en la cárcel solo funcionarios de tercer o cuarto rango y algunos detectives de la PDI, mientras quienes se utilizaron políticamente de ellos siguen libres y formulando pomposos discursos en foros nacionales e internacionales, donde se lamentan de los “errores” o “excesos” cometidos por sus subordinados.
4 de Septiembre de 2010
Patricio Quilhot Palma
Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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Columna de Opinión

Discurso de la Diputado María Angélica Cristi

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Los 800 militares procesados y los 2.000 que se procesarán, no piden la


Estimados Amigos:
Junto con saludarlos, a continuación podrán leer el discurso que pronuncié
en el Consejo General de la UDI efectuado en el Círculo Español este 21 de
agosto.
Se los envío con todo mi cariño, haciendo votos para que sus aspiraciones y
esfuerzos se hagan realidad.
Muchos cariños,
MAC

*******************************
Hace 10 años ingresé a la UDI y me siento orgullosa de ser parte de un
partido con nuestros principios. La importancia que tienen para nosotros los
valores cristianos, la dignidad espiritual y la familia como núcleo básico
de la sociedad, no tienen asidero en otros partidos del país.

Anhelo con todo mi corazón que logremos ser un gobierno de excelencia,
impregnando a esta nueva administración de los valores de nuestro partido.
Antes de la UP y del Gobierno Militar la derecha nunca alcanzó más de un 20%
de los votos. Luego del Gobierno Militar finalizamos con una base de un 40%
y, tras las últimas elecciones, podemos dar cuenta de un respaldo que superó
la mayoría votante de nuestro país.

Además de las cifras, es necesario mirar también el pasado y la trayectoria
que ha tenido Chile en los últimos 40 años. Hay que destacar los avances que
tuvo el país en lo social y económico durante los años del Gobierno Militar
y volver a reeditar la convicción y espíritu de esos tiempos en esta nueva
gestión.

Hemos aprendido de los errores del pasado y nos encontramos trabajando
unidos por el desarrollo de Chile y por sobre todo de quienes más lo
necesitan. Sin embargo el aprendizaje y puesta en práctica de nuestros
proyectos demandará grandes esfuerzos, pues hemos recibido un país gobernado
por una Concertación mediática poco efectiva en su desempeño y que, por lo
mismo, nos ha heredado grandes problemas sociales, desigualdad y un Estado
sin valores. Además, la inclemencia de la naturaleza tras el terremoto nos
pone una vaya que sólo podremos superar con una Alianza fuerte y una
sociedad unida y fortalecida en pro del desarrollo de todos.

Sin embargo tenemos una gran deuda pendiente y que en vísperas del
Bicentenario se hace cada minuto más urgente. “El camino para lograr la Paz
y la unidad de los chilenos”.

No podemos olvidar que el triunfo de la Alianza y el gobierno de Sebastián
Piñera en el 2010, no habría sido posible sin el apoyo de los adherentes al
gobierno Militar, que creyeron en nosotros y vieron una luz de esperanza
para los miembros de las Fuerzas Amadas y de Orden que se encuentran hoy
procesados y/o condenados.

En este aspecto, no podemos aceptar el desvergonzado doble estándar del PC y
el PS. La Alianza ha sido generosa con la izquierda dura y terrorista que
cometió graves delitos en las últimas décadas. Con nuestros votos se
amnistiaron e indultaros a cientos de terroristas, se han aprobaron
aproximadamente 4 mil millones de dólares para posibles víctimas y hemos
reconocido los errores en una sana idea de avanzar en la paz y la
reconciliación.

Mientras nosotros miramos hacia el futuro, hemos recibido de vuelta la
consigna odiosa de ni perdón ni olvido y se ha exigido para los militares
todas la penas del infierno y aún mas allá. Con habilidad diabólica se los
ha transformado en criminales de guerra y delincuentes de lesa humanidad,
apartados de todo perdón y clemencia.
Se ha cumplido así el dicho popular de que el ladrón anda detrás del juez y
la historia, incluido museos de la memoria, es escrita por el que creó el
problema.

Sin reconciliación no habrá unidad. La Iglesia Católica a través de su
propuesta de Indulto bicentenario puso todo su empeño en el mayor bien de
Chile. Destaco que “del Evangelio de Jesucristo brotan caminos de verdad y
justicia, de amor y misericordia, que inspiran nuestra petición de este
gesto de clemencia” y por razones humanitarias.
“Agradecemos al Presidente de la República, como a las máximas autoridades
del Poder Legislativo, su interés y disposición para debatir esta solicitud.
Que el Espíritu Santo les ilumine para tomar las mejores decisiones mirando
al bien común de la sociedad”.

Nuestro Gobierno se comprometió con la familia militar en este mismo lugar,
el Círculo Español, a hacer justicia y a promover y defender la igualdad
ante la ley de militares y civiles. Nuestros partidos y la UDI en particular
tienen la obligación de velar porque este compromiso se cumpla.

Recientemente uno de los nuestros, el Alcalde de Providencia Don Cristián
Labé aquí presente, ha sido llamado a declarar sin respetar su prestigio ni
su ejemplo como servidor público, por los abogados del Departamento de DDHH
del Ministerio de Interior, unidad heredada del gobierno anterior.

Es por ello que solicito encarecidamente a la nueva mesa directiva de la UDI
que solicite al Presidente de la República “la revisión del actual sistema
de beneficios carcelarios”, que por una ley no escrita de la Concertación no
se otorgan a militares, y que el Presidente dentro de sus facultades analice
y resuelva el indulto particular ó la conmutación de penas de casos de
manifiesta violación al debido proceso, o por razones de edad, enfermedad u
otras.

Los 800 militares procesados y los 2.000 que se procesarán, no piden la
impunidad. Piden que se les aplique la misma ley que al resto de los
chilenos y que contempla instituciones propias de la civilización cristiana
occidental y el estado de derecho normal, como: la prescripción, la
rigurosidad del tipo penal, el principio de la obediencia debida, el proceso
debido y oportuno, el indulto general o particular, las conmutaciones
totales o parciales de pena y los beneficios carcelarios; que nunca se han
concedidos.

Nuestro partido elaboró hace algunos años un hermoso y contundente documento
sobre la materia “La Paz Ahora”. Una propuesta sobre los Derechos Humanos en
que llama a superar los viejos odios, que mira al futuro, en donde incluso
se encuentran con las familias de muchas de las víctimas. El documento
propone fórmulas de reparación que fueron acogidas, pero sin reciprocidad
hacia quienes hoy son los nuestros, condenados, humillados y discriminados.
Presos sin beneficios y con la esperanza debilitada.

Invito también a la nueva directiva de la UDI a que instauremos una nueva
gestión del estado, moderna, basada en nuestros valores, en que cada actor
político debe asumir los liderazgos con fuerza y valentía, sin indiferencia,
porque sí hemos sido indiferentes, para lograr la unión de nuestra sociedad.

La Paz, y el camino hacia la reconciliación. Siento que esta es la única
manera de unir a Chile, para así poder comenzar en Paz nuestro gobierno y
lograr éxito.

Nunca olvidemos las palabras del Senador Jaime Guzmán, quien murió asesinado
en manos de terroristas al igual que Simón Yévenes. Jaime dijo en el funeral
de su amigo “que mis palabras sean de perdón y no de rencor, que nuestros
primeros sentimientos sean de amor y no de odio”.

Los invito a promover, dar fuerzas y ánimo a nuestras autoridades y
esperanzas a nuestros condenados y procesados, muchos de ellos injustamente.
Nada podría ser mas propicio en este año del Bicentenario.

He dicho.

María Angélica Cristi Marfil
Diputada de la República

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U al dia

NO SE OYE, PADRE

Aplausos a todos, menos a los que no quieren oír. La semana que termina, quienes seguimos empeñados en que se aplique la igualdad ante la ley a nuestros camaradas condenados y procesados, nos enteramos de varias buenas noticias que nos indican que en esta desigual lucha no estamos solos

  

            La semana que termina, quienes seguimos empeñados en que se aplique la igualdad ante la ley a nuestros camaradas condenados y procesados, nos enteramos de varias buenas noticias que nos indican que en esta desigual lucha no estamos solos.
            Estas, posiblemente permanecieron ignoradas por el grueso público que tiene, naturalmente, otras preocupaciones más prioritarias, pero imaginamos que habrán llegado a conocimiento de las autoridades de gobierno que tienen la responsabilidad de aplicar la ley sin discriminaciones.
            Nos referimos, en primer término, a las declaraciones de dos religiosos y un connotado político, a quienes nadie podría suponerles alguna especial simpatía por los uniformados.
            En una, Monseñor Bernardino Piñera manifiesta sin ambages su postura favorable al indulto propuesto por la Iglesia y que fue prematura y abruptamente desechado por el Presidente de la República.
            En otra, el Padre Fernando Montes, en entrevista publicada en la revista SÁBADO de El Mercurio, explica por qué apoyó el indulto y la sorpresa que le causó el fracaso de la petición de la Iglesia Católica.
            Finalmente, Don Gabriel Valdés Subercaseaux, ha señalado en forma inequívoca que el indulto, a su juicio, debiera aplicarse sin excepciones o con poquísimas.
            ¿Se lee o escucha esto en Palacio?
            Aparentemente ni lo uno ni lo otro. Mejor hacer oídos sordos.
            Por otra parte, dos mujeres excepcionales, honrando una tradición nacional, siguen empeñadas en este esfuerzo que, por momentos, pareciera estéril.
            Una es la diputada María Angélica Cristi quien, con su conocida franqueza y valentía, planteó el tema que nos preocupa en la reciente elección de la UDI en discurso público en presencia del Presidente de la República.  
            No podrá decir que no la escuchó.
            ¿Y el Ministro de Justicia? Bien, gracias.
            En segundo término, la Sra. Clara Szcaranski, incansable defensora de la legalidad, lanzará un nuevo libro este lunes 30, titulado “La obediencia forzada en crímenes contra los Derechos Humanos”.  
            Aplausos a todos, menos a los que no quieren oír.
2010-08-29
Columna de Opinión

Carta abierta a Fernando Villegas

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Me temo que todos ustedes no investigaron con la debida acuciosidad la situación de estos 62 chilenos, acusados injustamente, sí INJUSTAMENTE. Lo digo porque ellos no han tenido un debido proceso, no se les han aplicado las leyes vigentes y se les acusa, a algunos de ellos, de delitos inverosímiles, como el “secuestro permanente”, figura jurídica inventada en el gobierno del señor Aylwin.

 

Viña del Mar,
26 de Julio de 2010
Señor
Fernando Villegas.
Panelista del programa
Tolerancia Cero
Chilevisión.
S A N T I A G O.
Estimado señor Villegas,
        Desde casi sus inicios que fielmente veo su programa, porque considero que es un estupendo resumen semanal de lo más noticioso que ocurre en Chile. Particular importancia le doy a la preparación que demuestran los panelistas y, a pesar de saberse, aproximadamente, la postura política de cada uno de ustedes, encuentro que siempre, o casi siempre, demuestran ecuanimidad en sus comentarios. También he observado que parecen buscar realmente la verdad sobre los temas tratados.
          Pues bien, en su último programa del Domingo 25 de este mes, tocaron el tema de los “presos políticos”, que ese es el verdadero nombre que corresponde darles. Me temo que todos ustedes no investigaron con la debida acuciosidad la situación de estos 62 chilenos, acusados injustamente, sí INJUSTAMENTE. Lo digo porque ellos no han tenido un debido proceso, no se les han aplicado las leyes vigentes y se les acusa, a algunos de ellos, de delitos inverosímiles, como el “secuestro permanente”, figura jurídica inventada en el gobierno del señor Aylwin. Si ustedes desean saber la verdad, ¿porqué no invitan a su programa a algunos de los abogados que defienden a estas personas? Ellos tienen todos los argumentos jurídicos para que la opinión pública se forme una idea de cómo son tratados estos uniformados, cuyo gran delito fue defender a la Patria.
          Yo, como ciudadana chilena, tengo el “derecho humano” de querer justicia para todos, no solo para algunos. La verdad debe ser buscada      con pasión, sobre todo si se es periodista, creo yo. Algunos de ustedes han visitado Punta Peuco o el penal Cordillera? Yo sí y puedo dar fe del sufrimiento de estas personas, especialmente de sus familias. No es lo mismo estar cumpliendo una pena de cárcel por un crimen cometido que estar preso siendo inocente. Si hay alguien encontrado culpable, después de un debido proceso, se le debe castigar, como corresponde. Pero ¿porqué algunos juicios no terminan nunca, quedando los acusados en una especie de “limbo” judicial? Les parece justo eso?
Apelo a su sentido de justicia y de la verdad. Sentí una enorme odiosidad de parte de los panelistas hacia estos “presos políticos” y creo, sinceramente, que les falta información. Es tanta la propaganda en contra de los militares que es difícil ser objetivo. Yo soy esposa de uniformado en situación de retiro; me tocó vivir en la época en que ocurrieron los hechos y la verdad ha sido tan deformada que la gente ha sufrido un verdadero “lavado de cerebro”. Con la mayor sinceridad del mundo, los desafío a investigar la verdad de los hechos. Sé que es difícil, sobre todo, porque a cualquiera que ose defender a los militares hoy en día lo tratan peor que a un leproso. Hay miedo de buscar la verdad y, también, mucha comodidad.  La gente se ampara en lo “políticamente correcto” cuando hay que buscar lo “moralmente correcto”.
          Esta carta no pretendo que la lean, ni siquiera parcialmente, en su programa. Está dirigida a usted, don Fernando, pero en verdad me dirijo a todos los panelistas. Yo no soy familiar de ninguno de los militares presos en esos penales ni tampoco de ningún procesado, pero pienso que la verdadera justicia debe castigar a los culpables, de acuerdo con la gravedad del delito, pero debe absolver a los inocentes. Una justicia verdadera no puede tardar más de 30 años para decidir si es culpable o no. El marxismo internacional, con la complicidad de algunos jueces, solo está castigando a los militares por el pronunciamiento militar del 11 de Septiembre de 1973, eso es sabido por todos. El odio que los mueve no tiene límites. No olviden su lema permanente “Ni Perdón Ni Olvido”. Al mismo tiempo está resultando un “pingüe” negocio para “los vengadores”.
          Don Fernando, la verdad está a su alcance si decide investigar de corazón los procesos de estos presos. Todo hombre de bien necesita saberla y confío en que usted y sus colegas panelistas se motiven para encontrarla.
          Sin otro particular, lo saluda atentamente,
Carmen García de Martínez
Rut: 4.121.814-2