“CASAS DE PIQUE”: EL MÉTODO PARA DESCUARTIZAR QUE PODRÍA HABER LLEGADO A CHILE
El Líbero, 24/11/2023
Al menos ocho casos en los que se ha empleado el modus operandi de descuartizar a las víctimas se han registrado en el país entre abril y noviembre de este año, lo que da un promedio de uno al mes. Aunque las autoridades no se arriesgan a afirmar que la práctica de «picar» personas esté instaurada en el territorio nacional, la ministra del Interior, Carolina Tohá, sí dijo ayer que se trataba de «prácticas extremadamente repugnantes que en Chile no habíamos conocido». En tanto, Claudia Carrasquilla, ex fiscal nacional de crimen organizado en Colombia, señala a El Líbero que estos desmembramientos de personas son comunes en Buenaventura y Medellín, ciudades de donde provenían criminales que fueron detenidos en Chile. En Bogotá hubo el año pasado 23 casos, muchos de los cuales fueron atribuidos a «El Tren de Aragua», banda venezolana que también actúa en el territorio nacional.
Una pierna en el mar, una cabeza en una caja en un basurero, otra colgando de un árbol, un torso con las manos amarradas a la espalda y con las piernas sólo hasta las rodillas en plena avenida Alameda. Macabros han sido los hallazgos de partes humanas que se han registrado en diversas regiones del territorio nacional en los últimos meses. Anteriormente el método de descuartizar se veía en las noticias de otros países o en películas o series, pero no de forma frecuente en los reportes de crímenes nacionales.
Entre abril y noviembre de este año van al menos ocho casos en todo el país -cuatro en la Región Metropolitana-, lo que da un promedio de uno por mes. El último fue en Coquimbo hace poco días.
“Este no era un modus operandi tradicional en Chile, era muy excepcional (…). Es ajeno a nuestra historia criminal. Es importante mirarlo con mucha atención porque ha ocurrido en otras partes del mundo. En Colombia y en Argentina ha ocurrido”, señala a El Líbero Felipe Harboe.
Al ex subsecretario del Interior le llaman la atención las cifras. “Tenemos casi un hallazgo por mes. Esto habla de que estamos en presencia de una situación que, si bien todavía sigue siendo aislada en el contexto de la cantidad de delitos que hay en Chile, resulta preocupante porque, por alguna razón, está aumentando”, indica.
Ministra Tohá: “Prácticas extremadamente repugnantes que en Chile no habíamos conocido”. En el marco de la reunión del Consejo Nacional contra el Crimen Organizado, encuentro que tuvo que adelantarse dada la contingencia en materia de seguridad y que se efectuó ayer, la ministra del Interior, Carolina Tohá, se refirió a los casos en los que se ha empleado el método de descuartizar, así como a otros sucesos en extremo violentos que se han registrado en las últimas semanas.
Tohá habló de “hechos de sangre que además se desarrollan a través de prácticas extremadamente repugnantes que en Chile no habíamos conocido y a los que no nos queremos acostumbrar”.
Unidad Especializada de Crimen Organizado ha “investigado con detención” el modus operandi de descuartizar víctimas. El director de la Unidad Especializada en Crimen Organizado de la Fiscalía, Ignacio Castillo, entrevistado ayer en el programa Mirada Líbero, también se refirió a los hallazgos de partes humanas que se han registrado en los últimos meses en el país.
“Más que quedarnos en la casuística, tenemos hoy día ciertos fenómenos delictivos que no teníamos y efectivamente no al nivel que tenemos hoy día”, dijo.
Castillo indicó que el modus operandi de descuartizar es un fenómeno que “preocupa” al Ministerio Público y que han “investigado con detención”. Sin embargo, aseguró que hasta ahora no tienen elementos para afirmar que sea un accionar criminal “que se trajo desde afuera”.
Estos hallazgos inquietan a las autoridades. Aunque nadie se atreve a confirmar que estén en Chile, algunos advierten fuera de micrófono sobre la eventual implementación del método criminal de “picar” personas, lo que en Colombia se realiza en las llamadas “casas de pique” desde hace varios años. Eso sí, en 2022 se registró el primer caso en Bogotá, en hechos que se le atribuyen a la banda criminal venezolana “El Tren de Aragua”, que también tiene sus tentáculos en Chile.
“La Chily”, dueña de las casas de pique en Colombia, fue capturada en Chile. La ex Directora Nacional contra el Crimen Organizado en Colombia, Claudia Carrasquilla, que por años se desempeñó como fiscal especializada en esta materia en Medellín, explica a El Líbero que en Buenaventura (Valle del Cauca) funcionan “casas de pique”, lugares destinados para desmembrar personas.
“Se han encontrado cadáveres que han sido desmembrados en Buenaventura. Esto obedece a un tema cultural. Ellos tienen la creencia de que si a la persona que ellos asesinan no la descuartizan, el alma de esa víctima se va a impregnar en el alma del sicario. Suena muy aterrador, pero es una realidad cultural que hay en esa zona del Pacífico”, señala Carrasquilla, actualmente concejal de Medellín.
La denominada por los medios de su país como “dueña de las casas de pique” de Buenaventura, la colombiana Fanny Gruesso Bonilla, alias “La Chily”, fue capturada precisamente en Santiago en 2014.
“La Chily”, según la prensa colombiana, había pertenecido a las Farc, luego a las Autodefensas Unidas de Colombia y, posteriormente, luego de pasar por varias organizaciones criminales, integró el llamado ‘Clan del Golfo’ o grupo antes denominado ‘Los Urabeños’, por tener su área de injerencia en el Urabá, zona ubicada entre Chocó y Antioquia, en límites con Panamá, dedicada al tráfico de armas y droga.
Un año después de la captura de “La Chily”, fue detenido en Chile Edilberto Oliveros Correa, alias “Mundo Malo”, cabecilla de la principal organización criminal antioqueña, “La Oficina de Envigado” (comuna que limita con Medellín, en la que creció Pablo Escobar), y que en sus inicios sirvió al Cartel de Medellín. El hombre, que también pasó por las Farc y por un grupo de autodefensas, es acusado de haber instalado en Chile los préstamos a altísimos intereses, denominados “paga diario” o “gota a gota”.
Descuartizar víctimas, un método criminal que también se aplica en Medellín. Carrasquilla también se refiere al modus operandi de descuartizar víctimas en Medellín, capital de Antioquia, donde también son comunes los hallazgos de partes humanas, especialmente en el río homónimo, que atraviesa la ciudad.
“En Colombia los descuartizamientos comenzaron cuando hubo presencia de los grupos paramilitares en las diferentes áreas rurales de Colombia. También se han presentado en las estructuras criminales en diferentes ciudades como Medellín, donde se realizan por ajuste de cuentas”, dice y hace la salvedad de que en la capital de Antioquia no funcionan “casas de pique”.
“En Medellín, en las guerras por el control de territorio para el microtráfico, se han presentado algunos desmembramientos. Estos hallazgos se efectúan en los ríos, en zonas despobladas, en vehículos. Ciertas estructuras criminales realizan ese tipo de actividades para generar terror en las otras bandas, pero no es que haya casas de pique”, agrega.
El más reciente caso chileno: “cortes parejos y posiblemente con empleo de sierra manual o eléctrica”. En Chile, el caso más reciente en el que se evidenció la aplicación del método de descuartizar a la víctima, se registró en Coquimbo. Entre el viernes y el domingo de la semana pasada fueron halladas en el mar siete partes humanas: primero una pierna, luego la cabeza y un muslo, después un pie. Así se inició la lista.
Saltan a la vista las declaraciones que al respecto ofreció a los medios el fiscal que lleva el caso, Mauricio Cartes. “Claramente con las pericias mecánicas que se han realizado por parte de la Brigada de Homicidios, los cortes dicen relación con una acción humana, con cortes parejos y posiblemente con el empleo de un elemento tipo sierra manual o sierra eléctrica”, dijo. El supuesto responsable, eso sí, sería chileno.
En Bogotá atribuyeron casos de piques a ‘El Tren de Aragua’, banda que también acciona en Chile. Carrasquilla advierte que además de Buenaventura y Medellín, Bogotá también ha sido escenario de hallazgos de cuerpos desmembrados, crímenes que en esa ciudad han sido atribuidos al “Tren de Aragua”.
“Últimamente ha habido presencia también de desmembramientos no sólo en Medellín, sino también en la ciudad de Bogotá. Esto obedece a los venezolanos que han tomado también parte de la criminalidad y han venido siendo actores en las diferentes ciudades de Colombia”, explica la especialista.
En el segundo semestre del año pasado, medios colombianos informaron del hallazgo, en distintos hechos, de un total de 23 cuerpos desmembrados que fueron dejados en bolsas de basura en diversos puntos de la capital de ese país. Parte de esos crímenes fueron atribuidos a la banda criminal venezolana.
Hay testimonios de que ‘El Tren de Aragua’, en la cárcel de Tocorón, lanzaba partes de sus víctimas a los cerdos. La periodista venezolana Ronna Rísquez, especializada en investigaciones de crimen organizado y autora del libro “El tren de Aragua”, también habló con El Líbero sobre los hallazgos de cadáveres desmembrados en Bogotá, que fueron atribuidos en buena parte a la mencionada organización criminal que nació en la cárcel de Tocorón y que se ha extendido por América Latina.
“El caso de Bogotá fue de alguna manera un poco excepcional, porque el descuartizamiento no es algo que se hubiera visto en Aragua o en otro lugar de Venezuela. Allá se identificó incluso un hotel donde se supone que se torturaba a estas personas y luego eran descuartizadas. Según las autoridades, en algunos de esos crímenes hubo participación del Tren de Aragua”, explica.
Rísquez indica que en su país los casos de descuartizamientos, que en efecto están asociados a enfrentamientos entre bandas, no son muy comunes, aunque se han registrado.
La especialista, sin embargo, hace una advertencia. “Hay un elemento que es importante considerar. A lo mejor este tipo de prácticas no eran tan visibles en Venezuela por factores como las zonas donde estaba ubicado originalmente el Tren de Aragua, en la prisión de Tocorón. Hay muchos testimonios de personas que consulté para el libro, por ejemplo, que decían que había personas que eran asesinadas dentro de la prisión y que las enterraban allí o que sus partes eran lanzadas a los cerdos”, relata.
Rísquez hace una segunda consideración. “En otras zonas donde el grupo opera, como por ejemplo la zona minera, también hay testimonios según los cuales las personas que de alguna manera violan las reglas son llevadas a parajes solitarios -que son extensísimos y hasta inaccesibles- y simplemente son ejecutadas y desaparecidas”, señala.
“Estas cosas son atroces y uno trata de no darles credibilidad, pero uno no sabe si realmente pasaron. Tal vez esta práctica no era visible en el caso venezolano porque tenían otros mecanismos para, por decirlo de alguna manera, desaparecer los cuerpos de sus víctimas”, señala la periodista.
En Venezuela, la información oficial sobre asuntos de criminalidad, entre otros temas de interés público, empezó a ser prácticamente nula pocos años después de la llegada del régimen chavista al poder.
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel