HISTÓRICA ENTREGA DE CORVOS A LOS SOLDADOS

                                                                     CONSCRIPTOS DEL EJÉRCITO

Sitio Web Ejército de Chile – 19/05/2025

Por primera vez, el Ejército de Chile reemplazó el tradicional fusil por el corvo en la ceremonia de entrega de armas a los Soldados Conscriptos (SLC), en el marco del Día del Soldado Conscripto. Esta actividad, desarrollada en diversas unidades a lo largo del país, busca consolidar el corvo como un emblema de incorporación definitiva a la vida militar.

Inspirada en las ceremonias de iniciación de Cadetes y Dragoneantes, la entrega del corvo representa el compromiso del joven soldado con su institución y con Chile. Portar esta arma blanca implica asumir una responsabilidad que va más allá del combate: exige templanza, valores firmes y disposición para actuar con decisión frente a cualquier escenario.

Durante las jornadas, se rindió homenaje a los 45 integrantes del Ejército que perdieron la vida en 2005 en el Volcán Antuco, entre ellos, 44 soldados del entonces Regimiento Reforzado N° 17 “Los Ángeles”, actual Destacamento de Montaña. Su memoria estuvo presente en cada formación.

Uno de los momentos más simbólicos se vivió en el Centro de Entrenamiento de Combate de Infantería (CECOMBI), del Regimiento de Infantería N° 1 “Buin”. Allí, jóvenes provenientes de la Región de La Araucanía recibieron su corvo en una ceremonia transmitida en línea, lo que permitió a sus familias acompañarlos a la distancia. El acto fue encabezado por el Comandante en Jefe de la II División Motorizada, General de Brigada Eugenio Ribba T.

En su alocución, el Comandante del Regimiento, Coronel Waldo Rea M., subrayó la importancia del corvo no solo como un arma, sino como un símbolo de responsabilidad.

Explicó que su uso exige técnica, fuerza y, sobre todo, discernimiento, ya que los soldados podrían enfrentarse a situaciones extremas en las que serán sus convicciones y valores los que les permitirán sobreponerse, incluso si ello implica un alto costo personal.

Estas palabras encontraron eco en el SLC. Antonio Pérez L., quien obtuvo la máxima calificación en el ejercicio final. “Estoy feliz de haber cumplido mi sueño. Le dedico este logro a mi familia y seguiré adelante en la carrera militar”. También el SLC Felipe Venegas H., destacado en el Desafío Bayoneta valoró la experiencia y motivó a otros jóvenes a sumarse al Servicio Militar.

En tanto, SLC Matías Hidalgo B., distinguido con el premio “Espíritu Militar” del regimiento, señaló con emoción: “El corvo simboliza todo lo que he aprendido. Es reflejo de responsabilidad, valentía y compromiso”.

Otro instante valioso fue la bendición del arma junto con el desfile de las escuadras de formación, al son del Himno Institucional.

Por otra parte, en unidades como el Regimiento Escolta Presidencial N° 1 “Granaderos”, la presencia de padres y familiares reforzó el sentido formativo de la actividad. Los padres del SLC Luciano Zamora O., por ejemplo, se mostraron profundamente orgullosos de acompañarlo en este paso. Destacaron el impacto positivo del Servicio Militar en su crecimiento personal y el fortalecimiento de su carácter.

Asimismo, en Coyhaique, en el Campo de Instrucción “Las Bandurrias” de la IV División, se vivió la entrega del diploma por Tradición Militar a padres y abuelos que sirvieron en el pasado y que hoy ven a sus hijos y nietos continuar el legado familiar.

El corvo, más que un arma, se transforma así en una expresión tangible de historia, vocación y servicio. Una herencia que se proyecta hacia el futuro en manos de quienes hoy dan sus primeros pasos como SLCs.

 

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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