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Francisco Bartolucci habla del Santiaguillo y del descubrimiento de Valparaíso.

 

                                                                                     Bartolucci habla del Santiaguillo y del descubrimiento

                                                                       de Valparaíso

 

El 12 de octubre de 1986, Valparaíso fue testigo de un espectáculo sinigual,  el arribo de la carabela Santiaguillo II. Era la replica de la primera nave que llegó a esta bahía en 1536 como apoyo a la expedición de Diego de Almagro. La llegada de la Santiaguillo II, fue el evento principal de la celebración de los 450 años del descubrimiento de Valparaíso. Evento organizado por la Municipalidad, siendo su alcalde Francisco Bartolucci.

Los invitamos a ver este interesante video sobre la historia del Santiaguillo y de Valparaíso

https://youtu.be/VL8LNRtkiis?si=vMP4lujXQQZtt75S

Un aporte de nuestro director V Región Francisco Alomar
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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A propósito de Baquedano. Jorge Villarroel Carmona

 

                        A propósito de Baquedano

Con tan solo 14 años de edad, escondido como polizón se trasladó en una de las naves que transportaba al Ejército desde Valparaíso al Callao. Cuando fue sorprendido por su padre a la sazón comandante de Cazadores, se le prohibió acercarse a la unidad empeñada en la guerra contra la confederación Perú Boliviana. No obstante, en esa corta edad obtiene su bautizo de fuego en la batalla de Yungay. De ahí en adelante se enroló en el Ejército.

Ya como General de brigada en 1879 fue movilizado en la Guerra del Pacífico al mando de la caballería. Se destacó el 22 de marzo de 1880 en el combate de los Ángeles, que le valió ser nombrado como general en jefe. En esa condición solamente obtuvo victorias en las batallas de Tacna, Arica, Chorrillos y Miraflores.

De regreso a Chile, se acogió a retiro, rechazó la candidatura a presidente, se le otorgó el rango de General en Jefe en Campaña para el resto de su vida; fue parlamentario y se concentró en ayudar a quienes fueron sus soldados en la guerra del Pacífico, dejó un día a la semana para desayunar con éstos en el mercado central.

En la guerra civil de 1891, no tomó partido por ningún bando, fue tan intachable que Balmaceda antes de refugiarse en la Legación Argentina le pidió asumir en su reemplazo como Presidente provisional, nombramiento que aceptó.

Dejó en su testamento como herencia entre otros, para las viudas de quienes combatieron.

En su lápida dice: “Aquí yace Manuel de Jesús Baquedano González, caballero de cuna, soldado de niño”

JORGE VILLARROEL CARMONA
Presidente del Círculo Ignacio Carrera Pinto
Academia de Historia Militar

Nota del Editor: Carta enviada al Director

 

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Fundación de Santiago

                        Fundación de Santiago

Este día, es sin duda uno de los más relevantes en cuanto a sucesos históricos vividos en nuestro país, puesto que un día como hoy, pero del año 1541 se llevó a cabo la Fundación de la ciudad de Santiago, encabezada por el español, Pedro de Valdivia.

Doscientos setenta y seis años después, el 12 de febrero de 1817 ocurre la Batalla de Chacabuco, hecho que marco el triunfo de las fuerzas patriotas que luchaban por la Independencia en Chile. Entre los hombres que lideraron la batalla, se encontraban Bernardo O’Higgins y Ramón Freire, quienes ayudaron a organizar y adiestrar al llamado Ejército de los Andes, que cruzó la cordillera con destino a la Hacienda Chacabuco, comandados por José de San Martín, para enfrentarse contra el Ejército Realista. En la batalla se logró recuperar la ciudad de Santiago y con ello, dar inicio a la Patria Nueva.

Un año después el 12 de febrero de 1818, se firma el Acta de Independencia, documento mediante el cual Chile declara solemnemente su independencia de la monarquía española.

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Irregularidad, afrenta pública y agravio a nuestros héroes, en la resolución del consejo de monumentos nacionales. Raúl Elizalde Saavedra

                                                                             Irregularidad, afrenta pública y agravio a nuestros héroes,
                                                                             en la resolución del consejo de monumentos nacionales, tras
                                                                             resolver el traslado del monumento publico del General
                                                                              Manuel Baquedano Gónzalez del destacado escultor nacional
                                                                              Virginio Arias y la Tumba del Soldado Desconocido,
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Es una afrenta publica, una ofensa grave que afecta nuestro honor y dignidad como ciudadano del Chile de hoy, contra la figura de nuestros héroes máximos, en el sitio creado para rendir nuestro mayor homenaje al Soldado y al General, que nos legaron una Patria libre y soberana, y una gran obra de uno de los escultores representantes del “bello estilo nacional”, de los mayores exponentes de nuestra escultura nacional, y autor de dicho monumento, don Virginio Arias, en la Plaza General Baquedano, de la Comuna de Providencia.

Virginio Arias Cruz, oriundo de Ranquil, Concepción, huérfano de padre a los ocho años. Pastor de niño, panadero después, y a los doce, es ayudante de Tomas Chávez, escultor del primer curso de la Universidad. A los 17 se traslada a Santiago e ingresa a estudiar escultura con Nicanor Plaza, que llegaba recién de Europa. A los 21 ingresa a la selecta escuela de Bellas Artes de Paris, siendo el tercer chileno en ella después de Antonio Caro y su mentor, Nicanor Plaza. Iniciada la Guerra del Pacifico concibe su primera obra, El Defensor o conocido popularmente como El Roto Chileno, de la Plaza Yungay, cuyo lema instaura “La Patria ante todo”. Posteriormente crea a la manera de las grandes obras del Renacimiento italiano y español El Descendimiento, reconocida internacionalmente, con medalla de tercera clase, en el salón de las artes francesas en 1887, de oro de primera clase, en le exposición universal de Paris en 1889, primera medalla en la exposición de Búfalo en 1901, y la adquiere el Gobierno de Chile para el MBA en 1890. Son obras de Arias también, el Sargento Aldea y Ernesto Riquelme, y los bajo relieves del Monumento a la Marina de Valparaíso. A sus ochenta años, habiendo dejado la Dirección de la Escuela de Bellas Artes, ahora esculpe ayudado por el tacto, porque estaba casi ciego una obra monumental, al General Baquedano.

En 1910, el lugar límite y compartido entre las comunas de Santiago y Providencia, la Plaza Italia, se engalanó con una escultura que puede apreciarse hasta hoy: el Monumento al genio de la libertad, más conocido como el ángel y el león. Se trataba de un regalo del gobierno italiano a Chile, por el centenario de la Independencia. La obra fue esculpida por el ítalo – argentino Roberto Negri y se ubicó al centro de la rotonda.

En 1928 se promulga el 27 de marzo la ley número 4328, que Autoriza al Presidente de la Republica para erigir, por suscripción popular, un Monumento en la Capital de Chile, a la memoria del General don Manuel Baquedano González. Como consecuencia de ella, es remodelada la Plaza Italia, y en lugar del monumento al Genio de la Libertad, seria instalado el conjunto escultórico que rinde sentido homenaje al General Manuel Baquedano González. La estatua fue diseñada por el escultor Virginio Arias y fundida en la Escuela de Artes y Oficios. Baquedano González, fue el general invicto del Ejército de Chile Expedicionario del Norte en el transcurso de la Guerra del Pacifico, siendo su comandante en jefe, desde abril de 1880, participando como tal en las Batallas de Tacna y Arica, y en 1881 las Batallas de Chorrillos, Miraflores y la ocupación de Lima. Se erige este monumento, como preciso homenaje a su participación triunfal en la Guerra del Pacífico, siendo inaugurada por el presidente de Chile, don Carlos Ibáñez del Campo, un 18 de septiembre de 1928.

La última obra importante de Virginio Arias fue este Monumento al General Baquedano. Estatua ecuestre de tamaño mayor que el natural; subrayo la escala de su concepción, porque emplazada en un espacio urbano excesivo, pese al pedestal que corresponde a dos tercios del conjunto, y al suave lomaje del suelo circundante, se ve pequeña.

Baquedano lo representa con reposada actitud contemplativa, de la estética neoclásica y orientado hacia el poniente, cuadro general dominado por la evidente satisfacción de montar su caballo muy querido: Diamante. Se grafica en su magnífica e imponente figura, el instante que precede a su entrada a la capital de Perú, al frente de sus queridos veteranos. Si el general fue ejecutado con digna propiedad en esta obra escultórica, no lo está menos su noble corcel, bello ejemplar de raza chilena.

Los bajorrelieves corresponden a Chorrillos y a la Toma del Morro Solar, de la Batalla de Miraflores, composiciones que agrupan la caballería e infantería. Son trabajos de mucho vuelo y muy armónicamente compuestos, ejecutados con seguro dominio en bronce. A los pies del monumento a Baquedano, que está sentado sobre su noble corcel, está la escultura de bronce, de una mujer jovencita (representando a la Gloria) con tamaño natural, que se alza hacia el general, haciéndole entrega de una guirnalda de copihues —la flor nacional— y laureles, con la inscripción en el pedestal «El pueblo chileno al general Baquedano» y las fechas de los combates decisivos que dirigió: Tacna, Arica, Chorrillos y Miraflores. Hacia el oriente, monta guardia un Soldado de bronce, con el uniforme equipo y armas de 1879, figura evocadora de la época, de muy acertada remembranza.

Todo este pedestal, o plinto, de piedra verde junto a las bases y entorno de la plaza y rotonda, son obra original del arquitecto Gustavo García del Postigo el mismo que creo la Biblioteca y el Archivo Nacional, el Palacio Consistorial de Concepción, entre otros.

En 1931, bajo la vicepresidencia de Juan Esteban Montero, se consideró oficialmente que este conjunto escultórico del monumento al general Baquedano aparecía un tanto incompleto. Se dispuso entonces el traslado de un soldado fallecido en combate durante la Guerra del Pacifico, de identidad desconocida, para que fuese sepultado a los pies del monumento y conformase así, parte del conjunto arquitectónico mayor. Al ser inaugurado, una placa recordatoria dice: “Este soldado chileno fue traído en 1900 desde el Campo de la Batalla de Tacna”. Sobre la misma tumba de este soldado chileno, se instaló una lápida de bronce diseñada por el escultor Guillermo Córdova, que dice: “Aquí descansa uno de los soldados con que el General Baquedano forjo los triunfos del heroísmo chileno”.

¿Por qué fue sepultado ahí? La relación es directa, este cuerpo corresponde a un soldado anónimo, que muere peleando en el transcurso de la Guerra del Pacífico, y quedo sepultado en algún lugar desconocido donde falleció, en el desarrollo de alguna batalla. Fue sepultado en ese lugar donde murió, mientras su Unidad siguió el progreso y transcurso de esa, la última batalla en que el participo. Este soldado como se expresó precedentemente fue encontrado en el tiempo, en 1900 en Tacna, y es traído a Chile y sepultado junto al monumento erigido por su patria, como máximo homenaje nacional a su general. Es un soldado que está a los pies de su general, pero no en una señal de sumisión, sino que ambos están en una misma posición de máximo recuerdo, conmemoración y homenaje en un sitio especial, de la Capital de Chile.

Cabe hacer importante mención al respecto, que de los cerca de 60 países que han instalado cenotafios, memoriales y monumentos erigidos en honor a los soldados desconocidos, Chile tiene tres sitios donde están sepultados Soldados desconocidos uno en el Morro de Arica, otro en el Altar de la Patria en la Plaza de la Ciudadanía donde reposan dos soldados desconocidos, y este que estuvo en la plaza Baquedano, hasta su remoción al Cementerio General en 2021.

Pero, Chile es uno de los pocos, sino el único, que en un mismo lugar se recuerda, se rinde homenaje y conmemora, al más Victorioso de sus Generales, el General Baquedano, mediante el más significativo de los monumentos y conjunto escultórico, y a su vez se rinde homenaje y es acompañado en ese mismo lugar, por un soldado desconocido y anónimo sepultado en el tiempo junto a él.

¿Cómo llega a ser un Soldado desconocido? La persona que está sepultada ahí es un joven chileno de unos 15 a 17 años, que habría sido encontrado 20 años después de la guerra, en el área geográfica donde se desarrolló la Batalla de Tacna un 26 de mayo de 1880, una de las más grandes batallas donde fue derrotada de forma decisiva la Alianza de Perú y Bolivia, porque después de esa batalla, Bolivia se retira de la guerra y Perú queda peleando solo, con un ejército desmembrado.

Corría el año de 1900, y el Mayor Enrique Phillips Huneeus, en su calidad de Comandante del Cuerpo de Inválidos de la Guerra del Pacifico, viaja a Tacna, con la idea original de elegir el lugar y supervisar la construcción de una cripta, en el lugar exacto donde se libró la batalla de Campo de la Alianza, o de Tacna. Quizá Phillips nunca pensó lo que se iba a encontrar, recordemos que la provincia aún estaba en manos chilenas. Mientras caminaba por el amplio sitio de la Batalla, en medio de la tierra, el desierto y la sal, descubrió algo que le llamó la atención. Según consta en el Anuario 27 de la Academia Historia Militar, el oficial se topó con los restos íntegros de un soldado chileno, cuyo cadáver y uniforme habían sido conservados casi intactos por la pampa en un polvoriento osario. Era evidente que este soldado falleció durante la Batalla de Tacna el 26 de mayo de 1880. Presto, Phillips ordenó a quienes le acompañaban desempolvar el cadáver del soldado y acomodarlo en un féretro improvisado. Hasta ahí, todo más o menos bien, hasta que saltó la pregunta, ¿dónde colocarlo? Puesto que la cripta no se definía aun su lugar donde se construiría, por lo que Phillips no se complicó y decidió trasladarlo a Santiago y guardarlo en su casa, donde en su ataúd, lo mantuvo por más de 10 años, y después lo entregó al Museo de Historia Nacional, quienes en 1931 lo ofrecen para ser sepultado junto al monumento del General Baquedano, cuando se propone sepultar un soldado desconocido allí.

Según se ha podido cotejar antecedentes de investigadores como don Mauricio Pelayo, investigador histórico y autor del libro “Los que no volvieron: los muertos en la Guerra del Pacífico” (2019), y el Archivo General de Guerra del Ejercito, se estima que este soldado desconocido, conforme a su uniforme, lugar donde fue encontrado, equipos y armas que poseía, fue miembro del Batallón Cívico de Artillería Naval (conocido como Navales). Esta Unidad de Infantería del Ejército, se forma en Valparaíso, principalmente con trabajadores portuarios. Participa en todas las Campañas, pasando por la de Tarapacá, de Tacna y Arica, hasta llegar a las victorias de Chorrillos y Miraflores y ocupa Lima.

Don José Antonio Bisama Cuevas, editor del “Álbum Gráfico Militar de Chile” Campaña del Pacifico (1909), un texto que analiza hechos y recolecta fotos de la Guerra del Pacífico, describe las características del uniforme de los Navales, expresando: “El uniforme que usaban en ese batallón se diferenciaba del de las demás unidades del Ejército, constaba de una blusa negra, con ángulos rojos en las mangas, pantalón gris azul con doble franja lacre y gorra de marino”, que coincide con lo que tenía ese soldado encontrado en Tacna por Phillips. Además, describe don Mauricio Pelayo: “En la Batalla de Tacna solo murieron 29 soldados de esa unidad, y la mayoría fue sepultado en el área donde se desarrollan las acciones de la batalla, así que este soldado tiene que ser uno de ellos, no hay otra posibilidad por el lugar donde se le encontró”, agrega.

Es importantísimo consignar que este tipo de tumba fue introducido en el arte de la conmemoración sacra, en el contexto del segundo aniversario del armisticio de la Primera Guerra Mundial. Las grandes movilizaciones de ejércitos de masa y el carácter casi anónimo de la guerra y de muchos soldados caídos en el transcurso de las más variadas operaciones y acciones militares, abatidos y dejados en el terreno de las batallas bajo esa denominación, de “anónimos”, hizo de la “tumba homenaje a esos valientes anónimos”, una solución universalmente comprensible y aparentemente pertinente.

En 1916, después de que un capellán del ejército británico notara una tumba marcada como “Un soldado británico desconocido”, se le ocurrió la idea base, de lo que se convertiría en la “Tumba del Soldado Desconocido” del Reino Unido. Esta es la idea que permite se erija el monumento que se inauguró el 11 de noviembre de 1920, en la Abadía de Westminster, dos años después del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, y se extendió entre otros aliados en tiempos de guerra, incluidos Francia, Italia y Estados Unidos. El 11 de noviembre de 1921, se inauguró la Tumba del Soldado Desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington.

Solo diez años después, se procede a la instalación de una tumba al soldado desconocido chileno, y esta se erige a los pies del monumento al General Baquedano en 1931. Y esta, fue la primera en su género en Chile, y una de las 60 existentes hasta hoy en el mundo. Pero, esta de la Plaza Baquedano, es la única que, en su conformación arquitectónica, representa el sentido homenaje “a todos los soldados movilizados a la Guerra”, puesto que es la única que se encuentra unida el homenaje a la figura de un oficial, (ni más ni menos que junto a su General en Jefe, el más invicto de todos los generales de la historia de Chile), incorporando la figura de un soldado desconocido, a través de la instalación junto al monumento, de una tumba con este soldado anónimo.

En el Mausoleo del General Baquedano en el Cementerio General tenemos:

Me permito repetir esas ultimas frases de la hermosa arenga de nuestro victorioso e invicto general Baquedano, que seguramente las escucharon cientos de soldados desconocidos, antes de partir a esas gloriosas batallas y se las llevaron a la eternidad … creyendo y convencidos de que así sería … …

Y ALLÁ EN EL SUELO QUERIDO DE CHILE, OS AGUARDAN VUESTROS HOGARES, DONDE VIVIRÉIS PERPETUAMENTE PROTEGIDOS POR VUESTRA GLORIA, Y POR VUESTROS CONCIUDADANOS” …

Que pena por el Chile de hoy, ya no es posible cumplir la arenga del General Baquedano, ni tampoco las estrofas de nuestro Himno Nacional original … …

VUESTROS NOMBRES, VALIENTES SOLDADOS, QUE HABÉIS SIDO DE CHILE EL SOSTÉN, NUESTROS PECHOS LOS LLEVAN GRABADOS; LO SABRÁN NUESTROS HIJOS TAMBIÉN…

Dificulto que alguno de los integrantes del Consejo de Monumentos Nacionales ha visitado siquiera el Mausoleo del General Baquedano, que decir de revisar la hoja de sus servicios prestados a la Patria desde su más tierna edad. Queda en evidencia cuan necesaria es repasar nuestra historia Patria, sobre todo en estos casos, pues para estos señores y señoritas y es evidente para el gobierno de turno, no es importante nuestro pasado de glorias, por ende, ella no se incluye y no se enseña en el currículo de materia de nuestros educandos de enseñanza básica y media en Chile. Malamente los integrantes del Consejo de Monumentos Nacionales podrán representarnos y hacer valer lo que una ley y lo que la Patria definió como el sitio más importante de conmemoración y homenaje a nuestros valientes chilenos del siglo XIX (de soldado a general) que nos legaron con su sangre generosa, una Patria libre y soberana.

Santiago, febrero de 2025

Raúl Elizalde Saavedra

Teniente Coronel en Retiro. Investigador Histórico Máster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural U. Los Andes Museógrafo U. Alberto Hurtado

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Baquedano y Piñera. GDB. René Norambuena Veliz

 

                      Baquedano y Piñera

El General Baquedano fue uno de los más grandes héroes de la guerra y en ningún lugar público de Chile hay una estatua importante de él . Se reevalúa la ubicación de un monumento al General hace más de 2 años con cero resultados.

Antes de pensar en una estatua a Sebastián Piñera o a otro político, creo necesario ver y analizar los logros y trascendencia para Chile de la gestión un héroe que lideró en la victoria a las tropas de su país, versus la gestión política de un Presidente que para algunos   tuvo trascendencia y para otros no .

René Norambuena Veliz

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Dentro de Doughty Stree, la casa en la que Dickens se consagró como escritor. Cecilia Maza. Flipboard, Cultura

 

                                                                                DENTRO DE DOUGHTY STREET, LA CASA EN LA QUE

                                                                       DICKENS SE CONSAGRÓ COMO ESCRITOR

Celia Maza – Flipboard, Cultura, 05/02/202

Siempre salía de casa con un monedero plateado, sus pases para el teatro y la ópera y una pequeña cajita de plata con sus iniciales para guardar nuez moscada molida que añadía al ponche, su bebida favorita.

En el recibidor tenía también su elegante bastón. No porque lo necesitara para caminar, sino por pura coquetería. Al fin y al cabo, era todo un dandy.

Le gustaba vestir bien y tener la casa impoluta con coloridos papeles en las paredes. Es más, le decía a su esposa que esperara a su regreso cuando estaba de viaje antes de tomar cualquier decisión respecto a muebles o tapicería.

Con motivo del centenario de su apertura, la casa-museo inaugura una exposición con miles de objetos, algunos de ellos expuestos por primera vez, para conocer la faceta más personal del autor

Y no faltaba su maletín de piel, símbolo de esa clase alta que tanto le costó conseguir tras una infancia de calamidades trabajando en fábricas por las deudas de su padre.

Todos estos objetos están en la entrada del número 48 de Doughty Street, la casa en la que Charles Dickens (1812-1870) se consagró como escritor. Entró en ella en 1837 como un autor en ciernes. Y salió en 1839 convertido en una estrella internacional.

Sólo fueron dos años. Tiempo suficiente, sin embargo, para escribir Los papeles póstumos del Club Pickwick, Oliver Twist y Nicholas Nickleby. Las tres novelas alumbradas en la vivienda adosada de Bloomsbury Square habían puesto ya todo el foco en quien acabaría siendo uno de los maestros de la literatura inglesa.

Despegó su carrera. Pero creció también su ego y su familia. Se mudó con un hijo, salió con tres. En total fueron diez (sobrevivieron 9) los que tuvo fruto de su matrimonio con Catherine Hogarth a lo largo de dos décadas.

El 48 de Doughty Street es más que un museo. Es una casa que te transporta a la época victoriana donde uno deambula de habitación en habitación con la sensación de que Dickens ha salido a almorzar a Rules, su restaurante favorito en Covent Garden, y puede regresar en cualquier momento.

Su cepillo de pelo en el vestidor. Su pluma y tintero en el despacho. Su gran lupa para leer (era tan coqueto que no quería utilizar gafas). Se descubre no sólo al autor, sino también al hombre que gozó y padeció todo aquel éxito.

Con motivo del centenario de su apertura, la casa-museo inaugura este miércoles una exposición con miles de objetos, algunos de ellos expuestos por primera vez, entre ellos, el boceto en tiza y pastel de un joven Dickens durante la época en la que vivió en Doughty Street que se cree que es un dibujo original del tercer retrato “perdido” realizado por Samuel Laurence, del que se desconoce su paradero.

También está un ejemplar de David Copperfield que sobrevivió a la expedición del capitán Robert Falcon Scott a la Antártida en 1910. La tripulación de este barco -el Terra Nova- leyó un capítulo cada noche durante sesenta lunas mientras se encontraban varados en una cueva de hielo, lo que ennegreció el libro con manchas de sus huellas dactilares, probablemente debido al fuego de grasa de foca que calentaba la cueva.

“Es un microcosmos de la historia, en realidad”, asegura la curator Emma Harper. “El hecho de que los exploradores decidieran llevarse una obra de Dickens con ellos, en 1910, 40 años después de la muerte del escritor, demuestra hasta qué punto llega su legado”, apunta.

Cientos de personas se agolparon frente al número 48 de Doughty Street cuando la casa se salvó de la demolición 55 años después de la muerte de su residente más famoso. Dickens Fellowship, una asociación internacional dedicada al autor se hizo con la propiedad cuando estaba a punto de ser derruida estableciendo un lugar de peregrinación para conocer la faceta más personal del genio de Southampton.

La casa no está como Dickens la dejó ni mucho menos. A lo largo de su vida, el novelista y periodista vivió en diferentes lugares. Pero sus pertenencias -entre ellas el escritorio donde elaboró Grandes esperanzas o Nuestro amigo común– se han adaptado en cada estancia de manera sublime. Hasta el papel de las paredes se ha querido inspirar en los gustos del escritor.

El único traje que se conserva del novelista, un conjunto de tres piezas formado por una levita, un pantalón y una camisa con pajarita que utilizó en una recepción real en el Palacio de Buckingham, da una idea de su tamaño y su físico, como si se trajera a Dickens a la vida de nuevo.

En las salas donde está propiamente la exposición están los poemas que escribió como pretendiente a su primer amor, Maria Beadnell. “Algunos están bien, otros son bastante malos”, señala Harper. “Es muy curioso. Se trata básicamente de un adolescente escribiendo a la chica que le gusta. No necesariamente lo reconocerías como parte de la genialidad de la escritura victoriana”, matiza.

También hay manuscritos de su primera gira en 1842 por los Estados Unidos donde habló de su oposición a la esclavitud. Sus conferencias, que comenzaron en Virginia y terminaron en Missouri, tuvieron tanta asistencia que los revendedores de entradas se reunieron fuera de sus eventos.

“Se apiñan a mi alrededor como si fuera un ídolo”, se jactó el autor, conocido fanfarrón. El gran baile que se organizó en su honor en Nueva York se presentó como “Boz ball”, un guiño al seudónimo con el que firmó su primera obra Sketches.

El 19 de diciembre de 1843 publicó Un cuento de Navidad, una de sus obras más conocidas, que, al igual que otros títulos, fue concebido como una crítica social, para llamar la atención sobre las dificultades que enfrentaban las clases más pobres de Inglaterra.

Los lectores de Inglaterra y Estados Unidos se sintieron conmovidos por la profundidad emocional empática del libro; se dice que un empresario estadounidense les dio a sus empleados un día adicional de vacaciones después de leerlo.

“A pesar de su increíble éxito, los desacuerdos con el editor significaron que recibió relativamente pocas ganancias que se redujeron aún más cuando se vio obligado a emprender acciones legales contra los editores por realizar copias ilegales. Los derechos de autor en Estados Unidos funcionaban de otra manera. Y Dickens fue pionero a la hora de reivindicar esta cuestión”, matiza la experta.

Por otra parte, un vínculo directo con un momento infame en la vida de Dickens es un borrador de carta que escribió a la sirvienta de la familia, Ann Brown. Contiene los primeros párrafos de la Carta violada de 1858 donde expuso públicamente en su periódico, Household Words, el colapso de su matrimonio con Catherine. La retrata como una mujer fría y una madre desinteresada. Pero nada más lejos de la realidad.

Cartas descubiertas de un archivo y adquiridas por el museo evidencian que era una mujer entrañable y madre devota, aunque pasó por períodos de depresión, especialmente tras la muerte de su hija Dora.

El motivo del divorcio fue más bien el romance de Dickens con la jovencísima actriz Ellen Ternan (Nelly), a la que sacaba casi tres décadas, una relación que siempre quiso mantener oculta.

El novelista murió en 1870 a los 58 años. Su obra El misterio de Edwin Drood había comenzado su publicación por entregas. Nunca se terminó. Su deseo era ser enterrado en la catedral de Rochester, “de forma barata, sin ostentaciones y de forma estrictamente privada”.

Pero acabó enterrado con todos los honores en la llamada “esquina de los poetas” de la abadía de Westminster. “Fue un simpatizante del pobre, del miserable y del oprimido, y con su muerte el mundo ha perdido a uno de los mejores escritores ingleses”, rezaba el epitafio.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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El mal diseño de muchas políticas sociales se han dejado sentir con especial fuerza en este proceso de reconstrucción. El Mercurio, Editorial

 

                                                                                  EL MAL DISEÑO DE MUCHAS DE LAS POLÍTICAS SOCIALES

                                                                                  SE HA DEJADO SENTIR CON ESPECIAL FUERZA EN ESTE

                                                                       PROCESO DE RECONSTRUCCIÓN.

El Mercurio, Editorial – 04/02/2025

La reconstrucción comprometida en la Región de Valparaíso presenta un atraso considerable. Hace poco, ese retraso impresentable le costó la salida al director regional del Serviu, un funcionario político.

Esto último es parte del problema: se trata de tareas que requieren capacidades altamente profesionales y con una experiencia demostrada en gestión de proyectos complejos, pero los ministros políticos, salvo excepciones, se resisten a avanzar en esta dirección.

Tal falta de compromiso con un Estado moderno, como demuestra este caso, termina siendo muy costosa para las personas, pero también, en lo que no deja de ser una paradoja, para los propios gobiernos. En este caso, ello es evidente.

De hecho, los alcaldes y parlamentarios oficialistas de la zona han cuestionado severamente a la autoridad central. Mientras tanto, las responsabilidades políticas no se hacen sentir en plenitud, afectando a funcionarios con menos respaldo partidista. Y así, las instituciones públicas siguen perdiendo legitimidad.

Sin embargo, hay además otras razones para el retraso en esta reconstrucción. Una principal es el mal diseño de muchas de las políticas sociales, lo cual en estas iniciativas se deja sentir con especial fuerza. A ello se suma la identificación del proceso de reconstrucción con la “canasta” de políticas sociales existentes, tratándolo, en general, de la misma forma.

Pero en el instante en que un gobierno se compromete a reconstruir las viviendas afectadas, en la práctica anuncia que está actuando como un asegurador de ellas. No parece razonable, entonces, aplicar criterios propios de la política regular de vivienda para aprobar o negar apoyos. Además, en estas circunstancias la autoridad debe revisar desde un inicio el carácter que van a tener las iniciativas que propondrá a los afectados.

La confusión y la falta de flexibilidad que ese tratamiento equivalente genera han contribuido, por un lado, a demoras que no son fáciles de resolver y, por otro, a propuestas no convencionales que buscan solucionar la tardanza en la reconstrucción por la vía de un engaño.

Un ejemplo típico del primer tipo de problemas se origina frente a casos que requieren la construcción simultánea de dos o más viviendas (por ejemplo, cuando se trata de construcciones pareadas), pero donde una de las partes afectadas por el incendio tiene una casa adicional. Aplicando los criterios “puros” de la política social, esa parte no tendría derecho al subsidio implícito que significa la reconstrucción.

Pero esa mirada no tiene sentido si el Estado, al haber prometido una reconstrucción, está actuando como asegurador. En esa circunstancia los criterios habituales de la política social no deberían aplicarse, atendida la promesa realizada. Por cierto, aquí la persona más afectada es aquella que no tiene una vivienda alternativa.

Un segundo caso, reportado el fin de semana por el diario Las Últimas Noticias, se refiere a la situación de mujeres cuyos maridos tienen una vivienda a su nombre y, por tal razón, no se las considera merecedoras del apoyo en la reconstrucción. El argumento nuevamente es que tendrían una vivienda alternativa. En esta circunstancia, la extensión de los criterios de la política social es aún más discutible, toda vez que refleja poco respeto por la autonomía de la mujer.

En las políticas de vivienda estos criterios son especialmente notorios por el tamaño relativo de los subsidios, pero también están presentes en otras políticas sociales. Ello ha invitado a comportamientos oportunistas.

Es así como en los últimos lustros se ha detectado la “desaparición” de muchos hombres de los hogares. Este fenómeno no es realmente un abandono, porque ellos no “aparecen” en otros hogares, produciéndose así una reducción en su número.

Es un asunto tan ampliamente conocido que, en el reportaje mencionado, la recomendación de los funcionarios era separarse para aumentar la posibilidad de recibir el apoyo por reconstrucción.

Por supuesto, se trata de una acción éticamente cuestionable que, además, afecta la identidad familiar. Todo esto, al tiempo que el prestigio de las instituciones estatales y de las reglas que ha acordado el país se deteriora aún más. Es un ejemplo de texto de cómo políticas públicas mal diseñadas y peor implementadas tienen consecuencias dañinas para la convivencia social.

Tal falta de compromiso con un Estado moderno, como demuestra este caso, termina siendo muy costosa para las personas, pero también, en lo que no deja de ser una paradoja, para los propios gobiernos. En este caso, ello es evidente. De hecho, los alcaldes y parlamentarios oficialistas de la zona han cuestionado severamente a la autoridad central. Mientras tanto, las responsabilidades políticas no se hacen sentir en plenitud, afectando a funcionarios con menos respaldo partidista. Y así, las instituciones públicas siguen perdiendo legitimidad.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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