Columna de Opinión

INTERVENCIÓN DE LAS FF.AA. EN LA ARAUCANÍA: ¿A QUÉ VAN? por Francisco Orrego

INTERVENCIÓN DE LAS FF.AA. EN LA ARAUCANÍA: ¿A QUÉ VAN? por Francisco Orrego. El Mostrador, 16/06/2022

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

El Estado, a través del Poder Ejecutivo, los manda a cumplir un mandato y luego, el mismo Estado, a través del Poder Judicial, los acusa inmisericordemente, por cumplir con su deber. Así las cosas, esto no va a resultar.

Las complejidades que deja la intervención de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) en el control del orden público están a la vista. No olvidemos que las tareas de seguridad pública están reservadas a las policías y que la participación de las FF. AA. en tales funciones ha sido extraordinaria.

Solo ante la ineficacia de las fuerzas policiales en el control de la violencia en La Araucanía, las FF. AA. han sido llamadas a cumplir un rol totalmente ajeno a su mandato y sin tener las herramientas legales adecuadas para ello. Ello evidentemente las expone innecesariamente a toda clase de riesgos.

Veamos un ejemplo reciente.

Resulta sorprendente que el Estado de Chile, a través de su Ejecutivo, solicite prorrogar el Estado de Excepción Constitucional en la zona de La Araucanía, con el propósito de evitar delitos terroristas contra las personas que allí habitan o circulan y, por otro lado, la Corte de Apelaciones de Concepción revoca la decisión del Juez de Garantía de Cañete, decretando arresto preventivo domiciliario total, por representar un peligro para la sociedad, a dos miembros de la Armada de Chile, quienes, en noviembre pasado, durante Estado de Excepción Constitucional de Emergencia decretado para proteger a la población de terroristas, concurrieron a apoyar a carabineros que se encontraban bajo ataque con armas de fuego.

Los infantes de marina fueron recibidos con disparos de armas largas, lo que queda en evidencia por los impactos de balas recibidos en los carros Mowag, razón por la cual, haciendo uso de su legítimo derecho a la defensa, se vieron obligados a utilizar su armamento y dieron muerte a un comunero que ese encontraba en el lugar del ataque.

¿Quién lo entiende?

El Estado, a través del Poder Ejecutivo, los manda a cumplir un mandato y luego, el mismo Estado, a través del Poder Judicial, los acusa inmisericordemente, por cumplir con su deber. Así las cosas, esto no va a resultar.

El Ejecutivo solo quiere dar señales comunicacionales —o pirotécnicas— de estar abordando el conflicto. Pero ello no es suficiente para garantizar una paz exitosa en la zona. Cuesta entenderlo.

Mientras el Estado de Chile no entienda que estamos frente a un conflicto armado interno de baja intensidad, con participación de fuerzas con armamento, entrenadas y logísticamente preparadas, lo que a todas luces requiere aplicación de normas especiales, como el Derecho Internacional Humanitario y la participación de la Justicia Militar (que no se manda sola y depende de la Corte Marcial, integrada en mayoría por ministros civiles y esta, dependiente de la Corte Suprema), la presencia de las FF. AA. en la Macrozona Sur solo servirá para que sigan acusándolas de violar los DD. HH., mientras los terroristas seguirán destruyendo, incendiando y asesinando a civiles.

Ahora será con mayor impunidad y violencia, ya que habrán neutralizado a las FF. AA., al igual como ya lo hicieron con las policías. Basta ver lo ocurrido el viernes pasado en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, con el brutal asesinato del cabo 2° David Florido, quien se inhibió de usar su arma por temor a represalias judiciales.

Si las FF.AA. no pueden hacer nada distinto de lo que pueden hacer las policías, ¿A qué van a La Araucanía?

Columna de Opinión

¿CUÁNTO TIEMPO HA PASADO DESDE EL BIG BANG? Ruth Lazkoz

¿CUÁNTO TIEMPO HA PASADO DESDE EL BIG BANG? Ruth Lazkoz, Profesora de Física Teórica, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea The Conversation, 08/06/2022

Las opiniones en esta columna son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

Cómo medir el tiempo desde el Big Bang. Para compensar esa carencia comparamos distintas fuentes de datos. De esa manera conseguimos ajustar bien nuestros cronómetros cósmicos. Pero ¿cómo conseguimos medir el tiempo transcurrido desde el Big Bang?

El universo no tiene pudor en desvelarnos su edad. Son numerosas las rutas que nos ofrece realizar para averiguar cuánto tiempo ha transcurrido desde el Big Bang hasta este momento presente. Estimamos que han pasado 13.400 millones de años, con una incertidumbre de 200 millones.

Un margen de error de cientos de millones de años no es poca cosa. Sin embargo, esa inexactitud se está estrechando gracias a los cronómetros cósmicos, cada vez más precisos.

Para conocer la edad del universo aprovechamos que se está expandiendo, algo que sabemos desde hace casi 100 años. Esta expansión produce fenómenos con cifras mareantes

Por ejemplo, nuestro vecino de galaxia, el agujero negro Sagitario A* se está separando a 80.000 km/s de sus primos de la lejana OJ287. Básicamente ocurre con casi todos los agujeros negros del universo. Se están separando entre sí al ritmo que lo hacen sus galaxias anfitrionas. Sin embargo, la veracidad de las conclusiones científicas se sustenta en la repetición de los experimentos. Y eso es algo que no permite el universo.

Cómo medir el tiempo desde el Big Bang. Para compensar esa carencia comparamos distintas fuentes de datos. De esa manera conseguimos ajustar bien nuestros cronómetros cósmicos. Pero ¿cómo conseguimos medir el tiempo transcurrido desde el Big Bang?

Nuestro dato fundamental es el factor de Hubble. Es una cantidad que representa el crecimiento porcentual del universo promediado en el tiempo. Imaginemos que podemos medir ese crecimiento en sí y también a qué ritmo se ha producido. Combinando ambos obtenemos el tiempo transcurrido en esa evolución. Es decir, tenemos un cronómetro cósmico.

Pero pongámoslo en términos cotidianos. Un cosmético revolucionario promete hacer las pestañas el doble de largas en 60 días. Así que si lo aplicamos y vemos que nuestras pestañas han crecido un 50 % habrá transcurrido un mes. ¿No?

No, quizá no. Si no hemos aplicado el producto a diario constantemente el crecimiento se habrá ralentizado. Deducimos así que medir tiempo en base a cambio de tamaño puede llevar a error. Necesitamos conocer bien qué ha ocurrido día a día. Es lo que llamamos controlar el experimento. Entonces ¿será también ese un mal método para medir la edad del universo?

Cuando el universo era más joven que la Tierra. En 1947 G. Gamow usó los datos de Hubble para estimar que la edad del universo serían 2.500 millones de años. Poco después los geólogos databan la edad de la Tierra en 4.500 millones de años. ¿Cómo podía ser el universo más joven que nuestro planeta?

Obviamente la estimación de la edad del universo era incorrecta. El problema era que no se entendía suficientemente bien de qué está hecho. Pero sí se sabía que la expansión normalmente disminuye la densidad de las componentes del universo. Y según su naturaleza van a distintos ritmos.

En las épocas primitivas del universo dominaba la radiación. Como la radiación se diluye muy rápidamente, fue reemplazada por la materia oscura, ya que su densidad se hace pequeña más despacio.

Todo esto sigue el dictado de las ecuaciones de Einstein. La naturaleza tanto de la radiación como de la materia oscura hacen al universo desacelerarse. Eso quiere decir que, aunque en esas etapas también había expansión, su ritmo se hacía cada vez más pequeño.

Pero esto chocaba con la evidencia. El ritmo de expansión del universo estaba creciendo.

La llegada de la energía oscura. Había una componente nueva reclamando protagonismo: la energía oscura. Por una de esas coincidencias mágicas, los efectos de las distintas etapas del universo se compensan. Es decir, el retraso primitivo en el ritmo de expansión se lo ha comido el acelerón actual. Por ello, es sensato adivinar cuán viejo es el universo directamente a partir del factor de Hubble.

Reiteramos que en este tipo de trabajo hace falta medir aumentos de escala en nada menos que el propio universo. Para ello aprovechamos que la expansión ensancha la longitud de onda que nos llega de los astros.

El efecto correspondiente es el llamado corrimiento al rojo. Esto se hace, por ejemplo, en espectroscopía usando amplios catálogos con patrones de intensidades y longitudes de onda. Así se identifican objetos prácticamente idénticos entre sí, pero a distintas profundidades en el universo.

Es importante tener en cuenta que cuanto más lejos se encuentren comparativamente su luz habrá sufrido más estiramiento. Por ejemplo, la luz roja que nos llega de la galaxia más lejana conocida, GN-z11, es ultravioleta en origen.

La base de los cronómetros cósmicos. Calculando el corrimiento al rojo de una galaxia estimamos la expansión que se haya producido desde el momento en que se emitió cada rayo de luz. Y a continuación se repite el cálculo con una galaxia idéntica y se comparan los resultados.

El siguiente paso es promediar esa diferencia de expansión en el intervalo de tiempo correspondiente. Precisamente esa ventana temporal será la diferencia de tiempo de viaje de la luz según venga de una galaxia u otra. Eso equivale a obtener la diferencia entre las edades de las galaxias.

Así se forja una técnica que está emergiendo con fuerza, la de los llamados cronómetros cósmicos. Con esta idea brillante (nunca mejor dicho) se espera poder arbitrar la disputa de los valores del factor de Hubble entre las medidas del universo local y el profundo.

Un atajo para conocer la edad de cada estrella. Como las galaxias tienen cientos de miles de millones de estrellas, hay que tener un poco de cuidado. Para obtener las edades de las galaxias hay que promediar demográficamente las edades de sus estrellas. Y, curiosamente, lo hacemos respetando su ley de protección de datos.

Esto no es porque queramos, sino porque no podemos hacerlo de otro modo. Se puede intuir la imposibilidad de averiguar la edad de cada estrella de forma individual. Afortunadamente, un truco providencial facilita la tarea. Consiste en usar con éxito una señal muy específica de cambio de intensidad de la luz emitida en los 4.000 ángstroms.

Se produce por la presencia de metales calentando la galaxia y permite redondear la técnica de los cronómetros cósmicos.

En realidad, no solo estimamos de esta manera el factor de Hubble actual, sino también para épocas anteriores. Combinando esto con la cosmología relativista refinamos nuestro conocimiento sobre la energía oscura. Y la rueda sigue girando dándonos respuestas sobre las componentes del universo.

Actualmente tenemos solo una cantidad modesta de ese tipo de cronómetros cósmicos, pero de una precisión exquisita, eso sí. Sin embargo, hay grandes esperanzas de rascar algunos más de misiones futuras.

Eso permitiría construir un catálogo potente e informativo. Lo experimentos prometedores a los que me refiero son el EUCLID y el Nancy Roman.

Sin duda, mejorarán las perspectivas de los cronómetros cósmicos para posicionarse como piezas clave para medir no solo el factor de Hubble sino la propia evolución del universo.

Estos avances engordarán nuestra arrogancia para abordar el mayor enigma de todos. ¿Cómo se formó el universo? No lo sabemos, pero podemos reafirmarnos en lo que dijo Maxwell: “La ignorancia totalmente consciente es un preludio de todo avance real en el conocimiento”.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR. Antonio Varas C.

Columna de Opinión

Testimonio de un padre (1) Juan Carlos Florido Barriga Suboficial Mayor IM (COSUR)

Testimonio de un padre (1) Juan Carlos Florido Barriga Suboficial Mayor IM (COSUR)

Las opiniones en esta columna de opinión son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

El carabinero debió haber disparado al aire. ¿Por qué no disparó al aire? En fin, porque si mi hijo hoy estuviera vivo y estuviera muerto el delincuente téngalo por seguro que mi hijo estaría siendo procesado por los derechos humanos y, a lo mejor, hasta separado de la Institución.

Y todo esto ha sido demasiado rápido. Ha sido una centrífuga para la familia.  Pero, en todo momento, me he sentido acompañado y apoyado por su  Institución, a la cual mi hijo quiso, anheló y se hizo un hombre de esa Institución.

La camaradería demostrada por toda su gente hacia nuestra familia, me  enorgullece. Siempre sentí orgullo por mi hijo como carabinero.

Yo les estoy hablando en estos momentos como padre de una familia dónde le  tratamos de dar todos los valores a mi hijo que un día, tan joven como cualquier  ciudadano chileno, decidió emprender en esta vida, esta carrera en la cual hay  que tener vocación de servicio.

Mi hijo, al igual que yo, fuimos personas de Institución. Y, mejor que yo, estaba  más claro como papá que -cuando el tomó la decisión de enrolarse como  carabineros- esto podía suceder en cualquier parte o en cualquier momento. Era  algo inminente. Estábamos preparados.

Pero, si usted me pregunta a mi hoy día, señor Director General de Carabineros,  si yo tengo pena: La pena la voy a tener el lunes, cuando tenga que ir a despedir  a mi hijo. Tal vez ahí voy a tener pena, porque va ser la última vez que voy a  poder ver a mi hijo.

Pero, hoy día no tengo pena, tengo rabia. Porque, la ciudadanía entera, y yo  como padre, nos podemos dar cuenta que no es posible que sigamos permitiendo  que las autoridades de Carabineros y Policía de Investigaciones de Chile, quienes son encargados de mantener la seguridad interna del Estado, no cuenten con  el apoyo que necesitan.

Mi hijo murió en un procedimiento, cuando iba detrás de un delincuente. Y este  delincuente iba armado. Y mi hijo, para no ser cuestionado, por la prensa, por  los ciudadanos de Chile, por toda la ciudadanía en general ¿Qué es lo que hizo?  Corrió detrás de este delincuente, tratando de darle acercamiento y poder  barrerlo, para detenerlo de esa forma.

1 Transcripción de las palabras del padre del Cabo 2° de carabineros David Florido  Cisternas, fallecido a consecuencias del disparo de un delincuente en la comuna PAC.

Una persona que cuenta con todos los protocolos y la legalidad para usar su  arma, en una situación como la que él vivió ayer, y por miedo a no tener el  apoyo de esta Institución, que es tan grande, y no lo tiene, a todos los  ciudadanos nos hace ruido. Porque yo hablo en representación de mi familia y  de muchos mártires más caídos, que han muerto en manos de la delincuencia  que hoy, a todo el país nos tiene consternados.

Lo que está pasando en la Macrozona Sur, lo que está pasando en forma interna  del país. Creo que las medidas que pueda tomar el señor Presidente, que está  aquí presente, si esto a él no le hace ruido, si las únicas entidades que son las  indicadas para mantener el orden, y con todos los protocolos que ellas cuentan,  no los pueden emplear, porque mañana van a ser cuestionados. Porque mañana  se va a hablar de un montón de cosas, de los derechos humanos y de unas  cuantas cosas más.

El carabinero debió haber disparado al aire. ¿Por qué no disparó al aire? En fin,  porque si mi hijo hoy estuviera vivo y estuviera muerto el delincuente téngalo  por seguro que mi hijo estaría siendo procesado por los derechos humanos y, a  lo mejor, hasta separado de la Institución.

Una persona que amaba esta Institución, que dio la vida. Lo que a nosotros nos  hace distintos, de todos los ciudadanos de Chile, es que, los que hemos jurado  a la bandera rendir la vida, si fuese necesario, es un compromiso muy grande,  muy grande.

Eso nos hace diferentes a nosotros, respecto de todos nuestros hermanos  chilenos. Es que uno hizo un juramento, donde nos comprometimos con el país  entero, no tan sólo defender a mi familia que son los que uno más ama, sino  defender la familia del vecino, del otro vecino.

Esa es la tarea que tiene hoy día Carabineros, que tiene Investigaciones. Y nos  estamos viendo superado por cuestionamientos políticos, no nos ponemos de  acuerdo. Pero, la gente se da cuenta, señor Presidente.

Muy pronto vamos a tener un plebiscito, donde vamos a ir a aprobar un  Constitución. Y, si todas las cosas no mejoran, lo más probable es que no gane  este plebiscito y rechacemos esa Constitución.

A mi hijo no me lo van a devolver. Esto se salió de orden, el que debiera estar  allí soy yo, porque cronológicamente él me tiene que enterrar a mí, no yo a él.  Pero, estas cosas pasan porque estamos quitándole la autoridad, el respeto que,  en esos años cuando entró a la Institución, Carabineros tenía.

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Página Editorial del sitio Web Cosur Chile y de su revista digital “Tres Espadas”  Av. Bernardo O’Higgins 1452, piso 3, Santiago. www.cosur.cl y contacto@cosur.cl

Todo el mundo respetaba a la Institución. Y hoy día todos se sienten con el  derecho de decir lo que quieran de una Institución tan grade, a la que perteneció  mi hijo.

¿Van a tener que seguir muriendo más carabineros? Hoy día el delincuente  todavía anda prófugo, tal vez esté detenido, tal vez, con buena conducta, salga  en 2 o 3 años más y siga delinquiendo.

Ese es el premio que tiene un delincuente hoy día en Chile, pero a mi hijo no me  lo van a devolver. Y él pudo haber estado vivo, pero, por cuidarse de todos los  cuestionamientos que hoy día existen, mi hijo está muerto.

Una persona que viene de una muy buena madera, de una muy buena crianza.  Un cabro bueno, buen padre, buen hijo. No tengo pena hoy día. Con todo  respeto, señor Presidente, señora ministra y señor Director General, se lo hago  presente, en representación de mi grupo familiar y de todas las personas que  hoy día se ven reflejadas en mí y que han perdido un carabinero cumpliendo sus  funciones en la calle. Eso duele.

Mi actividad como padre no ha parado desde ayer a las siete de la tarde. Si usted  me pregunta si he dormido algo, no he dormido nada. ¿Quién va a dormir cuando  pierde un hijo? Pero, el delincuente que mató a mi hijo debe estar durmiendo y  debe estar en lo de él, escondido.

Por eso es que le hablo a la ciudadanía entera del dolor que me embarga, de la  rabia, y le pido a los señores del Estado, a nuestros senadores y diputados que  hagan la pega. Que les den los instrumentos necesarios porque, si no, esto se  nos va a escapar de control; ya se nos escapó de control y puede llegar a  instancias mayores.

Y lo que está pasando en la Macrozona Sur es lo mismo, es exactamente lo  mismo. Seguimos en el “cachipún” de la parte política con las Fuerzas Armadas  y, al final, nadie hace nada. Y tenemos gente preparada, entrenada. Yo fui  instruido para defender la vida y darla si fuese necesario.

Tienen la capacidad de gente, que yo sé que Chile tiene hoy día, y no son capaces  de imponerse. Con todo respeto, señor Presidente, le pido encarecidamente, por  intermedio de este padre que está herido, y de todos los padres que se sienten  identificados porque tienen un carabinero o policía de investigaciones fallecido,  que hagan la pega.

Muchas gracias

Página Editorial del sitio Web Cosur Chile y de su revista digital “Tres Espadas”  Av. Bernardo O’Higgins 1452, piso 3, Santiago. www.cosur.cl y contacto@cosur.cl

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DEUDA HISTÓRICA: NO EXISTE Joaquín Fermandois —ACIA UNA ESTRUCTURA SUPERIOR DE SEGURIDAD Y DEFENSA Miguel Navarro Meza

DEUDA HISTÓRICA: NO EXISTE Joaquín Fermandois VivaChile.org, Política, 03/06/2022 — HACIA UNA ESTRUCTURA SUPERIOR DE SEGURIDAD Y DEFENSA Miguel Navarro Meza, Profesor ANEPE, 10/06/2022

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

El diagnóstico, en buena medida compartido, es el siguiente: actualmente no existe en Chile una estructura superior, una arquitectura funcional y permanente de seguridad y defensa en el nivel superior de conducción del Estado. Es efectivo que existe el Consejo de Seguridad Nacional, contemplado en el Capítulo XII de la Constitución, pero este adolece de graves deficiencias y anomalías en su funcionamiento y composición. Además, luego de la reforma constitucional de 2005 –por lo demás, muy necesaria y oportuna en este como en otros aspectos–, el Consejo quedó tan desprovisto de facultades que varios tratadistas se preguntaron, con buena razón, si no hubiese sido mejor eliminarlo del todo. Todo esto, por cierto, se vio confirmado por el resultado de sus últimas convocatorias, ocurridas durante la administración anterior.

 De ninguna manera se puede asumir una “deuda histórica”, nada más que no sea una referencia muy metafórica, desprovista de toda pretensión empírica ni menos de cualquier pretensión de adquirir fuerza de ley.

¿Por qué?

Muy sencillo, porque es ontológicamente imposible. No se puede recrear fácticamente el pasado, es decir, lo sucedido ayer o hace 5 siglos.

Ni tras la expulsión se puede regresar al Paraíso por secretaría, creencia que se propaga y fomenta por estos pagos. Incluso el mejor historiador solo tiene una aproximación un tanto hipotética al pasado.

Así como el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones, el propósito de mejorar el resultado de hechos del pasado, próximo o remoto, se transforma en utopías de pasado, retrospectivas, las más catastróficas de la historia moderna, como fueron las del comunismo y del nazismo, las más simbólicas y representativas, si bien no las únicas. Entonces, ¿es que no hay remedio a situaciones de grupos humanos desaventajados?

Sí lo hay. En efecto, la sociedad humana por sí misma jamás regresará al paraíso perdido. Sin embargo, no se trata de un callejón sin salida: su situación es mejorable como tanto se ha probado a lo largo de la historia (los humanos tienden a olvidarla, es parte del problema), y nunca dejará de ser cierto.

Es el arreglo posible del presente, si se adoptan medidas persistentes, con autodisciplina. Esto último, el tesoro escondido entre nosotros es lo más arduo en nuestros países latinoamericanos.

Es lo que sucede con la plurinacionalidad, la autonomía territorial y la restitución de tierras, amén de gobiernos regionales que pondrán en tensión las finanzas del país y tendrá personal mal pagado en huelga permanente.

Si se toman en serio estas palabras y conceptos, ello resultaría al menos en retroceder hasta la batalla de Curalaba, en 1598; Chile llegaría hasta el Bío-Bío, y eso.

Se nos dice que esas referencias no son más que un “reconocimiento”, un cariñito. Entonces, ¿para qué están en una Carta? ¿Para qué no las tomemos en serio y para que la Cámara de Diputados y Diputadas afine día a día lo que vaya siendo Chile según el humor del día? Un país así se escurre por un abismo.

Todo ello por un problema sobredimensionado, animado por una ideología muy moderna que se vincula a la contracultura; una victimización estratégica en consonancia con el grito del momento; y sumada a una organización, quizás con múltiples centros, pero que en todo caso tomaron en serio la teoría del foco de Guevara y de Abimael Guzmán, de crear un núcleo de mentalización para después pasar paulatinamente a la acción directa. Ahora estamos en eso, hasta el cuello.

Seguimos exaltando al problema indígena como si el ser de Chile girara en torno suyo. El único problema real es el conflicto mapuche. Ninguna bagatela desde luego. Salvo pequeños núcleos en el norte, se trata de un mundo mestizo, donde ni siquiera la pobreza es la causa original.

Reventó en el país cuando este dio un brinco material importante, y quizás fue uno de sus motivos; también porque ya se está lejos de una pureza original y lo mestizo es tan fuerte como el rasgo propiamente mapuche. Fuera de esa zona, salvo el apellido, poco lo diferencia del resto de sus compatriotas en un país que, comparando con la región, es bastante homogéneo, teniendo en cuenta que jamás hay una realidad pura.

Pobreza, factores culturales, integración paulatina al mundo moderno son problemas para enfrentarse. No podemos retornar al pasado (de cajón, supongo), sino que le somos fiel en la medida que sigamos alistando al país para el futuro, obviamente sin destruirlo.

Fuente: DEUDA HISTÓRICA: NO EXISTE Joaquín Fermandois VivaChile.org, Política, 03/06/2022  

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio de Santiago, el 31/05/2022

HACIA UNA ESTRUCTURA SUPERIOR DE SEGURIDAD Y DEFENSA

[1]

Miguel Navarro Meza, Profesor

ANEPE, 10/06/2022

Entre el 23 y el 25 de mayo se desarrolló el Primer Congreso Chileno de Seguridad y Defensa, iniciativa conjunta de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos y el Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica.

Durante tres días, poco más de 100 panelistas –un alto porcentaje de una renovada Comunidad de la Defensa– y un número similar de asistentes, expusieron y debatieron sobre diversos asuntos de seguridad y defensa, así como materias vinculadas, tales como relaciones internacionales, seguridad nacional e internacional, inteligencia, fuerzas armadas, relaciones político-militares y varios otros.

Según es natural en eventos de este tipo, surgieron y se discutieron varios temas trasversales. Sobresalió, entre estos, y con especial énfasis, la necesidad de una genuina arquitectura de seguridad y defensa en el país.

En síntesis, el diagnóstico, en buena medida compartido, es el siguiente: actualmente no existe en Chile una estructura superior, una arquitectura funcional y permanente de seguridad y defensa en el nivel superior de conducción del Estado.

Es efectivo que existe el Consejo de Seguridad Nacional, contemplado en el Capítulo XII de la Constitución, pero este adolece de graves deficiencias y anomalías en su funcionamiento y composición. Además, luego de la reforma constitucional de 2005 –por lo demás, muy necesaria y oportuna en este como en otros aspectos–, el Consejo quedó tan desprovisto de facultades que varios tratadistas se preguntaron, con buena razón, si no hubiese sido mejor eliminarlo del todo. Todo esto, por cierto, se vio confirmado por el resultado de sus últimas convocatorias, ocurridas durante la administración anterior.

En este tema la experiencia comparada es muy valiosa. En la actualidad, más de 60 países disponen de consejos de seguridad nacional, en la mayoría de los casos bajo ese nombre o uno muy similar.

Estados tan distintos como Irán, Indonesia, Grecia, Angola, el Reino Unido, México, Venezuela o Japón incluyen un cuerpo colegiado de este tipo en su institucionalidad superior de seguridad y defensa nacional, además por cierto del National Security Council de Estado Unidos que, en cierto modo, es el prototipo moderno de estas organizaciones.

La mayoría es de aparición comparativamente reciente, aunque, en muchos casos, dichos consejos son sucesores políticos y/o legales de entes preexistentes, cuya creación correspondió a otras circunstancias históricas y políticas de sus países, especialmente en el siglo XIX, pero que se han revalidado en la actualidad.

El diagnóstico, en buena medida compartido, es el siguiente: actualmente no existe en Chile una estructura superior, una arquitectura funcional y permanente de seguridad y defensa en el nivel superior de conducción del Estado. Es efectivo que existe el Consejo de Seguridad Nacional, contemplado en el Capítulo XII de la Constitución, pero este adolece de graves deficiencias y anomalías en su funcionamiento y composición. Además, luego de la reforma constitucional de 2005 –por lo demás, muy necesaria y oportuna en este como en otros aspectos–, el Consejo quedó tan desprovisto de facultades que varios tratadistas se preguntaron, con buena razón, si no hubiese sido mejor eliminarlo del todo. Todo esto, por cierto, se vio confirmado por el resultado de sus últimas convocatorias, ocurridas durante la administración anterior.

La abundancia de consejos de seguridad nacional y equivalentes se condice de alguna manera con los inicios de la idea: la necesidad de los países de responder a escenarios de seguridad más complejos y a nuevas amenazas, que requieren una visión holística de la seguridad y la necesidad de involucrar a la totalidad de las agencias públicas responsables y/o relacionadas con la seguridad exterior e interior del Estado.

En algunos casos, dichos consejos también obedecen a la necesidad de fortalecer un genuino liderazgo civil en defensa, lo que repite el ciclo de su incepción original en el siglo XIX.

La experiencia comparada evidencia varias cosas. Desde luego, todos los concejos de seguridad nacional están ubicado en la cúspide de la institucionalidad política de sus respectivos países, de hecho, es el Jefe del Estado y/o de gobierno quien lo preside y normalmente lo convoca. De igual modo, son instituciones que son propias del Ejecutivo, sin integración o representación de la Función Legislativa. Esto último refleja que es la Función Ejecutiva la directamente encargada de la seguridad del Estado, eso sí, con el concurso de la Función Legislativa, y su institucionalidad evidencia esta realidad.

Otra cuestión relevante, en la institucionalidad comparada. es que la presencia militar es comparativamente menor, usualmente en un cometido de asesoría al consejo, mas no de plena titularidad. Nuevamente, esto refleja una realidad en las relaciones político-militares en los sistemas democráticos: la subordinación de los uniformados a las autoridades civiles.

Siempre el ministro de Defensa será integrante de su respectivo consejo, lo que es natural, dada la naturaleza y fines del mismo, pero los militares tienen posiciones más bien de asesoría y coordinación y no de plena integración.

No menos importante en la institucionalidad de la seguridad y la defensa comparadas es la existencia, en muchos países (de hecho, en casi todos los que tienen consejos de seguridad y/o de defensa), de un asesor de seguridad nacional.

Aunque su título y sus cometidos y responsabilidades varían ligeramente de caso a caso, el consejero siempre está ubicado en el nivel más alto del gobierno, junto al Jefe del Estado y/o de gobierno y asesora, informa y coordina en temas de seguridad nacional, política de defensa, política exterior e inteligencia. Además, suele ser independiente de los intereses corporativos de las agencias gubernamentales encargadas de la defensa y la política exterior y sus burocracias, lo que facilita su gestión.

Considerando lo expuesto, resulta claro que el diagnóstico ponderado en el Congreso de Seguridad y Defensa es correcto. En Chile no existe una institucionalidad superior de la seguridad y la defensa, pero existe la necesidad de desarrollar una. En realidad, este asunto se había discutido antes, en varias instancias. Sin embargo, en esta ocasión el tema tenía nuevas urgencias.

Desde luego, lo más evidente es la constatación, una vez más, de un escenario internacional de seguridad complejo, en acelerada desregulación y con un considerable aumento de tensiones.

Este diagnóstico no es nuevo, pero la Guerra de Ucrania lo ha perfilado conjuntamente con el surgimiento de nuevos focos de tensión, especialmente en Asia Oriental. Paralelamente, en una perspectiva más políticamente cercana, es posible constatar que la propuesta de nueva Constitución no contempla alusión alguna a una arquitectura de seguridad, o al menos de defensa, ya que también excluye el concepto de seguridad nacional, no obstante, la evidente necesidad de incorporar un concepto similar, con una perspectiva desideologizada y realista.

Durante el desarrollo de los debates en el Congreso de Seguridad y Defensa, se ponderaron varias alternativas, ninguna muy alejada de las experiencias comparadas. De igual modo, se analizaron las alternativas normativas para su implementación. Asimismo, se analizó la composición de este nuevo organismo, propia de una relación político-militar madura.

Las opciones son varias, así como las vías legales apropiadas. Lo relevante, y respecto de lo cual hubo amplio acuerdo, es la necesidad de implementar definitivamente una estructura superior de seguridad y defensa –cualquiera sea su designación– con potestades suficientes y capacidades materiales adecuadas para generar las estrategias y políticas relacionadas con la seguridad y defensa del país, para coordinar sus elementos correspondientes y, en términos más generales, para integrar las factores políticos y estratégicos que inciden en el posicionamiento internacional del país.

[1]

Profesor Miguel Navarro Meza, ANEPE, Abogado y Cientista Político, Universidad de Chile. Master en Philosophy en War Studies Kings Collage. Magíster en Derecho con mención en Derecho Administrativo, Universidad de Chile. Diplomado en Derecho Aeronáutico y del Espacio, Universidad de Chile. Diplomado del Center for Hemispheric Studies, Senior Leadership Program, Estados Unidos. UDD, Facultad de Gobierno.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas C.

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¿UNA PROFECÍA EXAGERADA? Gonzalo Rojas S. —-¿QUÉ SUPONE AHORA PARA LA OTAN LA ENTRADA DE LAS ANTES NEUTRALES SUECIA Y FINLANDIA? Salvador Sánchez Tapia

¿UNA PROFECÍA EXAGERADA? Gonzalo Rojas S. VivaChile.org, Política, 03/06/2022 —-¿QUÉ SUPONE AHORA PARA LA OTAN LA ENTRADA DE LAS ANTES NEUTRALES SUECIA Y FINLANDIA? Salvador Sánchez Tapia, Profesor de Análisis de Conflictos y Seguridad Internacional,

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

Nos podemos ver enfrentados a una brutalidad descontrolada en la que se sumen fuerzas políticas, sociales y delictuales, con una agresividad que ponga en jaque -de nuevo- la vida ciudadana y que desafíe no solo al poder político, sino a las fuerzas policiales y armadas.

Una de las mayores preocupaciones del ciudadano de a pie es la expansión de la violencia en el país.

Los datos son elocuentes: nos hablan de una agresividad cada día más extendida, con víctimas cada día más numerosas, con una pasividad en la reacción cada día más evidente.

Eso en cuanto a los datos.

Pero obviamente la pregunta es: y para adelante, ¿qué?

A finales de mayo, bien puede preverse el escenario del 5 de septiembre. Si el 17 de octubre de 2019 vivíamos en las nubes, ahora tenemos los pies bien puestos en la tierra.

Si gana el Rechazo, habrá fuerzas urbanas y rurales que desplegarán un potencial de violencia solo comparable al del 18 de octubre de 2019, pero aumentado en su furia basal y en las expresiones de su odio.

Esas fuerzas de guerrilla urbana se vienen acumulando en diversos lugares de Santiago y en las otras ciudades principales del país, y estallarán ‘justificadamente’ a partir de la derrota de su proyecto refundacional.

Nos podemos ver enfrentados a una brutalidad descontrolada en la que se sumen fuerzas políticas, sociales y delictuales, con una agresividad que ponga en jaque -de nuevo- la vida ciudadana y que desafíe no solo al poder político, sino a las fuerzas policiales y armadas.

Algo así como: “Aquí estamos: ¿nos van a reprimir para que después podamos acusarlos de haber violado gravemente nuestros derechos?”

¿Y si gana el Apruebo? Lo mismo da. Esas fuerzas insurreccionales se van a desplegar entonces para exigir que el gobierno Boric vaya a finish, para que termine de una vez por todas con esta ‘democracia burguesa’, para que en el nombre del pueblo triunfador la nueva Constitución sea aplicada a fondo y de inmediato, suprimiendo todas las garantías democráticas.

Por supuesto: usted puede pensar que todo esto es una exageración.

Solo dos cosas: Sígales la pista a los actos de violencia que en los próximos meses irán in crescendo, preparando así esa sublevación para que sea menos dolorosa; y… después del 18 de octubre de 2019, ¿hay alguna profecía que pueda ser considerada exagerada?

¿UNA PROFECÍA EXAGERADA?  Gonzalo Rojas S.  VivaChile.org, Política, 03/06/2022

¿QUÉ SUPONE AHORA PARA LA OTAN LA ENTRADA DE LAS ANTES NEUTRALES SUECIA Y FINLANDIA?

Salvador Sánchez Tapia, Profesor de Análisis de Conflictos y Seguridad Internacional, Universidad de Navarra

The Conversation, 05/06/2022

La invasión rusa de Ucrania iniciada en febrero está produciendo unas sacudidas en el entorno de seguridad europeo cuyo alcance total solo se vislumbrará cuando la niebla de la guerra se haya disipado.

Lo que ya se sabe es que la guerra ha hecho anidar entre los europeos una sensación de inseguridad compartida.

La solicitud de acceso a la OTAN avanzada por Suecia y Finlandia es una manifestación de la inquietud con que dos naciones nórdicas geográficamente próximas a Rusia contemplan la guerra. La preocupación de estos dos países por el comportamiento ruso no es nueva, pero renace ahora con fuerza para operar un cambio histórico en unas culturas estratégicas basadas en la neutralidad, llevándolos a llamar a la puerta de una organización en cuya periferia han permanecido durante décadas.

Siempre cerca, pero siempre rechazando cruzar el umbral de la plena participación.

El estado de postración en que quedó Rusia tras la caída del comunismo difuminó el imperativo de neutralidad a ultranza. Ambos países iniciaron una aproximación a occidente, integrándose en 1995 en la Unión Europea y asumiendo la cláusula de defensa mutua del Tratado de Lisboa, redactada con la suficiente ambigüedad como para salvaguardar su neutralidad.

Se produjo también un acercamiento a la OTAN, materializado con el ingreso de los dos países en el programa Partnership for Peace (PfP) y con el inicio de una larga andadura de leal participación en operaciones multinacionales de la Alianza.

Los finlandeses ya manifestaron su rechazo a la OTAN. La cooperación de estos países con la OTAN ha crecido desde entonces y hoy convergen con ella más que algunos aliados.

Nunca habían dado el paso de vincularse jurídicamente al Tratado de Washington. Porque, aunque vincularse les habría situado bajo el paraguas protector de la Alianza, también les habría obligado a implicarse fuera de sus fronteras en la defensa de otros, algo no bien recibido por sus ciudadanos.

Una encuesta sobre defensa comisionada por el ministerio finlandés del ramo publicada en 2007 mostró que casi el 70 % de los finlandeses rechazaba entonces la integración en la OTAN.

El entorno de seguridad ha cambiado. La presión de Putin ha obrado el milagro de revertir décadas de neutralidad. El ingreso no será inmediato, pues precisa la aquiescencia de todos los aliados sin excepción. A pesar de que los dos países cumplen sobradamente los requisitos de índole política que demanda la OTAN a cualquier candidato, un acceso rápido parece descartado a la vista de la actitud de Turquía.

La reacción de Rusia ha evidenciado su contrariedad. El viceministro Ryabkov ha calificado la decisión de “grave error”, augurando “consecuencias de largo alcance”.

Putin ha matizado esta valoración diciendo que Rusia no tiene problema con el acceso, pero añadiendo que no tolerará la expansión de la infraestructura de la Alianza a territorio sueco o finlandés.

Con los nuevos aliados, la OTAN se reforzará significativamente, pues sus fuerzas armadas, aunque relativamente reducidas, están equipadas con material sofisticado y excelentemente entrenadas.

Su entrada en la Alianza debe ser saludada como beneficiosa para todos. Contribuye, además, a fortalecer el pilar europeo, pues ambos son miembros de la Unión Europea y produce el salutífero efecto de forzar a sus ciudadanos a ser más solidarios con las preocupaciones de seguridad ajenas.

El hecho, sin embargo, se produce en un momento tenso. Al menos a corto plazo, el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN aumentará la fricción con Rusia. La Alianza asume un problema que podría haberse evitado si la decisión se hubiera tomado en un periodo de distensión. Oportunidades ha habido.

La idea puede también introducir en la OTAN la semilla de la discordia. Sin rechazarla tajantemente, Turquía ha manifestado sus reservas a la entrada, argumentándolas con la actitud de estos países hacia los refugiados kurdos del PKK.

El período de distensión que vive Turquía con Rusia desde la guerra de Siria, reforzado por el giro de política exterior introducido por Erdogan, ha podido también jugar un papel en la postura turca. Aunque finalmente acepte el acceso de los dos países, ha quedado perfectamente claro qué piensa de sus dos nuevos aliados.

La entrada de Finlandia y Suecia desplaza el centro de gravedad de la Alianza sensiblemente al norte. Siendo lógico el énfasis que la OTAN pone en el este de Europa, no debe ir en detrimento de la atención debida a otros problemas de seguridad, ni apuntalar la sensación de que el este y el sur no reciben en la OTAN el mismo nivel de atención.

Dos democracias preocupadas por una amenaza. Acoger a dos democracias preocupadas por una amenaza real es, además de una cuestión de solidaridad, un deber moral, incluso si estas han declinado durante décadas compartir la carga que implica mutualizar la seguridad en una Alianza.

Suecia y Finlandia deben ser aceptadas con los brazos abiertos, pero también con la plena consciencia de las implicaciones que para la seguridad continental tiene recibirlos en un momento en el que Rusia libra una guerra contra Ucrania y contra un Occidente encarnado por la OTAN y por Estados Unidos, a los ojos de Putin.

La ampliación no debe servir para reducir la sensibilidad aliada hacia retos de seguridad diferentes al que plantea Rusia, ni hacia problemas como el de la no inclusión de Ceuta y Melilla en el espacio geográfico definido por el Artículo 6 del Tratado de Washington.

El resultado de la incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN debe ser más seguridad para todos; no menos.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas C.

Columna de Opinión

EL PC EN “MOMENTOS CRUCIALES” El Mercurio, Editorial, 08/06/2022 —–TERMINAR SOLO por Juan Pablo Zúñiga H. VivaChile.org, Política, 03/06/2022

EL PC EN “MOMENTOS CRUCIALES” El Mercurio, Editorial, 08/06/2022 —–TERMINAR SOLO por Juan Pablo Zúñiga H. VivaChile.org, Política, 03/06/2022

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión.

Respecto del sistema de pensiones, junto con aplaudir el eventual fin de las AFP, resaltara que sería “sin expropiación de fondos”, reconociendo de modo implícito, y ciertamente en contra de los postulados comunistas, la importancia que la gente atribuye a la propiedad de esos fondos.

Bajo el lema “110 años: mirando el futuro, transformando el presente”, el Partido Comunista celebró recientemente su aniversario. El acto tuvo lugar en el Teatro Caupolicán y permitió conocer la visión que el PC tiene del proceso político chileno.

El principal orador fue su presidente, Guillermo Teillier. En un discurso de algo más de 45 minutos, hizo énfasis en tres temas: los orígenes históricos de la colectividad; la Convención y la importancia que le atribuye a que gane la opción Apruebo en el plebiscito —“la batalla de las batallas”, según El Siglo—, pues su contenido interpreta sus aspiraciones programáticas, y, finalmente, la aprobación que les merece la Cuenta Pública recién rendida por el Presidente Boric, queriendo así dar una señal de unidad en el oficialismo, pero también explicitando el catálogo de temas que hoy el PC pretende impulsar.

Respecto de su historia en Chile, Teillier rindió un homenaje a sus fundadores y su concepción de sociedad, basada en la lucha de clases y el papel que en ella se autoatribuye el PC como expresión de la clase obrera.

El Partido Comunista chileno ha logrado avances inéditos para sus posiciones.

A pesar de que con los años su discurso ha ido incorporando otros temas, Teillier insistió en la continuidad que hay tras los afanes que los han movilizado.

Al respecto, podría sorprender que hoy los comunistas pretendan encarnar cuestiones como la problemática ambiental o las reivindicaciones de las minorías sexuales, frente a las que históricamente habían sido indiferentes o incluso abiertamente contrarios; ello revela hasta qué punto la bancarrota ideológica que significó para el comunismo mundial la caída del Muro de Berlín y la evolución de lo que se entendía por proletariado, lo ha obligado a buscar otros “sujetos revolucionarios”, intentando aplicar la dialéctica marxista en materias que antes despreciaba como meras preocupaciones burguesas.

En otra paradoja, aunque el PC se excluyó del acuerdo del 15 de noviembre, que dio origen al proceso, Teillier valoró el texto que termina de elaborar la Convención, insistiendo en la caricaturesca idea de que el próximo 4 de septiembre estaría en juego terminar con “la Constitución pinochetista”.

En lo político, el timonel comunista declaró una profunda identificación con el Gobierno, aludiendo a “pájaros de mal agüero” que pretenderían ponerlos en contradicción, y celebró los anuncios de la Cuenta Pública.

Sugerente es que, respecto del sistema de pensiones, junto con aplaudir el eventual fin de las AFP, resaltara que sería “sin expropiación de fondos”, reconociendo de modo implícito, y ciertamente en contra de los postulados comunistas, la importancia que la gente atribuye a la propiedad de esos fondos.

Más en conformidad con las posturas tradicionales de su partido, alabó la creación de una Empresa Nacional del Litio.

También destacó que en el futuro se podrá ir “cómodamente” a Valparaíso en un tren rápido, expresó su inquietud por la inflación y apoyó los planteamientos presidenciales sobre seguridad, afirmando que la sola represión no soluciona los problemas.

En lo internacional, se mostró esperanzado ante las posibilidades de triunfo de la izquierda en Colombia y Brasil. Y dando cuenta de los atavismos, si bien declaró que el partido es firme partidario de la paz, evitó condenar la invasión rusa a Ucrania.

Pero quizás lo más sugerente fue la afirmación de estar viviendo “un momento crucial”. Con un borrador constitucional que demuele instituciones históricas y abunda en planteamientos radicalizados, y siendo parte de un gobierno donde su peso es evidente, el PC chileno ha logrado avances inéditos para sus posiciones.

Han contribuido a ello la innegable habilidad política de sus figuras para maximizar su influencia (el caso de la Convención es en ese sentido paradigmático); la incorporación de una generación de atractivos rostros jóvenes que conviven disciplinadamente con sus veteranos dirigentes (Teillier lleva la insólita cifra de 17 años al frente de la colectividad), y el referido ejercicio de incorporar a su anticuado discurso el lenguaje de las coaliciones identitarias.

Pero aun en este momento pervive en el PC una distorsionada visión de la democracia, que bien podría simbolizarse en el saludo y agradecimiento a las delegaciones presentes de dictaduras como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Tal vínculo debería constituir una señal y una advertencia a la ciudadanía respecto de un partido que hoy ocupa un lugar clave en la coalición oficialista.

Fuente: EL PC EN “MOMENTOS CRUCIALES” El Mercurio, Editorial, 08/06/2022

TERMINAR SOLO por Juan Pablo Zúñiga H. VivaChile.org, Política, 03/06/2022

Decía una broma en 1973 que Allende había muerto con mocasines, pues se había quedado sin cordones. Esa simple broma mostraba que efectivamente el Sr. Allende terminó su gobierno en soledad.

El Sr. Boric -a quien he llamado en otras ocasiones “pequeño chicho”- no parece darse cuenta de que está siguiendo la misma senda que su alter ego. Ahora, la gran diferencia entre ambos es que el Sr. Allende sí tenía claro hacia dónde quería llevar al país, sin embargo, su problema era el cómo: por los cauces “legales” utilizando todo resquicio posible, o por la fuerza.

El Sr. Boric y su equipo, por el contrario, tiene una noción de país y de sociedad muy clara en su imaginación, en el mundo onírico, pero que en la práctica no es más que una madeja de contradicciones impracticables.

Es cuestión de ver que, en materia de proyectos “han dado botes” en el congreso y en temas de gestión, mejor ni hablar. Todo ello queda muy claro al ver que constantemente presentan problemas de comunicación y coordinación internos, mientras tanto, todos miramos el estado catatónico del ejecutivo que tiene al país andando básicamente por la inercia que aún le resta del empuje de los “malvados últimos treinta años”.

El gobierno está paralizado. Está en un diario dilema entre sus sueños, sus ambiciones con respecto a la revolución en curso, el plan de las izquierdas más radicales dentro de su coalición que apuntan a acelerar la refundación de Chile, el miedo a que se les vaya todo de las manos, el deseo de gobernar sin tener idea de cómo hacerlo, y, en último término, satisfacer las órdenes que dé el Sr. Tellier desde el comité central del partido Comunista, que es quien realmente gobierna Chile.

Las prácticas que el gobierno está empleando cuentan con elementos inspirados en fracasadas épocas anteriores. El ministro Jackson, en alusión a la eventual nueva constitución, planteó la posibilidad de su inmediata puesta en marcha mediante el uso de decretos con fuerza de ley. Esta afirmación muestra con claridad la vocación totalitaria del gobierno y las fuerzas políticas que lo acompañan, junto con dejar de manifiesto que el concepto de democracia que tanto manosean no es más que una palabra bonita del repertorio de la fraseología de izquierda.

No nos olvidemos que el último gobierno que operó mediante el uso de decretos -saltándose acuerdos con el congreso- fue ni más ni menos que el del Sr. Allende.

A su vez, la inacción frente al terrorismo, guerrilla indígena, narcotráfico, inmigración y movimientos anarquistas que están destrozando la paz nacional, muestra una indiferencia absoluta por las prioridades del país. Nótese bien, estoy hablando de inacción y no de inoperancia.

Si bien el gobierno es claramente inoperante en muchas materias (política exterior, comercio internacional, acuerdos políticos, falencias de gestión, puesta en marcha de proyectos de infraestructura urgente como lo es la construcción de desalinizadoras y modernización de la matriz hídrica, etc.), en las señaladas anteriormente vemos una falta de actuar intencional, por una parte, por el conflicto que le genera la identificación ideológica del gobierno con los elementos subversivos, y, por otra, porque son instrumentales para mantener el fervor de su revolución en curso.

Sin embargo, la profundización de las contradicciones que les enseña el catecismo marxista, tiene el peligro de que en determinado momento se pueden volver en su contra dejándolo sólo en La Moneda, tal y como le sucedió al Presidente Allende.

Es así como en el palacio de gobierno, tenemos hoy montada una de esas historias de antaño, con un reyezuelo sentado en el trono recibiendo a diario las adulaciones provenientes de sus fanáticos, siendo inflado desde el extranjero con menciones honrosas como la de la revista Times que, sin ningún mérito, escogió al Sr. Boric como uno de los 100 personajes más influyentes, y teniendo al malévolo canciller -Guillermo Tellier- que desde las sombras maneja los hilos del gobierno y organiza las tramas que operan en favor de su siniestro plan.

No le deseo al presidente en ejercicio el mismo desenlace fatal que tuviera su mentor espiritual, quien, empujado por las circunstancias, prefirió la autoinmolación para así entrar en el panteón de los “mártires” de las izquierdas mundiales y recibir la adoración eterna de los fanáticos feligreses de la fe marxista.

Por el bien de Chile, continuo -ingenuamente, pero sin perder de vista la realidad- deseando el éxito del actual gobierno. Sin embargo, todo indica que no es más que una ilusión frente a la realidad inexorable de las circunstancias que vive nuestro país, las cuales ya están convidando a que la soledad comience a rondar los pasillos de La Moneda, preparando un desenlace aún incierto.

Un aporte del Director de la Revista UNOFA, Antonio Varas C.

Columna de Opinión

LAS FF. AA. Y DE ORDEN: COLUMNA VERTEBRAL DE CHILE Gonzalo Ibáñez

LAS FF. AA. Y DE ORDEN: COLUMNA VERTEBRAL DE CHILE Gonzalo Ibáñez S.M. VivaChile.org, Historia, 03/06/2022

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

Al rendir un nuevo homenaje a Arturo Prat y a sus camaradas no podemos hacerlo sin comprender en él al conjunto de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden. Hemos de reconocer y agradecer que ellas hayan sido en último término el gran recurso, la columna vertebral que la ha permitido a Chile caminar erguido por la historia.

Todavía resuenan los ecos de la conmemoración del último aniversario del Combate Naval de Iquique del 21 de mayo de 1879.

Como correspondía, las miradas se volvieron, en primer lugar, sobre Arturo Prat para agradecerle su sacrificio y admirarlo por su valentía y arrojo, y por su decisión de llevar el combate hasta las últimas consecuencias, aunque ello le costara, como le costó, la vida. Y sobre su gente, que no vaciló en seguir los pasos de su comandante en el camino del sacrificio y del honor.

Pero, antes que se acallen estos últimos ecos, creo importante advertir cómo el espíritu que animaba a Prat y su gente no era diferente del espíritu que animaba a todas nuestras Fuerzas Armadas en las circunstancias de la guerra del Pacífico.

El sacrificio de Prat fue, sin duda, la expresión más alta de ese espíritu, pero se impone reconocer que éste era participado por todos quienes vestían el uniforme chileno. Y también debe decirse que ese espíritu no fue una exclusividad de esa guerra, sino que ha estado siempre presente en nuestros institutos armados, incluyendo las fuerzas de Policía, esto es, Carabineros e Investigaciones.

Y, por lo mismo, se impone reconocer en estas instituciones el eje sobre el cual Chile, al menos, durante sus años de vida independiente, se ha estructurado.

Lo han sido en situaciones de conflicto con nuestros vecinos del norte, como fue aquella guerra de 1879, y como fue después en los sucesivos conatos que hemos tenido con nuestro vecino del otro lado de la cordillera, tanto a fines del siglo XIX y comienzos del XX como en 1978 cuando sencillamente marchábamos ya a una guerra que sólo la detuvo, en el último momento, la mediación de S.S. Juan Pablo II.

Si en estos desafíos Chile pudo salir airoso fue siempre, en último término, por la acción de sus Fuerzas Armadas y de Orden. Y estas últimas, especialmente, son las que han librado sin cesar una ardua batalla para mantener, en el interior del país, la delincuencia a raya.

Hemos debido, como comunidad, enfrentar los inmensos desafíos que nos ha planteado nuestra naturaleza y los daños colosales que ella periódicamente nos ha causado. En esas circunstancias, estas fuerzas se la han jugado sin reservas para llevar alivio a la población y para mantener el orden y la seguridad sociales, como lo han hecho, por lo demás, durante todo este período en que hemos sufrido las consecuencias de una grave pandemia.

Y son ellas las que siempre están presentes custodiando nuestras fronteras y son las que dan la cara cuando, como último recurso, son llamadas en La Araucanía para enfrentar el ataque terrorista o cuando lo han sido en nuestra historia para impedir que, por malas políticas, el país termine en la ruina.

Nunca, entretanto, han tenido ni el menor asomo de ambiciones de poder político sino solamente de cumplir lealmente con sus deberes profesionales.

Cuando vimos desfilar esos batallones de jóvenes, hombro a hombro mujeres y varones, con marcialidad, disciplina y convencimiento de la misión que tienen en sus manos, no podemos dejar de reconocer, de admirar y de agradecer a nuestras instituciones militares y de policía, desde luego por la formación y el carácter con que dotan a esos jóvenes, pero antes, por constituir el depósito sagrado donde, junto a los contenidos propios de las diferentes disciplinas militares y de policía, se conservan y se cultivan los valores más preciados de patriotismo, de coraje, de disciplina, de conocimiento de nuestra historia y de un recto amor al prójimo sobre los cuales se ha construido durante siglos el Chile que hoy nos alberga.

Lo cual es tanto más importante cuando comparamos este patrimonio con la ausencia total que de él demuestran esos otros grupos donde también se reúnen jóvenes pero que, incitados esta vez por las mafias demagógicas que operan en el país, se han entregado a la comisión de actos de total barbarie: así, vandalismo, saqueo, terrorismo, grosería han constituido la huella de su paso por nuestras ciudades y nuestros campos.

Frente a ellos, los jóvenes que forman fila en nuestros institutos armados y en los de policía constituyen, sin duda, la reserva moral más potente de que dispone el país.

En definitiva, al rendir un nuevo homenaje a Arturo Prat y a sus camaradas no podemos hacerlo sin comprender en él al conjunto de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden. Hemos de reconocer y agradecer que ellas hayan sido en último término el gran recurso, la columna vertebral que la ha permitido a Chile caminar erguido por la historia.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio de Valparaíso, el jueves 26 de mayo de 2

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas C.

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