Columna de Opinión

El Sistema previsional de las Fuerzas Armadas: algunas consideraciones generales en el caso de Chile

El Sistema previsional de las Fuerzas Armadas: algunas consideraciones generales en el caso de Chile.

José Miguel Piuzzi Cabrera General de División (R)

Las opiniones vertidas en esta página son de responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
De manera más específica se debe destacar que a diferencia de cualquier otra profesión o carrera técnica, la cualificación profesional y técnica del militar (estudios, perfeccionamiento y experiencia) se orienta a un tipo de actividad que constitucionalmente la administra de manera exclusiva el Estado, lo que impide llevarla a cabo a plenitud en cualquier otra institución que no sean las Fuerzas Armadas

 El sistema previsional de las Fuerzas Armadas entrega a los miembros de las instituciones castrenses un conjunto de prestaciones y otros beneficios establecidos por ley, basados en su mayoría en la singularidad de la profesión militar y en la diferencia que existe entre la carrera militar y la mayor parte de las profesiones y actividades del ámbito civil.

Sin embargo, cuando se hace referencia a “la previsión de los militares”, en el contexto de las discusiones que se llevan a cabo en torno al sistema de pensiones vigente a nivel nacional, lo que prima es una mirada muy parcial, influida en gran medida por una comparación de las pensiones entre los dos sistemas, sin considerar entre otros aspectos, las diferencias objetivas de la actividad, régimen de servicio y condiciones laborales del militar.

De hecho, en ocasiones se muestra a los integrantes de las Fuerzas Armadas como un “sector privilegiado” que quedó fuera del sistema de pensiones puesto en vigencia en la década de los 80, a raíz de una suerte de incertidumbre sobre el resultado del nuevo sistema. Se olvida o se desconoce que más allá de las certezas y de las dudas que pudieron existir cuando se diseñó el nuevo sistema de pensiones, las razones por las que las Fuerzas Armadas (y las Fuerzas de Orden y de Seguridad) se mantuvieron en el antiguo sistema fueron otras; algunas de ellas tan evidentes como que la previsión de las Fuerzas Armadas es responsabilidad del Estado, en prácticamente todos los países, y otras, que dicen relación con las particularidades de la profesión y de la carrera militar, tema que se da por conocido pero que muchas veces no es tratado en profundidad incluso en ámbitos castrenses.

Pero, es cierto que cuando se concibió el nuevo sistema de pensiones algunos personeros del área económica querían incluir a todos los trabajadores (civiles y militares) en el nuevo sistema. Bajo un prisma economicista no se asumía en toda su dimensión que quienes servían en las instituciones armadas más allá de ocuparse por la Seguridad Nacional, desarrollaban gran parte de su vida laboral trabajando como profesionales y técnicos, para un solo empleador que era el Estado; y que de hecho, su reclutamiento, formación y desarrollo profesional se lleva a cabo en una institución cuya misión exclusiva es servir al Estado y al Bien Común. Tanto es así, que en el caso del militar llegado un momento de su carrera el Estado prácticamente se la expropia, como sucede cuando es llamado a retiro.

De manera más específica se debe destacar que a diferencia de cualquier otra profesión o carrera técnica, la cualificación profesional y técnica del militar (estudios, perfeccionamiento y experiencia) se orienta a un tipo de actividad que constitucionalmente la administra de manera exclusiva el Estado, lo que impide llevarla a cabo a plenitud en cualquier otra institución que no sean las Fuerzas Armadas. El hecho de poder realizar en la etapa de retiro otras actividades por la experiencia, capacidad, y voluntad que pueda tener cada persona que cumplió servicio en las Fuerzas Armadas, si bien puede aminorar los efectos de esta expropiación no altera el que al pasar a retiro el ejercicio de su profesión queda revocado.

Estas diferencias, con cualquier otra profesión o carrera técnica, no sólo establecen una relación particular con el Estado, sino que además limitan el ejercicio de la libertad de trabajo y la autonomía profesional, a consecuencia de la naturaleza de su quehacer y del destinatario de sus servicios, como asimismo, por las exigencias propias del servicio en las Fuerzas Armadas.

La singularidad de lo militar

De esto depende el tipo y nivel de exigencia que se le impone al militar, tanto en la preparación para el empleo de la fuerza como en su participación como parte de una unidad que actúa en pos del logro de los objetivos en un conflicto, en una realidad estratégica y táctica determinada.

Ciertamente estas condiciones o circunstancias en que se cumple la función militar difieren significativamente de una realidad a otra. Y por eso el análisis comparado entre países debe calibrarse adecuadamente. No es lo mismo formar parte de una fuerza militar que para el cumplimiento de sus misiones cuenta con todo un sistema de apoyo (tecnología, cobertura estratégica, equipamiento, integración de diferentes agencias) que le permite actuar, incluso por norma, con superioridad sobre el enemigo, que servir en otro tipo de fuerza cuyos medios y capacidades materiales y tecnológicas son limitadas, y que para el logro de los objetivos debe exigir del soldado un grado de comprometimiento, valor, y capacidad de asumir sacrificios y riesgos, más próximos a un enfrentamiento bélico donde el factor humano prima sobre los medios materiales y tecnológicos.

Es más, hay que tener presente que existen Fuerzas Armadas cuyas tareas principales se focalizan en misiones de paz, y que no consideran el empleo coercitivo de la fuerza militar, excepto cuando forman parte de una coalición mayor y en tareas de apoyo, y también hay otras que, además de no tener consideradas hipótesis de conflicto centran su acción en funciones de seguridad y labores policiales más que en las de tipo militar. Pero, la realidad de la mayor parte de las instituciones armadas pertenecientes a los países en vías de desarrollo – más aun las que enfrentan hipótesis de conflicto vecinal –, conciben un tipo de empleo de fuerzas donde las exigencias en términos de disciplina, acción colectiva, cohesión, valor individual, disposición al sacrificio y al riesgo, entre otras, son condiciones básicas para el cumplimiento de sus misiones, lo que sin lugar a dudas las hace diferentes. En las fuerzas terrestres esto es determinante, ya que las misiones y los objetivos se logran generalmente mediante una acción colectiva basada en una solidaridad psíquica y orgánica que requiere ser formada, desarrollada y mantenida en el tiempo.

En este sentido hay que señalar que lo que se conoce como “espíritu de cuerpo” no surge de un contrato o de un simple mandato; se logra a través de la observancia y común aprecio de valores, símbolos, y tradiciones reconocidas por el Estado, que son necesario cultivar en bien del desempeño colectivo aunque sin anular la autonomía personal e iniciativa, equilibrio muy difícil de alcanzar. Las instituciones armadas más que una comunidad de intereses deben ser una comunidad de vocaciones y lealtades al servicio del país.

Éstas y otras exigencias no se pueden improvisar, y como la corrupción de las mismas compromete la seguridad y defensa de Nación, es imperativo que ellas se logren sobre la base de un compromiso individual y colectivo con la institución y con el país, enmarcado en las normas y reglamentos que rigen la conducta militar, y apoyado por la existencia de incentivos vocacionales, y también materiales, que buscan promover y asegurar prácticas profesionales coherentes con las exigencias más extremas que en un momento determinado deben asumir y superar.

Lo anterior demanda del cumplimiento de un conjunto de obligaciones e imperativos que son inherentes a una fuerza militar que sirve al Estado y al Bien Común. Entre éstas, la aceptación de la disciplina y la subordinación, como norma básica que asegura el cumplimiento del deber; el uso de las armas cuando la ley y autoridad política lo determina; la disposición consciente a aceptar el sacrificio en periodos prolongados de estrés humano; la disposición a privilegiar la acción colectiva por sobre el parecer individual, a pesar del riesgo de la vida; en el caso de empleo de la fuerza, la disposición de entregar la vida, y a su vez, de dar de baja a otros seres humanos en el cumplimiento de su deber, de acuerdo a las misiones y reglas de enfrentamiento; y el estar disponible en cualquier momento para las tareas que se le asignen de acuerdo a su grado, entre otras.

El régimen de servicio y condiciones laborales

El servicio en las instituciones armadas impone a sus integrantes una serie de exigencias, las que en su conjunto difieren mayoritariamente de lo que se le exige a cualquier profesional o técnico civil.

En esto existen algunas diferencias entre países de acuerdo su legislación y necesidades del servicio. En efecto, hay instituciones armadas en las cuales la jornada laboral, destinaciones, y participación en sindicatos es similar a algunos servicios públicos, no obstante, en la mayoría de las Fuerzas Armadas rigen restricciones o limitaciones de los derechos de sus miembros, inclusive algunos de los consagrados en el derecho internacional, de plena aplicación para cualquier persona. Entre estos:

– Derecho a reunión y manifestación

– Derecho a asociación – Libertad de sindicación

– Derecho a huelga

– Libertad de expresión y de información

– Derecho a la libertad y seguridad personal

– Derecho a petición colectiva

– Libertad de desplazamiento

Además de lo anterior, y en lo concerniente a la jornada de trabajo, el militar debe estar disponible para concurrir al servicio en cualquier momento, y algo que no es menor, puede ser destinado a distintas unidades y lugares del país de acuerdo a las necesidades del servicio. En otro orden de cosas, se debe considerar también que los miembros de las Fuerzas Armadas además de ejercer su profesión o carrera técnica en una institución que sirve exclusivamente al Estado, acepta y se somete a un tipo de desarrollo de carrera que regula su grado jerárquico y su grado económico básicamente sobre la base de consideraciones de tiempo servido en el grado (años de servicio). De esta forma, si bien se evalúa el desempeño individual y ello es fundamentalmente para verificar que quienes asciendan cumplan determinados requisitos, y a la vez para ir adecuando la cantidad de ascensos a una planta que piramidal, lo central es el ascenso por promociones y dentro de ellos por antigüedad, sistema que busca fortalecer el sentido colectivo y valorar la experiencia. Adicionalmente, los integrantes de las instituciones castrenses tienen limitaciones para llevar a cabo, fuera de la jornada normal de trabajo, cualquier otra actividad que complemente sus ingresos económicos, en forma regular y estable (en cuanto a asistencia, cumplimiento de horario y permanencia).

Así, entonces el militar debe asumir que sus ingresos económicos estarán regulados básicamente por una escala de sueldos vinculada a los años de permanencia en la institución y al grado jerárquico que vaya alcanzando, complementado por algunos beneficios que se logran por haber aprobado cursos y especialidades, propios de la profesión o de la especialidad, a los que puede acceder cuando por requisito de la carrera o por disponibilidad de personal y méritos pueda postular y ser aceptado.

La realidad descrita incide directamente en los ingresos económicos del militar, lo que es diferente a las posibilidades de ejercicio laboral de cualquier profesión o actividad civil, sin desconocer las dificultades de otro orden que enfrentan éstas. Mas, en este último caso, la persona no sólo puede elegir la institución, empresa u organización en la cual puede desarrollar su profesión o carrera técnica, también puede proyectar el tiempo en que estima conveniente permanecer en éstas, además de tener la posibilidad de hacerlo a título propio. Asimismo, le es posible combinar el trabajo en una institución o empresa con una jornada parcial en otra, o con un trabajo distinto o similar por cuenta propia adecuando sus horarios, lo que sin duda implica sacrificios, pero no tiene de partida una limitación derivada de su profesión. En suma, de acuerdo a las posibilidades del mercado laboral puede administrar y orientar su desarrollo profesional o técnico, en el país o en el extranjero, en gran medida desde una perspectiva individual acorde a las posibilidades existentes y a sus aspiraciones como persona y como profesional.

Un desafío complejo

Teniendo lo militar algunas particularidades como las expuestas, es posible comprender que el sistema previsional de las Fuerzas Armadas esté concebido como una combinación de propósitos. En estos se integran el principio general de asegurar a sus beneficiarios el que dispondrán de ingresos monetarios en su etapa de retiro, con la necesidad de compensar el que la persona no pueda seguir ejerciendo su profesión o carrera técnica al dejar su institución, la mayor de la veces por limitaciones de vacantes más que por falta de capacidad y méritos. Asimismo, desde sus comienzos el sistema ha asumido el desgaste prematuro que las exigencias de la carrera militar acarrean, tanto por el tipo de misiones que deben cumplir como por las limitaciones que ésta impone, lo cual no está reflejado del todo en el sistema de remuneraciones.

En todo esto también hay que tener presente que, desde el inicio de la década pasada, al modificarse el ingreso a las Escuela Matrices para después de haber terminado la Enseñanza Media, y a la vez, al tener una formación de cuatro años en ellas, la edad de egreso y la de jubilación de las nuevas generaciones se aplazó de manera automática. Estos cambios, aun cuando no solucionan totalmente los problemas que se originan por el retiro prematuro de los miembros de la Fuerzas Armadas en términos de edad, crea condiciones para avanzar en otras modificaciones que permitan combinar la necesidad de mantener un modelo de profesionalidad que asegure la efectividad de la fuerza militar acorde a sus misiones, y un desarrollo de carrera adecuado a las exigencias que la realidad chilena impone a sus instituciones armadas.

Muchas han sido las alternativas que se han buscado en otros países para mitigar los efectos de los retiros prematuros en las Fuerzas Armadas, como a su vez, para captar personal calificado para servir en ellas, asegurando una capacidad profesional y técnica, y un compromiso vocacional mínimo acorde a las exigencias de la carrera militar. Estos han ido desde la creación de fondos de reconversión laboral hasta extensiones de la carrera (en el servicio civil) dentro de la administración de las instituciones y del sector defensa. Son experiencias que conviene analizar detalladamente, en especial, cuando derivado de la revisión del sistema general de pensiones de un país se discute el de las Fuerzas Armadas.

En el caso nacional, la conveniencia de considerar en toda su dimensión la singularidad de lo militar y el imperativo de asegurar que quienes forman parte de las instituciones armadas mantengan las capacidades y el compromiso que el país requiere, en todos los temas relacionados con estas instituciones, lejos de ser una suerte de exhortación corporativa parece ser un deber con la Defensa Nacional y con lo que el país espera y requiere de sus Fuerzas Armadas.

Columna de Opinión

¿NUEVA CONSTITUCION PARA CHILE?…

¿NUEVA CONSTITUCION PARA CHILE?…

Las opiniones vertidas en esta página son de responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

No es posible elaborar un documento tan importante para el gobierno del país y que no sea comprendido por todos sus habitantes además que tenga una alta dosis de sentido común.

EN 1812 FRAY CAMILO HENRIQUEZ, ESCRIBIÓ:…”de lo anterior se colige que, la formación de una Constitución, es la obra maestra de Grandes Genios, que exige filosofía profunda, una consumada prudencia  y vastos conocimientos de historia.

Comentario: me pregunto ¿poseen esas calidades quienes pretenden redactar una nueva Constitución Política para Chile? y me suscribo a lo expresado por el Padre Henríquez hace ya doscientos cinco años y en este caso el tiempo no afecta porque las necesidades del hombre han sido siempre las mismas en cuanto a adquirir conocimientos, vestimenta, necesidad de trabajar, un sistema que resuelva asuntos jurídicos, que organice a la sociedad para alcanzar el bien común.

Estimo que los futuros redactores no poseen las características que señala DN. Camilo. Ahora, ¿existen esos hombres en Chile? yo creo que sí, aunque pueden estar no dedicados a este tema por el momento pero debieran estar dispuestos a sacrificarse y hacer comprender a los ciudadanos que es la Constitución y para qué sirve, puesto que, existe una gran masa de ciudadanos que no sabe lo que es la Constitución.

No es posible elaborar un documento tan importante para el gobierno del país y que no sea comprendido por todos sus habitantes además que tenga una alta dosis de sentido común. En la mayoría de los países civilizados, La Constitución organiza al Estado y los poderes que lo gobiernan, la educación, la seguridad pública, las FF. AA., el transporte, etc.

Me remitiré a dos democracias y sus constituciones que son de antigua data y aun sirven a su pueblo, me refiero a Inglaterra y los EE.UU. de América. Sus respectivas Constituciones sin ser iguales, han garantizado a sus habitantes el mayor grado de libertad individual que es posible tener sin dañar el bien común.

La Constitución Británica: este documento fue redactado el año 1215 por los barones (nobles)ingleses de acuerdo con una cédula que les otorgó el Rey Juan(sin tierra) y en ella deberían estar escritas las libertades y derechos fundamentales del pueblo inglés, para limitar el poder de los  Reyes lo que se ha mantenido hasta nuestros días. Además es la base fundamental para formar la ley en los pueblos de habla inglesa. A dicho documento se le llamó La Magna Carta justamente porque es la base fundamental de la ley.

Constitución de los EE.UU. de América: Es la ley suprema de este país y fue adoptada en 1787, redactada por Thomas Jefferson, James Madison y otros, no desean una nueva opresión, ambos eran abogados e idean un gobierno lo suficientemente fuerte como para proteger los derechos fundamentales del individuo frente a la opresión doméstica o extranjera sin  que fuera tan poderoso que fuera opresivo en sí mismo.

Faculta al gobierno y organiza poderes fundamentales y los equilibrios entre ellos, por medio de leyes muy meditadas. Esta constitución consta de  7 Artículos y ha tenido 27 enmiendas, lo que indica la lógica con que fue redactada y el sentido común aplicado en sus enmiendas. La importancia de  ellas es que generalmente se refieren a aspectos fundamentales de la carta. Los empleados públicos y las FF.AA. de ese PAÍS JURAN DEFENDER LA CONSTITUCION  DE LOS EE.UU. CONTRA TODO ENEMIGO FORÁNEO O INTERNO, CON LA AYUDA DE DIOS.

                                                                                                      Con este artículo creo satisfacer aunque sea parcialmente las inquietudes de muchas personas que también se  preocupan por este tema

De acuerdo con lo que he expuesto, veo difícil que se redacte, algo similar en Chile, por nuestra falta de cultura general  y sentido común  precario, además de nuestra  tendencia a colocar en este documento una serie de minucias que no se avienen con los principios generales.

A mi modo de ver la  constitución, debe seguir los lineamientos de aquellas ya mencionadas. Debe contener  los principios fundamentales para organizar el Estado, el resto se complementa por medio de leyes, instructivos, ordenanzas, decretos,  etc.

Las personas que deban redactar la CONSTITUCION, ADEMAS DE TENER las capacidades enunciadas al comienzo, deben exhibir amplio criterio y espíritu de colaboración pensando en el bien común de los ciudadanos.

Ahora ¿será necesario redactar una nueva Constitución?    pues la actual  CARTA FUNDAMENTAL, HA SERVIDO PEFECTAMENTE al país, modificándola cuando fue necesario, de acuerdo con procedimientos que se señalan en ella misma.

Esta idea de redactar  una NUEVA Constitución, no es nada más que un intento político de la Izquierda para tratar de atraer personas de exiguo conocimiento a sus filas ya que el tema es motivo de escaso interés para los ciudadanos y no está dentro de sus prioridades.

 

                             Fernando Navajas I.

                                 Vicealmirante

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Multigremial de Militares (R) dice ‘Basta’ a las arbitrariedades, ilegalidades e inconstitucionales en causas de DDHH y apoya con fuerza las recusaciones

Multigremial de Militares (R) dice ‘Basta’ a las arbitrariedades, ilegalidades e inconstitucionales en causas de DDHH y apoya con fuerza las recusaciones

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

Multigremial de Militares (R) dice ‘Basta’ a las arbitrariedades, ilegalidades e inconstitucionales en causas de DDHH y apoya con fuerza las recusaciones

 

A propósito de la reciente recusación en contra del Ministro en Visita Extraordinaria Mario Carroza, interpuesta hoy en la Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago por Julio Castañer e Iván Figueroa, ambos procesados por el Caso Quemados, la Multigremial de Militares y Policías (R) manifestó su irrestricto apoyo a todas aquellas acciones legales que apunten a la recusación de algún juez y a las presentaciones legales que se realicen en tribunales nacionales y extranjeros por parte de sus socios procesados y condenados por causas de Derechos Humanos.

Así lo dio a conocer el presidente de la Multigremial de las Fuerzas Armadas, Carabineros y PDI (R), Alejo Riquelme Solis, quien dijo que ante las evidentes arbitrariedades, ilegalidades e inconstitucionalidades con que se están llevando las causas de DDHH, en que se evidencia una clara persecución en contra de militares y policías, se da cuenta que no hay juicio justo ni se cumple el exhorto del Tribunal Constitucional respecto que los jueces deben actuar en coherencia con la Constitución de la República.

Persecución

“La persecución judicial contra militares y policías no se detiene. Al parecer habiéndose acabado la cantidad de desaparecidos, ahora se pasa a la tortura, donde las supuestas víctimas son capaces de reconocer a otra persona sólo por el perfume que usaba hace 40 años y, últimamente, también son capaces de reconocer por la voz, a quien supuestamente tuvo contacto con él en décadas pasadas”, explicó Alejo Riquelme Solis.

Dijo que si en Chile imperara un debido Estado de Derecho, los Ministros que llevan las causas de DDHH debieran cumplir con la Ley y, por ejemplo, tener clara conciencia que su nombramiento no es válido ante la Ley, que el sistema de procedimiento penal es oscuro, arbitrario y que no da garantías de juicio justo, razón por la que se eliminó en Chile, y entre otras cosas dio origen reciente al exhorto del TC para que se apliquen garantías del sistema procesal penal vigente a quienes están siendo juzgados por el inquisitivo sistema antiguo, a objeto de evitar la arbitrariedad, entre otras cosas.

Peligroso Quebrantamiento Disciplinario

Finalmente, el presidente de la Multigremial de Militares y Policías (R) dijo que esta persecución que se está haciendo configura no sólo un acto ilegal e injusto, sino que funda una situación de alta peligrosidad para las FF.AA., de Orden y Seguridad Pública las cuales, al tener que enfrentar emergencias, peligros externos, ataques extremistas o cualquier situación de peligro, dado el precedente que se denuncia de persecución que va más allá de las órdenes de Estado, pueden dar origen a graves quebrantamientos disciplinarios, cosa de la que hoy nadie se hace cargo ni responsable.

Valparaíso 18 de abril del 2017

Columna de Opinión

Las campanas están doblando por ti

Las campanas están doblando por ti
Las opiniones vertidas en esta página son de responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
Si hasta ahora habías guardado conveniente silencio porque sentías lejanas las amenazas, los últimos hechos nos están demostrando que para la izquierda nadie está libre y que no descansaran hasta tener a la sociedad libre anulada, a los militares subyugados, y conquistado el poder total.

No se demoró mucho en llegar el retorno del “primer zumbido” enviado hace pocos días. En cantidad estamos recién en el punto de partida…, “ahora hay que multiplicarse y hacer fuerza” para que este zumbido de justicia y verdad cubra todo el territorio nacional, y para que su intensidad y persistencia genere un temor irresistible en nuestros adversarios.

De Arica a la Antártica debemos sumarnos a esta red, el twitt es @zumbidodechile allí podrás informarte y sacudir tu malestar (agitar tus alas) para producir ese sordo murmullo que nadie pueda ignorar, ¡nos tendrán que oír!.  Así lograremos restablecer el estado de derecho en nuestro país y terminar con la odiosa persecución política a los militares y a los civiles que los apoyan.

Si hasta ahora habías guardado conveniente silencio porque sentías lejanas las amenazas, los últimos hechos nos están demostrando que para la izquierda nadie está libre y que no descansaran hasta tener a la sociedad libre anulada, a los militares subyugados, y conquistado el poder total.

Hay muchos civiles y políticos a los que alguna vez llamaron “cómplices pasivos” que ahora pasaran a ser cómplices activos y también hay militares que nunca creyeron que les tocaría a ellos y que ahora sienten la amenaza a la vuelta de la esquina…  El general Cheyre nunca creyó que las campanas también estaban sonando por él…, y ahora está en el banquillo de los acusados, dónde los predicadores del odio lo querían tener, a él y a otros muchos más que vendrán. ” Ni perdón ni olvido”, esa ha sido la consigna proclamada sin pudor a los cuatro vientos, anunciando el odio sin renunciación.

Los réditos para para quienes persiguen a los ex uniformados son fáciles y jugosos…. económicos para las presuntas víctimas; políticos para ” líderes” oportunistas en decadencia; funcionales a la promoción y  carrera de jueces “inflexibles”… en fin, ha sido fácil, e ingenuos y poco solidarios quienes habiendo sido parte, o simpatizaron con el gobierno militar, o se alegraron con la intervención que sacó al gobierno de Allende, que sumido en el caos – semejante o mayor al que hoy vive Venezuela – nos llevaba a la guerra civil celebraron la intervención? militar, permitieron llegar a este estado de cosas, en que pensando que ” a ellos no les iba a pasar nada”, miraron para el lado, y hoy sienten una ominosa amenaza que se acerca a su puerta.

El cántaro ha ido demasiadas veces al agua, y ya es tiempo de que organizados hagamos sentir nuestra voz, sacudiendo a los pusilánimes y haciendo sentir nuestro clamor por una justicia “justa”.

Columna de Opinión

Iglesia y propuestas para La Araucanía

Iglesia y propuestas para La Araucanía
Las opiniones vertidas en esta página son de responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
Somos todos chilenos. La nación chilena la hemos construido entre todos: inicialmente por los pueblos indígenas y españoles y, posteriormente, por inmigrantes de otras nacionalidades.

Señor director:

En relación con la proposición de la Iglesia de negociar espacios de plurinacionalidad y autonomía mapuche, cabría comentar lo siguiente: a) El artículo 1º de nuestra Constitución establece que “es deber del Estado promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación”; b) El decreto dictado por el Director Supremo Bernardo O’Higgins firmado el 3 de junio de 1818, bajo el título “Denominación de chilenos”, concluía con la siguiente frase: “entendiéndose que respecto de los indios, no debe hacerse diferencia alguna, sino denominarlos chilenos según la prevención de arriba”; c) No es razonable dividir a los chilenos en dos categorías: la de los descendientes de las razas que vivían en Chile antes de la llegada de los españoles y un segundo grupo compuesto por los descendientes de los que se avecindaron en nuestra Patria después de ese hecho; d) Somos todos chilenos. La nación chilena la hemos construido entre todos: inicialmente por los pueblos indígenas y españoles y, posteriormente, por inmigrantes de otras nacionalidades.
Adolfo Paul Latorre
Abogado
Cartas al director diario La Tercera, página 10 martes 2 de mayo de 2017
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Cómplice Leal y Activo. Por José Pedro Lira

Cómplice Leal y Activo. Por José Pedro Lira
LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Me he propuesto levantar mi voz, convocar voluntades, trabajar para que en las próximas elecciones ¡el tema… sea tema! y los señores políticos tengan que definirse y más que eso, comprometerse a darle solución a estas injusticias… y si alguien me dice que seré acusado de “cómplice pasivo” por algún candidato, le digo “al tiro” que soy mucho más que eso, soy un cómplice leal y activo…

Lector regular de la columna semanal de Cristián Labbé, fui -al igual que muchos- golpeado con su arbitraria detención y más aún, al saber que se silenciaría su pluma mientras estuviera privado de libertad. Sin más, fui a darle mi apoyo a Temuco y después de una larga conversación le pedí que me autorizara para ocupar el vacío que dejaría su comentario en este como otros portales…. y aquí me tienen.

Se preguntaran cuáles son mis “pergaminos” para asumir tan osada aventura… muy simple, nos une una vieja amistad y en algunos aspectos parecemos “almas gemelas”, obviamente cada uno en su estilo. El reflexivo, cerebral, profundo (y a veces latero), yo, algo campechano y de observaciones directas… sin rodeos. Durante muchos años él era asesor presidencial y yo exitosos (¿?) columnista de un diario de circulación nacional. Nos nutríamos con cierto éxito… el uno del otro.

Después de veinte años, con la venia del titular, dejo la “comodidad de mi anonimato” (forma siútica de decir… don nadie)  para pasar a cubrir esta trinchera y para mantener vivas estas líneas que para muchos se nos habían transformado en un rayito de luz que semanalmente entraba en el  oscuro panorama nacional. Difícil tarea pero con intentarlo nada se pierde…

Como no hacerlo si soy un sencillo empresario del campo (llorón como todo agricultor) pero en el fondo agradecido de lo que hicieron los militares, especialmente por el chileno común y corriente. En una línea, nos transformaron de un país mediocre y sin futuro, en uno pujante y referente a nivel mundial.

Con algo más de setenta años y con una vida hecha, con altos y bajos, sabores y sin sabores, me aprestaba a disfrutar de mi retiro, sin mayores sobresaltos… pero uno propone y la izquierda dispone. Convertido nuestro país en una sociedad cargada de odio, de inseguridad y de politiquería, la calidad de vejez se me fue, como a muchos… “a  las pailas”. Lo que no sería tan grave si viera que en el horizonte vienen días mejores, pero lamentablemente nada hace suponer que las cosas vayan a cambiar.

Por lo mismo, me parece que ha llegado el momento de dejar de lamentarnos y pasar de ser meros críticos sociales…  a asumir un rol más activo en la defensa de nuestros soldados. No puede ser que casos emblemáticos como el de Labbé solo se comenten y no se denuncien por parte de nuestros políticos.

¿Puede una persona después de 43 años, de haber sido Ministro de Estado, profesor universitario, alcalde por 16 años, elegido con altas mayorías, hoy sea considerado un peligro para la sociedad? En que mente cabe tamaña aberración… cuantos militares están en igual o peor situación y que nadie los defiende porque no son conocidos o emblemáticos como el Coronel.

Me he propuesto levantar mi voz, convocar voluntades, trabajar para que en las próximas elecciones ¡el tema… sea tema! y los señores políticos tengan que definirse y más que eso, comprometerse a darle solución a estas injusticias… y si alguien me dice que seré acusado de “cómplice pasivo” por algún candidato, le digo “al tiro” que soy mucho más que eso, soy un cómplice leal y activo… de los militares, de su gobierno y muy especialmente de mi coronel Labbé.

Por José Pedro Lira

https://chilemerece.wordpress.com/

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Paz en la Araucanía

Paz en la Araucanía
LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Si la memoria no me falla, solo en mi familia hemos sufrido más de 300 atentados. Sumo innumerables amenazas de muerte, y la protección policial en nuestros predios ya es parte del paisaje y, sin embargo, los atentados ocurren todos los días.

 Cartas Al Director El Mercurio

Señor Director:
Vivo en La Araucanía. Soy hijo, nieto y bisnieto de agricultores. Hace años que estudio lo que ocurre en nuestra región, ayudo a víctimas de atentados, defiendo nuestro campo, hago charlas sobre lo que vivimos a diario en esta zona.

No soy político y tampoco quiero serlo. Amo mi tierra y lo que ella produce. Amo esta forma de vida, ser un huaso chileno me llena de orgullo, pero cada día se nos hace más difícil lidiar con la realidad violenta y el acoso constante. Hace un par de años, un intendente nos dijo, sin más, “tienen que entregar sus campos”. ¿Por qué tenemos que entregar lo que ha sido de mi familia por más de cinco generaciones, por qué nos quieren sacar de nuestras tierras?

Si la memoria no me falla, solo en mi familia hemos sufrido más de 300 atentados. Sumo innumerables amenazas de muerte, y la protección policial en nuestros predios ya es parte del paisaje y, sin embargo, los atentados ocurren todos los días.

Familias que quedan sin casa y otros cuyas fuentes de trabajo se convierten en cenizas. Solo un transportista de Temuco perdió 19 camiones, 10 carros y una bodega en un solo atentado. Qué decir de los padres de Jorge Andrés Luchsinger. Muertos. Quemados en su propia casa, con un proceso judicial entrampado en los tribunales.

Lo que hay de fondo es un proceso de expropiación, maquillado como “recuperación de tierras” y apuntalado por una política de Estado de entrega de predios, que no es más que la legitimación de este proceso violento. Esto es evidente, pero nuestros políticos se quedan con la visión policial y judicial, que son solo consecuencias del tema de fondo: la Ley Indígena y el Convenio 169 de la OIT.

El año 2016 el presupuesto de compras de tierra fue de $83 mil millones, y para este 2017 es de $84 mil millones. El Estado seguirá comprando terrenos, donde los dueños legales y legítimos se entregaron; donde la violencia y la presión pudieron más que la razón; donde la dedicación, el amor y el esfuerzo de generaciones se transan al valor de hectárea en una notaría. Del porqué un agricultor vende no se habla. De los atentados, las balaceras, los robos de ganado, las quemas de siembras, el pillaje, tampoco.

Quieren destruirnos la moral, obligarnos a poner fin a esto vendiendo nuestros campos “voluntariamente”.

Hoy tenemos una oportunidad histórica: que el o los candidatos presidenciales planteen claramente a la opinión pública cuál es su propuesta para restablecer el Estado de Derecho en nuestra región.

Solo queremos paz en La Araucanía. Queremos una convivencia sana, respetuosa con los deberes y derechos de todos. Queremos que nuestros hijos crezcan sin miedo, con el apego a su tierra y a su patria, que a todos nosotros se nos inculcó desde pequeños.

Juan de Dios Fuentes Vega
Abogado y agricultor Paz en La Araucanía