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LA DGCIM, LA UNIDAD DE CONTRAINTELIGENCIA ACUSADA DE PARTICIPAR EN EL SECUESTRO DEL TENIENTE OJEDA Carlos Basso Prieto

 

                                                                         LA DGCIM, LA UNIDAD DE CONTRAINTELIGENCIA ACUSADA                                                                         DE  PARTICIPAR EN EL SECUESTRO DEL TENIENTE OJEDA

Carlos Basso Prieto, Unidad de Investigación de El Mostrador

27/02/2024

Sindicada por un expolicía como responsable del secuestro en Chile del teniente Ronald Ojeda, su subdirector es el general Carlos Carvallo, quien estudió en la Anepe y en la Academia Superior de Carabineros, entre 2007 y 2008. Está acusado de graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela.

El 22 de enero pasado, el teniente coronel Alexander Granko Arteaga, jefe de la Dirección de Asuntos Especiales (DAE) de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela, escribió en su cuenta de Instagram que “no vamos a permitir ninguna conspiración venga de donde venga”, agregando que “ante cualquier intento desestabilizador nos van a encontrar”.

Las palabras del oficial se insertaban en un posteo más largo, que parte con una foto de perfil suya, en la cual se alcanza a apreciar su atípico aspecto: a diferencia de lo que es habitual en los militares, él lleva el pelo muy largo, lo mismo que la barba.

Salvo la casaquilla mimetizada con el logo de la DGCIM (un “kranos”, como se llamaba el yelmo de los espartanos), viste de civil, igual que los veintitantos hombres que él indica que estaban ese día en una “reunión de trabajo con todos los jefes de grupos de la Dirección de Asuntos Especiales de la DGCIM en Rechazo a todas las actividades conspirativas develadas en los últimos meses, apoyo irrestricto al Comandante en Jefe Nicolás Maduro, a nuestro alto mando militar y a nuestra fiscalía general”.

La fecha no es menor. Ese día, el fiscal general de ese país, Tarek William Saab, dio a conocer la existencia de lo que denominó el plan “Brazalete blanco”, el cual consideraba un atentado contra una brigada del Ejército, un atentado contra el gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, y el magnicidio de Nicolás Maduro y del ministro de Defensa, Vladimir Padrino.

Saab indicó que había (a esa fecha) ocho detenidos, comandados por el excapitán de Ejército Ángelo Heredia (que fue detenido el 14 de diciembre del año pasado) y que en el plan participaban, además, la inteligencia colombiana, así como la Drug Enforcement Agency (DEA) y la Central Intelligence Agency (CIA) de Estados Unidos.

En la misma conferencia de prensa, fue exhibido un video de Heredia, en el cual este decía que había viajado desde Estados Unidos hasta Cúcuta y que la intención era entrar en forma clandestina a Venezuela, aseverando que “con las personas que yo iba a ingresar era el primer teniente Ojeda, el sargento Pérez y el sargento Angulo”.

Además de anunciar que habría nuevas detenciones, el jefe del Ministerio Público venezolano dijo que “no habrá contemplaciones jurídicas contra aquellos que tienen una soberbia de poder que los ha enloquecido”, como se indica en la web de la propia institución.

Posterior a ello, el régimen de Venezuela publicó un listado con los nombres de los implicados en la conspiración, incluyendo el del exteniente 1°Ronald Ojeda Moreno, de 32 años, de quien nada se sabe desde el miércoles pasado, cuando cuatro sujetos vestidos como oficiales de la PDI lo secuestraron en medio de la noche desde el departamento en que vivía en la comuna de Independencia, en calle El Molino 1775.

El poder dentro del poder. En dicho contexto, el posteo de Granko tuvo casi 2.500 “likes” y comentarios como “que vea el mundo cómo brilla la luz del pueblo de Bolívar” o “DGCIM, somos defensores de la revolución y escudo protector de FANB”, en referencia a las Fuerzas Armadas Bolivarianas.

Ese comentario explica el verdadero sentido de la existencia de la DGCIM, entidad que hoy está en el ojo de la tormenta, luego de que el exoficial de la antigua policía judicial venezolana Iván Simunovis denunciara, por redes sociales, que Granko y la DGCIM estaban detrás del secuestro que, de hecho, se dio a conocer por medio de ese posteo.

En efecto, la DGCIM, creada como tal en 2011, es un organismo de contrainteligencia; es decir, su función es investigar las actividades de infiltración dentro de las Fuerzas Armadas, equivalente en dicho sentido a lo que es (en Chile) la contrainteligencia de la misma PDI o las unidades de asuntos internos en las instituciones castrenses.

Sin embargo, posee características muy especiales y en muy poco tiempo se ha convertido en un poder dentro del poder, entre otras cosas porque depende directamente de Nicolás Maduro. Existen al menos dos informes de derechos humanos que lo señalan como una de los principales entes vinculados a la violación de estos en Venezuela, y sus principales líderes han sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.

Un detalle nada menor es que uno de ellos, el general de división Carlos Ramón Enrique Carvallo Guevara, conoce muy bien Chile, pues junto a otros dos oficiales del Ejército venezolano, en 2008, hizo el curso de oficial graduado de la Academia de Ciencias Policiales (Acipol) de Carabineros y, un año antes, estudió en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe), dependiente del Ministerio de Defensa.

La Anepe dijo a El Mostrador que en ella Carvallo cursó el diplomado introductorio a los estudios de seguridad y defensa, entre abril y junio de 2007, cuando era mayor de la Guardia Nacional Bolivariana.

El Departamento de Comunicaciones de Carabineros, en tanto, confirmó a El Mostrador los estudios realizados por Carvallo en la institución, aseverando que fue becario y que lo anterior se efectuó en virtud de “los convenios internacionales que tenía ese año el gobierno de Chile con Venezuela”.

Cabe mencionar que, además de él, ese año hubo a lo menos otros dos oficiales venezolanos estudiando en la institución, entre ellos Danny Ferrer Sandrea, actual viceministro de Servicios para la Defensa de Venezuela.

Por cierto, actualmente Carvallo es, además, presidente de la Corporación Ecosocialista Ezequiel Zamora (Corpoez), dedicada al reciclaje y exportación de chatarra.

El espartano. Pese a tener un rango mucho menor que el de Carvallo, sin lugar a dudas que el personaje más reconocible de la DGCIM es Alexander Granko (primero de izquierda a derecha en la foto principal).

En una actitud muy poco común para quienes cumplen labores de inteligencia, efectúa frecuentes comentarios en redes sociales. Tiene 49 mil seguidores en Instagram, 2 mil en X (red social en la que no escribe desde 2022) y casi mil 500 en TikTok.

Existen numerosas fotografías de él y en su cuenta de Instagram cuenta aspectos de su vida personal –recientemente se graduó como “doctor en seguridad ciudadana”, por parte de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES)–, pero además difunde una marca de ron que lleva el logo de la DGCIM, así como al equipo deportivo infantil-juvenil llamado “Team Espartanos”, que él dirige.

También postea cinematográficos y bien realizados videos sobre las funciones de la DGCIM, con música épica y su figura como protagonista, en muchos de ellos. Asimismo, reproduce videos con propaganda estatal acerca de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, así como respecto de la anexión de la zona del Esequibo.

La explicación para tantas licencias, muy exóticas en el mundo de la inteligencia –comenta un exfuncionario del área, un chileno que lo ha estudiado y que pide reserva de su nombre–, reside en el hecho de que Granko es el hombre de mayor confianza de Nicolás Maduro, la que se ganó poco a poco.

Una de sus primeras asignaciones fue haber sido escolta de una de las hijas de Hugo Chávez. Luego de ello, como capitán, se integró a la DGCIM, convirtiéndose en el ayudante de su actual director, Iván Hernández Dala.

Pero su mayor credencial se la ganó en enero de 2018, cuando comandó el operativo en que fue asesinado el expiloto policial Oscar Pérez, que medio año antes se levantó en armas contra la dictadura de Maduro y protagonizó varios incidentes, incluyendo un vuelo en helicóptero sobre Caracas y el asalto a un pañol militar.

Según un reporte de la misión internacional de Naciones Unidas sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por los servicios de inteligencia del Estado de Venezuela, “Granko Arteaga dirigió y dio instrucciones personalmente en esta operación junto con Franco Quintero, Director de la DEIPC en ese momento”, en referencia a la otra rama de la DGCIM, la Dirección Especial de Investigaciones Penales y Criminalísticas.

El mismo informe señala que, según testigos que prestaron declaración ante la comisión de Naciones Unidas, Granko “es cercano al presidente Maduro y hay alegaciones de que ha reportado directamente al presidente”.

Hacia 2022, fecha de emisión de dicho documento, Granko había sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, por “las graves violaciones de los Derechos Humanos de los detenidos en la DGCIM, cometidas por él y otros funcionarios bajo su mando”.

Naciones Unidas, en tanto, dice que “la Misión ha recibido pruebas de que, entre 2017 y 2022, Granko Arteaga ordenó, supervisó y participó directamente en arrestos, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas de corta duración, torturas, incluida la violencia sexual, y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”. Además, indica la ONU, “Granko Arteaga posee importantes propiedades y está implicado en el tráfico de armas y en la extracción ilegal de minerales en el estado de Bolívar”.

El Mostrador envió un mensaje a Granko, a fin de conocer su versión respecto de las acusaciones en su contra, pero este no ha acusado recibo del mismo.

Los otros casos. Otro caso en el cual se acusa a la DGCIM fue el secuestro del también exteniente del Ejército venezolano Franklin Caldera Cordero, quien –de acuerdo con un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)– desertó en enero de 2019, pidiendo asilo político en Colombia, pero en febrero de 2021, según el mediowww.runrun.es, fue capturado en Cúcuta por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la única guerrilla propiamente tal que sigue activa actualmente en Colombia, la cual se lo entregó posteriormente a la DGCIM.

Tras ello Caldera fue internado en la cárcel de Ramo Verde, la misma donde estuvo preso y fue sometido a torturas el exteniente Ojeda, que junto a otros oficiales escapó en un traslado de penal, luego de lo cual llegó a Chile, en 2018.

Otra operación en la que distintas fuentes acusan la mano de la DGCIM es la desaparición del piloto de la aviación venezolana Helímenas Labarca Soto, quien derribó dos aviones del chavismo durante el intento de golpe de Estado protagonizado por Hugo Chávez en 1992.

Labarca, quien se había refugiado en Miami, fue detenido en 2008, acusado de participar en un complot contra Chávez y luego de varios años en prisión fue liberado. Sin embargo, en julio de 2021 desapareció misteriosamente. Su vehículo fue encontrado abierto, en las inmediaciones de la zona donde residía (un suburbio de Miami) y hasta la fecha no se ha vuelto a saber nada de él.

Fuentes de inteligencia consultadas por El Mostrador indican que la DGCIM efectúa operaciones en toda América y que posee varios agentes activos (hombres y mujeres) en todos los países del continente, incluyendo Chile, que operan en conjunto con el Servicio de Inteligencia (Sebin) venezolano.

La estructura. El director de la DGCIM es el mayor general Iván Hernández Dala (tercero de izquierda a derecha en la foto principal), quien en 2014 era jefe de la guardia presidencial, es decir, es quien está a cargo de la protección del presidente de Venezuela y su familia. Ese año Maduro lo puso además al mando de la DGCIM, sin que dejara el otro cargo.

Según los testimonios recogidos por la ONU, “el presidente Maduro es quien da las órdenes directas a Hernández Dala, las que se transmiten en persona o por teléfono, nunca por escrito”, a tal punto que (dice el mismo documento) Hernández pasa parte de su tiempo en la sede de la DGCIM, en el sector de Boleíta, y otra parte en el palacio presidencial.

Al igual que Granko, enfrenta una serie de sanciones internacionales por su papel en la represión de militares y exmilitares.

El subdirector de la DGCIM, Carlos Carvallo (al centro, en la foto principal), desde agosto de 2020 es el exalumno de la Acipol y la Anepe, quien según la Unión Europea, previo a dicho cargo “sirvió en la región de Los Andes y ocupó un alto cargo en la Guardia Nacional Bolivariana”. La UE también lo sindica como “responsable de graves violaciones de los Derechos Humanos en Venezuela cometidas por agentes de la DGCIM bajo su mando”.

Otro personaje importante en la institución es el jefe de la DEIPC, el general de brigada Carlos Terán Hurtado, sobre quien también pesan varias sanciones.

Los informes de DD.HH.. Recientemente, Alexander Granko dictó un curso para periodistas y en redes sociales se lo ve explicando que la DGCIM es un organismo joven, “recién fundado”, aseverando que la idea era que los periodistas conozcan la entidad, pues “queremos quitar esa estigmatización que han hecho a la DGCIM”.

Con ello aludía a los informes de la ONU que han denunciado a la DGCIM. Uno de ellos dice que la DAE, dirigida por Alexander Granko, está en realidad fuera del organigrama normal y que, además de ser “la fuerza de choque” de la agencia, es “una DGCIM dentro de la DGCIM”.

Un exempleado de ella la describió como la unidad encargada “del trabajo sucio”, aseverando además que “tanto la DEIPC como la DAE han estado implicadas en actos de tortura, incluida violencia sexual, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de corta duración, según han manifestado personas que estuvieron detenidas y otras fuentes. Los agentes de las dos Direcciones colaboraron en ocasiones durante las operaciones, en particular en casos de gran repercusión”.

El mismo reporte confirma que los servicios de inteligencia cubanos fueron los que instruyeron a los agentes de la DGCIM.

El mismo documento califica a la DGCIM como “una fuerza paramilitar separada”, que cuenta con financiamiento que proviene de fuentes ilegales (según una fuente que entrevistó la misión de la ONU).

Respecto de la DAE, el documento indica que posee unos 300 oficiales, cuyos principales objetivos son “los oficiales militares que son vistos como potenciales disidentes” y que muchos de ellos “supuestamente estaban involucrados en intentos de golpes de Estado para derrocar al régimen de Maduro”, pero que, además, en algunos casos “se actuó contra ciertos oficiales debido a que se perfilaban como líderes, representaban potencialmente una amenaza para el poder, denunciaban irregularidades dentro del Ejército o del Gobierno o simplemente eran abiertamente críticos del Gobierno”.

Asimismo, la DGCIM es acusada de infiltrarse en la oposición política, de detener a personas que efectuaron críticas públicas al Gobierno y también de detener a civiles, por los mismos motivos, así como a los parientes de sus blancos.

Según la ONU, el padre del teniente Caldera estuvo secuestrado cinco días en dependencias de la DGCIM, siendo torturado con “asfixia con barriles de agua, descargas eléctricas, golpes en las costillas y goteo de agua toda la noche. Durante ese tiempo, agentes de la DGCIM intentaron obtener información sobre el paradero de su hijo”.

Aunque no se menciona a Chile, el reporte dice que la DGCIM tiene agentes en países como Colombia y Panamá, “para reunir información y capturar a disidentes reales y percibidos que eran buscados por el Gobierno venezolano”, asegurando que, además de ello, la entidad envía “a sus agentes a las embajadas venezolanas en el extranjero para recabar información”.

Además de todo ello, según Naciones Unidas, la DGCIM posee 17 recintos secretos en los cuales se detiene a personas en forma ilegal y se aplican torturas que han incluido violaciones y mutilaciones de genitales. Se han documentado 122 casos de víctimas de torturas, violencia sexual y/o tratos crueles por parte de la DGCIM entre 2017 y 2019. Aparte de ello se sindica a esta como la responsable del secuestro, torturas y desaparición en contra del excapitán Rafael Acosta.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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EXDIRECTOR DE INTELIGENCIA DEL EJÉRCITO: “EL SECUESTRO DEL TENIENTE (R) OJEDA FUE REALIZADO POR UNA UNIDAD ESPECIALIZADA CON ALTOS GRADOS DE PREPARACIÓN” Víctor Rivera

 

                                                                       EXDIRECTOR DE INTELIGENCIA DEL EJÉRCITO: “EL                                                                                            SECUESTRO DEL TENIENTE (R) OJEDA FUE REALIZADO POR UNA                                                                  UNIDAD ESPECIALIZADA CON ALTOS GRADOS DE PREPARACIÓN”

Víctor Rivera

La Tercera, PM, 27/02/2024

En general (R) Guillermo Paiva -quien también fuera jefe del Estado Mayor Conjunto- advierte que quienes se llevaron al exmilitar ejecutaron un plan “perfecto”. “Desde la hora de ingreso al departamento, sus movimientos, y también el escape, no deja nada al azar”, señala, y advierte que “en Chile no hay un sistema de Inteligencia que funcione de manera conjunta”.

A casi una semana del secuestro del teniente (R) Ronald Ojeda, ni la Fiscalía, ni policías, ni menos en el gobierno saben qué fue lo que pasó con el exmilitar venezolano.

Las hipótesis se mantienen abiertas, y según reconoció la propia ministra del Interior, Carolina Tohá, en T13 Radio, “hay una víctima que está secuestrada que tenemos que dar con ella, tenemos que entender cuál es la dinámica de este secuestro, quién está detrás, por qué se hizo”.

En esa línea, son tres las hipótesis que se barajan en la investigación que lleva adelante el fiscal regional Sur, Héctor Barros: Una operación de la inteligencia venezolana, un autosecuestro o un ajuste de cuentas por parte del crimen organizado.

En todas estas hebras investigativas se están haciendo diligencias, incluida la revisión de las cámaras para detectar a los autores del hecho.

Es que los movimientos de quienes perpetraron el secuestro desde el departamento de Ojeda, en Independencia -se ha podido establecer la participación de cuatro en el edificio-, hacen sospechar a los investigadores que hubo un “trabajo de campo” previo realizado por los delincuentes.

En eso coincide, por ejemplo, el exdirector de Inteligencia del Ejército general (R) Guillermo Paiva.

El exalto oficial dice que ninguna tesis se puede descartar, porque se trata de un caso complejo, aunque advierte de entrada que “esto no fue al azar, ni lo realizó gente inexperta. Esto fue calculado”.

Paiva, en 2013 fue comandante del Regimiento de Inteligencia del Ejército Nº 1 “Soberanía”; en 2015, jefe del Departamento III de “Contrainteligencia”, y en 2017 fue director de Inteligencia.

En 2021, en tanto, fue designado como jefe del Estado Mayor Conjunto. “Si bien no puedo abordar materias que por ley no se pueden revelar, sí puedo hacer un análisis de lo que he podido revisar”, dice a La Tercera.

¿Cuál es la particularidad de este caso, cree usted? Viendo las imágenes se puede detectar que quienes hicieron este trabajo pertenecen a un unidad especializada, porque vestían y se movían de una manera particular. Estaban caracterizados con un tipo de pantalón, portaban arietes para abrir la puerta, botas de determinado color, todo se ve calculado.

El secuestro del teniente (R) Ojeda fue realizado por una unidad especializada con altos grados de preparación.

¿Preparación de qué tipo? Especial, con conocimiento de cómo se ejecutan este tipo de secuestros, que no son como comúnmente se ven. Esto es distinto.

Por ejemplo, el tiempo y espacio en que lo ejecutan: cuando salen del ascensor de inmediato giran con seguridad, no dudan, se nota que hubo una investigación previa. Sabían, además, que la víctima estaría ahí. No fue un golpe fallido.

Se ve que lo sacan con las manos por delante… Sí, pero va amarrado, está inmovilizado. Está completamente reducido, además, con un abrazo por sobre el cuello, además de las amarras. Otro elemento que da cuenta de una preparación es que lo sacan prácticamente desnudo, no permiten que se vista, ni que se ponga nada en los pies. Eso hace, además, que en caso de que quiera escaparse sea más difícil para él.

¿Y el equipamiento que usan? Vi que van con un arma de puño, pero además con chalecos y cascos blindados. El tipo de bota también es especial, no son botas comunes. Son tipo policial o militar.

Lo otro que llama la atención es que usan la cantidad de gente exacta: cuatro. Uno menos, es difícil, uno más, es un exceso. Más de cuatro no se necesitan.

Lo que podría ser un error es el escape en un auto que después no queman, ni eliminan, pero ahí hay otro acierto: según lo que se ha conocido en los medios de prensa, aún no hay grabaciones.

No hay imágenes de cuando dejan el auto, lo que también revela que no lo dejaron botado de manera improvisada. Eso también se pensó. Sin duda esto lo hace una unidad preparada y equipada.

¿Por qué la inteligencia, militar, policial, o de la ANI, no puede prevenir que esto ocurra? Mire, no fue posible tener información antes del estallido social, menos ocurrirá ahora, tomando en cuenta la cantidad de extranjeros que hay en Chile. Es muy difícil que una agencia pueda estar en alerta, a menos que haya existido un aviso previo para practicar algún tipo de vigilancia, pero de lo contrario es muy complejo.

Pareciera que siempre la contingencia apunta a mejorar la inteligencia, pero no mejora, ¿por qué ocurre eso? Si, pero esto sirve de experiencia, porque ahora, creo yo, se deberían estar tomando las prevenciones correspondientes con los militares venezolanos que están en Chile.

Ellos deben ser protegidos por parte del Estado de Chile, deben tener una protección, porque este caso nos da cuenta que hay gente acá que está dispuesta a llevar a cabo una delito de este tipo. Ya pasó una vez, y no sabemos por qué, entonces, no puede volver a ocurrir.

¿Pero por qué el sistema de inteligencia no mejora? Es que en Chile no hay un sistema de inteligencia conjunto. Postestallido social se intentó hacer algo, pero no prosperó. Hay un problema en las confianzas dentro de los servicios de inteligencia. Todos funcionan de manera aislada.

Las FF.AA., por ejemplo, son excelentes en su ámbito, que tiene que ver con la seguridad nacional, pero yo desconozco cómo funciona la inteligencia policial. No podría decir si funcionan bien o mal.

¿Los servicios de inteligencias de las FF.AA. deben colaborar en este caso? Si está comprometida la seguridad nacional, sí, pero si estamos en presencia de una operación planificada del crimen organizado, no. Eso les compete únicamente a las policías.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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SLEP LICANCABUR PIDE LA RENUNCIA A JEFE DE SUBDIRECCIÓN IDENTIFICADO COMO “EL PISTOLERO DE LA REINA” Roberto Gálvez y Catalina Batarce

 

                                                                         SLEP LICANCABUR PIDE LA RENUNCIA A JEFE DE                                                                                        SUBDIRECCIÓN IDENTIFICADO COMO “EL PISTOLERO DE LA REINA”

Roberto Gálvez y Catalina Batarce

La Tercera PM, 22/02/2024

Juan Carlos Aramayo se desempeñaba hasta este lunes como jefe de la Subdirección de Planificación y Control de Gestión del Servicio Local de Educación Pública en cuestión, pero un video difundido en redes sociales donde se le ve disparando injustificadamente a una señalética en La Reina, terminó abruptamente su relación laboral.

El viernes de la semana pasada, y mientras paseaba a su perro en la comuna de La Reina, distintos vecinos del sector reportaron -cerca de las 22:20 horas- que un hombre que paseaba a su perro sacó de su bolsillo una pistola y comenzó a disparar a la señalética que había frente a un establecimiento educacional.

El hecho, incluso, fue captado por algunas cámaras de seguridad de la zona, lo que fue difundido en algunos canales de televisión.

Con el correr de las horas se conoció la identidad del sujeto: Juan Carlos Aramayo Baltra, arquitecto, lobista y asesor, y quien hasta este lunes se desempeñaba como jefe de la Subdirección de Planificación y Control de Gestión del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Licancabur, uno de los SLEP a los que se les postergó el proceso de traspaso luego de la última discusión presupuestaria y que pasará a administrar el servicio educativo municipal de las comunas de Calama, Ollagüe, San Pedro de Atacama, Tocopilla y María Elena.

Conocidos los hechos, a Aramayo le pidieron la renuncia y así el proceso de desmunicipalización y uno de los SLEP vuelven a tener un ojo encima y obliga a una respuesta por parte del servicio.

“Ante la información difundida en medios nacionales sobre un presunto acto ilícito involucrando a un funcionario de nuestro SLEP en la comuna de La Reina, Región Metropolitana, actualmente bajo investigación judicial, el Servicio Local de Educación Pública Licancabur ha decidido solicitar la renuncia no voluntaria del cargo correspondiente, efectiva a partir de hoy, lunes 26 de febrero”, señala el comunicado, que agrega que el SLEP “reitera su firme rechazo a cualquier conducta violenta o ilegal por parte de sus funcionarios, en concordancia con sus principios y valores”. Por esa función Aramayo recibió en enero un sueldo de $ 5.841.518 brutos.

Y es que la investigación desarrollada por Carabineros la SIP de la 16ª Comisaría La Reina en conjunto con el Ministerio Público y luego de ejecutada una orden de entrada y registro a raíz del delito de disparos injustificados, según informó la fuerza policial, se logró incautar una serie de armas y municiones, entre las que se cuentan dos pistolas calibre 9mm debidamente inscritas; una pistola calibre 7.65, no inscrita y sin encargo; un fusil calibre 7.62 debidamente inscrito; 144 cartuchos calibre 7.62; seis cartuchos de salva calibre 7.62; 173 cartuchos calibre 9 mm; dos cartuchos calibre 22; cuatro vainas percutadas calibre 7.62M; dos cartuchos de calibre desconocido; y una serie de accesorios, como cargadores o linternas para pistolas.

El Ministerio Público instruyó que las armas incautadas fueran remitidas a Labocar para las pericias de rigor. “Cabe destacar que el propietario del armamento no se encontraba en el domicilio al momento de ejecutar la orden de entrada y registro”, señaló Carabineros. “En esta situación, lamentablemente no se logra la detención de la persona involucrada, no obstante, quien reside en el domicilio pasó detenida por el delito de porte de droga”, explicó a su vez el teniente coronel Juan Reyes.

Todo lo anterior llevó a que la Municipalidad de La Reina presentara una querella por disparos injustificados. “Que el día de hoy 18 de febrero de 2024 siendo las 22:20 horas aproximadamente, mientras Juan Carlos Orión Aramayo Baltra caminaba por la vía pública, por calle María Monvel, comuna de la Reina, procedió a disparar en cinco oportunidades un arma de fuego que portaba, calibre 9 milímetros, sin ningún tipo de justificación para ello, perturbando gravemente la tranquilidad y atemorizando a los vecinos de las casas aledañas, para luego darse a la fuga”, dice el escrito reinino, que agrega que la querella criminal apunta al delito de “disparos injustificados en la vía pública”.

¿Y quién es Aramayo? Entre otras cosas, fue vicerrector de Gestión y Finanzas de la Universidad Arcis, además de asesor de la exsenadora Carolina Goic, según se aprecia en los contratos celebrados entre las partes disponibles en la página del Senado.

La Tercera intentó contactarse con Aramayo para conocer su versión de los hechos, pero hasta el cierre de esta edición no fue posible.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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PARTIDO OPOSITOR VENEZOLANO EXIGE RESPUESTAS AL GOBIERNO DE CHILE POR SECUESTRO DE EXMILITAR Mesa de noticias de El Mostrador/Agencias

 

                                                                 PARTIDO OPOSITOR VENEZOLANO EXIGE RESPUESTAS AL                                                              GOBIERNO DE CHILE POR SECUESTRO DE EXMILITAR

Mesa de noticias de El Mostrador/Agencias, 22/02/2023

VP recalcó que durante años han denunciado que “el chavismo es un peligro para la seguridad del continente”. A su juicio, la desaparición del teniente coronel Ojeda lleva esta situación a otro nivel y “pone en peligro a la disidencia venezolana incluso fuera del territorio nacional”.

Voluntad Popular (VP), el partido del opositor venezolano Leopoldo López, condenó el secuestro de un militar retirado de nacionalidad venezolana, que vive en Chile, y que fue secuestrado la madrugada del miércoles en su casa por un grupo de sujetos que se hicieron pasar por policías, según información policial de la investigación que se maneja en secreto.

“Alertamos a la comunidad internacional sobre la desaparición del teniente coronel retirado Ronald Ojeda en territorio de Chile por presuntos funcionarios” militares venezolanos, dijo VP en su cuenta en X, donde pidió al Estado chileno dar respuestas sobre la situación del venezolano y “velar por su integridad física”.

“Exigimos al Estado chileno dar respuestas sobre la situación de nuestro connacional”, declaró el partido.

Previo a ser confirmado por La Moneda, el secuestro fue informado este miércoles en una breve nota de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales Antisecuestros (BIPE) de la Policía de Investigaciones (PDI), que indicó que no puede entregar “mayores antecedentes” porque la indagatoria “fue decretada secreta”.

Posteriormente, el subsecretario de Interior, Manuel Monsalve, informó que el Ejecutivo pidió levantar una alerta a la Interpol y reforzar el control fronterizo, tras la reunión de urgencia que el Gobierno mantuvo al conocerse el secuestro.

“De confirmarse la noticia, estaríamos hablando del uso de territorio soberano de otros Estados para prácticas de espionaje y agresión a venezolanos refugiados que han escapado de un régimen torturador y represor”, consideró VP.

“Durante años hemos denunciado que el chavismo es un peligro para la seguridad del continente. La desaparición del teniente coronel Ojeda lleva esta situación a otro nivel, que pone en peligro a la disidencia venezolana incluso fuera del territorio nacional”, prosiguió la formación política.

El subsecretario Monsalve explicó que el Ministerio de Defensa solicitó “activar y fortalecer” los controles fronterizos que ejecutan instituciones como la Policía Marítima en los puertos, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) en los aeropuertos, y las Fuerzas Armadas en las regiones norteñas de Arica, Tarapacá y Antofagasta.

La autoridad recordó que es la BIPE de la Policía de Investigaciones la encargada de “llevar adelante las diligencias para esclarecer este caso” e insistió en que la investigación fue declarada “secreta” por la Fiscalía, por lo que “es imposible entregar detalles”.

El nombre de Ojeda figura en el listado de los 33 militares degradados y expulsados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) “implicados en conspiraciones” contra el gobierno venezolano, que incluían el asesinato del presidente Nicolás Maduro, una información que fue publicada en X el pasado 24 de enero por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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AMIGO DEL TENIENTE (R) VENEZOLANO SECUESTRADO: “EL RÉGIMEN DE MADURO LO VINCULABA CON UN INTENTO DE GOLPE Y TENÍA UNA ORDEN DE CAPTURA” Catalina Batarce

 

                                                                       AMIGO DEL TENIENTE (R) VENEZOLANO SECUESTRADO: “EL                                                                         RÉGIMEN DE MADURO LO VINCULABA CON UN INTENTO DE                                                                 GOLPE Y TENÍA UNA ORDEN DE CAPTURA”

Catalina Batarce

La Tercera PM, 23/02/2024

José Rodríguez fue compañero de Ronald Ojeda en la Academia Militar en Venezuela. Él fue quien pudo conversar con la hermana del militar secuestrado la madrugada del miércoles pasado y, como reconoce a La Tercera, no tienen dudas de que el gobierno de su país es el responsable. “Creemos que efectivamente fue capturado por parte del régimen de Venezuela”, dice en entrevista con La Tercera.

Los compañeros del teniente Ronald Ojeda Moreno quedaron consternados con la noticia de su secuestro, registrado la madrugada del miércoles 21 de febrero en la comuna de Independencia.

Aquello, porque si bien los militares venezolanos que dejaron su país “arrancando” del régimen de Nicolás Maduro saben que están en “constante riesgo”, Ojeda Moreno nunca pensó que estando en Chile podría ocurrirle algo.

Así, de hecho, lo relata a La Tercera el también teniente José Rodríguez, quien evidenció que su compañero de estudios había escogido nuestro país porque consideraba que existían las condiciones que le permitían estar seguro a él, a su esposa, a su hijo y a su hermana.

Se conocieron en 2008 cuando ingresaron a la Academia Militar del Ejército Venezolano y en 2017, como asevera, fueron capturados por la Dirección General de Contrainteligencia Militar y luego torturados. En noviembre del mismo año lograron escapar y emprendieron rumbo a Perú.

Ahí se separaron, aunque siempre se mantuvieron en contacto, hasta que durante la madrugada del miércoles la hermana de Ojeda se comunicó con él para transmitirle que este había sido secuestrado y que, según ella, estaban en evidente peligro.

¿Cuándo fue la última conversación que sostuvo con el teniente Ojeda? Hace tres días. Las comunicaciones que manteníamos últimamente eran por el tema de que habían capturado a un capitán en Venezuela y ese capitán salió a dar declaraciones. Lo obligaron a decir que se estaba preparando un intento de golpe de Estado, por televisión.

A partir de eso fue que se produjeron una serie de detenciones y se emitieron órdenes de captura, como la de la activista de derechos humanos Rocío San Miguel. Estábamos en constante comunicación los últimos días.

¿Se pensaba que él estaba implicado en ese intento de golpe? Sí, era lo que alegaba el régimen y había una orden de captura en su contra.

¿Consideran que este secuestro está vinculado directamente con esa orden? Sí, si el gobierno de Chile no está involucrado en el tema. Él pudo haber sido sacado de Chile por grupos irregulares afectos al régimen. Sacado quizás en una aeronave de algún diplomático de los gobiernos afectos al régimen de Maduro.

Sospechamos de algún avión que haya salido para Venezuela o hacia Bolivia o Colombia, que son los gobiernos que se prestan para dicho juego.

Pero si estuviera involucrado el gobierno, pues ya no sería secuestro. Ahí vemos los antecedentes de que en enero el subsecretario de Interior (Manuel Monsalve) fue a Venezuela y firmó un acuerdo en materia de seguridad con el gobierno venezolano y allí uno de los puntos que se firmaron es que Venezuela colaboraría entregando las listas de criminales que pudiesen representar un problema de seguridad para Chile.

Entonces, puede ser el caso de que el gobierno de Venezuela emitiera una orden de captura como si el teniente Ojeda Moreno fuera un criminal común, haciéndolo pasar como un sujeto de alta peligrosidad, y no por lo que en realidad estaba siendo buscado. El gobierno de Chile pudo haber caído.

Se ha dicho que él ya estaría en Venezuela. ¿Tiene información al respecto? Pues lo que nos han dicho. Por lo menos a mí, tres fuentes que he consultado me dicen que sí, pero no he podido corroborar a ciencia cierta.

¿Tiene información de que otros exmilitares estén en situación de riesgo? Tengo entendido que dos funcionarios denunciaron estar en situaciones vulnerables, que hace tres días un funcionario denunció que un vehículo estuvo horas fuera de su vivienda y que a otro lo asaltaron.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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SEGURIDAD: EL OTRO DIAGNÓSTICO. Pilar Lizana, Investigadora Athenalab, experta en Seguridad, Narcotráfico y Defensa.

                                                                        SEGURIDAD: EL OTRO DIAGNÓSTICO

Pilar Lizana, Investigadora Athenalab, experta en Seguridad, Narcotráfico y Defensa.

El Líbero, Columnas, 23/02/2024

La conducción política está fallando y quizás sea el mayor problema que enfrentamos hoy. Sin una guía, sin un sistema y sin información estratégica será muy difícil enfrentar al crimen organizado.

Barras bravas, asaltos violentos en la vía pública y, ahora, el secuestro de un exmilitar venezolano asilado en Chile. Crimen organizado y delincuencia común, todo al mismo tiempo.

El diagnóstico en materia de seguridad lo tenemos bastante claro. Sin embargo, poco hemos reflexionado sobre el otro diagnóstico: el que dice relación con las capacidades del Estado.

El Cosena, el Gabinete Pro-Seguridad y la agenda legislativa son instancias a través de las cuales el gobierno busca contener el avance de la criminalidad. No obstante, falta la pregunta de fondo ¿cuenta Chile con las capacidades necesarias para combatir la nueva cara del delito?

Instituciones que funcionan, tenemos. Las policías y el Ministerio Público desarrollan operaciones en conjunto que han tenido buenos resultado y las Fuerzas Armadas han demostrado estar listas para enfrentar cualquier misión que les encomienden. Entonces, herramientas del Estado hay.

Si es así ¿por qué sigue llegando el crimen organizado y consolidándose la violencia?

Un pilar fundamental en materia de seguridad lo constituye el poder político. Desde ahí nace la conducción de la seguridad, las definiciones de las amenazas y las prioridades. Desde ahí es posible intentar responder a esa pregunta.

Y, justo en esa respuesta estamos fallando. Pareciera que lo que está sobrepasado es la conducción política y no las instituciones.

Se ha comentado sobre la importancia del relato y su coherencia y de las señales que se envíen a los ciudadanos. No hay duda de que es fundamental que lo anterior se estructure de la mejor manera posible, pero más importante es que se comprenda el problema y las múltiples dimensiones que están contenidas en la nueva configuración de panorama de seguridad en Chile.

Para ello, el Estado requiere de un sistema de seguridad nacional. Sí, nacional. Sólo así la seguridad exterior y la seguridad interna se encontrarán contenidas en la misma entidad. Sólo así todas las instituciones podrán contribuir a la tarea de llevar la paz a todos los rincones del país.

Un sistema de seguridad nacional implica contar con un ente coordinador que se ubique en un nivel jerárquico superior a los demás ministerios, que esté integrado por todos los actores y que asesore al Presidente.

Además, debe contar con un sistema de inteligencia donde participen todas las agencias, quienes, lideradas por un organismo, recopile, analice y entregue información estratégica para la toma de decisiones.

Que a su vez cuente con el poder necesario para solicitar información a otras unidades del Estado construyendo flujos de información que nutran permanentemente las decisiones.

La conducción política está fallando en ese otro diagnóstico y quizás sea el mayor problema que enfrentamos hoy. Sin una guía, sin un sistema y sin información estratégica será muy difícil enfrentar al crimen organizado.

Pues ellos sí cuentan con una guía, con un sistema y con información estratégica.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

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LA TRAVESÍA DE RONALD OJEDA: EL TENIENTE (R) QUE ESTABA EN LA MIRA DE LA FISCALÍA VENEZOLANA Esteban González y Amelia Eguiguren

                                                                       LA TRAVESÍA DE RONALD OJEDA: EL TENIENTE (R) QUE                                                                                           ESTABA EN LA MIRA DE LA FISCALÍA VENEZOLANA

Esteban González y Amelia Eguiguren

La Tercera Domingo, 25/02/2024

Detrás del cinematográfico secuestro del exmilitar, quien vivía en Chile desde agosto de 2018, se esconde una historia de presuntas conspiraciones, operaciones de inteligencia y el escape desde una prisión destinada a los opositores al régimen de Nicolás Maduro. Amigos de Ojeda reconocen que desde mediados de enero estaba en alerta: la supuesta confesión de un excapitán capturado, con quien mantenía fluido contacto, lo había situado como parte de un presunto plan para atacar un regimiento y matar al mandatario venezolano.

“Voy a hablar del caso ‘Brazalete Blanco’”, dijo en una extensa conferencia de prensa el pasado 14 de febrero Tarek William Saab, fiscal general del Ministerio Público de Venezuela. “Esto consistía en la planificación de un ataque contra la 21° Brigada de Infantería del Ejército Bolivariano para hacerse con el parque de armas de este cuerpo, luego de atentar contra la vida del gobernador Freddy Bernal y, posteriormente, iniciar una escalada de actos terroristas hasta el intento de magnicidio contra el Presidente Nicolás Maduro”, expresó Saab en un tono duro y pausado.

“Brazalete Blanco” es el nombre que se le habría dado a la supuesta operación de inteligencia en la que, según las autoridades venezolanas, estaría involucrada la DEA, agencia estadounidense contra las drogas, y la CIA, agencia de inteligencia norteamericana.

El caso, denunciado inicialmente por Venezuela el pasado 22 de enero junto a otras cuatro tramas de presuntas conspiraciones, ha provocado una ola de detenciones de exmilitares y opositores al régimen de Nicolás Maduro. Entre ellos está la abogada y activista Rocío San Miguel, cuya captura gatilló también la expulsión de Caracas de la oficina técnica del alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU.

“No voy a mencionar todos los nombres, pero hay por este caso 19 involucrados, hay además 15 órdenes de detención por ejecutar, porque muchos están prófugos. Pero hay una detención clave, que fue la del exmilitar terrorista Ányelo Heredia”, explicó Saab en su conferencia.

De inmediato, el fiscal general pidió que se reprodujera un video que, agregó, fue clave para desbaratar la supuesta conspiración. Para varios exmilitares de ese país esta sería una pieza clave para entender el cinematográfico secuestro en Chile del exteniente venezolano Ronald Leandro Ojeda Moreno (32), ocurrido a las 3.10 horas del pasado martes desde su departamento en Independencia.

“Emprendí mi salida desde Estados Unidos por toda Centroamérica hasta llegar a Cúcuta (Colombia), donde iba a empezar a reunir el personal y hacer el trabajo de inteligencia para ingresar a Venezuela, evadiendo las alcabalas fronterizas”, dice en el video mirando a la cámara y vestido con un uniforme carcelario celeste el excapitán Ányelo Heredia Gervasio. Heredia fue detenido el 14 de diciembre pasado, cuando, presuntamente, se preparaba para iniciar la operación “Brazalete Blanco”.

En su supuesta confesión, Heredia también delató a quienes lo acompañarían en su plan de sabotaje. “Con las personas que yo iba a ingresar era el primer teniente Ojeda, el sargento Pérez y el sargento Angulo”, se escucha decir al excapitán. En Chile, y tras ver el video, el exteniente Ronald Ojeda supo de inmediato que se había convertido en un objetivo de la justicia venezolana, aseguran hoy sus amigos.

“Quedó muy preocupado, muy afectado en general. El año pasado Ronald tuvo mucho contacto con el capitán Heredia. Sabía que él no se prestaría para algo así, a menos que fuese por amenaza a su familia o tortura”, recuerda hoy desde España el también exteniente Eduardo Figueroa Marchena, quien compartió durante casi todo 2017 prisión con Ronald Ojeda en el penal de Ramo Verde, cerca de Caracas.

“También le preocupaba la situación en Chile luego de esa declaración. Creía que le podía afectar. Le recomendé que estuviera muy atento. Me dijo que lo estaría, que estaba cambiando sus rutinas”, rememora Figueroa sobre la última conversación que tuvo con Ojeda el lunes pasado, dos días antes de su desaparición. Desde noviembre del año pasado Ojeda recibió la calidad de refugiado político en nuestro país.

El secuestro de Ojeda -quien fue sacado a la fuerza desde su casa por cuatro sujetos armados, vestidos con pasamontañas y chalecos antibalas con logos de la PDI- ha llevado al gobierno de Chile a ponerse en “todas las hipótesis detrás del plagio”, entre ellas, un secuestro extorsivo por parte de bandas relacionadas al Tren de Aragua e, incluso, la posibilidad de un autosecuestro para generar impacto político.

Pero el hecho de que a cuatro días del rapto no se haya pedido dinero por su rescate, sumado al activismo antichavista de Ojeda y su supuesta vinculación con la operación “Brazalete Blanco”, han incrementado la teoría de un “secuestro poco común”. Una trama que tiene en vilo a su familia, pero también al gobierno de Chile y al Ministerio Público.

Secuestro en la torre 14. Es la mañana del jueves 22 de febrero y las miradas de los vecinos que salen del condominio ubicado en calle El Molino 1775, en la comuna de Independencia, son una mezcla de miedo y curiosidad ante el cerco de cámaras de televisión en el lugar. “Quienes sean los que hayan hecho esto, supieron hacerlo muy bien”, dice una residente sobre el secuestro de Ronald Ojeda.

Otros vecinos relatan que en el conjunto de dos edificios, de 25 pisos cada uno y de 600 departamentos en total, más de dos tercios de los habitantes son venezolanos, que se autodefinen “de clase media”, varios de los cuales dejaron propiedades y negocios en su tierra al emigrar a Chile.

El lugar está a sólo dos cuadras de un gran recinto de Carabineros que alberga el Servicio de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV), la 30° Comisaría de Radiopatrullas y la 57° Comisaría Motorizada de la institución.

“Esto es algo muy delicado, la policía está a cargo y la orden es que ninguno de los conserjes puede decir nada de lo que pasó”, advierte brevemente el administrador sobre los hechos que ocurrieron a las 3.10 horas del pasado martes 20 de febrero, en el piso 14 de la torre A.

Horas más tarde, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, había confirmado que un grupo de cuatro desconocidos llegó a bordo de un auto gris marca Nissan, modelo Versa, del año 2020, al conjunto habitacional. En su parabrisas, una luz estroboscópica azul como las que usa la PDI destelló ante las cámaras de seguridad del condominio.

Desde su interior bajaron tres sujetos corpulentos, vestidos con equipamiento táctico, pasamontañas, cascos, banderas chilenas en sus brazos y con un caballete de los que usa la policía para derribar puertas en allanamientos.

“En la noche siempre quedan dos conserjes de turno. A esa hora uno andaba haciendo una ronda por los pasillos y el otro, que estaba solo, creyó de verdad que era la PDI la que había llegado y los dejó pasar”, relata otra vecina.

Rápidamente, los tres hombres tomaron uno de los ascensores de la torre A. Imágenes de las cámaras de seguridad, difundidas horas más tarde, los mostraron al interior conversando y manipulando sus teléfonos celulares, hasta que con total calma se bajaron en el piso 14.

Lo que vino después fue escuchado por varios de los vecinos. Un golpe seco que dejó un orificio en la puerta del departamento de Ojeda y los gritos desesperados de Jetsy, su mujer, y del hijo de ambos, de seis años.

“Se escucharon unos gritos muy fuertes, me despertaron. Pero no salí a mirar ni nada. En el chat de WhatsApp del edificio dijeron que la PDI se había llevado a alguien y los otros vecinos sólo reclamaron que por qué estaban haciendo ruido a esa hora, que eran gente de mal vivir”, comenta una vecina venezolana del piso 13 de la misma torre, quien por temor pide reserva de su identidad.

Las cámaras de seguridad difundidas por diferentes medios el jueves pasado mostraron a Ojeda semidesnudo, maniatado y tomado del cuello por uno de los tres falsos policías. Luego, sin forcejeos aparentes y con pistola en mano, uno de los hombres lo subió al falso auto policial que los esperaba al interior del estacionamiento de visitas.

Posteriormente, a las 3.57 horas, Costanera Norte detectó a través de sus cámaras que en la autopista en dirección al poniente, entre Bulnes y General Velásquez, en la comuna de Renca, un auto había sido abandonado.

Se trataba del mismo vehículo al que 46 minutos antes había sido subido Ronald Ojeda, el que llevaba patentes clonadas desde hace unos seis meses desde otro auto de la misma marca, modelo y color. Según ha trascendido, en las cámaras de la concesionaria no habría quedado registro de los captores subiendo al secuestrado a otro vehículo.

Por horas la versión de una detención policial siguió siendo lo que la comunidad del edificio creyó que había pasado. “Los ánimos no estaban muy buenos. La noche anterior había ocurrido un apagón y todo el mundo reclamaba contra la administración. Por eso, después de los gritos siguieron haciendo sólo reclamos”, señala la misma vecina del piso 13.

Sólo horas más tarde, cerca de las 6 de la madrugada, otro de los residentes escribió “no fue la PDI, fue un secuestro” en el chat. Lo que vino después fue silencio. “Su mujer está en el grupo de WhatsApp y todos entendieron que era mejor no decir nada más”, sostiene la mujer.

A esa hora Carabineros ya había recibido la denuncia hecha por la esposa de Ojeda y descartado que fuera una diligencia real de la PDI. El primer relato de la mujer habría apuntado de inmediato a que los captores tenían acento extranjero y a que el secuestro había sido orquestado por la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela.

Pero, hasta ahora, eso sigue siendo un absoluto misterio y una de las varias hipótesis del caso.

La contrainteligencia del teniente Ojeda. Nacido el 2 de septiembre de 1991, Ronald Ojeda proviene, según recuerdan sus cercanos, de una familia de pocos recursos. Por ello, no fue extraño que a los 16 años optara por la carrera militar.

De esa manera, el año 2008 ingresó a la Academia Militar de Venezuela. En uno de los varios videos que Ojeda grabó estando en Chile, relató que “yo era un niño por ese tiempo (…) y ese eslogan de la revolución bolivariana para mí era incomprensible”.

Sobre esa misma época el exmilitar secuestrado dijo en el video que “por esos años yo ya no era el joven militar, ya no era el joven estudiante de un instituto de formación de oficiales donde va a garantizar la seguridad a todos los ciudadanos, sino que simplemente un militante de un partido más”.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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