CINCO MATERIAS PRIMAS ESENCIALES A LAS QUE AFECTARÁ LA GUERRA EN UCRANIA Sarah Schiffling—–VOCES DEL CONFLICTO: CUATRO HISTORIAS PARA ENTENDER CÓMO SE VIVE LA INVASIÓN DE RUSIA A UCRANIA QUE REMECIÓ AL MUNDO ESTA SEMANA Equipo DF MAS 26/02/2022
Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión.
El conflicto en Ucrania y que amenaza la paz mundial, ha continuado siendo nuestra preocupación. Esperamos que la reunión entre las partes en Bielorrusia, puedan alcanzar un grado de entendimiento, en momentos en que Rusia ha dispuesto aumentar y activar el grado de alerta de su arsenal nuclear. Las protestas en el mundo a la invasión rusa, ha sido lo que ha marcado la agenda noticiosa del fin de semana.
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La guerra en Ucrania amenaza con perturbar aún más las ya de por sí tensas cadenas de suministro. Puede que Ucrania y Rusia sólo representen una pequeña parte de las importaciones de las principales naciones manufactureras como Alemania y Estados Unidos, pero son proveedores esenciales de materias primas y energía para muchas cadenas de suministro cruciales.
Aunque las consecuencias económicas de una guerra que amenaza la vida y el sustento de muchos ucranianos serán siempre secundarias frente a la crisis humanitaria que se avecina, he aquí cinco áreas que probablemente tendrán problemas en el futuro:
1. Energía
Muchos países europeos son muy dependientes de la energía rusa, en particular del gas a través de varios gasoductos vitales, y esto puede haber influido en su enfoque de la crisis.
Se ha sugerido que la dependencia del gas ruso es la razón por la que Europa se ha resistido a retirar a Rusia del sistema de pagos internacional SWIFT, por ejemplo, aunque cabe señalar que los alemanes han suspendido indefinidamente el nuevo gasoducto báltico Nord Stream 2.
Aunque una suspensión completa de los flujos de gas ruso es poco probable por el momento, incluso las pequeñas interrupciones tendrán un impacto significativo. Las reservas mundiales de gas son escasas debido a la pandemia y los precios de la energía ya están aumentando considerablemente, impactando en los consumidores y en la industria.
Dado que el gas es un recurso esencial para muchas cadenas de suministro, las interrupciones de un suministro tan fundamental tendrán amplias consecuencias económicas. Cuando los precios del gas subieron por primera vez en otoño de 2021, por ejemplo, las plantas de fertilizantes en el Reino Unido cerraron porque el alto coste de la energía hizo insostenible la producción.
Esto provocó escasez de dióxido de carbono, que es esencial para todo, desde procedimientos médicos hasta la conservación de los alimentos. Es probable que estas consecuencias se agraven con el aumento de los precios del petróleo y el gas.
2. Alimentos
Los precios mundiales de los alimentos ya aumentaron fuertemente durante 2021 debido a múltiples causas, desde el aumento del coste de la energía hasta el cambio climático. Es probable que los productores de alimentos se vean sometidos a una mayor presión a medida que los precios de los recursos clave sigan aumentando.
Rusia y Ucrania representan conjuntamente más de una cuarta parte de las exportaciones mundiales de trigo, mientras que Ucrania por sí sola representa casi la mitad de las exportaciones de aceite de girasol. Ambas son materias primas clave utilizadas en muchos productos alimentarios.
Si la cosecha y el procesamiento se ven obstaculizados en una Ucrania desgarrada por la guerra, o si se bloquean las exportaciones, los importadores tendrán que luchar para reemplazar los suministros.
Algunos países dependen especialmente del grano procedente de Rusia y Ucrania. Por ejemplo, Turquía y Egipto dependen de ellos para casi el 70 % de sus importaciones de trigo. Ucrania es también el principal proveedor de maíz de China.
El aumento de la producción en otras partes del mundo podría contribuir a reducir el impacto de las interrupciones del suministro de alimentos. Sin embargo, Rusia es también uno de los principales proveedores de ingredientes esenciales para los fertilizantes, por lo que las sanciones comerciales podrían afectar a la producción en otros lugares. Mientras tanto, también podemos esperar desviaciones en los flujos comerciales:
China ya ha dicho que empezará a importar trigo ruso, por ejemplo.
3. Transporte
Dado que el transporte mundial ha quedado gravemente alterado tras la pandemia, una guerra podría crear más problemas. Los medios que probablemente se vean afectados son el transporte marítimo y el ferroviario.
Desde 2011, se han establecido enlaces regulares de transporte de mercancías por ferrocarril entre China y Europa. Recientemente, se produjo el viaje del tren número 50.000.
Aunque el ferrocarril solo mueve una pequeña proporción del total de la carga entre Asia y Europa, ha desempeñado un papel vital durante las recientes interrupciones del transporte y está en constante crecimiento.
Los trenes están siendo desviados fuera de Ucrania, y los expertos en transporte de mercancías por ferrocarril son actualmente optimistas de que las interrupciones se mantendrán bajo mínimos. Sin embargo, países como Lituania esperan ver su tráfico ferroviario gravemente afectado por las sanciones contra Rusia.
Incluso antes de la invasión, los armadores empezaron a evitar las rutas marítimas del Mar Negro y las aseguradoras exigieron que se les notificara cualquier viaje de este tipo.
Aunque el transporte de contenedores en el Mar Negro es un mercado relativamente nicho a escala mundial, una de las mayores terminales de contenedores se encuentra en Odesa.
Si las fuerzas rusas la cortan, los efectos sobre las importaciones y exportaciones ucranianas podrían ser considerables, con consecuencias humanitarias potencialmente drásticas.
El aumento de los precios del petróleo debido a la guerra es una preocupación para el transporte marítimo más general. Las tarifas de flete ya son extremadamente altas y podrían aumentar aún más.
También existe la preocupación de que los ciberataques se dirijan a las cadenas de suministro mundiales. Como el comercio depende en gran medida del intercambio de información en línea, esto podría tener consecuencias de gran alcance si las líneas de transporte o las infraestructuras clave son atacadas. El efecto dominó de un ciberataque a la cadena de suministro puede ser enorme.
4. Metales
Rusia y Ucrania lideran la producción mundial de metales como el níquel, el cobre y el hierro. También participan en gran medida en la exportación y fabricación de otras materias primas esenciales como el neón, el paladio y el platino.
El temor a las sanciones a Rusia ha aumentado el precio de estos metales. En el caso del paladio, por ejemplo, el precio actual de negociación es de casi 2.700 dólares por onza, con una subida de más del 80 % desde mediados de diciembre.
El paladio se utiliza para todo, desde los sistemas de escape de los automóviles o los teléfonos móviles hasta los empastes dentales.
Los precios del níquel y el cobre, que se utilizan en la fabricación y la construcción respectivamente, también se han disparado.
Las industrias aeroespaciales de Estados Unidos, Europa y Gran Bretaña también dependen del suministro de titanio de Rusia. Boeing y Airbus ya han recurrido a proveedores alternativos. Sin embargo, la cuota de mercado y la base de producción del principal proveedor ruso, VSMPO-AVISMA, hacen imposible una diversificación total, ya que algunos fabricantes aeroespaciales han firmado contratos de suministro a largo plazo hasta 2028.
Para todos estos materiales, podemos esperar interrupciones y escasez potencial, lo que amenaza con provocar un aumento de los precios de muchos productos y servicios.
5. Microchips
La escasez de microchips fue un problema importante a lo largo de 2021. Algunos analistas habían pronosticado que este problema amainaría en 2022, pero los últimos acontecimientos podrían frenar ese optimismo.
Como parte de las sanciones, Estados Unidos ha amenazado con cortar el suministro de microchips a Rusia. Pero suena a farol, teniendo en cuenta que Rusia y Ucrania son exportadores clave de neón, paladio y platino, todos ellos materiales críticos para la producción de microchips.
Alrededor del 90 % del neón, que se utiliza para la litografía de los chips, procede de Rusia, y el 60 % es purificado por una empresa de Odesa. Las fuentes alternativas requerirán inversiones a largo plazo antes de poder abastecer el mercado mundial.
Los fabricantes de chips tienen actualmente un exceso de existencias de dos a cuatro semanas adicionales, pero cualquier interrupción prolongada del suministro causada por la acción militar en Ucrania afectará gravemente a la producción de semiconductores y a los productos que dependen de ellos, incluidos los automóviles.
Fuente: CINCO MATERIAS PRIMAS ESENCIALES A LAS QUE AFECTARÁ LA GUERRA EN UCRANIA
Sarah Schiffling, Senior Lecturer in Supply Chain Management, Liverpool John Moores University y Nikolaos Valantasis Kanellos, Lecturer in Logistics, Technological University Dublin
The Conversation, 25/02/2022
VOCES DEL CONFLICTO: CUATRO HISTORIAS PARA ENTENDER CÓMO SE VIVE LA INVASIÓN DE RUSIA A UCRANIA QUE REMECIÓ AL MUNDO ESTA SEMANA
Equipo DF MAS
26/02/2022
Mario Cárdenas, artista circense: “Llevo casi sin dormir los últimos días”
“No vivo oficialmente en ningún lado. Estuve cuatro años en China y ahí conocí a mi señora. Ella es ucraniana, tenemos un hijo de 2 años y llegamos aquí antes de la pandemia, así que nos quedamos y me tuve que reinventar y buscar trabajo.
Ahora estamos en Kharkov, a 30 kilómetros del centro de la ciudad hacia la frontera con Rusia. Hemos estado hoy partiendo leña para poder calefaccionar el garaje de concreto donde nos refugiamos. Durante el día estuvo nevando y la ciudad completamente paralizada. A las 5 de la mañana partió el ruido de los bombazos, después hubo una pausa y luego volvieron a atacar entre las 6 y las 7 AM.
El gobierno nos envió planos de refugios a los que acudir y el metro está también abierto para las personas que quieran protegerse cuando llegan los misiles. Hay alarmas que suenan cada cierto rato y nos explicaron las diferencias de sonido entre proyectiles y bombas.
Rusia está destruyendo Ucrania. Soy testigo de cómo dañan departamentos de civiles, infraestructura pública y jardines infantiles. Esto me ha mantenido casi sin dormir en los últimos días.
Más allá de todas las conversaciones que Vladimir Putin tuvo con diferentes líderes, estoy seguro de que esto ya estaba planificado.
Hoy escuché que habrá 10 mil paracaidistas que llegarían a atacar a Kiev. Entonces me queda claro que no solo van a estar en las regiones en disputa en el Dombás.
Esto es un caos, se suponía que iban a ser un ataque dirigido principalmente para desmilitarizar, como había dicho Putin, pero no es así porque ya han tomado ciudades y han puesto carteles donde dice ´Esto es territorio ruso´. Bombardearon el tren, aquí al menos lo destruyeron, y han muerto personas que no tienen nada que ver. Hay civiles fallecidos. Esto es como los alemanes en su época, sin ningún sentimiento.
Ahora último está más tranquilo, pero se dice que la noche va a estar movida.
El gobierno de Chile ya se puso en contacto hace algunas horas con nosotros y me dijeron que estaban viendo la forma de ver algún medio de transporte para sacarme de acá”.
Una pareja ucraniana-chilena que espera su primer hijo y logró salir a tiempo de Kiev rumbo a Santiago; dos fotógrafos que registraron cómo la capital de Ucrania se preparaba para la guerra; un chileno atrapado en Kharkov que se refugia con su familia en un garaje mientras escuchan las bombas, y una cientista política rusa experta en dictaduras que quiere que su país pierda la batalla. |
Jaime Rosales Guzmán, científico chileno residente en Kiev: “En Ucrania teníamos calidad de vida y tranquilidad”
“Tengo 39 años. Viajé a Ucrania entre el 2016 y el 2019 y decidí quedarme a vivir allá, a pesar de que seguía moviéndome entre países.
Conocí a mi señora por internet buscando una traductora e intérprete. Nos vimos por primera vez en la estación de metro más profunda del mundo, Arsenalna, en Kiev. En 2021 nos establecimos definitivamente en Ucrania, y hoy esperamos nuestro primer hijo.
Estudié en la Universidad de Concepción y llegué a Kiev después de hacer un doctorado en Ciencias Físicas, para hacer una colaboración científica con el MAO (Main Astronomical Observatory of Kyviv). Luego, hice un postdoctorado con Sudáfrica en la Universidad de North-West y por mi cercanía al cónsul de Ucrania, me pidieron apoyar acuerdos científicos entre ambos países.
La tensión escaló en Kiev en los últimos días. La alerta fue cuando EE. UU. cerró el consulado. Como mi mujer está embarazada, decidimos salir cuanto antes y volver a Chile. Tuvimos que dejar todas nuestras pertenencias allá.
Con los primeros ataques la gente no se preocupó, pero luego los supermercados se llenaron y se sentía el miedo en la población. Sé que los sistemas funcionan con normalidad, pero las compras son solo en efectivo y los cajeros automáticos permiten retirar hasta 3.000 uah (100 dólares aproximadamente). Aquí en general los bancos limitan los giros y son bajos, pero con el ataque fue mucho más limitado.
Solo pensé que Rusia se tomaría dos ciudades, pero jamás un país en menos de 24 horas.
Hoy mi señora conversó con su hermana que está en la capital, y nos comentaba lo que está pasando. Están obligados a ir al trabajo y mis suegros, que viven en la ciudad de Bar, cercana la frontera con Polonia, ya están siendo atacados, a pesar de que esa zona no ha sido informada en las noticias. Sé que están preocupados, realizando compras y juntando agua. Mi cuñada no tiene planeado irse a otra ciudad con sus papás, porque los tacos son kilométricos y es muy poco seguro estar afuera.
Nunca me llamó la atención entrar a ciudades prorrusas porque amigos y colegas que incluso eran parte del refuerzo militar, me comentaban cómo era todo y la verdad visitar un lugar atacado me parece mal. De igual manera me recomendaron no ir porque no son seguras y sobre todo porque los extranjeros no son bien vistos ahí.
Si la paz está garantizada, volvería a Ucrania. Teníamos calidad de vida y tranquilidad. Allá podía salir a la calle sin miedo a que pasara algo”.
Valentina Piccini y Jean Marc Caimi, fotógrafos italianos: “El mundo está más asustado que los ucranianos”
“Trabajamos hace ocho años juntos contando historias a través de fotografías. Hasta el martes de esta semana, dos días antes del inicio oficial de la guerra, estuvimos recorriendo Ucrania. Era la segunda vez que estábamos en la mitad de un conflicto en ese país. En 2014 cubrimos la revolución de Maidán y empezamos a crear nuestras primeras redes de contacto.
Creo que el mundo está más asustado de lo que están los ucranianos. Ellos tienen la guerra en su ADN, están muy orgullosos de su patria y están acostumbrados a la guerra. En nuestro trabajo buscamos relatar la parte humana de la guerra a través de las historias de las personas que conocemos, porque las fotos de misiles y tanques son iguales en todos los conflictos. Y creemos que para que la gente entienda más profundamente la situación es importante mostrar quiénes son los involucrados.
En nuestra búsqueda, llegamos a un grupo de civiles que se preparaba para pelear, conocimos sus historias y nos dejaron sacarles fotos. Ese trabajo terminó en un fotorreportaje que fue publicado en el Financial Times. En ese grupo había personas de edad, jóvenes, veteranos, artistas y doctores, todos involucrados en estas actividades de entrenamiento.
Los médicos enseñaban en los metros a curar heridas de bala y hacer torniquetes, y los reservistas y militares le enseñaban a civiles a usar una AK-47 y moverse en el suelo.
Nos llamó la atención que principalmente la gente se une a estas actividades para apoyarse, es más un factor sicológico. Y más que aprender a cómo enfrentarse, los hace sentirse parte de una resistencia, es más una terapia que un entrenamiento de guerra.
Otra de las historias que cubrimos forman parte del libro que publicaremos, “We have a dream”, que busca relatos de los sueños de los jóvenes.
Ahí conocimos a un grupo de organizadores de fiestas electrónicas subterráneas. Antes de que empezaran los días de más tensión, mandaban al grupo de Telegram la ropa con la que había que ir a las fiestas y que DJ tocaría esa noche. El miércoles en la mañana ellos mandaron un mapa con todos los refugios antibombas de Kiev: son quienes mejor conocen la ciudad subterránea.
Desde que dejamos Ucrania hace pocos días, el panorama cambió mucho. Seguimos en contacto con amigos y colegas, y lo más impresionante es que aún nos transmiten calma”.
Olga Avdeyeva, cientista política rusa: “Todos saben que no es seguro hablar libremente en Rusia”
“Nací en Siberia y luego partí a Moscú a estudiar Ciencias Políticas. Me trasladé a Indiana, Estados Unidos, a estudiar un doctorado en Ciencias Políticas en Purdue University, y me quedé en este país. Hoy soy profesora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Loyola en Chicago, donde hago investigación sobre política y género. También he estudiado dictaduras.
Lo que pasa en Rusia es que muchas personas asocian la llegada del poder de Vladimir Putin con el crecimiento económico del país. Pero eso fue consecuencia de las reformas que transformaron el país desde uno comunista a uno capitalista.
Putin lleva 22 años en el poder y está aislado. Nadie puede decirle cuán lejos está de la realidad. Y creo que él no representa los deseos de las personas de Rusia, pero nadie lo dice abiertamente porque viven en una dictadura. Putin es un dictador, tal como lo fue Pinochet. Él es el único tomador de decisiones hoy día en Rusia.
Y esta decisión de ir a la guerra con Ucrania es algo que ha estado en su mente por largo tiempo. Cree que, sin Ucrania, Rusia es nada. Pero para lograr su objetivo necesitaba tener diez años de propaganda, principalmente en la TV rusa. Ha hecho un trabajo para convencer a la gente de lo malo que es Ucrania y de lo mal que tratan a los que hablan ruso. Y ha ido amplificando el conflicto lingüístico-político que tiene Ucrania, manipulando a los hablantes rusos de ese país dándoles recursos, empoderándolos. Su idea es que se sientan representados por él.
Cuando vives en una dictadura como Rusia, la mayoría de las personas no logran distinguir si lo que ven en televisión es real o no, otros lo ignoran, mientras otros no confían y no lo creen. Pero durante diez años han creado esta imagen de que hay algo malo con Ucrania y que no son un socio confiable.
Cuando hablo con mi familia y amigos, ellos sienten que esta guerra es una terrible equivocación y saben que esto va a traer graves consecuencias. Pero son una minoría. El 20% de la población no cree que deba haber guerra y se siente mal por lo que está pasando, pero en enero pasado un 69% aprobaba la invasión a Ucrania.
Lo que ocurre en las dictaduras es que muchas personas creen que si votan en contra van a ser castigadas. Las personas tienen miedo. Todos saben que no es seguro hablar libremente en Rusia. Ese es el problema con los dictadores: nunca saben realmente cuál es su aprobación real.
Soy rusa, pero quiero que Ucrania gane esta guerra. Eso sí, no creo que la OTAN tenga que entrar al conflicto. Lo que se puede hacer es entregar apoyo a Ucrania con equipamiento militar. Pero Rusia tiene armas nucleares y podría ser una situación muy peligrosa. Putin no es una persona que esté tomando decisiones racionales para evitar la guerra”.