COMUNISTAS EN CAMPAÑA
El Mercurio, Editorial, 22/08/2024
Las campañas electorales suelen dar grandes sorpresas, pero rara vez se ha podido ver a una candidata comunista celebrando la apertura de una nueva sucursal de un negocio de un poderoso banco internacional.
Ha resultado asombroso ver a la alcaldesa de Santiago, en plena campaña para su reelección, en un video de corte claramente propagandístico, sin que se pueda afirmar si se trata de publicidad del banco o de un esfuerzo de la campaña de la candidata Irací Hassler. Más aún, que lo haga cuando, en abril pasado, el presidente de ese partido, al convocar al congreso nacional de la colectividad hablara del carácter usurero de la banca internacional resulta, cuanto menos, extraño y poco coherente.
¿Cómo es posible que, en medio de un conservadurismo tan duro en las posturas del PC, pueda la alcaldesa celebrar a los capitalistas que participan con tanto éxito en la banca chilena? |
Pero en verdad, desde hace algún tiempo, el monolítico Partido Comunista ha venido exhibiendo conductas extrañas y, algo inusitado para ellos, con una notoria pérdida de la disciplina partidaria.
Si alguien hubiera llegado a pensar que la actuación de la alcaldesa refleja que finalmente la modernidad ha llegado a los comunistas, estaría equivocado. Aunque podría pensarse que después de sus resonantes derrotas internacionales, simbolizadas con la caída del Muro, mostrarían una mejor disposición a revisar sus predicamentos marxistas tradicionales, basta escuchar la voz oficial del presidente del partido para descartar esa idea.
En efecto, Lautaro Carmona ha dicho en su mencionada intervención que “el hegemónico sistema sustentado en el capital especulativo-financiero, ya previsto por Marx, se ha traducido en una crisis multidimensional de alcance nunca antes visto en la historia”, y se refiere a la crisis ambiental y climática, a la cual los gobiernos comunistas del mundo han contribuido mucho más que los países capitalistas. Y agrega que en los rubros en que el gran capital detenta una posición “abusivamente dominante”, donde incluye expresamente a la banca, se producen “ganancias usureras o mal habidas”, para seguir con la retórica clásica del marxismo.
El Partido Comunista ha festejado las elecciones en Venezuela, en contra de la opinión del resto del mundo; ha felicitado al jefe máximo de Corea del Norte; defiende y apoya en todos los foros la “revolución cubana” y no da señas de cambiar.
¿Cómo es posible que, en medio de un conservadurismo tan duro de sus posturas, pueda la alcaldesa celebrar a los capitalistas que participan con tanto éxito en la banca chilena? Es plausible que la disidencia dentro del PC, un fenómeno desconocido hasta hace muy poco, vaya a tomar vuelo. Los jóvenes comunistas parece que no se muestran tan dispuestos para obviar las violaciones a los derechos humanos en esos países, lo que ha comenzado a introducir un pensamiento más crítico dentro de la colectividad.
Desde Marx, los comunistas no se han sentido cómodos con el concepto de derechos humanos, pues se trata de derechos individuales, no colectivos, y por eso la Declaración Universal de Derechos Humanos del año 1948 se logró aprobar gracias a que se convenció a los países de la órbita soviética de que se abstuvieran, puesto que jamás la aprobarían.
Y es que en la Unión Soviética nunca se respetaron los derechos humanos y, por el contrario, es uno de los países donde se cometieron las arbitrariedades más graves, y no solamente en los tiempos de Stalin, sino desde el comienzo con Lenin. Pero en Chile, que los adoptaron como bandera de lucha, copando todos los espacios de su defensa, algunos parecen percibir los costos de la incoherencia que implica proclamar su importancia y carácter universal con el decidido apoyo a distintas dictaduras.
Está aún por verse si las diferencias, que comienzan a ser observadas por la opinión pública, llegan a convertir al antiguo y monolítico partido en uno con corrientes internas y debates públicos entre sus dirigentes. O bien, si una de las dos vertientes se impone aplastando a la otra y volvemos a ver en Chile un partido de una sola línea.
Por ahora, la voz oficial es la de su presidente, y las sorpresas que depara la actuación de la alcaldesa pueden ser catalogadas como una mera curiosidad, motivada por la ansiedad que le produce la próxima elección.
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Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel