“COP 27: Entre el discurso y la acción”
Finalizó la COP-27, esta vez la sede fue Sharm El Sheikh, Egipto. Las sensaciones que ha dejado esta Conferencia aún no logran convencer a la comunidad internacional. En primer lugar, por la dificultad que hubo para alcanzar los acuerdos, poniendo en riesgo la declaración final de cierre del encuentro. En segundo lugar, la velada reticencia de la Unión Europea frente al grado de cumplimiento de las metas propuestas para las anteriores versiones. En esta oportunidad, las críticas de sus miembros fueron más severas que en anteriores versiones.
Convengamos que los efectos del cambio climático se están percibiendo de manera más evidente y los datos aportados en conversaciones de alto nivel así lo confirman, aunque para algunos expertos estas conferencias no logran los resultados que requiere la Aldea Global. El fundamento de las críticas se relaciona con la manera de hacer cumplir los tan anhelados acuerdos frente a antecedentes que reflejan que se transita a paso de tortuga.
Con todo, una pequeña luz de esperanza se asomó en la COP-27. Las últimas movidas en el tablero global hacen presagiar nuevos aires. Por un lado; una renovada conceptualización geopolítica sustentada en un sistema financiero que logre acomodarse a los nuevos estándares del cambio climático; por otro, el greenwashing, el impulso renovable, la descarbonización, y finalmente; otras iniciativas que conciten el cumplimiento de reducir
en 1,5º C. constituyen una muestra que se transita por buen camino ¿Será suficiente?, habrá que observar su avance.
El mayor logro ha sido el anuncio de la creación de un fondo para financiar pérdidas y reparar daños causados por efecto del fenómeno ambiental. Las contribuciones provendrán de países desarrollados hacia los más afectados. Aunque la polémica surgió tras la ponencia de los representantes de China quienes sostuvieron que, para algunos países, este aporte debería ser “voluntario”. Transformándose así en una de las piedras de tope que retrasó la declaración final de la Conferencia.
En resumen, podemos señalar que los esfuerzos por combatir el cambio climático siguen siendo mezquinos, pocas han sido las mejoras a nivel global. Durante este año hemos sido testigos de grandes olas de calor en Europa, sequías en Norteamérica e inusuales inundaciones en Oceanía, una tendencia que se suma a otros hechos climatológicos de los últimos años.
Considerando el interés que despierta este tipo de iniciativas, como CIEE, nos parece relevante poder
proporcionar diferentes análisis de lo que fue esta COP-27. Una Conferencia muy diferente a sus antecesoras destacando, esta vez, la urgencia por adoptar medidas menos ambiciosas y más concretas, evitando quedarse en el discurso, tal como lo sostienen las autoridades europeas. El fenómeno del cambio climático debiese combatirse de manera mancomunada, cualquier otra solución individual sería un fracaso del colectivo global.
CIEE-ANEPE
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