El tiro de gracia, por Juan M. Rodríguez Etcheverry —- Tranquilos pero Nerviosos por Cristián Labbé Galilea —- La avalancha que crece por Orlando Sáenz
Las opiniones en esta columna son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión
Nuestro voto, de modo que su privación se constituya también en el “tiro de gracia” que ponga fin a su trayectoria política. Y ese voto brindémoslo a quienes, inequívocamente, nos den certeza de defender nuestros principios y derechos.
En Ahumada con Huérfanos, históricamente el lugar más transitado por los santiaguinos, se instaló, hace años, un precario y antiestético toldillo bajo el cual una mesa desvencijada hacía las veces de escritorio con un par de sillas para la atención de quienes se acercaban atraídos por un llamativo letrero en que se leía “NO + AFP” y por una estridente voz potenciada por un megáfono, que imputaba toda clase de cargos en contra de un sistema de pensiones calificado de perverso y dañino para los trabajadores.
Desde mi oficina, en uno de los edificios que hace esquina en ese lugar, fui testigo privilegiado de dicha actividad y en ocasiones, pasé a conversar con los “dependientes” del “local” para conocer más detalles de su “cruzada”. Los “encargados” eran, habitualmente, los mismos y su discurso constituía la repetición sistemática de algo que no pasaba de ser una consigna: “Las AFP te roban”; “El Estado debe asumir el rol de brindar pensiones justas a los trabajadores”. Preguntados por mi: “¿De qué manera te roban las AFP? La respuesta era: “Cobro abusivo de comisiones que enriquecen a los más ricos” y, “¿Cuál es la solución?”: “Que todos los aportes vayan a un fondo común y el Estado se haga cargo”. ¿Y Ustedes que están acá todos los días, reciben sueldo, tienen imposiciones?: “¡No!, Nosotros, amigo, luchamos por la causa de los trabajadores.” ¿Y cuando los años pasen y se quieran jubilar, cómo lo harán?” “¡Ese será un derecho garantizado por la constitución que el Estado deberá satisfacer!” ¿Ustedes saben que hace 50 años el Estado destinaba el 30% del presupuesto de la Nación a cubrir el déficit del sistema de pensiones y para vestir ese santo debía desvestir muchos otros, entre ellos salud y educación?”: “Los tiempos han cambiado, amigo y hoy los recursos existentes en manos de unos pocos deben servir para vestir este santo y todos los demás.”
Tamaño despropósito encontró terreno fértil en desacreditados diputados y senadores que con su irresponsable apoyo en el congreso, motivados por un interés electorero inmediato, han patrocinado y siguen propiciando el previsible despojo ulterior del saldo de ahorros previsionales de seis millones de trabajadores que aún quedan en el sistema, lo que inevitablemente constituirá el “tiro de gracia” para un modelo económico que, dígase lo que se diga, ha brindado a los chilenos el acceso a un bienestar con el que ni remotamente soñamos las generaciones anteriores. A esos parlamentarios de gobierno y oposición que han propiciado el descalabro que hoy vivimos, ha llegado el momento de pasarles la cuenta, castigándolos con la única arma de que disponemos … por ahora:
Santiago, 1° de noviembre de 2021.
Juan M. Rodríguez Etcheverry
Tranquilos pero Nerviosos
Cristián Labbé Galilea
A días de las elecciones y analizando la conducta de algunos políticos, un letrado contertulio sentenció… “No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”, haciendo referencia al refrán popular que da cuenta que… en la vida todo llega a su tiempo y que las cuentas se pagan sí o sí. Nada más claro para singularizar el momento que vivimos.
El tiempo se vino encima: cunde en los comandos y en los partidos la confusión y la angustia, sus candidatos suben y bajan en las encuestas; como dicen los “siúticos”, el ambiente está “licuado” … todo puede pasar; por lo mismo, los políticos juegan sus últimas fichas… momento especial para cometer errores y/o revelarse de cuerpo entero.
Los “ingenieros” de las principales “ollas hidrográficas de la política” (léase izquierdas y derechas) hacen denodados esfuerzos por llevar agua a sus molinos electorales, olvidando que de poco sirve modificar artificiosamente el curso de las aguas si ellas, al igual que en la política, tarde o temprano buscan su cauce natural.
La izquierda con sus variados y múltiples “afluentes”, pareciera no tener muy claro cuál es su cauce verdadero. Si, por ahora, es la que más caudal electoral arrastra y lleva todas las de ganar, algo pareciera indicar que “los peritos” del Partido Comunista estiman que no están dadas las condiciones para “hacerse del poder” y menos con un abanderado de una impericia evidente.
Después de esa especulativa reflexión y considerando la dinámica de los acontecimientos, es posible discurrir que la candidata de la D.C. podría, dada la posición que representa en su sector, intentar captar todas “las aguas” de la Izquierda y pasar a la segunda vuelta, permitiendo que el P.C. juegue el papel de “corriente subterránea” … (Parece loco, es cierto, pero no imposible).
Lo que no es delirante, sino necesario y urgente, es advertir a los sectores de la Sociedad Libre (léase la derecha) que se acabó el tiempo y que, si no se preocupan, el costo a pagar será muy alto. Es el momento de involucrarse de verdad en las elecciones, único camino para asegurar que “las aguas de la Libertad” fluyan en la dirección correcta.
En los días que restan antes de la elección, hay que jugarse con decisión por quien representa los valores de la Sociedad Libre: el orden, la seguridad, la libertad, la familia, la propiedad, la justicia justa, la igualdad de oportunidades, la paz y, el bienestar social y económico… ¡Y ese es uno solo… Kast!
Está más que claro, se acabó el plazo, y debemos asumir que desde hace tiempo hemos pagado el costo de nuestra abulia política dejando que otros alteren el cauce natural de nuestro destino republicano… arrastrándonos, entre otras cosas, a una Convención Constituyente que nos tiene al borde del despeñadero institucional y que, además, con total desparpajo, ignora nuestra historia como nación libre y democrática.
En una línea, hay que estar “tranquilo-nervioso” … ¡Si no reaccionamos ahora, mañana será tarde!
Orlando Sáenz: La avalancha que crece (Publicado el 02 de noviembre, 2021)
El único que es capaz de contestar con un sí o un no a las inquietudes más apremiantes de los chilenos es el Sr. Kast.
Tuve en mi vida un largo periodo hípico, en que la fortuna me premió, además, con grandes campeones como “Pinganilla”, “Chalotin”, “Prince Albert”, “Carpinello”, “Golden Travel” y otros. En ese periodo, me empapé de algunos axiomas hípicos que nadie discutía, siendo tal vez el principal aquel que afirma que “caballo que alcanza, gana”. Ese terminante slogan se me ha venido reiteradamente a la memoria al observar la candidatura presidencial de José Antonio Kast, a la que inicialmente vi como nada más que un potente “saludo a la bandera”, como fue su candidatura en la elección de 2014.
¿Qué es lo que lo está impulsando al punto de que probablemente solo le falte tiempo para convertirla en mayoría? La respuesta es sencilla: porque es el único candidato capaz de afirmar certezas en un país enfermo de incertidumbres. Las mayores preocupaciones del pueblo chileno hoy día dejaron de ser las entelequias indefinidas para concentrarse en temas sumamente concretos, como son la seguridad, la guerrilla en la Araucanía, la reactivación económica, la inmigración ilegal, el empleo seguro. Y el único candidato que, ante esos temas, responde con certezas y no con malabarismos verbales es el Sr. Kast.
Si a eso le añadimos su obvia superioridad formativa e intelectual, estamos en presencia de una candidatura que crece con cada debate, con cada nueva incertidumbre, con cada nuevo despropósito a nivel legislativo o convencional.
¿Cuáles son los caudales que están incrementando el torrente de la candidatura de José Antonio Kast?
El primero de ellos es el discurso de cada uno de sus adversarios, en que solo pueden balbucear vaguedades ante preguntas muy concretas, como son las ya aludidas. El único que es capaz de contestar con un sí o un no a las inquietudes más apremiantes de los chilenos es el Sr. Kast y esas respuestas contrastan rudamente con los “quizás”, “tal vez”, “depende de” de todos sus contrincantes. Y esas otras respuestas no son solo porque esos candidatos no tengan personalmente una posición clara frente al problema planteado, sino porque sus bases políticas están completamente divididas en torno a la cuestión.
Es por eso que proponen la enésima mesa de diálogo para resolver el problema de la Araucanía, proponen dividir la violencia en justificada o injustificada, lo que inexplicablemente significa que es tolerable y no es delictual si se trata de saquear un comercio en Plaza Italia o incendiar una casa en Cañete, y proponen seguir retirando fondos de jubilaciones para ganar votos en la próxima elección.
El otro caudal que incrementa la votación del Sr. Kast es la noticia diaria de lo que discute la convención constitucional.
Los despropósitos de esta instancia son tan extremos como previsibles. Todos sabemos que lanzar el proceso constitucional a la calle fue solo una supremamente irresponsable cocinería política para intentar despotenciar una asonada populachera. Lanzar a la calle, de esa manera, el más delicado de los procesos que puede intentar una democracia representativa, fue equivalente a arrojar un piano por la ventana para acallar a un perro que ladra frente a ella, y sin siquiera acertársele.
Chile va a pagar por largo tiempo las consecuencias de entregar ese delicado proceso a un circo irresponsable, que todos los días genera un nuevo escándalo y que, para sumar el insulto al agravio, está presidido por alguien que se declara públicamente extrajera.
El tercer caudal que alimenta la candidatura Kast es su total independencia de los desastres que a Chile le ha producido el gobierno actual del Presidente Piñera, sin duda el peor en la historia de Chile.
El Sr. Sichel fue ministro de este régimen y su base política es la misma que teóricamente gestó dicho gobierno, de modo que no puede evitar que los desaciertos y escándalos que protagoniza el actual presidente repercutan directamente en su campaña, ya de por si endeble por su notoria falta de liderazgo.
De esa manera, el Sr. Kast podría sentarse a esperar la elección sin hacer mayormente nada, porque de promoverlo se encargan sus contendores cada vez que abren la boca, los medios de comunicación que diariamente informan del circo convencional en marcha y cada vez que los voceros de La Moneda salen a interpretar los conflictos de interés que han jalonado el periodo de la actual administración.
Yo no sé si el tiempo alcance para permitir que la candidatura del Sr. Kast llegue a ser mayoritaria. Pero sí sé que cada día gana más fuerza y me consta que, en los últimos, ha ganado a lo menos un voto: el mío.