EN MEDIO DEL DEBATE POR LOS RECURSOS PARA EL
EJÉRCITO: EL EXPECTANTE MOMENTO DE LAS FF. AA. DE
ARGENTINA Y PERÚ
Ramón Jara A. – EMOL, 16/11/2024
“Sólo hay financiamiento para 23% de los soldados necesarios para un Ejército totalmente operativo”. La alerta lanzada hace unos días por el comandante en jefe de la institución, general Javier Iturriaga, respecto al presupuesto destinado para esta rama de las Fuerzas Armadas, no dejó a nadie indiferente en el mundo político y sembró dudas respecto de la situación del país en comparación con los vecinos.
Tanto el gobierno de Javier Milei como el de Dina Boluarte han realizado millonarias inversiones con miras a fortalecer sus cuerpos militares. |
Lo cierto es que tanto Argentina como Perú también han enfrentado dificultades de este tipo, al punto de que los gobiernos actuales de Javier Milei y Dina Boluarte, respectivamente, han realizado una serie de grandes inversiones y anuncios rimbombantes para mejorar la situación en materia de defensa y seguridad.
Esta estrategia de potenciar las Fuerzas Armadas no ha estado exenta de polémicas ni críticas. Son varios los dirigentes que cuestionan la excesiva inversión en materia militar dejando de lado otros problemas de tanta o mayor importancia, encendiendo un debate histórico.
Argentina: comenzaron las inversiones. Una vez que asumió la Presidencia de Argentina en diciembre pasado, Javier Milei se puso como objetivo el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas del país.
El diagnóstico, según expertos y la prensa local, era bien complejo: “Lo cierto es que las Fuerzas Armadas de la Argentina se encuentran hoy entre las más rezagadas de América Latina en cuanto a cantidad de uniformados, equipamiento militar y operativos de entrenamiento”, aseguraba una nota del diario El Cronista de enero de 2023, aduciendo a causas como recortes presupuestarios y la ausencia de políticas de Estado sostenidas en el tiempo.
“En los resultados concretos la Argentina sigue estando detrás de las Fuerzas Armadas de Brasil, México, Chile, Perú o Colombia en cuanto a capacidad militar, equipamiento y operatividad.
Yendo a los datos duros, según un reporte del diario La Nación de julio de 2024, desde hace varios años que la inversión de Argentina es del 0,7 % del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo de países de la región, como Brasil (1,4 %) y Chile (1,8 %).
“En las propias fuerzas se admite que Chile y Brasil le sacan ventaja a la Argentina en materia de equipamiento militar desde hace varios años”, agregaba el citado medio.
La reputación de las FF.AA. argentinas no es de las mejores. Aún queda latente en la memoria colectiva el recuerdo de la última dictadura militar (1976-1983), que generó una distancia con la ciudadanía que, según el Gobierno actual, también fue alimentada por el kirchnerismo durante su paso por la Casa Rosada.
Así, con la misión de recomponer la relación con la gente, Milei se propuso modernizar y mejorar las condiciones del mundo militar, que a juicio del ahora oficialismo ha estado abandonado durante varios años. El 15 de septiembre, el Mandatario presentó su proyecto de presupuesto para 2025, que considera una inyección de US$6.200 millones a servicios de seguridad y defensa, correspondiente al 5,1 % del total.
La cifra es considerablemente alta, ya que representa poco más del doble del presupuesto de 2024 en esta misma materia (US$3.000 millones). Esto se suma a otras medidas ya tomadas por la Casa Rosada.
En los últimos dos meses, el Ejecutivo ha decretado un aumento en los sueldos de los funcionarios del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en el orden del 5 %, según publicó Infobae. “Esta medida es posible gracias al orden en las cuentas públicas y al superávit fiscal que permite destinar recursos a valorar el accionar de los soldados de la patria que día a día defienden, incluso con su vida, la paz y la libertad de la República Argentina”, aseguraron desde el Ministerio de Defensa.
Pero lejos, la medida que más ha causado repercusión fue la compra a Dinamarca de 24 aviones de combate F-16 por cerca de 650 millones de dólares. Al ser las aeronaves de fabricación estadounidense, se tuvo que contar con la venia de Washington para lograr este pacto.
Pero más allá de lo espectacular del anuncio -con el ministro de Defensa, Luis Petri, subiéndose a una de las aeronaves-, la adquisición de los F-16 acarrea una serie de problemas: según informó El Cronista, para poder recibir los aparatos será necesario reacondicionar la base aérea de Tandil, porque no cuenta con la tecnología ni la infraestructura necesaria para albergar aviones supersónicos. “La Argentina estaba tan retrasada en lo que es su tecnología para recibir un avión de este tipo, que tenemos que arreglar una brigada”, remarcó el jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier Xavier Isaac.
No obstante, fuentes castrenses y del Ministerio de Defensa reconocieron al mismo medio que “el gobierno carece hoy de fondos para proyectar todas las refacciones y adaptaciones que habrá que hacer para los aviones supersónicos”.
Esta millonaria inversión generó diversas críticas en Argentina, considerando la delicada situación económica en la que todavía se encuentra el país, donde la pobreza llegó hasta el 52,9 % de la población, según los datos oficiales dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censo.
Por otro lado, desde el kirchnerismo cuestionaron la compra por ser aviones usados, y señalaron que la mejor opción era haber adquirido las aeronaves JF-17 Thunder ofrecidas por China al Gobierno de Alberto Fernández. “Además de ser nuevos y de última generación, la oferta de China contemplaba una financiación con plazos de gracia”, afirmó la ex ministra de Defensa Nilda Garré, según recogió La Nación.
“En sus recientes visitas a la Argentina, la jefa del Comando Sur, general Laura Richardson, y el director de la CIA, William Burns, fueron terminantes en decir: con China nada. Sin atenuantes ni matices”, enfatizó Garré. Esto se suma al ofrecimiento de Washington a Argentina de US$40 millones para modernización militar, a través del programa Financiamiento Militar Extranjero (FMF, por sus siglas en inglés).
Esto permitiría al país vecino “comprar artículos de defensa, entrenamiento y servicios de Estados Unidos, a través de fondos de asistencia gratuita, y mejorar la interoperabilidad con las fuerzas estadounidenses”, según informó la embajada estadounidense en Buenos Aires.
Perú: Una polémica compra. Al igual que Argentina, el Gobierno de Perú, liderado por Dina Boluarte, empezó a poner en marcha un ambicioso plan para los próximos 25 años, con la intención de fortalecer las Fuerzas Armadas del país. Esto incluye millonarias compras que han provocado diversas críticas de quienes consideran que el Ejecutivo debería centrar sus esfuerzos en otras materias más urgentes.
Ya el año pasado, el Estado peruano realizó una inversión “para equipar a 22 Batallones de Ingeniería del Ejército, lo que ha permitido tener las capacidades necesarias para asistir a la población en casos de Gestión de Riesgos de Desastres”, según explicó a TVPerú el ministro de Defensa, Walter Astudillo.
Asimismo, en mayo de este año la Fábrica de Armas y Municiones del Ejército de Perú (FAME) anunció una inversión de 600 millones de dólares en la producción de sistemas de armas, vehículos y equipamiento para los próximos diez años.
Según reportó TVPerú, entre los proyectos contemplados por las autoridades están el desarrollo de una planta ultramoderna de municiones; la modernización de la planta de metales no ferrosos; y el desarrollo de un parque industrial de la defensa. Esto contempla un convenio con la compañía coreana Hyundai Rotem para la construcción de vehículos blindados y especiales.
Eso se suma al acuerdo entre la empresa estatal Servicios Industriales de la Marina (SIMA) con Hyundai Heavy para la construcción de 23 buques, según explicó el propio Astudillo. Este plan, aseguró el ministro, “es fundamental para recuperar capacidades y garantizar la seguridad nacional”.
Pero así como en Argentina, el hecho que más repercusión ha tenido es el anuncio del Gobierno de la compra de 24 aviones de combate F-16 Falcon. Eso sí, el costo es más de cinco veces superior que lo invertido por el país trasandino: 3.500 millones de dólares que se pagarán en dos años. Esta diferencia se explicaría porque la intención de Lima es comprar aeronaves nuevas, las que serían de fabricación francesa.
La exorbitante cifra causó controversia en Perú, al punto de que algunos medios locales calificaron la compra de “absurda” y se preguntaron si era necesaria, considerando problemáticas como la inseguridad y el estado de servicios públicos. Pero el Ejecutivo se defiende y asegura que esta millonaria inversión se debe a que los gobiernos anteriores no hicieron nada, considerando que la última compra importante en esta materia fueron los 18 aviones interceptores MiG-29 y 18 aviones de ataque a tierra Sukhoi Su-25, comprados durante la administración de Alberto Fujimori entre 1996 y 1998.
Especialistas en la materia también defienden la medida y aseguran que su flota aérea tiene casi 40 años de servicio y contrasta con las inversiones hechas años atrás por Chile, según consigna Voz de América. En ese sentido, el ex ministro de Defensa Jorge Moscoso sostuvo en diálogo con Exitosa Noticias que “vivimos en un entorno regional donde, lo he dicho en algunas oportunidades, nosotros como Estado peruano no tenemos amigos”. “No existe en las relaciones internacionales el concepto de amistad. Mira, por más que se pueda decir que somos países amigos, somos países aliados, no existen los países amigos. Lo que tenemos son vecinos. Estos vecinos, como todos, así como nosotros, tenemos intereses. Y lo que corresponde a un Estado como el nuestro y como los otros es proteger y defender sus intereses”, remarcó.
En otra línea, el Gobierno de Dina Boluarte también enfrenta una polémica por la posibilidad de dejar a las FF. AA. el control del orden interno de Perú, en medio de la crisis de seguridad que atraviesa el país por culpa del crimen organizado y el aumento de extorsiones y asesinatos. “Tenemos que prepararnos para la guerra si queremos garantizar la paz”
César Torres, viceministro de Políticas para la Defensa. “Si llega a ser necesario tendremos que evaluar la posibilidad de que esto varíe y sean las Fuerzas Armadas que tomen el control del orden interno (…) es un hecho que no descartamos y que estamos evaluando de la misma manera que estamos evaluando”, dijo a TVPerú el primer ministro, Gustavo Adrianzén. De momento, está claro que el Ejecutivo peruano ha buscado darle un realce a las FF.AA. peruanas, aunque los cuestionamientos son variados.
Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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