¿ Época de desacople de los Organismos Internacionales? Newsletter N° 3/2022 del Centro de Investigaciones y Estudios Estratégicos de la ANEPE
Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE)
Sin duda que ciertos organismos internacionales han sido sobrepasados, ya que el entorno sobre el cual se fundaron dista del contexto inicial sin generar espacios para armonizarlos con la realidad. Algunos expertos han señalado que una piedra en el zapato es la conformación de sus respectivos Consejos, ámbito donde algunas posiciones unilaterales no están dispuestas a dar su brazo a torcer. Una gravitante contradicción si se trata de acciones comunitarias.
La gestión de la pandemia mundial, así como la atención dada a fenómenos globales, nuevamente ha puesto en jaque la capacidad que poseen organismos internacionales para conducirlos de forma eficiente y eficaz. Luego de persistentes llamados a generar consensos nos encontramos con una guerra en el Cáucaso, aun cuando se hacían insistentes llamados a forjar alianzas. Estos cuestionamientos se fundan en la necesidad de mantener este tipo de organizaciones, con el costo que involucra o bien resulta una oportunidad para sintonizarlos a una nueva realidad.
Pareciera que la gestión de liderazgos no ha logrado calar más hondo. El cometido de la Organización Mundial de la Salud (OMS) frente a la pandemia resulta crítico, del mismo modo las conversaciones en torno a la guerra rusa-ucraniana se suman a la ineficiencia del Consejo de Seguridad, incluso el Vaticano ha tratado de mediar en este conflicto sin un resultado claro.
Analistas han señalado que los organismos internacionales, definitivamente, se quedaron en el pasado. Estos nos han logrado entregar soluciones oportunas a nuevos fenómenos globales circunscritos en inmigración, crimen organizado, terrorismo, y conflictos de nueva generación.
En el ámbito regional la situación no es tan distinta, diversos organismos regionales que se habían creado para fines de prosperidad, desarrollo y seguridad han perdido su eficacia. Tal es su condición que algunas organizaciones poseen mínima representación, y otras ya no funcionan. Los casos más más paradigmáticos son ALBA, UNASUR y PROSUR.
Sin duda que ciertos organismos internacionales han sido sobrepasados, ya que el entorno sobre el cual se fundaron dista del contexto inicial sin generar espacios para armonizarlos con la realidad. Algunos expertos han señalado que una piedra en el zapato es la conformación de sus respectivos Consejos, ámbito donde algunas posiciones unilaterales no están dispuestas a dar su brazo a torcer. Una gravitante contradicción si se trata de acciones comunitarias.
En la región, este síntoma se puede evidenciar luego del fracaso de UNASUR para representar una visión común que satisfaga las demandas individuales. Por otra parte, la OEA no ha alcanzado aglutinar un ideario colectivo que se traduzca en una hoja de ruta de paz, desarrollo y seguridad. Dada la relevancia de la discusión, como CIEE nos parece oportuno debatir acerca de la pertinencia de los organismos internacionales, sus roles, funciones y evaluar resultados. Para eso hemos seleccionado diferentes columnas que han sido publicadas, las que profundizan en esta temática.
CIEE-ANEPE