Iván Witker: Angela Merkel, ¿qué tan importante es ser licenciada en Física? 13 septiembre 2021 —-¡¡Aún Hay Patria Ciudadanos! por Cristián Labbé Galilea —Hidrógeno verde: El futuro de Chile por Klaus Schmidt-Hebbel
Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
Pareciera que no es menester ser un Leonardo da Vinci ni un Einstein para dirigir los destinos de una nación, pero sí se observa que, a mayor desarrollo, más frecuente es encontrar personas con formación universitaria en jefaturas de Estado y/o Gobierno.
El próximo 26 de septiembre hay elecciones generales en Alemania. Ese día, Angela Merkel pondrá fin a 16 años como canciller y 30 como diputada. Los medios de comunicación y redes sociales germanas están inundados por estos días haciendo balances y proyectando vaticinios sobre el futuro del país y muy especialmente sobre las características de quien le suceda en el cargo.
En términos generales, se puede afirmar que los años de Merkel fueron bastante provechosos para Alemania y Europa. También hay vasta coincidencia en las características de su legado inmediato. Entrega un país relativamente dinámico, dotado de la energía gubernativa necesaria para afrontar los próximos desafíos. Como dijo Timothy Garton Ash, dio vida de manera cauta una Alemania europea en una Europa alemanizada.
Matices más o matices menos, el suyo fue un período positivo desde el punto de vista de las definiciones del poder. A la otrora “joven de Kohl”, como era motejada inicialmente debido a su cercanía con el anterior canciller, se le enrostraban muchas cosas. Por ejemplo, su escasa experiencia en la alta política en el momento de ser ungida candidata, con el consiguiente desconocimiento de los factores de poder en la Alemania Federal. Y, relacionado con eso, su origen en la RDA. Además, algo no menor, ser mujer. Sería la primera de tan alta investidura, pese a que en Alemania las mujeres tienen derecho a votar desde 1919. Como sea, Merkel superó con creces la dura prueba a que se sometió el 2005 cuando aceptó el desafío.
Por lo mismo, se le recordará principalmente como estadista prudente, dotada de esa fronesis que reclamó Aristóteles en su Ética a Nicómaco. O sea, no será por sus ideas, pues no tuvo la impronta de un Ludwig Erhard, el padre la economía social de mercado. Tampoco creó una narrativa vistosa al estilo de Brandt, ni ejerció un liderazgo basado en la reciedumbre, como Adenauer o Kohl. Su fortaleza descansó más bien en sus habilidades blandas; quizás más cercana a Schmidt. Probablemente eso explique que su reemplazante vaya a ser un socialdemócrata, según pronostican las encuestas.
Dicho eso, la relación de Merkel con el poder ofrece particularidades interesantes, si se miran desde el devastado terreno político chileno y desde del debate doméstico de estas últimas semanas. Por ejemplo, cabe interrogarse sobre la importancia de su formación como licenciada en Física para su carrera. Teniendo presente de antemano que muy pocos físicos se interesan en la política activa, podría plantearse ¿qué tanto habrá influido en su éxito el haber finalizado sus estudios? A primera vista parece una duda algo peregrina.
La verdad es que en esta época no se encuentran estadistas sin formación universitaria ni en los países desarrollados, ni en los países modélicos para Chile como tampoco en Alemania. Sólo en los páramos del Tercer Mundo. Por lo tanto, alguna correlación existe. Prácticamente todos tienen presidentes o primeros ministros con estudios universitarios completos, muchas veces no de cualquier universidad, y varios exhibiendo postgrados.
Veamos primero algunos países benchmark de Chile. El premier de Canadá, Justin Trudeau estudió Literatura (en la McGill) y luego ingeniería en la Universidad de Montreal. Jacinta Ardern, la admirada Primera Ministra neozelandesa es periodista de la Universidad de Waikato. Sanna Martin, la también admirada y jovencísima Premier de Finlandia, es master en Administración. Kaja Kallas, jefe de gobierno estonio, es abogada. Emanuel Macron finalizó Filosofía y Ciencia Política. Y así podría seguir.
Veamos el caso alemán. Ya desde finales de la Segunda Guerra se puede ver una clara tendencia en el mismo sentido. Konrad Adenauer, por ejemplo, era abogado de la muy prestigiosa Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universität de Bonn. Ludwig Erhard terminó dos carreras, Economía en Nürnberg y Sociología en Frankfurt. Kurt Kiesinger estudió Pedagogía en Música y luego Derecho. Willy Brandt, la excepción, empezó a estudiar Periodismo, pero finalmente se dedicó al oficio sin finalizarlo. Helmut Schmidt era economista y periodista (hoy incluso una universidad militar en Hamburg lleva su nombre). Gerhard Schröder terminó Derecho en la Georg-August-Universität de Göttingen. En tanto, Helmut Kohl era historiador de la Rupercht-Karls-Universität Heidelberg.
Volviendo a Merkel, ella representa una excepcionalidad en muchos sentidos. Y es que, como se aprecia, salvo Kurt Kiesinger y sólo parcialmente, todos provenían de las ciencias sociales. Sin embargo, Merkel, de la Física. Y no sólo eso. Ella estudió en la Universität Leipzig para dedicarse después de lleno a cuestiones científicas. Su ingreso a la política fue un paso que se le cruzó en la vida sólo tras el imprevisto colapso de la RDA. Previamente, tuvo una vida académica intensa, al punto que ganó un concurso de dominio del idioma ruso y en los 80 hizo una pasantía en computación en la Academia de Ciencias Checa, pues en Praga existían los equipos más avanzados de la época en esa área.
Pareciera entonces que no es menester ser un Leonardo da Vinci ni un Einstein para dirigir los destinos de una nación, pero sí se observa que, a mayor desarrollo, más frecuente es encontrar personas con formación universitaria en jefaturas de Estado y/o Gobierno. En el otro extremo, encontramos un Evo Morales, dirigente sindical cocalero, Daniel Ortega, guerrillero, y Nicolás Maduro, chofer de buses en el servicio complementario a las líneas del metro en Caracas.
Por lo tanto, si bien es probable que el aire reposado, la actitud cautelosa y la disposición crítica obedezcan a las características personales de Merkel, pero según lo testimonian sus biógrafos, tales rasgos se profundizaron con su acuciosa formación profesional.
Lo descrito lleva a asumir que, al menos en Alemania, la noticia de un candidato sin tal requisito provocaría un shock. Por eso, el sucesor de Merkel será una cientista política (la verde Annalena Baerbock) o un abogado (el socialdemócrata Olaf Scholz o el demócrata-cristiano, Armin Laschet). Los tres, además, con postgrados.
En síntesis, la biografía de Merkel apunta a una idea que pareciera tener consistencia: los países con proyectos de desarrollo de largo plazo requieren elites con formación efectiva.
Fuente: El Líbero
Iván Witker. Investigador ANEPE, Académico Escuela de Gobierno de U. Central. PhD U. Carlos IV, Praga República Checa
¡¡Aún Hay Patria Ciudadanos!
Cristián Labbé Galilea
Hace tiempo que se sentía en el ambiente un clamor porque ocurriera algo que nos sacara de ese marasmo donde todo se percibe sombrío y confuso. La respuesta llegó y como reza el refrán… “lo que se pide con decencia llega con solvencia”: con las fiestas patrias llegaron en abundancia destellos de esperanza y optimismo.
Además de lo costumbrista -“el asadito”, el choripán, la empanada, la chicha y el pipeño-, este año descollaron dos hechos que pusieron en valor “la esencia del ser nacional” y que entregaron algunas “luces” a las que hay que prestar atención: la Parada Militar y el Te Deum de la Catedral.
Ambos sucesos despertaron en la comunidad sentimientos de optimismo y expectación, especialmente en los ciudadanos no politizados, aquellos que aspiran a vivir en paz, en armonía y en un ambiente que privilegie la libertad, el orden y el desarrollo.
Dos hechos que marcan conceptos claves para cualquiera sociedad que aspire a dar bienestar y felicidad a sus habitantes, ya que esas tradicionales ceremonias imprimen fuerza a: lo secular y lo espiritual, lo material y lo trascendente, lo pasado y lo futuro.
La Parada Militar, siguiendo el formato clásico, fue presidida por la máxima autoridad republicana, y los batallones que desfilaron estuvieron integrados por las diversas expresiones de nuestra nación, sin distinción social, de sexo, de credo o de pensamiento político, y también por representantes de los pueblos originarios, todos ellos bajo la misma bandera y fundidos en… ¡una sola nación!
¿No es esa la mejor respuesta a quienes quieren transformar al país en un Estado Plurinacional? ¿No es esa la mejor respuesta a quienes quieren cambiar los símbolos patrios e izar banderas sin arraigo en nuestra historia? ¿No es esa la mejor respuesta a quienes dudan de la unidad y profesionalismo de las Fuerzas Armadas y las Policías? ¿No es esa la mejor respuesta a quienes quieren refundarlo todo siguiendo modelos que niegan nuestra trayectoria Republicana?
Si con la Parada Militar no quedó claro el mensaje de estos días, bueno sería recordar la formalidad y el contenido de la Homilía del Cardenal Aós en el Te Deum, donde dejó claro y explícito que los valores que inspiran a la sociedad chilena son la Vida, la Familia, la libertad de enseñanza, en definitiva, la persona y su paz social.
Es de esperar que los “señores políticos”, los analistas, los comentaristas, los activistas y los “influencers”, así como los medios de comunicación, hayan “leído” el mensaje, hayan concluido dónde se encuentran nuestras raíces y hayan aprendido que… por fuertes que sean los vientos de cambio, ellos están destinados al fracaso.
En fin, aunque pareciera que nadie lo esperaba, la Parada y el Te Deum terminaron siendo un bálsamo para muchos que, después de lo visto, han vuelto a creer que “Aún hay Patria Ciudadanos” (Manuel Rodríguez, Cancha Rayada, 1818) y que no será fácil que unos pocos borren la historia de una plumada… “por muy convencional que sea la pluma.
HIDRÓGENO VERDE: EL FUTURO DE CHILE
Klaus Schmidt-Hebbel
El Mercurio, Economía y Negocios, De puño y letra, 15/09/2021
Para enfrentar el catastrófico cambio climático, la humanidad enfrenta una ventana pequeña para cambiar radicalmente sus formas de producción y de consumo.
Para descarbonizar la matriz energética y llegar a emisión cero o negativa de gases de efecto invernadero (GEI) -¡antes de 2050!-, el mundo y Chile tienen una gran oportunidad en el hidrógeno verde (HV o H2).
Primero algo de química. El hidrógeno es verde si es producido por electrolisis, que separa la molécula del agua en hidrógeno y oxígeno, usando energía eléctrica generada por fuentes renovables. El HV se podría usar directamente como combustible (reemplazando combustibles fósiles y emitiendo cero GEI) en generación eléctrica, calderas, sistemas de calefacción y enfriamiento, redes de gas, siderurgias, motores.
El HV también se puede utilizar para producir amoníaco verde (usado en fertilizantes) y metanol verde (usado en producir combustibles verdes como la gasolina). Esta gasolina es carbono neutral o verde, porque su quema en motores emite el mismo volumen de CO2 que es absorbido en la producción de metanol.
A una escala gigantesca, el mundo está apostando por el desarrollo tecnológico en la producción y el uso de HV. Muchos países están implementando estrategias nacionales para el HV. Hoy existen 240 proyectos grandes en el mundo para producir, almacenar y transportar HV y sus derivados, y luego usarlos en la minería, la industria y el transporte (aviones, trenes, camiones, buses y autos).
Los avances tecnológicos están reduciendo los costos de producción de las energías renovables, del HV y sus derivados. Pero solo es rentable la producción de HV donde el costo de la energía renovable es muy bajo, como en el norte de Chile (con factores de carga de 33-35 % en la producción de energía solar y eólica) y especialmente en la Región de Magallanes (con factores de carga de 65-75 % en la producción de energía eólica).
Con el empuje del biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, y el apoyo del presidente Piñera, Chile adoptó en 2020 la “Estrategia Nacional del Desarrollo del HV”. Acorde con ella, el gobierno ha anunciado una visión y elaborado proyecciones para el HV en Chile, está desarrollando regulaciones y permisos para los mercados de HV, coordinando actores nacionales e internacionales, apoyando infraestructura, investigación y desarrollo tecnológico y capital humano, y proveyendo US$ 50 millones como capital semilla para las primeras electrolizadoras.
El valor de la producción de hidrógeno verde y derivados se proyecta en US$ 33.000 millones anuales en 2050. |
Mucho de lo anterior se justifica, porque apunta a corregir ausencias o fallas de un mercado naciente, lo que es coherente con una política de desarrollo productivo horizontal o sectorialmente neutra.
Sin embargo, también contiene componentes de política industrial vertical, en la forma de recursos estatales destinados al desarrollo del HV. Con estos últimos simpatizo menos, pero quizás sean justificables como excepción. En todo caso, distan mucho de las equivocadas políticas industriales verticales del siglo pasado, que combinaban subsidios con crédito estatal barato, protección arancelaria y empresas productivas estatales en el desarrollo de industrias elegidas a dedo.
La respuesta del sector privado a las oportunidades que ofrece Chile es masiva. Hay 40 grandes proyectos que invertirán en HV en Chile; 15 de ellos han anunciado fechas para el inicio de sus operaciones. Se proyecta que las inversiones en HV sumarán US$ 45.000 millones hasta el año 2030 y un total acumulado de US$ 330.000 millones hasta 2050, lo que equivale al 130 % del PIB 2021 de Chile.
El valor de la producción de HV y derivados se proyecta en US$ 33.000 millones anuales en 2050, de los cuales se exportarán US$ 24.000 millones (lo que equivale al 66 % de las exportaciones de cobre en el 2020). El remanente se usará en Chile para producir cobre verde y otras exportaciones verdes, vale decir, productos en cuya producción se utiliza HV o sus derivados, sin emitir GEI. Así la industria del HV aportaría un 21 % para alcanzar la meta chilena de carbono neutralizado en 2050.
Por su ventaja mundial absoluta en la generación de energía eólica, y contando con abundante agua y un gran apoyo de las autoridades regionales y nacionales, Magallanes será la principal región de producción de HV y derivados en el mundo.
La construcción de la planta piloto de HIF, que operará en 2022, representa la primera planta integrada (con producción conjunta de HV y metanol) en el mundo. En Magallanes, las grandes inversiones en HV fomentarán el desarrollo de industrias y servicios complementarios (incluyendo, quizás, una plata de aerogeneradores, para abastecer tanto a Magallanes como al Norte de Chile), la investigación y el desarrollo de HV y derivados, y la formación y atracción de científicos, técnicos y profesionales especializados.
Pero más allá de Magallanes, el HV representa una oportunidad única para Chile. Apostar por ella constituye una doble estrategia win win, tanto ambiental como económica. HV es parte esencial del futuro de Chile. Pero para llegar a la emisión cero de GEI, debemos complementar la revolución del HV con muchas otras medidas urgentes, incluyendo una masiva reforestación con especies nativas para fortalecer los ecosistemas y la biodiversidad de Chile.
HIDRÓGENO VERDE: LAS VENTAJAS DE CHILE SOBRE EL MUNDO
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Ventaja absoluta de Chile en factores de planta de energías renovables: |
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Costo de amoníaco verde colocado en puertos de destino: |
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Chile: 33 – 35 % solar fotovoltaica y eólica en el norte, 65 % – 75 % eólica en Magallanes. · Mundo: 20 – 30 % solar fotovoltaica, 30 – 50 % eólica. |
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Amoníaco chileno en puertos del mundo: 12 % más barato que desde Australia y Medio Oriente. |
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Costo de producción de HV proyectado a 2030. |
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Número de proyectos grandes de producción y uso de HV, anunciados hasta ahora: |
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Chile: US$ 1/Kg. · Australia y Medio Oriente: US$ 1,2/Kg. |
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En el mundo: 240 · En Chile: 40 (10 de ellos en Magallanes). |
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Costo de HV colocado en puertos de destino: |
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Aumento proyectado de la capacidad eléctrica usada en electrolizadoras para producir HV: |
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HV chileno en puertos de EE. UU.: US$ 2,7/Kg. · HV australiano en Asia: US$ 3,0/Kg. |
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En el mundo: desde 0,2 GW en 2020 a 45 GW en 2030. · En Chile: desde 0 en 2020 a 25 GW en 2030 (55 % de la capacidad mundial). |