LA ESCALOFRIANTE HISTORIA DE LOS 450 FÉRETROS
TIRADOS EN EL CEMENTERIO GENERAL
QUE LE VALIERON UNA DENUNCIA AL ALCALDE JADUE
Max Estrada
La Tercera PM, 19/03/2024
“En un riesgo grave de salud”, acusan los trabajadores del camposanto en medio de un verdadero laberinto de ataúdes acumulados en un sector del crematorio debido a una falla mecánica de hace más de ocho meses. El problema es que gran parte de los féretros pertenecieron a personas que fallecieron por alguna enfermedad infecciosa. La acusación ya está en manos de la Contraloría.
Durante la jornada de este lunes los trabajadores del Cementerio General de Santiago realizaron una denuncia en la Contraloría General de la República en contra del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC).
¿La razón? Como el municipio que dirige el edil es el administrador del camposanto, lo acusan de ser el responsable del riesgo que implica la acumulación de, dicen, más de 450 féretros vacíos y que fueron utilizados por personas fallecidas a causa de enfermedades infectocontagiosas como Covid-19, y que luego fueron cremadas. Pero los féretros siguen ahí, hace más de ocho meses, según los denunciantes.
“Se está poniendo en riesgo a los trabajadores del crematorio que han tenido que armar estrechos pasillos con cajones infectados por alguna enfermedad. Hemos denunciado esto a la Contraloría porque venimos advirtiendo este riesgo de salud”, dice el presidente de la Asociación de Funcionarios del Cementerio General, Luis Yévenes.
La caminata desde la entrada al histórico cementerio donde descansan algunos expresidentes de la República, como Salvador Allende, Arturo Alessandri o Pedro Montt, es larga. Y ahí queda en evidencia la grave situación del espacio de trabajo que los mismos trabajadores identifican como el “Horno Crematorio 3″.
Los mismos funcionarios dicen que son al menos 450 los féretros apilados que no han podido ser destruidos por la máquina compactadora que yace en el lugar y que, aseguran, hace más de ocho meses se encuentra con una falla mecánica.
El resto de los funcionarios prefieren no mencionar sus nombres, pero acusan malas condiciones en su espacio de trabajo. Añaden que la situación del provoca una suerte de déjà vu al año 2020, cuando vieron desenfrenada la acumulación de estos cajones por la pandemia del Covid-19.
Pero esta vez, es distinto. “El de ahí tiene VIH y ese otro, dengue”, apuntan hacia los ataúdes los trabajadores, mientras observan las decenas de féretros uno arriba del otro.
“El proceso de cremación del cuerpo y el cajón es por separado”, dice Yévenes, al momento de explicar cómo se realiza este protocolo. “Por orden del Servicio de Salud se tiene que destruir el féretro con una máquina hidráulica que lo deja como un cuadrado de madera y luego este se quema o se deja en el patio sanitario. Esa es la máquina que está mala”.
Una pequeña construcción con paredes de metal es lo único que separa a los tres funcionarios del Crematorio 3 de los féretros que hace más de 240 días adornan su espacio de trabajo. Protegidos con mascarillas, guantes y hasta lentes, para no poner en riesgo a sus familias, dicen, “ya no sabemos dónde meterlos”. Esto, en el entendido de que se realizan entre 100 y 120 cremaciones mensuales.
La denuncia presentada por la asociación apunta a que “las causas de muerte de las personas que ocuparon las urnas son por Covid-19, enfermedades infectocontagiosas y muerte natural, frente a escasos metros de los trabajadores, lo cual nos significa un grave riesgo de salud”.
Al ser consultado el Servicio de Salud de Región Metropolitana (Seremi) por esta situación, afirman que se realizará una fiscalización recién durante la tarde de este martes. Según la normativa de cementerios, “podrán reutilizar el ataúd que contenía los restos que fueron incinerados, para la inhumación de indigentes. Con todo, aquellos ataúdes que constituyan riesgo para la salud de la población, deberán ser destruidos según indicación de esa misma autoridad”.
La denuncia apunta al edil de la comuna de Recoleta debido a que, como se ha dicho, la administración está a cargo del municipio que dirige. Aun así, es el director del Cementerio, Rashid Saud, el que se refiere a las acusaciones efectuadas por los funcionarios.
“La máquina aplanadora está mala hace cuatro o cinco meses, no más, pero la estamos arreglando y no hay riesgo para ninguna persona que trabaje en el crematorio”, reconoce sobre el desperfecto, aunque califica de “mentira” las denuncias efectuadas por los funcionarios señalando que “los ataúdes siempre están en patios sanitarios, un lugar destinado para eso. También es falso de que han alertado, nosotros tenemos una oficina de partes y no hemos recibido nada al respecto”, indica.
Finalmente, al ser consultado por la fiscalización que llevará a cabo la Seremi de Salud durante esta jornada, afirma estar en desconocimiento de esta visita.
Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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