Señor Director:
Desde octubre 2019, colateralmente se cercenó el alma nacional, unos a favor y otros en contra de la rebelión.
Para quienes nunca hemos creído en la diatriba populista, aún estamos impactados por las noticias de esa oscura época, las que generaron en su momento un sentido de indefensión enorme dado que precisamente la policía uniformada encargada de poner orden era sistemáticamente atacada en las calles y en sus cuarteles, es más, muchos sentimos vulnerado nuestra integridad como personas, fuentes de trabajo y desenvolvimiento social, dado que encontrándonos en un local comercial, templo o caminando, una turba podía irrumpir la paz en cualquier momento.
Transcurridos cinco años, aumenta el rechazo ciudadano a este período de la historia que fustigó al país con la inconsecuencia de enterarnos hace algunos meses que quienes cometieron ilícitos y delitos fueron indultados y hoy, el banquillo de los acusados está ocupado precisamente por quien fuera la máxima autoridad de Carabineros.
En este ya clima de normalidad -anormal- nos enteramos que la semana pasada se realizó un seminario que entre otros tópicos considera “iluminar las luchas populares contemporáneas, entrelazando pasado y presente”, no entendiendo que el país necesita señales de unidad y orden.
JORGE VILLARROEL CARMONA