LO QUE ESTÁ SOBREPASADO
Humberto Julio Reyes
A raíz de la reciente ola de homicidios en la Región Metropolitana, hemos escuchado y leído a muchas personas que, en diversos tonos, representan que habría llegado la hora de poner fin a la delincuencia desatada.
En lo particular, a mí me motivó a referirme a este importante tema una columna de “Rodericus”, donde el autor comienza por calificar lo sucedido como espeluznante, para concluir que “nuestro Estado de Derecho está sobrepasado”. Agrega que la población vive con “temor y temblor”.
Concordando con la frase final y meditando sobre sus dichos he llegado a la conclusión que, si el Estado de Derecho ha sido sobrepasado, es consecuencia de que otros poderes lo han sido.
Me explico:
Pienso que las principales autoridades políticas, responsables de nuestra seguridad, se encuentran sobrepasadas por no poseer ni la preparación, ni la experiencia ni la capacidad para adoptar las medidas apropiadas para enfrentar esta crisis.
Se habla de alcanzar un acuerdo nacional, ¿sobre qué?
En segundo lugar, pareciera que las fuerzas de orden hace rato lo han sido, ya que vemos que ni siquiera en defensa propia hacen uso de las armas que portan.
Debido a lo anterior se habla de “sacar a los militares a la calle”, no para que enfrenten a los delincuentes, sino para proteger a los Carabineros, como si en la actualidad se pudiera protegerlos sólo por presencia.
¿Acaso se olvida cómo, durante “el estallido”, fueron desafiados e incluso agredidos sin que tampoco hicieran uso de su armamento, salvo en contadas ocasiones y por las cuales quienes actuaron fueron procesados y condenados como simples particulares?
Vimos en vivo y en directo cómo un militar armado, en plena Alameda y frente al edificio Gabriela Mistral, respondía a su agresor con un solo brazo porque en el otro sostenía su fusil.
¡Absurdo!
Como esta crisis se ha manifestado sorpresivamente (¿?), concluyo que la ANI, que creía desaparecida o en receso, también habría sido sobrepasada en sus previsiones, a menos haya alertado y no se le haya escuchado.
Finalmente, los ciudadanos de a pie, sin otra responsabilidad que pagar nuestros impuestos pare que se nos brinde seguridad, estamos absolutamente sobrepasados por una inseguridad que se manifiesta en cualquier lugar, a cualquier hora y en cualquier forma, dada la creatividad e ingenio con que actúan los delincuentes.
Todos sobrepasados y, en consecuencia, también lo está el Estado de Derecho.
Aunque dudo ser escuchado, quisiera proponer dos simples y modestas medidas que ayuden en dos aspectos.
Se nos dice que faltan policías, salvo para cumplir las órdenes de los ministros de fuero que investigan con encomiable celo algún crimen impune de hace muchos años. ¿Cuánto personal se dedica a las causas de derechos humanos, donde el riesgo no existe, se recorre el mundo buscando testigos – si no se les encuentra se les falsea – y se hace cómoda carrera?
Se nos dice que habrá que construir una cárcel ya que la capacidad de recibir más presos está absolutamente sobrepasada. Bueno, mientras tanto, disponga el ministro de Justicia una comisión de médicos, ojalá independiente, que examine a los ancianos y enfermos que cumplen condenas en diversos penales por causas de derechos humanos y que no pueden ser atendidos con los recursos de Gendarmería.
Envíenlos a sus domicilios u hospitales. A su edad no van a ser reinsertados en la sociedad, eso es ridículo. Tampoco, aunque quisieran, podrían reincidir en los delitos que les fueron achacados, no son un peligro para la sociedad.
¿Muy poco?
Por algo se empieza. Cien funcionarios de Investigaciones en alguna asediada municipalidad serían caídos del cielo y cien presos menos en abarrotados penales también merecería aplauso.
Invito a una lluvia de ideas para colaborar a nuestras sobrepasadas autoridades.
Una reflexión final:
¿Cuánto durará la preocupación de nuestras autoridades por resolver esta crisis?
21 de jul. de 24