¿Morir en prisión?

Señor Director:
Escribo con profunda preocupación por una realidad que muchos prefieren ignorar: en Chile, hombres y mujeres militares mayores de 80 años, enfermos y dependientes, muchos de ellos inocentes y condenados por ficciones jurídicas están cumpliendo condenas de 15, 20 o más años. La mayoría no vivirá para completarlas. Están, en los hechos, condenados a morir en prisión injustamente.
Eso es justicia? ¿Castigar hasta la muerte a personas ancianas, muchas veces por hechos de hace más de medio siglo? ¿Negarles toda posibilidad de compasión, redención o humanidad?
Siempre creí que la justicia debía equilibrar la razón con el corazón. Que debía proteger, no vengarse. Pero hoy veo una justicia que actúa con frialdad, como si el tiempo, la enfermedad o la vejez no significaran nada.
Estos hombres ya lo han perdido todo: su libertad, su salud, su familia. ¿No merecen, al menos, morir con dignidad?
No pido impunidad. Pido humanidad. Pido que dejemos de llamar justicia a lo que, en realidad, es venganza.
Ruego a los jueces que no endurezcan el corazón. Que recuerden que aplicar la ley también implica mirar al ser humano. Que aún pueden permitir que estos ancianos terminen sus días en paz, al cuidado de sus familias, sin dejar de cumplir sus condenas.
La historia preguntará qué hicimos frente a esta tragedia silenciosa. Ojalá podamos responder a la ciudadanía con la verdad y con compasión. No los dejemos morir en prisión. Aún estamos a tiempo.
Álvaro Guzmán Valenzuela – General de Ejército (r)
Un aporte de nuestro Director Francisco Urmeneta
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional