NUEVAMENTE ANTE UNA ENCRUCIJADA
Humberto Julio Reyes
Confieso que me ha costado decidirme a escribir, espero sea por última vez, respecto al proceso constitucional que debiera cerrarse este próximo domingo 17.
Anteriormente he abordado este tema, pero por respeto a usted, paciente lector, no he ofrecido consejo no pedido respecto a cuál debiera ser la opción a elegir, aunque reconozco la trascendencia de lo que nuevamente está en juego.
Careciendo de experticia en encuestas sólo puedo aventurar un resultado estrecho, aunque quisiera, naturalmente, que se vuelva a imponer el sentido común, tal como ocurrió el 4 de septiembre pasado, de tal forma que la masa independiente que concurrirá obligada a cumplir con su deber ciudadano otorgue el triunfo a aquello que sea mejor para el futuro del país.
Me atrevo a asumir que la opción En contra tiene de partida a su favor ese 30% que en todas las encuestas apoya incondicionalmente al gobierno y que está representado por los 10 partidos de su coalición. A ellos se les sumarían aquellos que, no siendo de izquierda, están convencidos que es preferible continuar con la constitución vigente y un porcentaje importante de confundidos, sea por desconocer el texto de la propuesta o porque han comprado el argumento de la disminución de derechos y sienten temor al respecto. Finalmente, también podrían sumarse aquellos que lo harán como una forma de expresar su fastidio por el largo proceso.
En la opción A favor puede tomarse igualmente como base un 30% que siendo o no de derecha, reconoce los avances del proyecto respecto a la constitución vigente al que se sumarían los descontentos con la gestión del gobierno y que no desean otorgarle un triunfo en este proceso.
Pero, si alguien necesita buenos argumentos para tomar decisión le sugiero recurrir a la columna de ayer sábado 2 en El Mercurio de don Sergio Muñoz Riveros y detenerse especialmente en su último párrafo. Me parece que ahí está el quid del asunto.
Por mi parte, como ciudadano a pie, tengo otras razones que me hacen fuerza, unas más racionales que otras, pero naturalmente todas influenciadas por una atmósfera de fastidio por estos cuatro años donde pareciera que hemos regresado al inicio de todo, cuando a una abrumadora mayoría se le convenció que la solución de nuestros males estaba en contar con una nueva constitución que fuese la “casa de todos”.
Ya vimos cuál fue esa casa que, afortunadamente una clara mayoría no compró.
Ahora, quienes nos quisieron vender esa casa, han llegado a la conclusión que no era necesaria su construcción y podíamos seguir viviendo en la que actualmente habitamos. Curiosa conclusión, pero, como habitualmente se dice, todos tienen derecho a “cambiar de opinión” o acomodarse a las circunstancias.
Como si eso no bastara hemos visto un curioso mensaje en la franja que se supone debiera informar en lugar de desinformar: si usted rechazó el 4 de septiembre, debiera rechazar ahora.
Realmente un ejemplo de maquiavélico engaño.
Vuelvo a mis razones más particulares o pedestres, si se prefiere así llamarlas.
Por años he expresado mi rechazo al pago de contribuciones ya que me violenta pagar arriendo por la única propiedad adquirida con ahorros por los cuales tribute renta en su momento y que habito ahora jubilado y en mi enésima edad.
También en su momento me pareció casi inmoral aumentar el número de parlamentarios, facilitando la llegada al parlamento de personas que sólo lo desprestigian, así como perjudiciales para la estabilidad política los cambios introducidos a la ley electoral que se expresa a través de multiplicidad de partidos políticos.
¿No basta para una decisión acertada?
Bueno, finalmente habiendo dedicado buena parte de mi tiempo a advertir respecto a lo que implica en Chile la existencia de un partido comunista que nunca ha renunciado a imponer un proyecto fracasado en el mundo y profundamente antidemocrático, ¿cómo podría sumarme a su anunciado rechazo al proyecto que se plebiscitara?
No way.
3 de dic. de 23
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional