RADIOGRAFÍA: EL DESPLIEGUE DEL TREN DE ARAGUA
POR EL SUR DE CHILE
Carlos Basso Prieto, Unidad de Investigación de El Mostrador.
El Mostrador, 05/0872024
Pese a que la imagen del Tren de Aragua (TDA) y todas sus facciones en Chile está fuertemente asociada al norte, especialmente a Arica e Iquique, una serie de investigaciones dan cuenta de que la organización criminal transnacional, originaria de Venezuela, tiene también una fuerte presencia en el sur del país.
Así lo evidencia la última indagatoria al respecto, relativa a “Los hermanos Cartier”, como se denominaba un brazo del grupo que operaba entre Puerto Montt y Osorno y que fue desbaratado hace dos semanas por la Brigada Investigadora de Robos (Biro) de la primera ciudad, junto a la Fiscalía Regional de Puerto Montt.
“Los Gallegos”, “Los hermanos Cartier”, “El Tren del desastre”, “Los Orientales”, “Los Piratas” y varias otras facciones se encuentran presentes entre Concepción y Puerto Montt, dando pie a numerosas investigaciones. |
Se trata de una subdivisión de lo que hoy se conoce como “Los piratas de Aragua”, que es el nombre con el cual el Tren de Aragua original comenzó a autodenominarse en Chile, a partir de septiembre del año pasado, luego de fusionarse con uno de sus grupos aliados, “La Dinastía Alayón”, y tras el publicitado allanamiento ordenado por Nicolás Maduro contra el penal de Tocorón, en el cual no fue encontrado el líder máximo del complejo criminal, Héctor “Niño” Guerrero.
Todo indica que “Los hermanos Cartier” se denominaban así por su afición a las joyas de esa marca. De hecho, en una historia de Instagram del grupo, en que se aprecia a varios de sus integrantes blandiendo armas de fuego al interior de un vehículo al ritmo de alguna canción que no se escucha, aparecen algunos datos al respecto: además de que dice “Puerto Montt”, también se señala “Hermanos Cartier”, al lado de un emoji de reloj, junto con el hashtag “Thepiratas”, seguido de dos emojis con la bandera negra de los piratas.
En la parte superior izquierda del video, en tanto, aparece otra calavera con fémures cruzados y la frase “Pirates of the Caribbean”.
Igual que en todas las demás facciones del grupo, esta llevaba escrupulosos cuadernos de contabilidad, en los cuales constan los gastos en comida, en repuestos, en “Indrive” (app de transportes) e, incluso, como si fueran una empresa común y corriente, en viáticos.
Pese a que tanto los videos como la forma de llevar los gastos son común, “Los hermanos Cartier” poseían algunas peculiaridades que son investigadas en este momento.
El robo y extorsión a trabajadoras sexuales. La primera de ellas es que, siendo la trata de personas con fines de explotación sexual el principal negocio del Tren de Aragua en Chile (por sobre el tráfico de drogas), lo usual es que este trafique mujeres desde Venezuela o Colombia, para obligarlas a prostituirse en departamentos o prostíbulos que controla el mismo grupo.
Así lo hacía, por ejemplo, la célula del TDA de Puerto Montt –cuyos integrantes fueron recientemente condenados a penas que suman 99 años de cárcel–, que manejaba un motel en el centro de la ciudad y que además mantenía departamentos en el centro de Osorno y también en Temuco.
Así lo hacen “Los Gallegos”, cuyo eje de operaciones estaba en Arica, el TDA en Iquique y Santiago, y así también lo hacía la célula del Tren de Aragua que operaba en Concepción, que dirigía un colombiano y a la cual pertenecían, entre otros sujetos, Luis Lugo Machado y “Carlitos Nike”, ambos implicados en el crimen del suboficial de Carabineros Daniel Palma, asesinado en el barrio Matta en 2023.
Todos ellos cobran una “vacuna” (impuesto) a las mujeres, un porcentaje de lo que ellas ganan, cercano al 75 %, a lo que suman lo que se denomina “la multa”, que es el costo del traslado desde Venezuela o Colombia a Chile, por lo cual cobran entre 3,5 y 4 millones de pesos.
No obstante, “Los hermanos Cartier” eliminaron parte importante del proceso, pues su principal giro de negocios era asaltar a mujeres que se dedican al comercio sexual, a fin de robarles sus ganancias, lo que ejecutaban asaltando los lugares donde estas ejercían.
Siempre llegaban en grupo, armados con pistolas, revólveres y una subametralladora y actuando con mucha violencia. Como explicó la Fiscal Regional Carmen Wittwer, los delincuentes amenazaban a las víctimas con dañar a sus familias en sus países de origen, especialmente Venezuela.
Al respecto, el jefe de la Biro de Puerto Montt y oficial del caso tanto en lo relativo a “Los hermanos Cartier” como en el de trata de personas que culminó con las condenas ya indicadas, subprefecto Sergio Castro, dijo a El Mostrador que esta investigación partió en mayo de este año, cuando la Fiscalía recibió denuncias “que tenían que ver en un abordaje de lugares que eran destinados al comercio sexual, donde las principales víctimas eran ciudadanas extranjeras que ejercían la prostitución, y ahí en estos detalles notamos un grupo organizado. Principalmente lo más particular fue la presencia de armas de fuego y un arma larga que en ese instante daba la impresión de ser algún tipo de ametralladora”.
Ante ello, indica que “se fue haciendo un trabajo de análisis criminal, un trabajo colaborativo con otras brigadas, y ahí logramos determinar la presencia de una estructura criminal de característica transnacional, que tiene que ver con una facción del Tren de Aragua”.
Actualmente, “Los hermanos Cartier” están formalizados por 10 delitos cometidos en Puerto Montt, Calbuco y Osorno, entre ellos, robos con violencia e intimidación, extorsión (tanto a las trabajadoras sexuales como a pequeños comerciantes), tráfico de drogas, infracción a la Ley de Armas y también receptación de vehículos robados en la Región Metropolitana.
Asimismo, se indaga la participación de uno de los “Cartier” en un tiroteo en la Vega Central de Santiago, donde fue asesinado un ciudadano dominicano, en el contexto de la guerra de bandas que han librado grupos criminales de origen venezolano, dominicano y ecuatoriano por el dominio territorial de la Vega y otros sectores de Independencia.
El elemento chileno y policial. La otra característica que llamó la atención de los investigadores respecto de “Los hermanos Cartier” es que, de 10 detenidos, 3 de ellos –es decir, el 30 %– son chilenos, lo que evidencia que es cada vez más creciente la simbiosis entre elementos criminales extranjeros y delincuentes de nuestro país.
Dentro de esos, además, había un suboficial de Carabineros en servicio activo, perteneciente a la Prefectura de Llanquihue. Por supuesto, fue dado de baja de forma inmediata y formalizado por violación de secreto, obstrucción a la investigación y tráfico en pequeñas cantidades.
La presencia de un policía al servicio del grupo criminal ya dejó de ser una rareza, lamentablemente. En el caso de “Los Gallegos”, en Arica, un excarabinero también fue detenido por proveer armas y vehículos al grupo.
En una de las investigaciones relativas a la explotación sexual de migrantes en la Plaza de Armas de Santiago, por parte de la PDI, la misma institución detuvo a dos oficiales de ella, que estaban al servicio del grupo. Y en Cañete, el año pasado, la PDI también arrestó a dos uniformados, vinculados al grupo Resistencia Mapuche Lafkenche, el mismo que al que pertenecían los imputados por el crimen de los tres carabineros asesinados el 27 de abril en Antiquina.
En ese caso, se trataba de un suboficial en retiro y otro en servicio activo, que era el jefe de la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) de Curanilahue. De hecho, estos policías fueron acusados de hechos semejantes a los que se imputan al detenido en el sur: fundamentalmente, de “datear” a los criminales, gracias a la información a la que tenían acceso por sus funciones.
El exuniformado. Otro hecho que se ve por segunda vez en un caso de estas características es que quien lideraba el grupo es un exuniformado venezolano, en este caso, un sujeto que perteneció durante siete años al Ejército Bolivariano (EB), cuyo nombre se guarda con extremo celo.
A fines de junio pasado, el exintegrante del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) de la Guardia Nacional Bolivariana, Simayker Ortiz Torres, fue detenido en Copiapó acusado de liderar un grupo de sujetos que secuestró a una mujer desde un local de comida rápida.
Los demás grupos. Sin embargo, “Los piratas” y “Los hermanos Cartier” no son los únicos grupos asociados al TDA o franquiciados por este (es decir, que no forman parte de la estructura original, pero pagan un porcentaje de sus ganancias a este, a cambio del permiso para usar el nombre).
En la investigación realizada por la PDI respecto de la trata de mujeres en Puerto Montt, quedó en evidencia que también opera en esta ciudad y Osorno “El Tren del desastre”, que ha sido igualmente detectado en Concepción y Temuco.
Asimismo, en esa ciudad, se detectó la existencia de una célula de “Los Orientales”, grupo asociado al TDA y que está “en guerra” con este, como ha informado El Mostrador. De hecho, en ese contexto es que miembros del TDA, junto a “La Dinastía Alayón”, robaron y asesinaron a dos integrantes del primero. En dicha causa el fiscal Luis Arroyo ya culminó la investigación y presentó la acusación respectiva.
También existen evidencias de una serie de actividades de “Los Gallegos” en Puerto Montt y Osorno, entre las cuales se cuentan una serie de viajes realizados a ambas ciudades por Mervin Fagúndez, uno de los principales líderes de esta organización, actualmente enjuiciado en Arica.
Al mismo estilo de lo que hacen en Santiago “Los Pulpos” (organización criminal de origen peruano), en tanto, otro grupo franquiciado del TDA, “Los Satanás”, extorsiona a pequeños comerciantes de barrio, feriantes e incluso comerciantes ambulantes en distintas ciudades del sur, diciéndoles que, si no les pagan una “vacuna” semanal, van a sufrir daños.
Otro giro que ha resultado muy exitoso para el TDA en el sur de Chile ha sido el sicariato. Sujetos vinculados en su mayoría al TDA original han sido subcontratados por bandas de narcotraficantes locales para exterminar a sus rivales, como ha sucedido en múltiples homicidios perpetrados en Concepción, Talcahuano, Hualpén, Los Ángeles y Lebu.
Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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