Los artículos publicados en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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Columna de Opinión, News
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TRUMP Y EL “WOKISMO”
En su obra, La Razón Populista (2005), Ernesto Laclau cobró notoriedad al sentar las bases teóricas del populismo:
“La cuestión del populismo es la siguiente: supongamos que hay un grupo de vecinos que presenta un pedido a la municipalidad para que se cree una línea de ómnibus que los lleve a su lugar de trabajo. La demanda puede ser aceptada, y en ese caso no hay problema, pero si es rechazada, esa gente empieza a sentirse excluida. Esa serie de
demandas insatisfechas se cristaliza alrededor de un símbolo antisistema, de un discurso que trata de dirigirse a estos excluidos por fuera de los canales de institucionalización. Cuando eso ocurre, hay populismo. Como “el sistema” nunca puede satisfacer a todos, la democracia tiene que aceptar una distancia institucional entre demandas y canales de acceso. Esta última es la democracia viable, y tiene que ser siempre, en alguna medida, populista”.
En todas las sociedades globalizadas actuales existen una variedad de peticiones y aspiraciones que no pueden ser satisfecha al gusto de sus partidarios y que afectan a grupos minoritarios que se refieren al
racismo y otras cuestiones de desigualdad social. Desde finales de la década de 2010, están siendo utilizados sistemáticamente por los movimientos políticos de izquierda y perspectivas sociales que enfatizan en políticas relacionadas con las personas LGBT, las personas negras, las mujeres y para el avance de componentes culturales, religiosos y morales diferentes a los de la mayoría.
Woke -despierto en inglés- es una expresión de origen norteamericano que inicialmente se usa para referirse movimientos e ideologías de izquierda percibidos como «rabiosos, entusiastas, agresivos, agitadores, susceptibles o poco sinceros, y por su tendencia a la censura de opiniones discrepantes mediante la llamada cultura de la cancelación». Dentro del inglés afro estadounidense vernáculo, woke se refirió especialmente a los prejuicios raciales y la discriminación.
Paso a paso, el “wokismo” fue ganando terreno sobre la base de la acción activa, a veces violenta y descalificadora e incluyendo a grandes empresas -capitalismo woke- que lo usaron para promover sus productos y servicios en determinadas minorías, como Barbie o Capitana Marvel, The Marvels y Strange World, llegando a algunas grandes universidades: la resolución Students for Fair Admissions v. Harvard de la Corte Suprema de los Estados Unidos debió declarar inconstitucional la discriminación afirmativa en las admisiones universitarias en junio de 2023.
Este wokismo se amplió también a aspectos relativos a las creencias religiosas, la moral personal, la inmigración, la cultura, el comportamiento social y los usos y costumbres nacionales.
El discurso del Vicepresidente de los EEUU J.D. Vance en la Conferencia de Seguridad en Múnich en febrero de este año, dejó en claro la voluntad de Trump de poner fin al “wokismo” y defender decididamente las bases culturales y valóricas de la democracia en la forma tradicional de Occidente que respetan la facultad de creer, vivir, pensar y expresarse libremente; de establecer y hacer respetar sus leyes y sus valores nacionales; su cultura y forma de relaciones sociales; de competir políticamente y respetar la voluntad de las mayorías que se produzcan.
No puedo dejar de concordar con las expresiones de Vance, y tampoco puedo dejar de lamentar la forma de expresarse y actuar de Trump, pero creo también que tal como son las cosas, Vance dice lo que Trump ofreció y quiere hacer en su gobierno.
En breve, más allá de la simpatía o antipatía que pueda generar, Trump es la persona que manifestó y está haciendo lo que me parece que era imprescindible de hacer, ahora.
Hoy, no mañana.
Melosilla, 15 de febrero de 2025
Fernando Thauby García
Capitán de Navío, Infantería de Marina (r)
Un aporte de nuestro Past Presidente, Humberto Julio Reyes